Desperté de a poco en poco con pesadez en mis párpados y con una sensación de mareos en mi cabeza. Sin la menor idea de dónde estaba y sin recordar bien lo que había pasado.
Trataba de abrir por completo mis ojos y enfocar bien mi vista, estaba algo oscuro todo el lugar sólo era iluminado por la luz que desprendía el fuego de una pequeña fogata que se encontraba encendida ahí. Parecía que la encendieron para mantener más cómodo el lugar, comencé a tener más conciencia y note que estaba en una cueva o algo así.
De golpe me di cuenta de que estaba desnuda, sin nada de ropa rápidamente intenté tomar algo para no ser vista y sólo me cubría el cuerpo una cobija de piel suave y muy abrigadora con un pelaje de color blanco con manchas grises. Al buscar con la mirada en los alrededores dónde podría estar mi ropa note que la cobija no era solo una, si no más bien me habían acomodado una cama improvisada para que pudiera descansar.
Después de pasar la impresión de notar mi desnudez, sentí de inmediato un fuerte dolor que recorría todo mi cuerpo. Tenía marcas delatando que estaba golpeada en múltiples lugares y con heridas no muy graves en mi piel, mi cabello mojado y sin rastro alguno de sangre.
Eso significa que alguien me rescató, me trajo aquí, me desvistió, limpió mi cuerpo y heridas, me acomodo está cama y me puso a descansar aquí.Mire que había encendido la fogata para secar mi ropa que obvio estaría mojada y la de alguien más que al parecer era un hombre. No pude evitar sentir una mezcla extraña entre la gratitud y la vergüenza por todo lo que había hecho esa amable persona por mi.
Intentando saber quién me había ayudado tanto para agradecerle por todo, tome fuerza para levantarme pero me resultó demasiado doloroso y difícil, estaba muy lastimada como para no sentir molestia alguna pero no era insoportable el dolor. Mi esfuerzo no resultó inútil me pude sentar en la cama y me envolví en la cobija para mantenerme caliente y así me quedé para esperar con paciencia el regreso de quién me había salvado la vida.
Lo único que podía hacer era tratar de recordar cómo había llegado aquí y porque estaba tan lastimada. Cuando de repente escucho que algo se acerca y me pongo alerta aunque duela si es necesario tendré que defenderme.
Me puse de pie sosteniendo la cobija, entonces ví como un animal muy grande se encamina hacia adentro de la cueva. Con pasos lentos pero pesados demostrando que no tenía prisa alguna se acercó más y más a mi, cuando estuvo frente a la fogata lo ví claramente entero de las patas a la cabeza.
Era un lobo gris, pero no era uno normal o por lo menos yo no había visto uno tan grande. Su presencia me intimidaba pues era un gran perro, pero no parecía querer hacerme daño así que en realidad no estaba asustada. Cómo el lobo me miraba fijamente sin moverse me sentí a salvó, de una forma que no podría explicar me sentía muy cómoda junto a él.
Lo observé para notar todos sus detalles característicos para poder diferenciarlo de su manada, además de su resaltante tamaño, lo que más me llamó la atención fue su pelaje completamente blanco eso era muy extraño pues se supone debería también ser gris.
Me ganó la curiosidad y me acerque a él, entonces ví sus intensos ojos que eran peculiares pues tenían heterocromia un ojo era azúl muy claro y el otro era color avellana y ese par de ojos era inconfundible. En ese instante tuve un recuerdo muy vivido de cuando era una niña de 10 años.
Flashback.
Estaba caminando tomada de la mano de mi abuelita, nos detuvimos enfrente de un hombre muy alto y de aspecto rudo que nos estaba esperando acompañado de un niño. Ellos charlaban de cosas de adultos que parecían muy importantes pero que yo no entendía.Cuando me asome para que me viera aquel señor también pude ver a ese niño parado viéndome y sin pensar dije:—¡Mira abuelita el niño tiene los ojos como el lobo que me encontré en el bosque!.Entonces mi abuelita me reprendió por decir esa clase de cosas, pero yo no lo dije para hacer notar del mal modo los ojos del niño. Sólo estaba segura que ese par de ojos era irrepetible y que no estaba equivocada ese niño me miraba igual que aquel lobo que me había encontrado en el bosque y con el que había jugado toda la tarde en la nieve muy feliz.
Entonces al recordar a ese niño de aquella noche y ahora estar viendo a ese lobo grande con la mirada idéntica enfrente de mi me quedé en shock, casi podría jurar que estaba segura de mi suposición y al mismo tiempo yo misma me juzgaba loca tenía una lucha interna en mi mente que no podía acallar.
Sin pensarlo más camine lentamente hasta estar enfrente de él, quien no se movía ni un centímetro solo dejo que yo llegara hasta donde estaba. Estando de frente levanté mi mano derecha que era la que estaba libre y despacio intenté tocarlo, pero me daba miedo pues no dejaba de ser un feroz y salvaje lobo, que tal si yo lo sólo estaba loca y ese animal no me reconocía y me atacaba para que no lo tocará.
Él lobo blanco bajo su cabeza para que yo pudiera tocarlo más fácil y así deje de temblar, ahora estaba segura de que el era el mismo lobo de hace años. Pero yo no lo recordaba tan grande aunque son recuerdos de la infancia pueden estar equivocados.
Él lobo parecía disfrutar de mis caricias y pedir más y más, frotaba su cara en mi mano y para darle gusto solté mi cobija y lo acaricie con mi mano izquierda también. Esto lo puso más feliz ví como meneaba más su larga y peluda cola, después frotaba su rostro en el mío y me empezó a lamer con emoción toda mi cara dejándome llena de baba.
Así estuvimos varios minutos el lamiendo mi cara y yo acariciando detrás de sus orejas, bajo su hocico, bese su frente y lo abrace como pude trataba de demostrarle que lo recordaba y mi gratitud pues imaginaba que su dueño había sido quien me ayudó.
Por costumbre le hable a aquél lobo cómo le hablaba a mi perro.
—¡Ay que buen perro muchas gracias!— con tono cariñoso le dije y lo seguía mimando —¿Dónde está tu dueño eh?.
Inmediatamente el lobo dejo de juguetear, se quedó quieto viéndome como cachorro y bajando las orejas y la cola. Después se alejo de mi agachó la mirada y comenzó a cambiar de forma, lentamente tomaba más la figura de un hombre joven, alto, de complexión musculosa y grande, con el cabello algo largo y blanco, piel pálida y por fin levantó la mirada efectivamente ese par de ojos que ví en el niño y reconocí en él como lobo eran los mismos.
Me quedé muy impresionada lo que acababa de pasar se supone que no debería de ser posible, no podía moverme no podía creerlo.
Nos quedamos mirando un par de minutos, el me miraba como pidiendo disculpas y triste y por mi parte le miraba impresionada y confundida.Y recordé que estaba desnuda justo enfrente de un hombre que también lo estaba, con mucha vergüenza y cerrando mis ojos tome la cobija nuevamente y cubriendo mi cuerpo di media vuelta y me aleje de él sin decirle nada solo regrese y me senté en la cama.No entendía nada de nada, no creía lo que acababa de ver y es que era muy impresionante verlo en sus 2 formas. Él en su cuerpo de lobo era muy intimidante porque era obvio un macho alfa muy feroz, pero su cuerpo humano no se quedaba atrás su rostro apuesto y figura musculosa eran casi perfectos.Se acercó hasta mi cama sin parecer importarle seguir sin ropa, se inco enfrente de mí y se inclinó.—Discúlpame, parece que te asusté y no tienes porque yo sería incapaz de lastimarte— habló con su voz ronca y grave.
Después de casi 2 días enteros de viaje, por fin habían llegado al pueblo de sus abuelos Oymyakon todo el paisaje parecía como de un cuento, el bosque de coníferas nevado, las montañas enteramente blancas, el río helado corriendo entre el hielo sólido y los sonidos de los animales en estado salvaje.A pesar de que Franka no había pasado mucho tiempo en el pueblo todos mostraban hospitalidad y eran muy amables pues sabían de quién era hija y las recibieron cálidamente. Las llevaron a la casa de su familia, dónde se encontraba la señora Viktoria.—Hola ¿Cómo sigue mi madre?— dijo Franka nadamás cruzar la primera puerta de la casa.—Hola querida, sigue estable pero está muy cansada— contestó Ivanna —Ven aquí mira que tengas años de no verte— le dijo para abrazarla.Después de unos minutos recorriendo el pueblo Karenina y Ania decidieron que ahora sí entrarían a la casa de la abuela.—Ven Ania supo
Agitado cargando el cuerpo de Karenina llegó a una cueva en la montaña, la dejo un momento en el suelo para tomar su forma humana.Tenía que quitarle la ropa mojada para que su cuerpo pudiera tomar calor otra vez, la comenzó a desvestir con la mayor calma y cuidado que su mente le permitía pues no le era fácil concentrarse. Agradeció que estuviera inconsciente pues de otro modo no se atrevería a tocarla para ayudarla a quitarse sus prendas que ya estaban hasta rotas.Aunque no quería verla sin su permiso pero tenía que para también limpiar las heridas de su cuerpo, cuando quitaba cada prenda y descubría más de la tersa y delicada piel de su mujer más se inquietaba. Trataba de mantener la calma, pues moría por tocar esa deliciosa piel y marcarla, le temblaban las manos y se le hacía agua la boca, tragaba saliva con dificultad para acallar sus instintos de morder a su presa.Finalmente logro terminar de desvestirla, la tomo en brazos y la llevó hasta la cama hecha de
Después de comer tranquilos la deliciosa carne de la libre, estaban ambos muy cómodos sentados tan cerca que Karenina podía recargarse en el hombro de Lukyan.—¡Auch!— gritó y se recostó en el hombro izquierdo de él.—¿Qué pasa te lastimaste?— alarmado le preguntó.—No es nada sólo que al reírme me dolió el costado, ahí tengo una gran marca morada— le explicó ella.—Aaah claro te golpeaste mucho, lamento que mi forma de lobo te haya asustado tanto— dijo sonando triste.—No te preocupes ya no pasará ahora se que eres tú y ya no tendré miedo ni voy a huir de ti— sonrojándose le afirmó.—Nunca te haré daño pequeña, tú y yo nacimos el uno para el otro— sin timidez le declaró.—Lukyan ¿Cómo puedes decir algo tan serio así sin más?— le cuestionó ella escondiendo la vergüenza.—¿Eh porqué, que tiene de malo?— confundido la miro como acomodaba su rostro s
Mientras en el pueblo la gente estaba de luto por la partida de su amiga Viktoria y la desapareción de su nieta Karenina, la madre y hermana de esta última estaban inconsolables. Solo mantenían la leve esperanza de que pronto volviera y ellas la esperarían.Por su parte en la cueva.Karenina y Lukyan seguían conociéndose más a fondo el uno al otro.—¿Qué pasó todo este tiempo contigo?— le pregunto Lukyan con tono de molestia.—¿Entonces si eras el niño de esa ocasión verdad?— le respondió curiosa.—Si en esa reunión se suponía que tú y yo seríamos presentados oficialmente como futuros esposos, pero no pasó nada— le afirmó Lukyan.—¿Eh enserio, yo no sabía nada eso? Es decir según yo sólo estaba acompañando a mi abuelita a la reunión con un hombre en medio del bosque— le aclaro ella.—¿Porqué, como no te lo dijeron?— se sorprendió de la respuesta.
Después de escuchar el relato Karenina se quedó pensando un momento, ella recordaba un cuento similar que le habían contado de niña pero en su cuento el final no era feliz y tampoco parecía una historia de amor.Porque si era algo que conectaba a las 2 familias desde hace tanto tiempo en su familia aquello parecía más una sentencia y no una promesa, todos los recuerdos que creía insignificantes por ser de una niña pequeña ahora tenían sentido.—Lukyan cuando era una niña me contaban un cuento parecido, pero para mí no era una historia con final feliz— le confesó.—¿Entonces como es la historia que te contaron a ti?— interrogó a la jóven.—Pues mira no recuerdo lujo de detalle pero bueno.Y así Karenina comenzó a relatar el cuento que su abuela solía contarle.Mi abuelita decía que hace muchos muchos años atrás nuestra familia no vivía en el pueblo de Oymyakon.
Cuando Lukyan vió a esa mujer consolando a su amada entendió que era su madre, aprovecho el momento y se fue corriendo hacia el bosque tratando de huir de sus sentimientos, de no arrepentirse de dejar a Karenina en el pueblo y llevársela con él.Entre más se alejaba de ella más le costaba seguir corriendo, el sentimiento de su corazón destrozado le quemaba en el pecho cada vez más y más.La ansiedad de la separación le desgarraba el alma, toda su vida había estado esperando por casarse con ella y ahora que por fin había vuelto a encontrarla, que la tuvo sólo para él ahora tenía que dejarla ir.Las cosas no eran como las espero por todos estos años, ella no lo esperaba ni mucho menos quería quedarse con él. No quería pero tenía que dejarla irse, no la obligaría a nada.Sin poder soportarlo más se detuvo y aulló dejando salir toda la tristeza que sentía, después simplemente se desplomó en la nieve quedando incon
Mientras tanto a él lobo le agonizaba su alma internamente. Está tan conmocionado por qué el lazo que comparte con Karenina casi se ha roto, sólo se mantiene vivo porque se aferra a vivir pero realmente estaba herido. Las almas de ambos estaban unidas desde hace tanto tiempo, ellos habían nacido para amarse y vivir juntos.Había pasado años añorando poder completar la unión, que ahora que la dejo ir le ha costado desgarrar su alma y eso lo tenía al borde de la muerte. Pero el no quería obligar a su pareja a quedarse con él y no ser feliz, quería que ella lo amará de verdad y no por cumplir con la promesa.Deseaba que la compatibilidad de sus almas los uniera para amarse y fueran felices juntos el resto de sus vidas, formar una familia él ya hasta imaginaba como serían sus cachorros y los nombres que le gustaría para ellos.Comenzó a soñar con Karenina recordando lo poco que había compartido con ella, desde la primera ve