30. Caminos separados

Hariella se puso un sencillo vestido negro sin mangas y Hermes se colocó un pantalón beige y una camisa blanca.

Disfrutaron los dos solos de los mejores platos de Amelia, sentados en la cama. Hariella devoraba la comida con ansias, se notaba que no había estado comiendo bien, pero el color en sus mejillas ya regresaba. Hasta que, ella dejó los cubiertos de usar los cubiertos. Se puso las manos en el pecho y se levantó con prontitud del colchón, rumbo al baño. Hermes la siguió y le recogió el cabello rubio, mientras ella vomitaba dentro del inodoro.

—¿Estás bien? Quizás la comida te hizo daño por no haber estado alimentándote bien.

—Sí, eso creo. —Hermes le pasó un pañuelo y luego ella se terminó de limpiar en el ostentoso lavabo. Hariella lo vio y él le devolvía la mirada con atención—. ¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así?

—Es que cada día eres más linda —dijo Hermes, sonriendo y haciendo que Hariella tuviera un déjà vu—. No, es que imagina que, eres el hombre que puede entrar a la hab
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo