Capítulo 12

Vivir en un castillo no me hace ser la persona más atlética que existe, pero cuando caiga la noche estaré perfecta para cualquier situación que se me avecine. Mis pies están molestándome, no soy una de esas vampiras que andan rápido, puedo leerte la mente con solo poner mi mano o incluso hacer que puedas ver el futuro.

La sudadera aun esta encima de mi cuerpo para evitar que algo se pueda enredar en mí, las ramas pueden ser muy engañosas. Lamento no haber tomado un poco de la sangre cuando estuve en la casa se Andrew, pero si tan solo hubiera pisado la cocina puedo estar segura que él me tendría un ojo encima al buscar las mil maneras de confesar lo que mi padre estaba pasando.

No entiendo mucho el camino que debo recorrer porque no sé cómo fue que llegue aquí, pero cuando pueda encontrar la ciudad mi ubicación puede mejorar, desde allí se encontrar el castillo o algo así.

Había admirado mucho las cosas desde las alturas pero mi padre siempre me había mantenido encerrada en mi casa. Ahora que me he visto envuelta en la niebla de saber que mi padre ha sido capturado, no encuentro otro motivo para no ir junto a él.

A lo lejos puedo escuchar un poco el sonido de algunos autos. Creo que he estado corriendo por más de media hora, el resto del trayecto lo he estado caminando.

Sé que Andrew y sus amigos podían salir en cualquier momento y encontrarme, es más grande que yo y puedo decir que sus pasos son el doble de largos que los míos por lo que trayecto sería mucho más corto.

Siento cansancio pero aun así sigo caminando lo más que puedo. Entonces lo veo, el atardecer se está poniendo así que mejor me quedo bajo las sombras admirando la ciudad a unos kilómetros de distancia.

Camino por el borde hasta que me topo con que tengo que saltar un muro. Sigo caminando tocando como pueda las piedras que me llevan al recuerdo.

-Mi casa- niego mientras sigo caminando esperando que la luz brillante del sol pueda esconderse. No soy estúpida, Andrew ya tuvo que enterarse que me he escapado así que solo es cuestión de tiempo que me ponga las manos encima, al saber que soy vampira debe saber que espero la noche para terminar de hacer lo que deseo.

Llego al borde y trepo el muro, no es difícil pero puede ser algo tedioso,  cuando ambas manos ya están en el borde  empujo mi cuerpo hacia arriba con toda la fuerza que puedo y mi pierna izquierda se engancha ayudando al resto del cuerpo.  Ahora tengo cada una de mis piernas a cada lado del muro. Entonces el atardecer ha desaparecido y la noche empieza hacer su camino.

Caigo lo mejor que puedo y comienzo a correr por la noche, no tengo mucho tiempo. Mi espalda pega a una de las paredes y veo a un chico dejar una bicicleta, recuerdo que había montado una cuando tenía 100 años, mi padre me la había obsequiado.

-Lo siento- murmuro cuando veo que el chico la ha dejado medio puesta y sin cadena antes de que  su cuerpo pasara por la puerta de una panadera. Miro a los lados y la comienzo a mover esperando que él no se dé cuenta y como lo calcule no lo hizo, una cuadra más adelante la monte y comencé a pedalear.

El problema en todo este plan en saber exactamente cuál de todas las calles me pueden llevar. Me toma más tiempo del que creo y mis piernas cansadas no son el mejor equipo, tengo miedo de que Andrew y su gente me consigan y luego me vuelva a encerrar, es mi momento de poder rescatar a mi padre y ayudarlo. Necesito ayudarlo.

Entonces cuando siento que mi cuerpo no da más lo veo, veo el camino que mi padre siempre me comento que existía para poder llegar a casa. Pedaleo alzando mi cuerpo del sillín y comienzo a entrar en la zona de árboles muy parecido a la que había salido de donde McGregor.

Sigo pedaleando, es más lejos de lo que había previsto así que sigo lo mejor que puedo. Solo falta poco, solo falta poco.

-¿COMO MIERDA SE ESCAPO?- el  bramido es tan fuerte que puedo sentir las ventanas retumbar y algunos cristales fracturarse tanto como mi cordura.

Mis manos se aprietan tan fuerte que puedo sentir la manera en que se desgarran mis músculos –Andrew- la sutil voz de Christine me rompe complétateme.

-¡ELLA ES MI LUNA!- grito tan fuerte para que mi propio cerebro lo entienda.

Siento el peso del momento caer en mis hombros, algunas miradas están tan absortas en mí que incluso desorbitan. Mis piernas fallan y caen como peso muerto hacia el suelo. Mi cuerpo se agita mis manos caen junto a mis piernas tratando de sostener el peso de mi propio cuerpo.

-¡Dios mío!- Katherine suena tan lejos que incluso pueden ser millones de kilómetros. Ninguno se acerca pero mis ojos pican con lágrimas, quiero quitarlas pero no puedo.

-No- gruñe mi lobo a un punto que siento que está muriendo tanto como yo. E inevitablemente no puedo detenerlas. Mis lágrimas caen y por primera vez en años el sollozo retumba en mi pecho.

-¡No!- murmuro y mis manos van en puños a mi pecho.

La mano de Christopher en mi hombro me hace sentir que no estoy solo, lo siento agacharse y sentarse a mi lado y me abraza -¡Joder tío! Soy el menos demostrativo pero si me necesitas aquí estoy-

-Aquí estamos- siento a las tres mujeres sentarse conmigo en el suelo mientras siento que mi pecho se desgarra –Sabíamos que algo pasaba, pero no pensé que tan fuerte- la voz de Susan vuelve a escucharse y su mano en mi hombro es como si quemara.

-Búscala, ella es nuestra- mi cabeza se alza.

-Andrew ¿Estas bien?- me pregunta Susan pero Christopher se levanta de golpe junto a Christine, las otra dos mujeres los imitan y se apartan de mis lados.

La respiración de vuelve peor cada segundo y cuando veo hacia el cielo y la oscuridad ha caído un gruñido alto suena en mi garganta. Mis pasos son largos hasta llegar a la puerta de madera. Ella es mía, es nuestra y nunca será quitada de mis manos.

Ella entenderá por las malas quien es Andrew McGregor y la azotare hasta que su trasero quede rojo y entienda que debe estar a mi lado hasta que el mundo se acabe.

Estoy corriendo lo más rápido que puedo por el bosque hasta que siento como mi lobo está saliendo desgarrando mi ropa  por primera vez en muchos días, él ahora está tomando el control, el pelaje negro está brillando en la noche junto a mis oscuros ojos. Mis garras se entierran en la tierra y escucho del sonido de las ramas quebradas por el peso de mis patas, aunque son breves por la rapidez en que estoy corriendo, el viento frio cubre mi cuerpo.

Escucho otros sonidos y cuando me detengo en seco puedo ver a un lobo completamente marrón  y un lobo blanco.  Christopher y Christine están a mis costados. Asiento hacia ellos bajando mi cabeza y me giro para continuar corriendo, ellos van a mis lados.

 Inevitablemente mi lobo aúlla por la perdida. Mi mate, mi luna debe estar sola, pero cuando la encuentre entenderá que de mí no podrá escapar más nunca.

Me tambaleo en la bicicleta cuando el sonido de unos aullidos retumba en mi cabeza, quiero ignorarlos pero cuando me giro a mirar a mi espalda no me  percato de que el árbol está más cerca de lo que pienso -¡No!- grito y giro la bicicleta lo peor que puedo logrando caerme.

-No puede ser- respiro agitada y veo como el jeans se ha rasgado. Tengo suciedad por todo el cuerpo, veo la bicicleta que ya no es la misma de antes pero creo que aun puedo llegar a donde quiero. Me subo de nuevo y  sigo pedaleando, es posible que pueda llegar antes de que caiga la media noche.

Mis pies duelen y arden pero sé que necesito llegar, necesito saber si mi padre está allí y lo que dijeron es mentira, necesito saber si Amary aún está allí, necesito saber la verdad con la realidad de lo que está ocurriendo. Necesito respuestas a todas las preguntas.

Necesito hablar con quién esa y decirle que he renunciado a ser líder del Clan. Necesito encontrar a alguien con quien hablar, necesito explicar.

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