Cap.9 Separados pt.2

Mientras tanto a él lobo  le agonizaba su alma internamente. Está tan conmocionado por qué el lazo que comparte con Karenina casi se ha roto, sólo se mantiene vivo porque se aferra a vivir pero realmente estaba herido. Las almas de ambos estaban unidas desde hace tanto tiempo, ellos habían nacido para amarse y vivir juntos.

Había pasado años añorando poder completar la unión, que ahora que la dejo ir le ha costado desgarrar su alma y eso lo tenía al borde de la muerte. Pero el no quería obligar a su pareja a quedarse con él y no ser feliz, quería que ella lo amará de verdad y no por cumplir con la promesa.

Deseaba que la compatibilidad de sus almas los uniera para amarse y fueran felices juntos el resto de sus vidas, formar una familia él ya hasta imaginaba como serían sus cachorros y los nombres que le gustaría para ellos.

Comenzó a soñar con Karenina recordando lo poco que había compartido con ella, desde la primera vez que la vió.

En los sueños de Lukyan:

Un cachorro de lobo corria y saltaba muy feliz en la nieve en medio del bosque, estaba cerca de sus padres y hermanos que cortaban y repartían la carne de la presa recién cazada.

Entre los árboles pudo ver una luz blanca y está parecía llamarle, jugando la persiguió por unos minutos y sin notarlo ya se había alejado bastante de dónde estaba el resto de la familia.

Sentada llorando en un tronco se encontraba una niña, la pequeñita  llevaba un abrigo con capucha roja parecía perdida, el cachorro al verla triste le dolía su pecho. Se acercó tranquilo a ella y lamió su mano para llamar su atención, cuando lo miró con sus ojos brillosos y llenos de lágrimas él sintió como si le mirara a través de si hasta el alma.

Enseguida le sonrió como si lo reconociera, le abrazó con fuerza como si lo extrañará desde hace años con eso lleno de amor y paz el alma al inocente cachorro, el abrazo fue muy cálido y reconfortante que duraron unos minutos así juntos disfrutando de la compañía del otro.

—Mi nombre es Karenina y quiero ser tu amiga perrito.

El lobito ladro, salto y meneo su colita en seña de que le agradaba la idea.

—Muy bien ven vamos a jugar.

Nuevamente el cachorro con emoción se levantó meneando la cola, con sus orejitas arriba y la lengua de fuera demostrando su aprobación.

De alguna forma no les hacía falta más para entenderse mutuamente.

Así pasaron horas jugando entre los árboles con los animales pequeños que había en los alrededores.

Sin tener en cuenta todo el tiempo que ya había pasado, los padres de dos los habían estado buscando. Hasta que la mamá loba los encontró juntos sentados comiendo un poco de pan dulce que Karenina llevaba consigo.

La loba se les quedó mirando sin moverse ni llamar a su hijo hasta que la noto el sólo se levantó y caminó lentamente hasta ella. Al parecer la loba había notado algo en esa niña.

La niña no parecía asustada en lo más mínimo como si estuviera segura de que no la lastimará.

—Me llamo Karenina y quiero ser amiga de su cachorro.

Le hablo la pequeña como si supiera que la entendía.

De repente se escucho como varias personas se apresuraban.

Al llegar esas personas y la loba se reconocieron de inmediato, sin alarmarse trataron de llevarse a la niña.

—¡Hija ven, Karenina ven amor!— la llamo su madre extendiendo sus brazos para que regresará con ella.

—Adiós  perrito mañana vuelve por favor— se despidió inocente la niña acariciando la cabeza de su amigo.

—¡Vámonos hijita!— la volvió a llamar con más desesperación.

—¡Ya voy mami!— respondió y corrió a los brazos de su madre.

Entonces el lobito le ladro para despedirla y vio como caminaron hasta desaparecer de su vista.

Ese sueño lo reconfortaba y dejo de sentir tanto dolor en su pecho, así pudo descansar más tranquilo.

Por otro lado en el bosque:

—Yuri no encontramos nada en el bosque, no hay rastro de una pelea o algún animal herido— le informaba Akim.

—Entiendo, entonces iré al pueblo ahí tengo que encontrar respuestas— respondió molesto.

—Te acompaño amigo, pero que crees encontrar ahí Lukyan es capaz de arrasar con todo el pueblo sin ayuda de nadie ¿Porqué crees que ellos pudieron dejarlo así?— le pregunto Akim.

—No lo sé pero quizás lo envenenaron o algo así, mi madre necesitará respuestas cuando volvamos— contestó Yuri encaminandose hacia Oymyakon.

En casa de Franka:

—Señora no encontramos como llevar a la señorita Karenina a la ciudad— entrando a la casa le informo Antón.

—Necesitamos más tiempo señora, para poder reparar la camioneta y llevarla segura, caliente y cómoda todo el camino hasta la ciudad— le comentó Iván.

—Si entiendo por favor sigan haciendo lo que puedan, por favor— pidió desesperada.

—Si señora, ya está por amanecer y podremos seguir trabajando— contestó Antón.

—Muchas gracias por todo, ustedes nos han ayudado tanto— les dijo sincera.

Los lobos que habían tomado su forma humana paseaban cerca.

—¿Hueles eso?— dijo olfateando —Por aquí logro distinguir el aroma de Lukyan, ven— le dijo a Akim.

—¿Porque estará aquí su aroma?— curioso siguió a Yuri.

—Parece que  viene de esa casa, entremos— ordenó rápido.

El par de jóvenes irrumpieron en la casa asustando a los presentes.

—Es ella, esa mujer tiene la marca del aroma de Lukyan— aviso Akim apuntando a la jovencita.

—¿Qué?— confundido y enojado dijo—¿Que le hizo esa mujer a mi hermano?— les gritaba.

—¡No sabemos a qué se refieren!— les gritó Franka a los lobos.

—Esa mujer huele a él es más tiene el abrigo de Lukyan puesto— replicó Yuri enfadado.

—¿El lobo, el lobo es tu hermano?— sorprendida hablo Franka —¿Qué le pasa a él?— espero respuesta pero no hubo sólo la veían —Mi hija se perdió y el la trajo de regreso después de eso, el lobo se fue y ella se desmayo— les explico.

—Oh entiendo— le contestó Yuri —Hay que llevarnos a esa mujer Akim— le ordenó.

—¡¿Qué no porque?!— reclamó Franka —Por favor dime porque— le pidió a Yuri.

—Porque mi hermano se está muriendo por tenerla con él y se la llevaré— respondió tomando a Karenina en brazos.

—¡No no no pueden! ella tampoco está bien— trato de impedir que se la llevarán.

—Mamá dejá que me lleven yo quiero estar con Lukyan— casi sin voz hablo con toda la fuerza que tenía.

—Pero hija estás tan fría que si te exponen al clima afuera puedes morir— le respondió angustiada.

—Mamá quiero verlo por favor mamá quiero verlo llévame— suplicó y volvió a dormir.

—Ya la escuchó señora déjela ir a lado de su lobo y futuro esposo— le advirtió Yuri.

—Esta bien pero déjenme acompañarla, quiero ver qué se mejore por favor señor— le pidió a Yuri.

—Muy bien pero sólo usted y nadie debe seguirnos, entendido— advirtió a todos.

Akim tomó en sus brazos a la jovencita, Yuri y Franka caminaban enfrente de él. Al salir del pueblo Yuri acomodo a Karenina en la espalda de Sasha ya en forma de lobo, y el cargo a Franka para poder correr a toda velocidad y así llegarían a casa en 20 minutos.

   

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