Miro con la peor de mis miradas a Cathy, pero ella no parece darse cuenta de que la invitación que ha hecho no tiene sentido, así que, al final me siento yo también y las observo sin ningún disimulo.
- Bueno, Bella, deje que le presente a mi prometida, Cathy Anders.
Puedo darme cuenta del escrutinio al que mi secretaria somete a Cathy; tiene la mirada fija en su cara de porcelana, y la mira como si fuera un plato de comida en mal estado, y por algún motivo, eso me hace sentir alegre. ¿No debería parecerme grosero el comportamiento de esta nueva secretaria?
Cathy no es realmente mi prometida, pero eso Bella no lo sabe, y espero que siga siendo un misterio, porque si saliera a la luz la verdadera identidad de Cathy, se encontraría en un grave peligro del que ni yo, como Alfa de mi manada podría sacarla.
- Bueno Cathy, veo que ya te has presentado tú misma a nuestra recién llegada, déjame decirte que Bella no lleva mucho tiempo con nosotros, pero está muy comprometida con la empresa. La mayoría de días, incluso me acompaña a casa para poder poner al día la agenda.
Puedo notar como Bella me atraviesa con sus ojos de gata, si, ya sé que trabajo muchas horas y que a ella le toca trabajar realmente duro para poder entregarme a tiempo todo lo que le pido, pero también tiene que reconocer que cobra lo mismo que algunos de mis ejecutivos junior, a pesar de que su puesto es de menor responsabilidad.
- Si, es un trabajo muy exigente, eso tengo que reconocerlo; pero me gusta trabajar aquí, hay buen ambiente, y las otras chicas de la planta me han acogido muy bien.
Cuando se acerca el camarero para ver que queremos comer, veo como mira a Bella con cierto desprecio, supongo que por su ropa de mala calidad, que contrasta con la que lucen la mayoría de comensales en las mesas.
- Disculpe.- le digo en un tono duro que sé que intimida a todos con quienes hablo.- me gustaría que esta mesa la atendiera otro camarero, ¿puede hacérselo saber al encargado del local?
- Disuclpe, señor, ¿he hecho algo que pueda molestarlo?- me mira con la cara desencajada, y me alegro de ello, porque no está bien que un camarero trate así a una de mis invitadas.
- Quiero que otro camarero, con mejores modales, atienda esta mesa y trate a mis invitadas con el respeto que merecen.
- Lo lamento mucho, no he querido incomodarlo, discúlpeme.
- Otro camarero.- repito en un tono más alto, más grave y aún más intimídante.
- No es necesario.- dice Bella con la mirada pegada al mantel.- no voy vestida de forma adecuada para comer en este sitio, soy yo la que está de más.
Veo que Bella hace un amago de levantarse, y de pronto me parece muy joven, muy vulnerable y poco adaptada a la gran ciudad en la que vivimos. Trato de hacer memoria sobre su currículo, y recuerdo que esta chica no había vivido nunca antes en la ciudad, así que no es extraño que se sienta un poco sobrepasada por todo lo que está viviendo.
- No, Bella, vuelva a tu asiento, porque te aseguro que ninguna invitada mia va a ser tratada de este modo.
Mientras discutimos entre nosotros, llega el encargado, y muy azorado pregunta qué es lo que está ocurriendo, ya que varias mesas se han girado para comprobar a que se debe el pequeño alboroto que hemos montado al solicitar el cambio de camarero.
- Menos mal.- exclamo yo cuando veo al encargado que me mira con los ojos desencajados.- al parecer sus camareros han dejado de ser tan eficientes como antes, y este camarero en particular.- digo, mientras señalo al hombre que estaba atendiendo nuestra mesa hasta ese momento.- ha tratado de muy malas formas a mi invitada, la señorita Bella.
- Ya veo, ya veo, no se preocupe, es usted un cliente excepcional, de ningún modo vamos a dejar que esto quede así.
- Si, eso espero, porque ha sido realmente desagradable tratar con un camarero tan poco educado. De hecho, mi acompañante ha estado a punto de irse por sus rudo tratamiento.
- Yo mismo atenderé esta mesa durante toda la comida, que por supuesto corre a cargo del restaurante, y me aseguraré de que el dueño del establecimiento despida a este camarero que lo ha hecho sentir incómodo.
Cuando al fin nos toman nota, y el camarero rudo se va siguiendo al encargado con la cabeza gacha, Cathy me mira conmocionada, con los ojos un poco enrojecidos, y me dice:
- Eso era totalmente innecesario, Michel.
- ¿Es que no te has dado cuenta de la forma en que nos estaba tratando? En especial a Bella, que se ha sentido muy incómoda durante todo este tiempo.
- Lo sé, Michel, tal vez habría sido suficiente con quejarte un poco, o con no dejarle propina, pero ese numerito, Michel… ¿es que no te das cuenta de que el pobre hombre va a quedar sin empleo por tu reprimenda?
Cathy es siempre así, buena por naturaleza, incapaz de pensar que un trabajador que te trata mal merezca un castigo tan severo. Sé que se siente mal por lo que el futuro depara a ese hombre, pero yo no puedo evitar ser agresivo, y marcar mi posición allá donde voy, a fin de cuentas, soy un Alfa.
- Cathy, sé que tú eres una blanda, y que habrías ignorado el comportamiento maleducado del camarero, pero yo no soy capaz, no me gusta que me traten de ese modo, y sabes de sobra, que si alguien se mete en mi terreno, o me traiciona, ataco y destrozo.
Cathy sigue murmurando algo sobre la justicia social, y que no tengo sentido de la proporción (lo cual quizá sea cierto),pero lo que realmente llama mi atención, es la expresión de Bella.
Bella que debería sentirse contenta, o al menos aliviada porque ese hombre deje de mirarla de tan mala forma, tiene una expresión de temor en los ojos que me confunde. Quizá sea cosa mía, o a lo mejor no le han gustado mis formas, pero esa expresión de temor en mi nueva secretaria me pone sobre alerta, ¿de qué tiene ella miedo? ¿Acaso Bella no es la joven bonita y tímida que yo pienso que es?¿Es solo que teme que me porte así con ella si no es eficiente en su trabajo? ¿O es que acaso oculta algo bajo esa fachada de mosquita muerta que está siempre disponible para el jefe? No lo sé, pero tengo claro que voy a descubrirlo.
Estoy en la sala de control de la guarida de los Cazadores, y no puedo dejar de golpear la moqueta con el zapato derecho. Es una manía que tengo, y que suele exagerarme cuando estoy nervioso, pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo.Bella debería haberse puesto en contacto hace horas, pues ya son casi las siete de la tarde, y desde la hora de comer, no sé nada de ella. Me juego mucho al haber asignado a una chica tan joven e inexperta a esa misión, pero yo sé lo que me hago, sé que Bella es nuestra mejor opción para dar caza al bastardo de Alfa Michel, y no precisamente por su inteligencia. La pobre mocosa es tan simple, que cuando la escogí para la misión dio varios saltitos en la silla, y me dio las gracias un millón de veces.Sé que es perfecta para el puesto de secretaria, ya que desde la mesa de al lado podrá oír muchas conversaciones, verá muchos correos electrónicos con información jugosa, y llegará a conocer información con la que ahora solo podemos soñar.Aún así, a pe
No puedo creer lo exigente que está siendo esta tarde Alfa Michel. Llevamos al menos cuatro horas en su despacho, con él dictándome mensajes, respasando su agenda, pidiéndome infinitas cosas que ni siquiera sé como se hacen…- Anotado.- digo cuando acabo de apuntar la última tarea en la lista.- ¿hay algo más que pueda hacer por usted ahora?- No, todo bien.- responde Alfa Michel con su sonrisa enigmática.- puedes volver a tu sitio.Me giro para salir por la puerta, pensando en que tengo que llamar urgentemente a Beau para ponerlo al tanto de la situación, y antes de que me haya dado tiempo a dar un paso, Alfa Michel vuelve a llamarme.- Bella.- dice. Con un tono mas dulce.- no es necesario que me llames de usted, ya hemos comido juntos, creo que es suficiente para romper el hielo. Puedes tutearme.Cabeceo para hacerle saber que me parece correcto, y salgo del despacho al fin. Voy al baño, me coloco un poco la ropa, el pelo, retoco mi maquillaje, y a la vuelta, con disimulo, busco el
- ¿A qué clase de mujeres te refieres Bella?- Yo no quería decir, bueno es que yo…Me estaba haciendo un lío sola, porque acababa de recordar que mi jefe es un hombre comprometido, y quizá mis comentarios anteriores han podido ofenderlo.- ¿No eres la clase de mujer que come algo antes de echarse a dormir?- ¿Qué?Me había descolocado completamente con esa pregunta, ¿qué es lo que quería decir?- Si, me refería a que pensaba invitarte a cenar para compensar tus horas extra, y ya que tu hora de salida ha pasado, supongo que tendrás la nevera vacía y pocas ganas de ir al supermercado a llenarla. Pero si te he ofendido, me disculpo, no pretendía insinuar nada inapropiado, te lo aseguro.¡Joder! La había liado con mi agresivo comentario. Al parecer Alfa Michel no tenía segundas intenciones con su invitación, y seguramente, en estos momentos, estaría pensando que soy una histérica que se cree el centro de atención.- Lo siento, yo pensaba…- No, de verdad, lo comprendo, solamente trataba
Pagué al taxista, y bajé del coche sin esperar a que me diera el cambio; estaba demasiado nerviosa, ¿y si Beau se daba cuenta de que había besado a Alfa Michel? No podía ni imaginarme su cara de decepción al descubrirlo.- Beau. No esperaba encontrarte aquí.- Oh, menos mal que llegas.- me responde él con una expresión inescrutable en sus ojos verdes.- llevo horas esperándote, ¿dónde estabas?Podría confesar la verdad, pero temo tanto que descubra que he besado a un lobo (a pesar de que ese beso haya sido el mejor de mi vida), que miento con una excusa estúpida e improvisada.- Siguiendo a la prometida del Alfa.- ¿De verdad? Vaya, vaya, muy bien, novata. No podía imaginarme que hicieras algo así por tu cuenta.- Si, si, se me ocurrió en cuanto llegué al restaurante.- Bueno, ¿y qué has descubierto?Y ahí es donde mi plan terminaba, ¿cómo podía haberme inventado una excusa tan terrible? Después de la comida en Sant’Angellos yo volví a la oficina, y Cathy comentó que tenía unas compras
Me estoy volviendo loco recordando una y otra vez el beso que acabo de compartir con mi secretaria. Bueno, Bella, porque en mi mente no es mi secretaria, sino mi futura Luna. ¿Es posible que ella se haya dado cuenta de lo que acaba de ocurrir? Bella es mi pareja destinada.Lo más frecuente es que los compañeros destinados se den cuenta de que lo son en cuanto se ven, es como un reconocimiento mutuo que les impide apartar la mirada, y les revuelve las entrañas. En el caso de los Alfas… no siempre sucede así. Es más difícil que la compañera destinada sea reconocida de una forma tan sencilla, en concreto en mi caso, acabo de darme cuenta al besarla.Reconozco que su perfume me volvía loco aunque cerrara la puerta que separa su despacho del mío, es como si se colara por debajo del quicio de la puerta y entumeciera mis sentidos… pero no sospechaba que era porque Bella es mi compañera elegida por la diosa Luna para mi.Es solo mitad loba, y hasta donde sé, no parece haberse convertido nunca
Bella, mi pequeña, ha desaparecido. Ya sé que últimamente ella y yo no hemos estado de acuerdo en muchas cosas, pero desde que se fue de casa clamando venganza contra los hombres lobo (tras descubrir que su padre era uno de ellos, pero nunca la reconoció como hija suya), nunca ha dejado de ponerse en contacto conmigo. A veces me llama y hablamos un rato largo, otras me envía un mensaje en el que pone que está muy ocupada, pero que se encuentra bien; y en ocasiones, me envía postales. A ella siempre le ha gustado enviar postales, dice que es como si estuviera de vacaciones, aunque procedan del lugar en el que lleva meses viviendo. Así que si, tengo una importante colección de postales de Ennisburgh, que es donde vive y trabaja desde hace un tiempo.Yo no estoy de acuerdo con su vida dedicada a la venganza, ni con que se una a esos desalmados de cazadores, que lo único que hacen es matar a lobos por su raza,ya sean culpables de algo o no. Pero cuando Bella me dijo que iba a unirse a los
Mi mente sigue dando vueltas, sé que hace ya varias horas de mi conversación con la madre de Bella, pero me resulta muy difícil hacerme a la idea de que ella es mi hermana. La pequeña y simpática Bella es mi medio hermana, y encima caza hombres lobo.En fin, esta información ya la digeriré más adelante, ahora lo que debo hacer es ponerme a llamar a conocidos y hacer averiguaciones discretas.Ciertamente, Mariam tiene razón en lo que dice, si alguien se entera de la descripción de mi medio hermana, y sabe a lo que se dedica, su lindo cuello estará en un peligro aún mayor; ningún lobo siente simpatía por los cazadores, en especial de las últimas matanzas.Hace unos meses, los cazadores cogieron a un grupo de escolares que habían salido de excursión, se los llevaron, los torturaron, y al darse cuenta de que no podían aportar ningún tipo de información útil, los mataron y los dejaron en medio del bosque en pedazos. No eran más que unos críos, doce años tenía el mayor.Y así, se cuentan po
Hoy tengo que estar concentrado, aunque no me apetezca, y aunque sea difícil conseguirlo, pues desde que encontré a mi Luna hace más de un mes, y después descubrí que era una traidora que se dedicaba a espiar para los cazadores, no he sido el mismo. He dejado pasar varias oportunidades de oro que podrían haber obtenido un buen rendimiento, he olvidado algunas reuniones de trabajo, y en general, mis clientes están desconcertados por mi falta de profesionalidad.Mi nueva secretaria, una chica castaña con muy mala memoria, ha dado a todo el mundo la excusa de que me encuentro mal, y que por ese motivo falto a ciertas reuniones. No la puedo culpar, a fin de cuentas, es difícil explicar porqué no me he presentado a recibir a algunos de los clientes más importantes que tiene esta empresa. Normalmente, odiaría que se comentara por ahí que estoy enfermo, da la sensación de que soy una persona débil, y yo jamás me he puesto enfermo, pero en esta situación, lo último que quiero explicar es que