11. Enemigos a muerte
—Me quedaré en mi casa, Ignacio. Llévame a mi casa, por favor —Altagracia se arropa más con la chaqueta que Ignacio le ha propiciado.

—No haré eso, Altagracia. Te llevaré a mi casa, y mañana en la mañana podrás hacer lo que desees.

—Por favor, Ignacio. Llévame a mi casa —insiste Altagracia.

—Ya te dije qué no haré eso. Dormirás en mi casa, ahí estarás mejor protegida porque ya me enteré de lo que hizo ese imbécil. Sé que fue a mi propiedad y te sacó a la fuerza. Si vuelvo a ver a Gerardo no tendré piedad por él y menos por lo que te hizo —Ignacio busca su mano.

Altagracia no experimenta nada de calor aun con la mano de Ignacio en la suya. E incluso, siente incomodidad.

—¿Te hizo algo ese imbécil?

—No quiero hablar de él —Altagracia jala la mano sin tanta fuerza para que Ignacio ya no la vuelva a tocar—, pero no insistas más, Ignacio. Quiero estar en mi casa. Si la policía viene con alguna noticia de mi bebé, irán a mi casa.

—No —Ignacio es contundente en sus palabras—, te llevaré a mi
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo