Agitado cargando el cuerpo de Karenina llegó a una cueva en la montaña, la dejo un momento en el suelo para tomar su forma humana.
Tenía que quitarle la ropa mojada para que su cuerpo pudiera tomar calor otra vez, la comenzó a desvestir con la mayor calma y cuidado que su mente le permitía pues no le era fácil concentrarse. Agradeció que estuviera inconsciente pues de otro modo no se atrevería a tocarla para ayudarla a quitarse sus prendas que ya estaban hasta rotas.
Aunque no quería verla sin su permiso pero tenía que para también limpiar las heridas de su cuerpo, cuando quitaba cada prenda y descubría más de la tersa y delicada piel de su mujer más se inquietaba. Trataba de mantener la calma, pues moría por tocar esa deliciosa piel y marcarla, le temblaban las manos y se le hacía agua la boca, tragaba saliva con dificultad para acallar sus instintos de morder a su presa.
Finalmente logro terminar de desvestirla, la tomo en brazos y la llevó hasta la cama hecha de pieles de linces boreales con las que también las cubrió, aún necesitaba limpiar sus heridas para evitar la infección para eso requería agua del río, así que volvió a tomar su forma lobuna y salió a buscar con que hacer una fogata para ayudarla a entrar en calor y secar su ropa.
Después de unas horas y bastante esfuerzo Lukyan por fin tenía la fogata encendida y había limpiado las heridas de Karenina. Ahora ella estaba descansando tranquila y el lobo estaba sentado enfrente de la fogata entrando en calor, porque para hacer lo necesario había tomado su forma humana y mojado sus ropas.
Lukyan la observaba dormir y con atención contemplaba los rasgos de su mujer, aún que para él ella ya desprendía su aroma que era inconfundible.
Tenía el cabello lacio, largo y castaño, piel bonita que se coloreaba de rosa por el frío, ojos que por lo que pudo ver son color avellana y ahora al estar cerrados eran adornados por unas largas pestañas, nariz pequeña, carnosos y rosados labios. Era pequeña, de complexión delgada y figura delineada con hermosos detalles que aún cuando no debía ya había visto y grabado en su memoria, sus piernas bien torneadas y pies pequeños.
Pensó en permanecer en su forma de lobo para cuidar de Karenina y dar rondas de vigilancia en los alrededores, así salió a caminar en busca de una presa pequeña para cocinar y ofrecerle algo de comer a su mujer cuando ella despertara.
Al volver a la cueva con una libre de montaña en el hocico notó que Karenina ya estaba sentada esperando su regreso, al entrar soltó su presa y caminó lentamente para no asustarla como la última vez, al llegar a la fogata se detuvo esperando que ella tuviera la confianza de acercarse a él sin presionarla.
Después de un momento ella se acercó a él y lo comenzó a acariciar, esto lo volvía loco estaba fascinado sintiéndose amado por su mujer que se dejó llevar por su instinto y lamió la cara de su nueva dueña, tan feliz que pedía más amor y ella lo complacía con más caricias eso lo tenía rendido a sus pies.
Al parecer ella lo había reconocido y hasta lo abrazó, empezó a hablarle.
—¡Ay que buen perro muchas gracias!— con tono cariñoso le dijo y lo seguía mimando —¿Dónde está tu dueño eh?.
Esa pregunta lo descolocó como que dueño, su única dueña era ella y nadie más podía ser llamado así. Por esa razón decidió volver a su anatomía humana para poder aclarar el mal entendido.
La reacción de shock de ella y que después de verlo sólo se alejo de él sin hablarle lo tenía muy confundido, porque no le decía nada es que acaso no lo reconocía o peor no gustaba de él, se había decepcionado y por eso su rechazo. Se sintió culpable quizá era que ella aún estaba asustada, así que decidió pedir disculpas por si la había asustado o incluso si no era lo que ella esperaba de su pareja.
Se hincó enfrente de ella y habló pidiendo disculpas, pero Karenina le respondió que no era miedo sólo era confuso y no podía creerlo. Eso tenía sentido para el cómo ella no vivía en la taiga pues no tenía contacto con los hombres lobo, pero ella le cuestionó por cuántos más había como el y le aclaro que toda una manada quienes eran su familia los desendientes de Simeón.
Karenina continuaba con sus preguntas que para Lukyan parecían extrañas pues él asumía que ella sabía de la existencia de su clan, de la manera de la conexión entre sus familias y la promesa ancestral de su compromiso para que ambos se casarán.
Al desesperarse un poco le dijo lo de su pronta boda y ocurrió algo que le resultó muy extraño ella se desmayo, la alcanzó a tomar para evitar el golpe al caer y ahí sin saber que más hacer la volvió a recostar. Se vistió para que cuando despertará poder charlar con calma y cómodamente.
Después de unos minutos la jovencita se volvió a despertar, al verlo intentó volver a ponerse de pie pero Lukyan le pidió no hacerlo
—No hace falta descansa o sí quieres lo que quedó de tu ropa ya está seca podrías vestirte si así lo deseas— hablo con voz baja para no asustarla él sabía que en ocasiones podía sonar muy dominante.
—Si me gustaría vestirme ¿Me ayudarías acercandome mi ropa, por favor?— le respondió tímidamente la joven.
El tomo las prendas y las acomodo para dárselas a su dueña, cuando las dejo a su lado ella lo miro con su rostro y orejas ruborizadas.
—¡Ah descuida te daré la espalda y prometo no mirar!— dijo nervioso pues ya había visto —Puedes vestirte con calma y si lo necesitas pídeme ayuda— agregó amable.
—Gracias eeemmm ¿Cómo te llamas?— preguntó avergonzada la jovencita.
—Mi nombre es Lukyan y tú ¿Cómo te llamas?— ahora él cuestionaba.
—Me llamo Karenina— respondió feliz —¿Así que tú vives aquí?— curiosa volvió a indagar.
—Si con todo mi clan somos más o menos 400 todos juntos— contestó él animado.
—Oh ya veo entonces todos son como tú, vaya que impresionante no imaginé que los cuentos fueran ciertos— decía ella mientras continuaba vistiendo —¿Oye y el resto de mi ropa?— volvió a sonar confundida.
—Aaammm pues se rompió con los golpes de las ramas al engancharse y pues ya no sirve para abrigarte— le informo.
—Ya entiendo, ¿Puedo usar todavía tu cobija para abrigarme?— pidió.
—Claro te lo puedes quedar Karenina— respondió de inmediato.
—Muchas gracias Lukyan a si y ya puedes voltear a verme vamos a platicar— le dijo animándole a continuar.
—Muy bien con mucho gusto Karenina, pero ven acércate al fuego para que te mantengas caliente— le dijo y la tomo en brazos una vez más.
La sentó en una roca plana que él había acomodado ahí para ella.
—Mira mientras dormías puse a cocinar está libre ¿Te gustaría comer?— le ofreció.
—Oh eres muy amable, si si me gustaría comer gracias— agradeció con una sonrisa.
Lukyan al verla sólo pudo pensar "perfecta".
—Asi que bueno pues dormiste toda la noche y ya es hora del desayuno además tienes que recuperar fuerzas— le dijo correspondiendo la sonrisa.
Después de comer tranquilos la deliciosa carne de la libre, estaban ambos muy cómodos sentados tan cerca que Karenina podía recargarse en el hombro de Lukyan.—¡Auch!— gritó y se recostó en el hombro izquierdo de él.—¿Qué pasa te lastimaste?— alarmado le preguntó.—No es nada sólo que al reírme me dolió el costado, ahí tengo una gran marca morada— le explicó ella.—Aaah claro te golpeaste mucho, lamento que mi forma de lobo te haya asustado tanto— dijo sonando triste.—No te preocupes ya no pasará ahora se que eres tú y ya no tendré miedo ni voy a huir de ti— sonrojándose le afirmó.—Nunca te haré daño pequeña, tú y yo nacimos el uno para el otro— sin timidez le declaró.—Lukyan ¿Cómo puedes decir algo tan serio así sin más?— le cuestionó ella escondiendo la vergüenza.—¿Eh porqué, que tiene de malo?— confundido la miro como acomodaba su rostro s
Mientras en el pueblo la gente estaba de luto por la partida de su amiga Viktoria y la desapareción de su nieta Karenina, la madre y hermana de esta última estaban inconsolables. Solo mantenían la leve esperanza de que pronto volviera y ellas la esperarían.Por su parte en la cueva.Karenina y Lukyan seguían conociéndose más a fondo el uno al otro.—¿Qué pasó todo este tiempo contigo?— le pregunto Lukyan con tono de molestia.—¿Entonces si eras el niño de esa ocasión verdad?— le respondió curiosa.—Si en esa reunión se suponía que tú y yo seríamos presentados oficialmente como futuros esposos, pero no pasó nada— le afirmó Lukyan.—¿Eh enserio, yo no sabía nada eso? Es decir según yo sólo estaba acompañando a mi abuelita a la reunión con un hombre en medio del bosque— le aclaro ella.—¿Porqué, como no te lo dijeron?— se sorprendió de la respuesta.
Después de escuchar el relato Karenina se quedó pensando un momento, ella recordaba un cuento similar que le habían contado de niña pero en su cuento el final no era feliz y tampoco parecía una historia de amor.Porque si era algo que conectaba a las 2 familias desde hace tanto tiempo en su familia aquello parecía más una sentencia y no una promesa, todos los recuerdos que creía insignificantes por ser de una niña pequeña ahora tenían sentido.—Lukyan cuando era una niña me contaban un cuento parecido, pero para mí no era una historia con final feliz— le confesó.—¿Entonces como es la historia que te contaron a ti?— interrogó a la jóven.—Pues mira no recuerdo lujo de detalle pero bueno.Y así Karenina comenzó a relatar el cuento que su abuela solía contarle.Mi abuelita decía que hace muchos muchos años atrás nuestra familia no vivía en el pueblo de Oymyakon.
Cuando Lukyan vió a esa mujer consolando a su amada entendió que era su madre, aprovecho el momento y se fue corriendo hacia el bosque tratando de huir de sus sentimientos, de no arrepentirse de dejar a Karenina en el pueblo y llevársela con él.Entre más se alejaba de ella más le costaba seguir corriendo, el sentimiento de su corazón destrozado le quemaba en el pecho cada vez más y más.La ansiedad de la separación le desgarraba el alma, toda su vida había estado esperando por casarse con ella y ahora que por fin había vuelto a encontrarla, que la tuvo sólo para él ahora tenía que dejarla ir.Las cosas no eran como las espero por todos estos años, ella no lo esperaba ni mucho menos quería quedarse con él. No quería pero tenía que dejarla irse, no la obligaría a nada.Sin poder soportarlo más se detuvo y aulló dejando salir toda la tristeza que sentía, después simplemente se desplomó en la nieve quedando incon
Mientras tanto a él lobo le agonizaba su alma internamente. Está tan conmocionado por qué el lazo que comparte con Karenina casi se ha roto, sólo se mantiene vivo porque se aferra a vivir pero realmente estaba herido. Las almas de ambos estaban unidas desde hace tanto tiempo, ellos habían nacido para amarse y vivir juntos.Había pasado años añorando poder completar la unión, que ahora que la dejo ir le ha costado desgarrar su alma y eso lo tenía al borde de la muerte. Pero el no quería obligar a su pareja a quedarse con él y no ser feliz, quería que ella lo amará de verdad y no por cumplir con la promesa.Deseaba que la compatibilidad de sus almas los uniera para amarse y fueran felices juntos el resto de sus vidas, formar una familia él ya hasta imaginaba como serían sus cachorros y los nombres que le gustaría para ellos.Comenzó a soñar con Karenina recordando lo poco que había compartido con ella, desde la primera ve
Tras su llegada rápido acudieron más personas a recibirlos, tomaron a Karenina y ayudaron a Franka a bajar de Yuri.Él tomo su forma humana y se cubrió rápido para explicarle a Irisha la situación.—Hermana lleva a esa mujer con nuestra madre dile que es la prometida de Lukyan— le ordenó.—Enseguida Yuri— acato la orden y la llevo suavemente en brazos.Gritando entro a su casa lo que alarmó a Anastasia y a Valka.—¿Que ocurre hija?— pregunto Valka acercándose a ella y la ayudo a recostar a la jovencita —¿Quien es ella Irisha?— insistió confundida.—Madre dice Yuri que ella es la mujer de Lukyan— le explicó.—Ahora entiendo porque están ambos así, hay que dejarlos estar juntos para que puedan despertar y recuperarse— les indico a las dos.—Madre ya estamos aquí en que ayudamos— dijo Akim entrado a la habitación.—Tú y Yuri lleven a Lukyan a las aguas termales ya están haya mis ayudantes alistando las cosas— les ordenó estresada —I
En el Pueblo:—¿A dónde se fue mi mamá y que paso con mi hermana?— pregunto Ania a Ivanna que seguía en shock —Contestame por favor contestame.—Ella se llevó a Karenina con una curandera, pero no sé si podrá volver— muy preocupada respondió.—¿A qué se refiere?— indagó —¿Entonces que hacemos dígame?— insistió desesperada.Por otra parte en la manadaHasta que las desesperadas madres de los dos interrumpieron la atmósfera y y] la pasión desbordante de los lobos.—¡Lukyyyaaaan! ¡Kareniiiinnaaa! ¡¿Están bien?!— se escuchó la vos de ambas detrás de la puerta.En ese instante se rompió la burbuja de amor de los enamorados. Se dieron cuenta de lo apasionado que había sido el beso porque no podían regular su respiración y notaron que estaban desnudos abrazándose.Llena de pena y completam
El tranquilo desayuno había terminado y todos debían volver a sus labores, eso incluía a Lukyan pero ahora él y Yuri se alistaban para llevar a las visitantes de regreso a su hogar.—Confiamos en ustedes por ser descendiente de Lisaveta y la prometida de mi hermano, por eso las dejamos saber de nuestra manada— les explico Yuri —Pero para nosotros es de crucial importancia mantenernos en secreto así que, espero no verme en la necesidad de— dijo con un tono de amenaza.—¡Basta!— hablo Lukyan con una voz fuerte lo que hizo obedecer a Yuri sin más —Ahora tienes que llevar a la señora Franka que yo llevaré a mi prometida— le indico.Así nuevamente Karenina monto a Lukyan para disfrutar su paseo, pero su madre no podía decir lo mismo ella iba aferrada con miedo al pelaje de Yuri.Al llegar de regreso al pueblo la despedida fue difícil.—Tranquilo cariño aquí estaré esperando por ti, vuelve mañana y e