Alfa Michel acaba de salir, y aún se nota en el aire el penetrante aroma de su caro perfume. Lo aspiro intentando descubrir que marca es la que lleva, pero no soy capaz de averiguarlo, a pesar de que desde niña he sido muy aficionada a adivinar las colonias con las que mis conocidos se perfuman.
Escucho el sonido del teléfono, que me desconecta del aroma que ha quedado en el despacho y lo cojo aún aturdida.
- Oficinas Greatmore, encantada de saludarle, ¿en qué puedo ayudarle?
- ¡Bella! - responde una voz enfadada- ¿qué demonios haces aún ahí?
- ¿Perdón?
- Soy Beau, ¿acaso te has olvidado de que tu verdadero trabajo es vigilar a ese asqueroso lobo y estás jugando a la secretaria eficaz?
Beau es el jefe de los cazadores; de hecho, es el jefe más joven conocido en toda la historia de esta organización, solo tiene veinticinco años, y sucede a su padre, que murió en un ataque a una manada de lobos. Al parecer, según cuentan los rumores que circulan por toda la sede de los Cazadores, al buen hombre lo despedazaron, y no quedó de él ni un solo miembro reconocible, ni siquiera la cara.
- Beau, lo siento, estaba distraída.
- Bella, nos jugamos muchísimo en esta misión, te he elegido a ti porque creo que estás preparada, pero si no es así, no me hagas perder el tiempo, dímelo y mandaré a otra persona a cubrir tu puesto.
- No, claro que estoy preparada, llevaba mucho tiempo esperando una misión en solitario.
- Entonces ve a ese restaurante, y averigua que demonios ocurre aquí, porque nosotros no teníamos constancia de que el lobo estuviera comprometido.
Me cuelga antes de que me dé tiempo a responderle que salgo inmediatamente, y azorada por las palabras de Beau, el líder de los cazadores, salgo casi corriendo de la oficina.
Trabajo en un inmenso edificio del centro de la ciudad, y aunque tiene seis ascensores, todos parecen estar ocupados en el momento en que yo pulso con fuerza los botones de bajada. Cuando al fin llego a la puerta, más de diez minutos después, ya que parece que es hora punta y que todos los ejecutivos de esta empresa van a salir a comer a la vez, me detiene el guardia de seguridad al que saludo cada mañana.
- Finn, voy con mucha prisa, el jefe se ha marchado de la oficina sin firmar unos documentos muy importantes.- improviso sobre la marcha, ya que no puedo decirle que en realidad trabajo para los Cazadores, y que me han mandado a hacer de espía del que es mi jefe y Alfa de una importante manada.
- Si, ya veo,pero es que llevas la blusa llena de manchas.
Y cuando bajo la mirada y compruebo que efectivamente parte de la ensalada del Alfa ha quedado sobre mi ropa, maldigo interiormente mi mala suerte. Si subo de nuevo, y me pongo la blusa de recambio que guardo en un cajón de mi escritorio, perderé tanto tiempo, que seguramente ni siquiera llegue a encontrar a Alfa Michel. Así que doy las gracias al guardia de seguridad por avisarme, y me desabrocho la blusa. Debajo de ésta llevo una camiseta de tirantes, que aunque no es la más apropiada para trabajar, servirá para ir por la calle.
Llego al restaurante sudando, porque aunque está muy cerca, temo no poder ver a la mujer que acompaña a Alfa Michel; ya ha pasado casi media hora desde que él salió a comer, y no suele pasar mucho rato fuera de la oficina al mediodía.
En el Sant’Angelos hay una absurda cantidad de personas esperando a ser atendidas por el host que los va colocando en las mesas que previamente habían reservado, y yo taconeo en el suelo intentando disimular mi nerviosismo. Cuando por fin me toca el turno, el host, que va con un traje elegante, de color oscuro, me mira fijamente, con cara de desdén que parece decir que yo no tengo suficiente categoría para estar en ese lugar.
- ¿Tiene usted reserva, señorita?
- No,no tengo…
Me corta antes de que pueda hablar, y me dice que en ese caso, no puede hacer nada por mi, porque el restaurante está completo.
- Lo que quería decirle es que vengo a buscar a mi jefe, para que firme unos documentos importantes. Él tiene una reserva para comer aquí.
- Ah, claro, en ese caso, dígame su nombre y veré si puede atenderla en este momento.
Lo fulmino con la mirada por la forma en que ese hombre me impide la entrada al restaurante, y espero en la entrada eternamente, pensando en todos los escenarios posibles que podrían darse, y en ninguno de ellos salgo bien parada; por suerte, el host aparece finalmente y me hace una seña para que lo siga. ¡Una seña! Como si yo fuera un perro, y él mi amo; aún así, lo sigo n silencio, observando con disimulo las delicias que sirven en todas las mesas. A fin de cuentas, yo ni siquiera he comido. Cuando al fin llegamos a la mesa, me encuentro con mi jefe y la mujer más hermosa que he visto nunca.
Tiene el cabello rubio platino, muy liso, y perfectamente peinado. Me fijo en la gracia con la que se mueve, en sus ojos de color acero observándome con curiosidad, y en la elegancia con la que viste, a pesar de que solo lleva un vestido de verano de color blanco con motitas rojas.
- Bella.- me dice Alfa Michel observando mi aspecto con una mirada que no consigo interpretar.- ¿Qué ha pasado?
Estoy pensando una mentira rápida, mientras busco en mi bolso la tablet con la que le presento todos los documentos que él firma durante el día, y entonces, su prometida, se inmiscuye en la converación.
- Michel, querido, no seas tan maleducado, la chica debe de haberse saltado el almuerzo para localizarte, ¿por qué no la invitas a comer?
Me siento a la vez contenta y molesta; contenta, porque si consigo pasar un rato a su lado, obtendré información muy valiosa para la organización de los Cazadores.
Miro con la peor de mis miradas a Cathy, pero ella no parece darse cuenta de que la invitación que ha hecho no tiene sentido, así que, al final me siento yo también y las observo sin ningún disimulo.- Bueno, Bella, deje que le presente a mi prometida, Cathy Anders.Puedo darme cuenta del escrutinio al que mi secretaria somete a Cathy; tiene la mirada fija en su cara de porcelana, y la mira como si fuera un plato de comida en mal estado, y por algún motivo, eso me hace sentir alegre. ¿No debería parecerme grosero el comportamiento de esta nueva secretaria?Cathy no es realmente mi prometida, pero eso Bella no lo sabe, y espero que siga siendo un misterio, porque si saliera a la luz la verdadera identidad de Cathy, se encontraría en un grave peligro del que ni yo, como Alfa de mi manada podría sacarla.- Bueno Cathy, veo que ya te has presentado tú misma a nuestra recién llegada, déjame decirte que Bella no lleva mucho tiempo con nosotros, pero está muy comprometida con la empresa. La
Estoy en la sala de control de la guarida de los Cazadores, y no puedo dejar de golpear la moqueta con el zapato derecho. Es una manía que tengo, y que suele exagerarme cuando estoy nervioso, pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo.Bella debería haberse puesto en contacto hace horas, pues ya son casi las siete de la tarde, y desde la hora de comer, no sé nada de ella. Me juego mucho al haber asignado a una chica tan joven e inexperta a esa misión, pero yo sé lo que me hago, sé que Bella es nuestra mejor opción para dar caza al bastardo de Alfa Michel, y no precisamente por su inteligencia. La pobre mocosa es tan simple, que cuando la escogí para la misión dio varios saltitos en la silla, y me dio las gracias un millón de veces.Sé que es perfecta para el puesto de secretaria, ya que desde la mesa de al lado podrá oír muchas conversaciones, verá muchos correos electrónicos con información jugosa, y llegará a conocer información con la que ahora solo podemos soñar.Aún así, a pe
No puedo creer lo exigente que está siendo esta tarde Alfa Michel. Llevamos al menos cuatro horas en su despacho, con él dictándome mensajes, respasando su agenda, pidiéndome infinitas cosas que ni siquiera sé como se hacen…- Anotado.- digo cuando acabo de apuntar la última tarea en la lista.- ¿hay algo más que pueda hacer por usted ahora?- No, todo bien.- responde Alfa Michel con su sonrisa enigmática.- puedes volver a tu sitio.Me giro para salir por la puerta, pensando en que tengo que llamar urgentemente a Beau para ponerlo al tanto de la situación, y antes de que me haya dado tiempo a dar un paso, Alfa Michel vuelve a llamarme.- Bella.- dice. Con un tono mas dulce.- no es necesario que me llames de usted, ya hemos comido juntos, creo que es suficiente para romper el hielo. Puedes tutearme.Cabeceo para hacerle saber que me parece correcto, y salgo del despacho al fin. Voy al baño, me coloco un poco la ropa, el pelo, retoco mi maquillaje, y a la vuelta, con disimulo, busco el
- ¿A qué clase de mujeres te refieres Bella?- Yo no quería decir, bueno es que yo…Me estaba haciendo un lío sola, porque acababa de recordar que mi jefe es un hombre comprometido, y quizá mis comentarios anteriores han podido ofenderlo.- ¿No eres la clase de mujer que come algo antes de echarse a dormir?- ¿Qué?Me había descolocado completamente con esa pregunta, ¿qué es lo que quería decir?- Si, me refería a que pensaba invitarte a cenar para compensar tus horas extra, y ya que tu hora de salida ha pasado, supongo que tendrás la nevera vacía y pocas ganas de ir al supermercado a llenarla. Pero si te he ofendido, me disculpo, no pretendía insinuar nada inapropiado, te lo aseguro.¡Joder! La había liado con mi agresivo comentario. Al parecer Alfa Michel no tenía segundas intenciones con su invitación, y seguramente, en estos momentos, estaría pensando que soy una histérica que se cree el centro de atención.- Lo siento, yo pensaba…- No, de verdad, lo comprendo, solamente trataba
Pagué al taxista, y bajé del coche sin esperar a que me diera el cambio; estaba demasiado nerviosa, ¿y si Beau se daba cuenta de que había besado a Alfa Michel? No podía ni imaginarme su cara de decepción al descubrirlo.- Beau. No esperaba encontrarte aquí.- Oh, menos mal que llegas.- me responde él con una expresión inescrutable en sus ojos verdes.- llevo horas esperándote, ¿dónde estabas?Podría confesar la verdad, pero temo tanto que descubra que he besado a un lobo (a pesar de que ese beso haya sido el mejor de mi vida), que miento con una excusa estúpida e improvisada.- Siguiendo a la prometida del Alfa.- ¿De verdad? Vaya, vaya, muy bien, novata. No podía imaginarme que hicieras algo así por tu cuenta.- Si, si, se me ocurrió en cuanto llegué al restaurante.- Bueno, ¿y qué has descubierto?Y ahí es donde mi plan terminaba, ¿cómo podía haberme inventado una excusa tan terrible? Después de la comida en Sant’Angellos yo volví a la oficina, y Cathy comentó que tenía unas compras
Me estoy volviendo loco recordando una y otra vez el beso que acabo de compartir con mi secretaria. Bueno, Bella, porque en mi mente no es mi secretaria, sino mi futura Luna. ¿Es posible que ella se haya dado cuenta de lo que acaba de ocurrir? Bella es mi pareja destinada.Lo más frecuente es que los compañeros destinados se den cuenta de que lo son en cuanto se ven, es como un reconocimiento mutuo que les impide apartar la mirada, y les revuelve las entrañas. En el caso de los Alfas… no siempre sucede así. Es más difícil que la compañera destinada sea reconocida de una forma tan sencilla, en concreto en mi caso, acabo de darme cuenta al besarla.Reconozco que su perfume me volvía loco aunque cerrara la puerta que separa su despacho del mío, es como si se colara por debajo del quicio de la puerta y entumeciera mis sentidos… pero no sospechaba que era porque Bella es mi compañera elegida por la diosa Luna para mi.Es solo mitad loba, y hasta donde sé, no parece haberse convertido nunca
Bella, mi pequeña, ha desaparecido. Ya sé que últimamente ella y yo no hemos estado de acuerdo en muchas cosas, pero desde que se fue de casa clamando venganza contra los hombres lobo (tras descubrir que su padre era uno de ellos, pero nunca la reconoció como hija suya), nunca ha dejado de ponerse en contacto conmigo. A veces me llama y hablamos un rato largo, otras me envía un mensaje en el que pone que está muy ocupada, pero que se encuentra bien; y en ocasiones, me envía postales. A ella siempre le ha gustado enviar postales, dice que es como si estuviera de vacaciones, aunque procedan del lugar en el que lleva meses viviendo. Así que si, tengo una importante colección de postales de Ennisburgh, que es donde vive y trabaja desde hace un tiempo.Yo no estoy de acuerdo con su vida dedicada a la venganza, ni con que se una a esos desalmados de cazadores, que lo único que hacen es matar a lobos por su raza,ya sean culpables de algo o no. Pero cuando Bella me dijo que iba a unirse a los
Mi mente sigue dando vueltas, sé que hace ya varias horas de mi conversación con la madre de Bella, pero me resulta muy difícil hacerme a la idea de que ella es mi hermana. La pequeña y simpática Bella es mi medio hermana, y encima caza hombres lobo.En fin, esta información ya la digeriré más adelante, ahora lo que debo hacer es ponerme a llamar a conocidos y hacer averiguaciones discretas.Ciertamente, Mariam tiene razón en lo que dice, si alguien se entera de la descripción de mi medio hermana, y sabe a lo que se dedica, su lindo cuello estará en un peligro aún mayor; ningún lobo siente simpatía por los cazadores, en especial de las últimas matanzas.Hace unos meses, los cazadores cogieron a un grupo de escolares que habían salido de excursión, se los llevaron, los torturaron, y al darse cuenta de que no podían aportar ningún tipo de información útil, los mataron y los dejaron en medio del bosque en pedazos. No eran más que unos críos, doce años tenía el mayor.Y así, se cuentan po