Capítulo2
Theobald se sintió algo avergonzado.

—¿Por qué te empeñas tanto en buscarte problemas? Este es un matrimonio aceptado por su majestad, y aunque Desislava entre a la familia, ustedes estarán en partes separadas de la mansión. Ella no competirá contigo por el control de la casa y lo que tú tanto valoras, a ella no le interesa. —Replicó Isabella.

—¿De verdad crees que me aferro al control de la casa?

La casa del general no era fácil de manejar, solo la medicina de su madre requería decenas de reales de plata cada mes, sin contar con los gastos en comida, ropa, y en mantener las relaciones sociales a flote, todo lo cual demandaba dinero.

La mansión era antes solo una fachada vacía, por eso durante el último año, Isabella había estado usando su patrimonio para cubrir los gastos y este era el resultado de tanto esfuerzo. Theobald perdió por completo toda paciencia.

—Olvídalo, no discutiré más contigo. Solo necesitaba informarte. Estés de acuerdo o no con esto, el resultado no cambiará.

Su esposa lo observó alejarse, sintiéndose aún más desolada. Juana la observó y mientras lloraba comentó.

—Señorita. Su marido ha sido demasiado cruel. —Ella con frialdad le respondió.

—¡No lo llames así!, aún no hemos consumado el matrimonio, por lo tanto, no es mi marido. Ve a traerme mejor la lista de todo mi patrimonio.

—¿Para qué necesita la lista de la dote? —Isabella le dio un golpecito en la frente.

—Tonta, ¿piensas quedarte en una familia así? —La doncella se cubrió asombrada la frente y renegó.

—Pero, este matrimonio fue arreglado por su padre, el deseo de don Díaz de Vivar era que te casaras y tuvieras muchos hijos.

Al mencionar a su padre, los ojos de Isabella se llenaron de lágrimas. Él nunca tuvo amantes, solo se casó con una mujer, su madre, y tuvieron seis hijos varones y una hija mujer. Todos sus hermanos fueron al campo de batalla junto a su padre, hace tres años, en una feroz batalla en el sur, ninguno de ellos regresó.

Ella había nacido en una familia de militares, y aunque era solo una niña, practicó artes marciales desde muy pequeña. A los siete años, su padre la envió al Cerro de los Cerezos, para aprender artes marciales y estrategias militares con un maestro. Hasta que bajó de la montaña a los quince años, se enteró de que tristemente su padre y hermanos habían muerto un año antes. Su madre lloró tanto al punto de que se le hincharan los ojos, y la abrazó diciendo.

—De ahora en adelante, tienes que ser como las otras jóvenes de familias nobles, debes encontrar un buen marido, casarte y tener muchos hijos, vivir una vida tranquila... Recuerda, solo te tengo a ti.

Su corazón se sintió como si le arrancaran un pedazo, tan adolorido que ni siquiera podía llorar. Entonces, dedicó un año a aprender las virtudes femeninas y las habilidades básicas de una ama de casa. Quería hacer muy feliz a su madre. Como la hija legítima de Melquíadez Díaz de Vivar, muchos pidieron su mano en matrimonio, además era conocida por su inmensa belleza.

Su madre eligió a Theobald Vogel porque él juró ante ella que, si se casaba con Isabella, nunca tendría amantes. Pero hace medio año, toda la familia de Melquíadez había sido masacrada de manera cruel y despiadada. Todos, incluyendo ancianos, mujeres y niños, incluso los sirvientes no se salvaron. Cada cuerpo tenía cortes, y los restos estaban mutilados.

El sobrino más pequeño de Isabella, hijo del tercer hermano, tenía apenas dos años y medio, y había nació después del fallecimiento de su amado padre. Las autoridades locales capturaron a algunos de los culpables, descubriendo que eran espías provenientes de Valles de Montealto.

Las tensiones en el frente de batalla eran bastante altas, y los espías de Valles de Montealto estaban dispuestos a revelar sus identidades para aniquilar por completo a toda la familia de Melquíadez, matando de una manera que parecía un verdadero acto de venganza. Cuando Isabella se enteró, corrió de regreso a la mansión solo para encontrar los cuerpos mutilados de su abuela y su madre.

Toda la mansión estaba empapada de sangre, y cada cuerpo mostraba signos de haber sufrido una muerte terrible. Ahora, era la única sobreviviente de la familia. La idea de volver a sus añorados tiempos florecientes era imposible, al menos eso creían los demás. Después de lo que había sucedido, todos pensaban que ella era solo una mujer débil.

Pero Desislava Maiquez era diferente a todas. Ella había logrado méritos en batalla, era la primera mujer general del reino, y tenía el apoyo incondicional de la viuda emperatriz. Por eso, con Desislava apoyando a Theobald, su camino sería más seguro, por lo que la familia Vogel naturalmente aceptó este matrimonio.
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