Minutos después de que Warren saliera del departamento llegó Ryan con su rostro inescrutable, ni siquiera h**o una sola palabra, entró dando pasos largos y presurosos en la habitación, yo me encontraba en la misma posición que me había dejado Warren torturada, violada y completamente fracturada.
Primero rompió las ataduras de mis muñecas, seguido la de mis tobillos, estiró mis extremidades y las masajeó para que volviera a circular la sangre con normalidad.Estaba tan adolorida que no podía mover mi cuerpo de esa cama, lo único que pensaba era en salir corriendo de ese lugar, del lado de Ryan ¿Cómo pudo hacerme eso? ¿Cómo tiene el descaro de venir a atenderme después de eso?Me tomó la mano y con sus dedos me cogió de la muñeca, alzó su mano izquierda para ver su reloj. Me tomó el pulso y luego de esto, sacó su teléfono de la parte interna de su abrigo.– Envía una ambulancia a Grenfell Tower en North Kensington. Cuando vaya en camino te hablo para que laLa tensión crecía entre nosotros, lo odiaba por todo, por haberlo conocido, me arrepentía de cada acto que tuviera que ver con él. Y él notó esa rabia en mi mirada. Agachó la cabeza al final, no pudo aguantar mi rechazo y pude ver un destello de tristeza en sus ojos. ¿Por qué es tan difícil ver lo que piensa?Tomó su teléfono celular y tecleo algo, minutos después llegamos al hospital de Saint Thomas. Cuando me bajaron de la ambulancia él simplemente se perdió entre las enfermeras y el resto de gente, me ingresaron a un cubículo de emergencia mientras me hacían un chequeo general. Vi a un hombre caminar hacia mí, me era familiar algo en él, pero mi vista estaba nublada, cuando entró al cubículo lo vi con más claridad, cómo olvidar esos ojos, su presencia seguía siendo pulcra aun con la bata blanca encima. Le tomó unos minutos reconocerme, el golpe en la cara se había inflamado a tal punto que perfectamente me podía hacer pasar por otra persona.
El taxi aparcó frente a la casa y de inmediato me fijé que algo andaba mal, estaban dos hombres vestidos con traje oscuro parados en la puerta de la entrada. – Espere acá, por favor –. Le indiqué al conductor, no llevaba nada conmigo, tenía la esperanza de llegar y pagarle aquí en casa. Todas mis cosas habían quedado en el departamento, lo había meditado por mucho tiempo, me negaba a volver a ese lugar. Bajé del coche y me acerqué a la puerta, intentando parecer segura de lo que estaba haciendo. Apenas di el último paso en el escalón los hombres se movieron para cerrarme el paso. – ¿¡Qué demonios creen que están haciendo!?– Lo siento señora Parck, el señor Caruso nos dejó indicaciones exactas –. Dijo con un tono de importarle poco, ciertamente yo no era un desafío para ese hombre. Era una exageración poner a dos. – ¿El señor Caruso está en casa? –. Le pregunté con sarcasmo, aunque era la última persona que quería ver en este momento, necesit
Ya llevaba un par de horas caminando por la ciudad en búsqueda de un hotel económico, el día se volvía más frio a medida que anochecía, después de gritar y golpearle a Ryan en un estúpido fracaso, salí corriendo del lugar, no había obtenido respuestas de sus actos, pero al menos le había dejado claro que no lo quería volver a ver jamás.Entré a un pequeño y escondido hostal, no necesitaba nada más en el momento, una ducha caliente, era la esperanza de un consuelo, el trueque de un abrazo.La cama era pequeña, algo vieja pero más cómoda que la camilla del hospital. El lugar estaba inundado con un olor a antigüedades, recuerdos y remedios de anciano, seguramente del señor que me atendió al entrar.En el baño no había tina, solo una pequeña ducha. – ¡De eso a nada! – retorcí la comisura de mis labios en conformismo. Tomé mi teléfono, pensaba en mi pequeño y la imposibilidad de verlo, seguramente Warren no me permitirá hablar con él. Así que como última opción l
El dolor que sentía en mi alma parecía irse junto con la sangre, abrí los ojos y empecé a alucinar, me parecía ver a Ryan, sus ojos negros e intensos, esos ojos en los que me había perdido entre orgasmos y caricias, solo me observaba, me observaba con tristeza. El tiempo se había detenido en este eterno instante, solo veía sus ojos, sentí la pesadez en mis párpados y aunque en ese momento me hubiese gustado prolongar mi estadía en la mirada de él. Ya había perdido el control sobre mi cuerpo. Narración especial Ryan Wine. Yo la había traído a este mundo de caprichos, sexo y complacencia. Había insistido tanto para que firmara ese estúpido contrato, me había saltado mis propias reglas teniendo sexo con ella, pero era la única forma de traerla a mi vida, de tenerla conmigo, la deseaba, la necesitaba, la quería desde que la vi sentada en la sala de espera, taciturna de su vida, insatisfecha sexual y emocionalmente. Justo en ese momento me entreg
Me tomó tiempo percatarme que la tira que salía de su nariz y su boca no hacía parte del listón de la venda para los ojos, era sangre, ya casi estaba seca, lo que indicaba que el golpe había sucedido hace ya cierto tiempo. Más o menos el tiempo en el que había visto salir a Williams del edificio o un poco más. Apreté los puños para no dejarme llevar de la ira. Podría salir corriendo en ese mismo instante a buscar a ese infeliz.Le solté las ataduras y traté de masajear con cuidado sus extremidades, veía el dolor reflejado en su cara, aunque no llorara, ni se quejara. Entre los gustos de Williams estaban los amarres, lo había visto hacerlo un par de ocasiones, era muy metódico, sabía lo que hacía, conocía muy bien los límites y estos los había hecho con la intensión de lastimarla, pero porqué dejarla así e irse sin más ni más ¿Qué sucedió acá? ¿Warren en donde encaja en todo esto? ¿Seguirá siendo una simple casualidad haberlo visto salir de aquí? Rogaba porque fuese as
La estuve siguiendo por un largo tiempo, ella si quiera prestaba atención al camino, dio vueltas por varias manzanas y cruzó la calle en varias ocasiones sin ver a los lados. No sabía muy bien en busca de qué o quién iba, hasta que se paró justo en frente de un pequeño hostal. No intenté acércame a ella durante la caminata por la ciudad, quería que se calmara, pensará con más claridad, y quizá más tarde podría hacerlo.Vi que se registró y entró en la pequeña casa adoquinada, me di media vuelta era claro que ella no saldría de allí, fui en busca de comida, seguramente ella no habría comido nada en todo el día y aun llevaba la misma ropa que le puse para llevarla al hospital, así que también fui por algo cómodo para que se cambiara, más que preocuparme por ella esperaba que recibiera mi ofrenda y me permitiese al menos hablar. Necesitaba cinco minutos, tan solo cinco para que me escuchase. Cuando regresé me escabullí al anciano que se había dormido frente a la televisi
Abrí los ojos con pesadez, todo daba vueltas a mi alrededor, lo primero que vi fueron sus largas y oscuras pestañas, su rostro se veía diferente, calmado, tranquilo, viviendo en un mundo ajeno, con sueños y esperanzas. Alejado de toda realidad.Recorrí todo su rostro tratando de grabarme cada línea de su perfecto perfil, sus cejas oscuras que enmarcan su hipnotizante mirada, esa mirada con la que me desnuda el alma. De apoco fueron llegando todos los recuerdos y pensamientos que me invadían antes de…Los últimos recuerdos que tenía era esa misma mirada, bajo ese mismo rostro antes de…Mi corazón se fue acelerando, cada segundo me costaba más respirar, un dolor invadió mi pecho, mi alma y todo mi ser.Antes de… atentar contra mi vida, las imágenes fueron llegando en orden, Williams y Warren abusando de mí, Ryan… ¡Por Dios! Ryan traicionando mi confianza. El abandono de mi familia y sobre todo y lo más importante, Santiago, mi pequeño y en el hecho de jamás vol
– El día… – aclaró su garganta –Ese día yo estaba en el aparcamiento, como en todas las otras sesiones, esperando a verte salir, cansada, satisfecha y con una sonrisa en el rostro. Miró mi reacción.– Vi salir a Williams y de ahí todo empezó en picada, no siguió el protocolo, salí del edificio consolándome con la idea que solo estaba paranoico por mis celos…Esta vez me miró como quien mete la pata, como quien cuenta un secreto. – Estaba hablando con James cuando vi salir… A Warren –Pronunció su nombre entre dientes. – Allí me asusté y fui por ti, mi corazón me indicaba algo que no podía comprender y ahora sí, tu estabas en peligro, de alguna manera lo sabía, pero no supe interpretarlo con anticipación, no la suficiente para haberte salvado.Parpadeó con fuerza y apretó sus puños ¿Acaso Ryan también necesitaba de algo de dolor para centrarse?– Encontrarte allí fue… – Su voz se quebró, su mirada se nubló, podía ver mi dolor y su dolor refl