Vivir en un castillo no me hace ser la persona más atlética que existe, pero cuando caiga la noche estaré perfecta para cualquier situación que se me avecine. Mis pies están molestándome, no soy una de esas vampiras que andan rápido, puedo leerte la mente con solo poner mi mano o incluso hacer que puedas ver el futuro.
La sudadera aun esta encima de mi cuerpo para evitar que algo se pueda enredar en mí, las ramas pueden ser muy engañosas. Lamento no haber tomado un poco de la sangre cuando estuve en la casa se Andrew, pero si tan solo hubiera pisado la cocina puedo estar segura que él me tendría un ojo encima al buscar las mil maneras de confesar lo que mi padre estaba pasando.
No entiendo mucho el camino que debo recorrer porque no sé cómo fue que llegue aquí, pero cuando pueda encontrar la ciudad mi ubicación puede mejorar, desde allí se encontrar el castillo o algo así.
Había admirado mucho las cosas desde las alturas pero mi padre siempre me había mantenido encerrada en mi casa. Ahora que me he visto envuelta en la niebla de saber que mi padre ha sido capturado, no encuentro otro motivo para no ir junto a él.
A lo lejos puedo escuchar un poco el sonido de algunos autos. Creo que he estado corriendo por más de media hora, el resto del trayecto lo he estado caminando.
Sé que Andrew y sus amigos podían salir en cualquier momento y encontrarme, es más grande que yo y puedo decir que sus pasos son el doble de largos que los míos por lo que trayecto sería mucho más corto.
Siento cansancio pero aun así sigo caminando lo más que puedo. Entonces lo veo, el atardecer se está poniendo así que mejor me quedo bajo las sombras admirando la ciudad a unos kilómetros de distancia.
Camino por el borde hasta que me topo con que tengo que saltar un muro. Sigo caminando tocando como pueda las piedras que me llevan al recuerdo.
-Mi casa- niego mientras sigo caminando esperando que la luz brillante del sol pueda esconderse. No soy estúpida, Andrew ya tuvo que enterarse que me he escapado así que solo es cuestión de tiempo que me ponga las manos encima, al saber que soy vampira debe saber que espero la noche para terminar de hacer lo que deseo.
Llego al borde y trepo el muro, no es difícil pero puede ser algo tedioso, cuando ambas manos ya están en el borde empujo mi cuerpo hacia arriba con toda la fuerza que puedo y mi pierna izquierda se engancha ayudando al resto del cuerpo. Ahora tengo cada una de mis piernas a cada lado del muro. Entonces el atardecer ha desaparecido y la noche empieza hacer su camino.
Caigo lo mejor que puedo y comienzo a correr por la noche, no tengo mucho tiempo. Mi espalda pega a una de las paredes y veo a un chico dejar una bicicleta, recuerdo que había montado una cuando tenía 100 años, mi padre me la había obsequiado.
-Lo siento- murmuro cuando veo que el chico la ha dejado medio puesta y sin cadena antes de que su cuerpo pasara por la puerta de una panadera. Miro a los lados y la comienzo a mover esperando que él no se dé cuenta y como lo calcule no lo hizo, una cuadra más adelante la monte y comencé a pedalear.
El problema en todo este plan en saber exactamente cuál de todas las calles me pueden llevar. Me toma más tiempo del que creo y mis piernas cansadas no son el mejor equipo, tengo miedo de que Andrew y su gente me consigan y luego me vuelva a encerrar, es mi momento de poder rescatar a mi padre y ayudarlo. Necesito ayudarlo.
Entonces cuando siento que mi cuerpo no da más lo veo, veo el camino que mi padre siempre me comento que existía para poder llegar a casa. Pedaleo alzando mi cuerpo del sillín y comienzo a entrar en la zona de árboles muy parecido a la que había salido de donde McGregor.
Sigo pedaleando, es más lejos de lo que había previsto así que sigo lo mejor que puedo. Solo falta poco, solo falta poco.
-¿COMO MIERDA SE ESCAPO?- el bramido es tan fuerte que puedo sentir las ventanas retumbar y algunos cristales fracturarse tanto como mi cordura.
Mis manos se aprietan tan fuerte que puedo sentir la manera en que se desgarran mis músculos –Andrew- la sutil voz de Christine me rompe complétateme.
-¡ELLA ES MI LUNA!- grito tan fuerte para que mi propio cerebro lo entienda.
Siento el peso del momento caer en mis hombros, algunas miradas están tan absortas en mí que incluso desorbitan. Mis piernas fallan y caen como peso muerto hacia el suelo. Mi cuerpo se agita mis manos caen junto a mis piernas tratando de sostener el peso de mi propio cuerpo.
-¡Dios mío!- Katherine suena tan lejos que incluso pueden ser millones de kilómetros. Ninguno se acerca pero mis ojos pican con lágrimas, quiero quitarlas pero no puedo.
-No- gruñe mi lobo a un punto que siento que está muriendo tanto como yo. E inevitablemente no puedo detenerlas. Mis lágrimas caen y por primera vez en años el sollozo retumba en mi pecho.
-¡No!- murmuro y mis manos van en puños a mi pecho.
La mano de Christopher en mi hombro me hace sentir que no estoy solo, lo siento agacharse y sentarse a mi lado y me abraza -¡Joder tío! Soy el menos demostrativo pero si me necesitas aquí estoy-
-Aquí estamos- siento a las tres mujeres sentarse conmigo en el suelo mientras siento que mi pecho se desgarra –Sabíamos que algo pasaba, pero no pensé que tan fuerte- la voz de Susan vuelve a escucharse y su mano en mi hombro es como si quemara.
-Búscala, ella es nuestra- mi cabeza se alza.
-Andrew ¿Estas bien?- me pregunta Susan pero Christopher se levanta de golpe junto a Christine, las otra dos mujeres los imitan y se apartan de mis lados.
La respiración de vuelve peor cada segundo y cuando veo hacia el cielo y la oscuridad ha caído un gruñido alto suena en mi garganta. Mis pasos son largos hasta llegar a la puerta de madera. Ella es mía, es nuestra y nunca será quitada de mis manos.
Ella entenderá por las malas quien es Andrew McGregor y la azotare hasta que su trasero quede rojo y entienda que debe estar a mi lado hasta que el mundo se acabe.
Estoy corriendo lo más rápido que puedo por el bosque hasta que siento como mi lobo está saliendo desgarrando mi ropa por primera vez en muchos días, él ahora está tomando el control, el pelaje negro está brillando en la noche junto a mis oscuros ojos. Mis garras se entierran en la tierra y escucho del sonido de las ramas quebradas por el peso de mis patas, aunque son breves por la rapidez en que estoy corriendo, el viento frio cubre mi cuerpo.
Escucho otros sonidos y cuando me detengo en seco puedo ver a un lobo completamente marrón y un lobo blanco. Christopher y Christine están a mis costados. Asiento hacia ellos bajando mi cabeza y me giro para continuar corriendo, ellos van a mis lados.
Inevitablemente mi lobo aúlla por la perdida. Mi mate, mi luna debe estar sola, pero cuando la encuentre entenderá que de mí no podrá escapar más nunca.
Me tambaleo en la bicicleta cuando el sonido de unos aullidos retumba en mi cabeza, quiero ignorarlos pero cuando me giro a mirar a mi espalda no me percato de que el árbol está más cerca de lo que pienso -¡No!- grito y giro la bicicleta lo peor que puedo logrando caerme.
-No puede ser- respiro agitada y veo como el jeans se ha rasgado. Tengo suciedad por todo el cuerpo, veo la bicicleta que ya no es la misma de antes pero creo que aun puedo llegar a donde quiero. Me subo de nuevo y sigo pedaleando, es posible que pueda llegar antes de que caiga la media noche.
Mis pies duelen y arden pero sé que necesito llegar, necesito saber si mi padre está allí y lo que dijeron es mentira, necesito saber si Amary aún está allí, necesito saber la verdad con la realidad de lo que está ocurriendo. Necesito respuestas a todas las preguntas.
Necesito hablar con quién esa y decirle que he renunciado a ser líder del Clan. Necesito encontrar a alguien con quien hablar, necesito explicar.
-Vamos Gustav- el brazo del hombre estaba puesto en el reposa brazo de su sillón de cuero marrón. Este niega efusivamente aunque no sentía que podría aguantar un poco más.-No- el murmuro sale de sus labios e inevitablemente es golpeado.-¡Gustav! ¿Te gusta ser lastimado?- la pregunta vuelve a llegar y el hombre vuelve a negar pero aun así baja la mirada -¿Tu hija vale tanto?-el tono de burla del hombre decía mucho más de lo que se puede considerar –Es una Dankworth, tan mala como lo soy yo--Mi hija no es como tú- sus palabras no eran muy altas y por no decir que eran poco escuchadas por el hombre al cual le interesaba poco el bienestar de Gustav.-Tu mujer era tan asesina como yo- su sonrisa de lado era lo más desagradable que el hombre podría mirar. Su mirada dio directo al suelo con molestia y rabia desbordando de su
-¡Oh Dios!- entraba y salía de la mujer debajo de mí, sus gemidos me alentaban a continuar en mi faena –Más fuerte- murmuro mientras se extendía más en la cama.-Amor- susurro cerca del cuello de la mujer mientras mis embestidas eran cada vez más fuertes y duras, mis manos estaban a cada costados mientras sus piernas apretaban mi cintura. Toque el lado suave de su piel y fue bajando poco a poco hasta llegar a su muslo y alzarlo para llevarlo a mi hombro.-¡Joder!- sus pupilas se dilataron grandemente mientras veía a la mujer debajo de mi recibir todo mi placer –Acércate- me susurro lo mejor que pudo y nuestras bocas se buscaron hasta unirse en un beso desenfrenado. Estaba tan llevado por la sensación de estar dentro de la mujer que inevitablemente me des coordine y mi miembro termino afuera de ella –Maldita sea Nathan! Siempre es lo mismo- me termine
-Victoria- las palabras estaban saliendo de mi como una súplica, casi un ruego y saben algo, nunca le he rogado a nadie, pero dudo mucho no hacerlo al amor de mi vida.-Eres un lobo Andrew, yo soy una vampira, eso es rematadamente imposible- me dice ella mientras está sentada en la cama dándome la espalda sin querer mirarme realmente.-¡Joder Victoria!- me levanto de golpe y me siento en el otro extremo dándole la espalda a ella –No niegues que no sentiste eso- comento tratando de hacerle espacio a mis palabras, pero trato de hacer la seña hacia los dos.-¿Eso?- su tono sale más como pregunta que como reproche -¿Qué es eso para ti? No te estoy entendiendo Andrew- ella se levanta por el movimiento de la cama. Hago lo mismo pero me quedo desde el otro lado de la cama mirándola fijamente.-La necesidad interior, este sentir fuerte- agito
Ella está bajando delante de mí, como si nada de lo que ocurrió en la habitación paso. No me molesta en lo absoluto, ella sabe que me pertenece tanto como yo le pertenezco a ella, le va a costar un mundo entero per yo estaré allí para esperarla. Ya de por sí he esperado mucho tiempo.Mis amigos están sentados en la gran mesa junto a la mujer de servicio, hay otra mujer allí además de ellos y eso me está incomodando ¿Quién es? ¿Qué hace aquí?La mujer se levanta y viene corriendo y se engancha en los brazos de Victoria, quiero gruñirle que se le aleje pero estoy seguro ella terminaría molesta de mi actitud desagradable por no sé quién.Mi ojos se entrecierran hacia ella, una tos me saca de mis pensamientos y me giro para mirar a Christopher que mueve su cabeza hacia un costado. Ella s
Estoy molesta, molesta. No debiera estar pero creo que tengo todo el derecho de estarlo ¿Por qué se fue y me dejo? No se supone que yo tendría que ir con él, ¡Oh no! Claro que no, él siempre tiene que ir con sus amigos a todos lados. Que si Christopher, que si Christine, que si Katherine, que si Susan. ¡Okey no! Esas dos últimas no tienen nada que ver, ellas me caen bien dentro de lo que cabe.Pero siempre quiere estar tirándosela de héroe delante de mí, entiendo que no necesariamente sea por mí. Pero ¡Hey! No estoy pintada en la pared como para que me deje a un lado.-¿Qué te pasa?- escuchó la voz a mi lado. Elisa está mirándome con una sonrisa. Giro mi cuerpo y la veo sentada en la cama. ¡Mierda! No puedo ver la cama de la misma forma.Entiendo que tengo que dejar algunas cosas claras, pero entre esas no q
-Alfa- la suave voz de Christine se vuelve incluso más baja de lo que habitualmente es. Ella está mirando hacia mí. Mi mano se agita y apunto a Christopher para que camine en la otra dirección.La noche está muy oscura pero aun así aprovecho que puedo distinguir a mí alrededor. Veo como Chris está corriendo hacia donde le había comunicado mientras Christine está mirándome de nuevo, apunta la otra dirección y ahora los tres estamos ubicados en zonas diferentes.La estrategia es entrar por los tres lados diferentes. Debo mantener el silencio y caminar lo menos ruidoso posible ¿Cómo lo hare? No lo sé, yo parezco un gigante y todo lo que piso parece que sonara de aquí a mil millas. Algunas luces están encendidas pero me parece algo poco profesional que tengan a Gustav en el piso superior.Según cómo act&uacu
-Tu hija solo tardara un poco en darse cuenta de que en el inmenso castillo no estas, solo es cuestión de tiempo Gustav- Batiste estaba hablando mientras caminaba de un lado a otro.Gustav no estaba en las mejores condiciones, se veía andrajoso y sus vestiduras estaban tan sucias que era poco reconocible, su camisa esta ropa y no sabía para más. Desde que estaba siendo prisionero de los Dankworth no había ingerido nada de sangre y si no lo hacía, estaba propenso a poder morir rápidamente.Quizás su horas o días estaban ya contados pero mientras su pequeña e intrépida Victoria estuviera lejos, el moriría por ellos.Lo peor del caso es que obviamente lo de intrépida le salió a la perfección porque la dichosa mujer estaba de camino a buscar a su padre. No todos los días te cruzas con una vampira que quiere joder el trasero de a
VictoriaSiento como mis pies están alzados y como me están tomando del abdomen. Para detenerme, mis brazos están atados a mi espalda y mis ojos están vendados. Trato de poder moverme lo mejor que puedo pero pueden sentir que el hombre está moviéndose rápidamente hacia una dirección, algunas ramas golpean dejando algunas heridas en mis brazos. Y trato de forcejear, doy algunas patadas hasta que mi espalda golpea el suelo en un sonido sordo.-¡Ahh!- grito. El dolor me atraviesa la columna y ahora siento como el hombre me levanta de golpe y me lanza sobre su hombro. Mis brazos son prisioneros, espero que a Elisa no esté pasando por esto, si ella encuentra a Andrew primero que yo, que seguro es lo más probable. Estoy asegura que el hará hasta la ultimo para encontrarme.Pataleo lo mejor que puedo y siento como el hom