Oficina principal de VIKCompany…
Se escuchó que tocaron la puerta.
Elías contesta. "Pase".
"¡Presidente!, el señor Salvador está aquí". Comunica el asistente
"¡Elías!, amigo siempre trabajando". Salvador entró a la oficina abrazado de dos hermosas modelos.
"Ya son más las 5:00 pm es hora de salir del trabajo y relajarse, que tal si pasamos por el bar y disfrutamos de la noche con estas bellezas".
Elías observó a Salvador detenidamente luego su mirada se dirigió a las chicas. "Señoritas pueden esperar afuera". Les pidió mientras empezó a masajear su cien, esperando a que las jóvenes salgan.
"Salvador, no tengo tiempo hoy, recogeré a Dalia en casa de su padre, saldremos juntos". Le dice mientras se recarga en el asiento.
"Vaya amigo, lo intentaras con la chica aburrida". Salvador habla mientras se acomodaba en el sillón.
Elias le advirtió molestó. "Sí y no quiero que la llames así".
"¡Está bien!, ¡Está bien! no diré nada, pero te pierdes de una gran noche". Salvador se levantó acomodando su traje para salir de la oficina, acto seguido sonrió y abrazó a las mujeres. "Vamos chicas él se lo pierde".
Elías veía su espalda negando con la cabeza. Observó su reloj, apagó su computadora, al salir se dirigió a su asistente Louis.
"Puedes retirarte si hay algún pendiente lo resolveremos mañana".
"Si Presidente". Luis afirmó contentó, al fin terminaba el día de trabajo afirmó.
Mientras Elías manejaba su coche recordó la plática que tuvo con Dalia días antes…
<<Flashback>>
"Dalia, sé que nuestros padres arreglaron este matrimonio, como te lo dije antes no estaba interesado más que en la empresa, pero creo que deberíamos darnos una oportunidad de conocernos y tratar de que esta relación funcione como una verdadera pareja".
"¿De verdad?". Un brillo en los ojos de Dalia apareció con una pequeña sonrisa, ella quería hablar de esto con él, pero al ser muy tímida no sabía cómo expresarse, pensaba que se molestaría con ella o se negaria.
"Si, intentémoslo, investiga algunos lugares a los que quieras ir para nuestra primera cita".
Al escucharlo Dalia se alegró y no pudo evitar sonreír de oreja a oreja murmurando.
"Primera cita…"
Elías la observó por un rato sintiendo calidez en su corazón al verla feliz. "Entonces me dices a dónde te gustaría ir y te llevaré. ¿De acuerdo?".
"Si".
Sentada en el sillón de la sala, ella empezó a buscar lugares en su teléfono, él tocó su cabeza tiernamente diciéndole. "Iré a mi estudio, tengo algunos pendientes".
Dalia se sintió sorprendida y después cálida ante el gesto de Elías, nunca antes la había tocado, ella se quedó mirando su espalda mientras subía las escaleras a su estudio.
<<Fin del Flashback>>
Elías observaba el paisaje por la ventana mientras manejaba, pensó en el futuro y susurro:
"Es tiempo de olvidar…"
Llegó a la Mansión de los padres de Dalia.
"Buenas noches señor, enseguida avisó que ha llegado". Le dice el ama de llaves de la residencia, Elías asiente de manera cortés.
"¡Elías!, ¡Hijo!". Teresa apareció muy alegre y amable invitándolo a la sala. "Dalia está arriba con su papá, sabes que siempre se les va el tiempo en música, ¿Se quedarán a cenar?".
El mencionó. "Solo si Dalia lo desea".
"Claro". Ella rodó los ojos al darle la espalda a Elías y le pidió a un sirviente que llamara a Dalia.
Acompañada de su padre, Dalia bajó por el asesor de la casa para poder saludar a Elías.
Teresa les dice que se queden a cenar, Dalia asiente, ya que no quiere que su madre se moleste por negarse, durante la cena Elías y Lázaro conversaban amigablemente, hasta que Elías recordó lo dicho por Dalia unos días antes.
"Suegro, ¿cómo va el negocio?, han tenido alguna dificultad".
Al escucharlo Teresa se puso nerviosa, desde que manejaba las finanzas de la familia había desviado mucho dinero a sus cuentas y siempre daba a entender que había perdidas o no era el suficiente, a Lázaro solo le importaba la música y su hija, Lazaro trataba de evitar tener conflictos con Teresa ya que su matrimonio ya no funcionaba desde muchos años atrás, si Elías investigara se daría cuenta de lo que ella hacía a escondidas.
"Bueno señores estamos cenando no deberían de hablar de negocios en la mesa". Teresa les dijo con una sonrisa nerviosa.
Cambiando el tema dijo. "Elías ¿Cómo están tus padres? ¿Siguen de viaje?”.
"Mis padres se quedarán algunos meses en Francia, mi hermana está terminando sus estudios, pronto se graduará y volverán todos juntos.
"Es bueno escuchar eso". Dijo Teresa y siguió comiendo.
"Elías no te preocupes todo está bien, si hay algún problema no dudes que pediré tu ayuda". Le comento Lázaro.
Todos guardaron silencio y terminaron de cenar.
Dalia y Elías se despidieron caminando juntos al coche, subieron y Elías preguntó. “Dalia ¿sabes a dónde quieres ir para la primera cita?".
"Vi algunos lugares en mi teléfono, te parece si vamos al mirador instalaron algunos telescopios nuevos, también algunas tiendas de souvenirs, esta noche habrá estrellas fugaces". Dalia le explicó muy animada, pero poco a poco bajó su voz y se sintió incomoda al actuar de esa manera.
"Está bien, vamos al mirador". Mientras le regalaba una sonrisa y tocaba su cabeza para acariciarla, un gesto que se hacía cada vez más familiar entre ellos.
Llegando al mirador, compraron algunos bocadillos y refrescos, buscaron un lugar donde sentarse a esperar.
"Se dice que puedes pedir un deseo a una estrella fugaz, ¿Crees en eso?".Le pregunto a Dalia mientras él observaba el cielo.
"Los deseos nacen en el corazón, las estrellas fugaces hacen que la esperanza crezca y ayudan a fortalecer ese deseo para un día volverse realidad". Ella habló tranquila y con mucha convicción.
"¿Qué pedirás?". Elías le preguntó observando su cara lateral.
Mirando al cielo Dalia le contestó tímidamente. "Si lo digo no se hará realidad".
Momentos después empezaron a verse luces en el cielo, maravillada Dalia observó con una gran sonrisa y sus ojos muy abiertos, su mirada revelaba la alegría que sentía.
Elías olvidó por unos segundos ver el cielo, concentrándose en cómo se reflejaban las luces en la cara sonriente de Dalia, -Es Hermosa- Pensó. Compartieron juntos algunos bocadillos mientras charlaban, pero en realidad no había muchas cosas que tuvieran en común, al final decidieron regresar a la Farola a descansar. Ya era tarde por la noche cuando llegaron a su casa, antes de abrir la puerta Dalia lo estiró del saco, al ver la acción Elías se quedó quieto y la observó detenidamente. "Gracias Elías, Fue... fue una linda noche". Ella susurró muy bajo apenada. Él tomó la mano que lo sujetaba acariciándola, se acercó y besó su mejilla por instinto, sabiendo que con Dalia tenía que ir despacio no quería asustarla. No muy lejos de allí había un hombre alto de tez clara, ojos cafés claros y pelo castaño tomaba fotos de la celebración. Joel Jenkins era un famoso fotógrafo que viajaba a diferentes lugares para llevarle al mundo maravillosas fotos de personajes, paisajes, animales y lugares que recorría, realizaba exposiciones en las que la mitad de las ganancias se donaba a los lugares de donde pertenecía las fotografías. Seguía tomando fotos, al acercarse más al centro del festejo, observaba los alrededores por el visor de su cámara, se dio cuenta de la mujer, ella vestía un traje tradicional blanco con bordados azules, llevaba una corona de flores de la región y adornos como collares largos que caían en su cuello. La observaba detenidamente mientras se acercaba a escondidas a ella.<CAPITULO 7 GUIA DE TURISTAS
En los siguientes días cuando Amelia terminaba su trabajo y compromisos, Joel siempre la esperaba puntual para llevarla a conocer más del lugar, poco a poco ella se sentía más cómoda con él, empezó a gustarle la forma en que le hablaba, como la cuidaba y protegía durante los viajes, en ocasiones hasta la mimaba con la comida. Nunca dejaba de tomarle fotos. Hubo unas en especial donde aparecían los dos muy juntos, con una mano la abrazaba por la cintura y con la otra acomodaba la cámara para tomar la fotografía, detrás de ellos estaba a lo lejos los rayos del sol escondiéndose entre las pequeñas montañas y árboles. En un instante Joel se aventuró y le dio un beso en la mejilla, ella sintio los labios cálidos y giró para verlo, fue cuando él aprovechó… bajó la cámara y la beso en los labios. “Sabía que
Al día siguiente por la noche Amelia llegó junto con su asistente al recinto, llevaba un vestido corto azul rey con tacones altos rojos, sus accesorios eran un juego de una pulsera, aretes y collar con pedrería roja, se veía muy elegante. Caminó sin notar los carteles de la entrada, estaba en una llamada telefónica importante, cuando al final colgó, ya estaba adentro de la sala de exposiciones, observó las fotografías que estaban en la exposición, las fotos en las paredes de ambos lados ilustraban los animales, las personas y paisajes de África, todo alrededor eran parte de lo que ella vivió con Joel en aquel viaje, no podía creerlo, camino lentamente observando una a una las fotos, al final la pared del fondo estaba cubierta de fotos de ella, algunas de ella y Joel abrazados, en el centro había una más grande que las demás, era donde le daba un beso en la mejilla y en el fondo los rayos del sol esc
“Sí tía, estoy muy feliz, Elías y yo hemos estado saliendo juntos, me ha llevado a muchos lugares hermosos”. Dalia se veía radiante, le gustaba mucho la forma en que mejoraba su relación con Elías. El hacía lo posible por estar con ella, la llamaba mientras trabajaba para pedirle que estuviera lista para salir juntos. A veces se quedaban viendo películas en casa disfrutando de la noche. Sonó el teléfono de Dalia. El identificador de llamadas decía -ELÍAS-. “¡Hola!” “Dalia, hoy llegaré tarde, no me esperes despierta, me reuniré con Salvador”. Ella contestó sonriendo. “Está bien, gracias por avisarme, nos vemos”. “¿Era él?”. preguntó su tía Magdalena, m
“Si. Estaba embarazada, era su hijo, pero aborte hace unas semanas, para no perderlo arregle con una conocida que me daría una de sus bebés, ella tendrá gemelas, ella no puede mantenerlas a ambas, pero hace unos días me llamó y dijo que ya no me daría a la bebe, ahora no sé cómo decírselo a Lázaro, si solo pudiera convencer a mi conocida de que me de a la bebe, se que ella no podrá mantenerlas a ambas sola. Le di una suma muy grande de dinero por el bebe y aun así no quiere entregármelo”. “Sabes que después de abortar a mi hijo, el doctor dijo que yo no podría tener más niños. Esa bebe es mi única esperanza de ser madre y retener a Lázaro”. Le decía Teresa sollozando en todo incontrolablemente. Magdalena tomó sus manos tranquilizandola. “Teresa esto… Esto es difícil, deberías ir a verla para convencerla de que cumpla el trato, si ella ya ace
“Yo ni siquiera puedo ir a la piscina…” Dalia sonrió diciéndole. Elías asintió. “Entiendo, ahora que sabes mis miedos, por favor no me lleves a un elevador”. “Ok y tú no me lleves a una piscina, por favor”. Sonrieron torpemente y fueron al restaurante cerca de la playa. Al terminar de comer, pidieron diferentes postres, eran dos piezas de pastel, una era pan de chocolate con cubierta cremosa de chocolate líquido y fresas como decoración, el otro era pan de vainilla, con cubierta de crema que llevaba trozos de piña. “¿Cuál prefieres?”. Le preguntó Elías. “Soy alergia a la piña”. Ella le confesó. Elias asintió. “Ok, toma el de chocolate con fresas”.
Cuando regresaron Salvador estaba comiendo junto con sus compañeros, vieron que Elías llegó con Valery y todos empezaron hacerles buya. “Iré con las chicas, nos vemos más tarde”. Le dijo Valery. El asintió y se sentó cerca de Salvador. “Entonces… ¿Valery?”. Preguntó Salvador. “Si, es mi novia”. Le confesó Elías. “¿Estás… seguro?”. “No entiendo por qué te cae mal, pero es mi decisión, ella me gusta”. Elias le advirtió. “No es que no me caiga bien, mamá comentó que hubo un problema grande con ella y su familia, al parecer tuvo una relación con un maestro que era casado y la expulsaron de la escuela en donde vivía antes, al p