-¡Joder!- golpeo una de las paredes.
-Alfa- me llama Christine y me giro con mi rostro rojo de ira. Sé que mi lobo está queriendo salir, mi lado humano esta peleando con el más tiempo de lo que he acostumbrado hacer, no soporto tenerlo suprimido.
-No estoy para nadie- me gire y pegue mi frente hacia la misma pared que he golpeado.
-La chica se resiste a comer- ella alza sus manos y vuelvo a golpear la pared.
-¿Quién se cree ella?- digo molesto quitándome de la pared y pisando camino por uno de los pasillos.
El sonido de mis botas está resonando por todo el piso de madera, giro en una de las esquinas y subo unas escaleras hasta que veo el pasillo y como la última puerta sigue estando en silencio.
-¡Maldita sea contigo!- grite golpeando la puerta fuertemente.
-¿Qué quieres? ¡Imbecil!- allí esta ella y su voz de mierda que me está irritando más de lo que otra mujer ha hecho en mi vida.
-¡Debes comer!- golpeo la puerta y siento como los pasos de alguien están acercándose hacia mi destino, mi cabeza de gira y me encuentro con Christopher moviendo una llave en sus manos.
Estoy negando efusivamente y lo veo a él con una bolsa de sangre en su otra mano.
-No la trataremos como una vil chupasangre, Chris- digo viendo la bolsa en su mano y apuntándola.
-¿Lo quieres en un vaso?- me pregunta él, quiero imaginar que está siendo un cretino, pero creo que realmente esta tan preocupado como yo de que ella pueda ingerir algo de comida –Tiene dos días sin comer, si eso me pasara a mi quisiera comerme hasta un elefante- se encoge de hombros y asiento en su dirección.
-Colócalo en un vaso, ni siquiera sé cómo es que ella acostumbra a ingerir eso- apunto la bolsa en su mano y el comienza a ir destino la cocina. -¡Abre la puerta!- grito y de repente me voy como el mayor estúpido.
-Ella es- dice mi lobo, me detengo sin poder entender muy bien que está ocurriendo.
-¿Ella es que?- le pregunto mirando hacia el pasillo por si alguno de mis amigos esta de camino.
-Ella es- gruñe y siento como mi lobo está queriendo salir.
-No- murmuro mientras toco mi pecho –No es momento- veo como Chris está llegando con la bebida en un envase.
-Alfa- agita la bebida y asiento. Estiro mi mano para que la llave caiga en ella. –Estoy detrás de usted- asiento y comienzo a meter la llave en la cerradura.
-¿Ella es que?- murmuro y siento como mi respiración se está agudizando y acelerándose.
-Te dije que valdría la pena buscarla- agito mi cabeza ignorando a mi lobo queriendo decirme algo que no estoy entendiendo. Giro mi rostro y Chris está pegado al otro extremo de la pared y giro la perilla.
-¡Desgraciado!- es lo primero que escucho mientras atajo en el aire a la mujer que estaba lanzándose directamente a mi cuerpo.
-¡Maldita loca!- la tomo por el cuello, veo sus intensos ojos rojos y sus colmillos fuera. Se comienza agitar fuerte en mi cuerpo y la apretó lo más que puedo, mi brazo se engancha en su cintura y la atraigo a mí.
Soy más alto que ella, le saco una cabeza y media. Ella encaja perfectamente en mi cuerpo pero por la mirada que me está dando quiero considerar que me clavaria los dientes en el pecho si pudiera. Y aunque puede no sé por qué no lo ha hecho. ¡Oh claro! La mano en la garganta.
-Debes comer, Victoria- gruño en su dirección. La veo directamente a sus ojos y mi lobo tiene la necesidad incesante de querer lanzarse hacia esta mujer. Mi cuerpo esta complemente presionado a ella.
-Aléjate- sus filosos dientes están queriendo morder algo de mí. Mi garganta se siente seca y veo su cuello, raspo mi lengua con mis dientes en la necesidad de morderla justo allí.
-Vas a comer- Digo cerca de su rostro –Quieras o no- mis lobo está listo para el ataque justo como ella tiene sus ojos rojos para el mío –Chris- murmuro. Nuestras miradas no se apartan.
Mi respiración se agita cuando siento que la mirada de ella se posa en Chris. Quiero que ella me mire solo a mí.
-¡Rápido!- le grito a mi amigo, este se agita y la mirada entrecerrada de ella se vuelve a enfocar en mí, si en mí, en donde debería de estar.
-Ella es- vuelve a decir mi lobo.
Mis ojos buscan algún indicio entre los suyos, Christopher está abriendo su boca a la fuerza justo cuando entra Christine. Sus piernas están pataleando y tengo miedo de que me dé una patada en las bolas y termine logrando que la suelte, pero antes de cualquier acción que ella puede tener Christine esta vertiendo la sangre lo mejor que puede dentro de ella.
Dos gotas de sangre que están bajando por el borde de sus labios dejando la marca roja en su pálida piel, estoy hipnotizado de solo mirarla bajar lenta y espesamente. Ella no ha dicho nada, pero siento que si necesitaba ingerirla.
Ella esta prisionera en mis brazos pero no quiero soltarla incluso cuando han terminado de darle la sangre, aún tengo mi mirada fija en ella incluso cuando ha levantado su rostro y enfocado su mirada enojada en mí.
Aun veo la gota bajar, tengo la necesidad de acercar mi lengua y pasarla por ese lugar ¿Qué me pasa? Quiero agitar mi cabeza pero si lo hago ella ya no estará frente a mí.
-¡Imbécil!- dice ella y siento que escupe un poco de sangre en mi rostro. Aquello deja gotas de sangre regados desde mi frente, mejillas y mi corta barba. Ella está riendo con suficiencia feliz de lo que acaba de hacer, alzo mi ceja y sonrió igual que ella.
Su ceño se frunce cuando mi lengua pasa por la sangre cercana a mis labios, aun esta prisionera en mis brazos y no la deseo soltar.
-Listo- murmura Christine, la tensión de esta habitación se puede cortar, pero es lo que menos quiero yo ahora.
-Tu y yo, podemos jugar el mismo juego, Victoria- mis ojos ya negros están fijos en ella. Se vuelve agitar y mi mano se vuelve a posar en su garganta, sus colmillo están rojos de sangre –Salgan- digo apuntando hacia la puerta. La mirada de Victoria se queda fija en la mía.
Escucho los pasos salir de la habitación –Me las pagaras, humano insignificante- aún tiene las gotas corriendo hasta más debajo de su cuello, casi llegando a su clavícula.
-Estas equivoca en varias cosas, pero tu sola te iras dando cuenta- sonrió antes de pasar mi lengua desde su clavícula hasta la mitad de su cuello antes de soltarla y salir corriendo de la habitación. Cerré la puerta rápidamente antes de sentir sus puños golpear la madera.
Cerré mis ojos y pegue la espalda a la madera tomando respiraciones –Sabe deliciosa- dice mi lobo y asiento en la distancia.
-Lo sé- murmuro con la misma sonrisa cínica que le di cuando estaba en su habitación –Le gusto nuestra sangre- le vuelvo a decir a mi lobo y este gruñe en aprobación, pero el problema real está entre mis piernas y la erección que me ha dejado la hermosa vampira cuando su cuerpo fue prisionero del mío.
-McGregor- el hombre entro a mi oficina como si esto le perteneciera. La temperatura en mi rostro estaba aumentando, primero Victoria y ahora este.-Miracle- le respondo con la mayor calma que no existe en mi pecho, mis labios se aplanan y su sonrisa arrogante aparece en sus labios.Desde que tengo memoria he querido partirle la cara a esta imbécil, mi padre siempre me hizo mantener la raya, pero algunas cosas han cambiado en gran mayoría, mi padre ha muerto y mi paciencia ya está a mi límite.-Siempre tan…- la mueca en sus labios era de burla indudablemente –Lindo- sonríe de lado y se sienta en uno de los sillones frente a mi escritorio.-Nadie te dijo que te sentaras- me levante y estaba rodeando el escritorio cuando el intento montar los pies en la madera.Mi mano dio de lleno con sus botas y cayeron al suelo, su mirada se transformó de burla a irritada.-N
-El desgraciado de McGregor cree que tiene el derecho de tratarme así- su voz es fuerte cuando está hablando con otro hombre delante de él.-Nathaniel- murmuro el otro con el que estaba hablando –Ese vocabulario no está permitido en mi oficina y menos si viene de ti- la voz dura está dando mucho que decir.-Lo siento, padre- el hombre asiente en dirección de él.-Me han dicho que Andrew tiene algo importante en su casa- dice el hombre que está sentado en la silla de cuero negro mirando hacia las afueras, tanto como le permite el gran ventanal, el chico delante de él alza su ceja –Importante- recalca con la voz un poco más suave.-¿Una chica?- pregunta, el hombre se encoge de hombros ante lo que el chico está queriendo preguntar.-Nadie traspasa sus inmensas paredes, pero si algo es la debilidad de McGregor, es un punto a nuest
-No puedo estar sintiendo esto ¡No!- mis pasos se vuelven monótonos mientras camino de un lado a otro en la habitación, siento que las cosas no están bien, entre mi padre y lo de McGregor el día anterior me esta carcomiendo.Su lengua por mi cuello, su lengua dejo un rastro de saliva que me fue inevitable no querer tocar, nunca había sentido algo así por una persona y menos un humano ¿Por qué mi padre confió tanto en él? Yo no creo que él sea un santo.Sus ojos oscuros estaban brillantes cuando entro a la habitación, intente con todas mis fuerzas poder atacarlo pero, pero cuando sus manos se posan en mi cuerpo es como si el reaccionara. No puedo creer la forma en que mis uñas se clavaron, pero el olor de su sangre me pareció los más atrayente que pude admirar.Necesitaba pasar mi lengua por su cuello y poder probarla, sent&ia
-¡¿En dónde está?!- la expresión alterada del hombre dice mucho.-Nunca lo sa-sabrás- murmuro como pudo Gustav mientras sentía su cuello apretado. La mirada del hombre apretó aún más hasta sentir un dolor agudo.-¿Amas mucho a tu hija?- pregunta este mientras el otro que tenía agarrado del cuello, el padre de Victoria seguía manteniendo un fuerte agarre.-Si- dijo como pudo.-¡Señor!- grito la señora que se encargaba de la limpieza del lugar.-Amary- murmuró mientras veía como sus ojos estaban comenzando a cerrarse.-¡Aléjense de él!- grito de nuevo la mujer pero fue tomada por el cuello.-Suéltalo- dejaron caer al hombre, sus manos fueron directo a su cuello tratando de tranquilizar el dolor en la zona afectada –Soy capaz de arrancar tu cuello y quemar
Esto no puede estar pasando ¿Cómo es que Victoria es una Dankworth? ¿Cómo? La mirada interrogante de todos estaba encima de mí. No es de extrañarse que eso pase, me levante como un loco enfurecido y termine saliendo de la cocina.No pude ver a Victoria. Se supone que eso no me tiene que afectar, pero ese Clan siempre ha buscado la forma de asesinarnos a nosotros tanto como en el caso a los vampiros, o en este momento la familia de Victoria.Es decir, tengo que lidiar con un montón de vampiros imbéciles y además con un montón de lobos que son el doble de imbéciles que los vampiros del Clan.Nunca en mi vida pude imaginar que la mujer que está aquí, en mi casa, sea parte de esa familia, ella es complemente diferente a cualquiera de todos los que hemos vistos a lo largo de los años. Es por eso que su padre la quiere cuidar, ella
-¿Quién te dio permiso a entrar?- gruño con mi rostro rojo de rabia y molestia hacia el hombre parado en la entrada de mi casa.-¡No te estreses! Andrew- su voz relajada me está causando que le restriegue el rostro por las piedras que están a las afueras de mi casa –Solo quería venir a saludar- su mano quiere ser colocado en mi brazo y es quitada rápidamente antes de que por lo menos se acercara.-Soy capaz de matarte y no me interesa que tu padre venga a buscarme- mi pose fuerte esta saliendo a flote. A cada esquina tengo a mis amigos y ellos tienen sus brazos cruzados esperado por una batalla que no se ha desarrollado.-Solo quería venir a saludar a tu visita- mi entrecejo se frunce y él sonríe con suficiencia.-Yo no tengo visita- le respondo sin abrir casi mi boca.-¿Cómo qué no?- vuelve a sonreír y trata de
-Andrew- susurraba cerca de mi oído para levantarse lentamente, podía escuchar el latir de mi corazón acelerado mientras la sentía encima de mí. Sus piernas a cada lado de mis caderas y sus movimientos de adelante hacia atrás estaban logrando que perdieran la razón.-¡Oh!- mis labios se abrieron y solté un gruñido, mis manos se apretaron en sus muslos tratando de aguantar mucho más tiempo. Ella necesitaba que durara mucho más.Mi miembro estaba tan dentro de ella que podía sentir lo apretada que estaba.-¡Más! ¡Dame más!- su cabello negro caía en cascada delante de ella creando un velo mientras subía y bajaba, su sudor podía verse entre el valle de sus pechos.Mis caderas comenzaron hacer un movimiento tratando de emparejarse a ella, mientras ella bajaba yo empujaba hacia arriba causando un ri
Vivir en un castillo no me hace ser la persona más atlética que existe, pero cuando caiga la noche estaré perfecta para cualquier situación que se me avecine. Mis pies están molestándome, no soy una de esas vampiras que andan rápido, puedo leerte la mente con solo poner mi mano o incluso hacer que puedas ver el futuro.La sudadera aun esta encima de mi cuerpo para evitar que algo se pueda enredar en mí, las ramas pueden ser muy engañosas. Lamento no haber tomado un poco de la sangre cuando estuve en la casa se Andrew, pero si tan solo hubiera pisado la cocina puedo estar segura que él me tendría un ojo encima al buscar las mil maneras de confesar lo que mi padre estaba pasando.No entiendo mucho el camino que debo recorrer porque no sé cómo fue que llegue aquí, pero cuando pueda encontrar la ciudad mi ubicación puede mejorar, desde all&ia