Pagué al taxista, y bajé del coche sin esperar a que me diera el cambio; estaba demasiado nerviosa, ¿y si Beau se daba cuenta de que había besado a Alfa Michel? No podía ni imaginarme su cara de decepción al descubrirlo.
- Beau. No esperaba encontrarte aquí.
- Oh, menos mal que llegas.- me responde él con una expresión inescrutable en sus ojos verdes.- llevo horas esperándote, ¿dónde estabas?
Podría confesar la verdad, pero temo tanto que descubra que he besado a un lobo (a pesar de que ese beso haya sido el mejor de mi vida), que miento con una excusa estúpida e improvisada.
- Siguiendo a la prometida del Alfa.
- ¿De verdad? Vaya, vaya, muy bien, novata. No podía imaginarme que hicieras algo así por tu cuenta.
- Si, si, se me ocurrió en cuanto llegué al restaurante.
- Bueno, ¿y qué has descubierto?
Y ahí es donde mi plan terminaba, ¿cómo podía haberme inventado una excusa tan terrible? Después de la comida en Sant’Angellos yo volví a la oficina, y Cathy comentó que tenía unas compras que hacer antes de volver a su casa. Y aunque yo intuía que no vivía en la ciudad, tampoco tenía ni idea de donde vivía.
- La seguí por el barrio comercial. Compró un par de cosas, entró a varias tiendas, y finalmente tuve que regresar al despacho y no descubrí mucho más. Como regresé tan tarde, he tenido que hacer horas extra para poder acabar todo el trabajo pendiente.
Beau sigue interrogándome sobre los hábitos de Cathy, y como no tengo ni idea, y sé que ya no puedo desdecirme, invento un montón de mentiras sobre la pobre chica. En el fondo, me gusta imaginar que es la persona que estoy relatando, una criatura frívola, que dedica el dinero de mi jefe a compras absurdas. Y mientras cuento esa historia, trato de no pensar en porqué quiero creer que la encantadora y empática mujer del restaurante es una estúpida. Supongo que dentro de mi hay ciertos celos porque ella vaya a pasar el resto de su vida con Alfa Michel, pero no puedo ni siquiera reconocerlo.
- Bueno, la próxima vez ponte en contacto con la organización.- dice Beau cuando acabo de explicarle todo lo que me he inventado sobre Cathy.- temía que te hubieran descubierto, y la misión se hubiera visto comprometida.
- Si, es que he perdido el móvil.- digo mordiéndome los labios porque no sé como va a reaccionar.- de todas formas, te aseguro que soy la primera interesada en que no me descubran, si eso sucede, las consecuencias para mí serán mucho peores que una misión abortada, te lo aseguro.
Beau alarga su mano, y me acaricia el mentón, manteniéndome el rostro en alto, para poder mirarme a los ojos mientras me habla.
- Bella, soy consciente del peligro que corres, ¿por qué crees que estaba esperándote a la puerta? Quería asegurarme de que volvías a casa sana y salva.
- Gracias, Beau, es que ya sabes que no es fácil estar infiltrado con el enemigo.
La palabra enemigo me sabe ácida, como si me abrasara el esófago según la estoy diciendo, pero en el fondo es lo que Alfa Michel es, el enemigo. Puede ser un enemigo con los labios más suaves que he probado, pero sigue siendo un lobo.
- Eres muy valiente, y aunque no lo parezca, en la organización, todos valoramos mucho que te hayas implicado tanto llevando tan poco tiempo con nosotros. Eres una de nuestras mejores agentes.
No soy capaz de decir nada, porque me siento una farsante atrapada entre dos mundos; hace menos de una hora que estaba disfrutando de los besos apasionados de un lobo que además está comprometido con otra; y ahora, estoy aquí, prometiendo al líder de la organización que captura hombres lobo que seré capaz de servirles en bandeja de plata a ese mismo hombre que me hacía suspirar de placer.
De pronto, sin que me dé cuenta de lo que está sucediendo, porque mi mente está perdida, navegando en los recuerdos de lo vivido hace tan solo un rato, veo como Beau se cierne sobre mi rostro, y se abalanza sobre mi boca.
Quiero detenerlo, parar ese sin sentido, si reconozco que hace tan solo unas semanas Beau me parecía el hombre más guapo e interesante que hubiera conocido nunca; pero no quiero besarlo, al menos,no ahora, cuando aún tengo el sabor de otro hombre pegado a mis labios.
Su beso no es exploratorio, ni dulce, ni siquiera creo que espere que yo responda; simplemente ha invadido mi boca, y está intentando arrasarla. Intentó despegarme de su indeseado beso, de sus brazos que parecen aprisionarme como si de una jaula se tratara, pero nada hace que Beau se detenga, hasta que finalmente se aparta para coger aire.
- Bella, eres increíble, tan hermosa, tan valiente, cuando estés de vuelta en el cuartel de los Cazadores creo que tú y yo tenemos que vernos más.
- No sé si es lo más apropiado, tenía entendido que las relaciones personales no están precisamente bien vistas entre los cazadores.
- Bueno, Bella, soy el jefe, seguro que podemos romper alguna que otra regla. Además, ese beso no me ha dejado ninguna duda, tú estás tan interesada en mi, como yo en ti; así que ya no tienes porqué disimularlo más.
Después de esas palabras, me quedo boqueando como un pez, intentando explicarle de forma amable que no me ha gustado lo que ha hecho, y que aún menos comprendo como es que él cree que si; pero no me da tiempo a decir nada, porque él se va antes de que yo hable.
Una vez ha salido, cierro con llave la puerta de la entrada, apago todas las luces, y me voy a mi cuarto, aunque estoy bastante segura de que esta noche me va a costar conciliar el sueño, si es que lo consigo.
Me estoy volviendo loco recordando una y otra vez el beso que acabo de compartir con mi secretaria. Bueno, Bella, porque en mi mente no es mi secretaria, sino mi futura Luna. ¿Es posible que ella se haya dado cuenta de lo que acaba de ocurrir? Bella es mi pareja destinada.Lo más frecuente es que los compañeros destinados se den cuenta de que lo son en cuanto se ven, es como un reconocimiento mutuo que les impide apartar la mirada, y les revuelve las entrañas. En el caso de los Alfas… no siempre sucede así. Es más difícil que la compañera destinada sea reconocida de una forma tan sencilla, en concreto en mi caso, acabo de darme cuenta al besarla.Reconozco que su perfume me volvía loco aunque cerrara la puerta que separa su despacho del mío, es como si se colara por debajo del quicio de la puerta y entumeciera mis sentidos… pero no sospechaba que era porque Bella es mi compañera elegida por la diosa Luna para mi.Es solo mitad loba, y hasta donde sé, no parece haberse convertido nunca
Bella, mi pequeña, ha desaparecido. Ya sé que últimamente ella y yo no hemos estado de acuerdo en muchas cosas, pero desde que se fue de casa clamando venganza contra los hombres lobo (tras descubrir que su padre era uno de ellos, pero nunca la reconoció como hija suya), nunca ha dejado de ponerse en contacto conmigo. A veces me llama y hablamos un rato largo, otras me envía un mensaje en el que pone que está muy ocupada, pero que se encuentra bien; y en ocasiones, me envía postales. A ella siempre le ha gustado enviar postales, dice que es como si estuviera de vacaciones, aunque procedan del lugar en el que lleva meses viviendo. Así que si, tengo una importante colección de postales de Ennisburgh, que es donde vive y trabaja desde hace un tiempo.Yo no estoy de acuerdo con su vida dedicada a la venganza, ni con que se una a esos desalmados de cazadores, que lo único que hacen es matar a lobos por su raza,ya sean culpables de algo o no. Pero cuando Bella me dijo que iba a unirse a los
Mi mente sigue dando vueltas, sé que hace ya varias horas de mi conversación con la madre de Bella, pero me resulta muy difícil hacerme a la idea de que ella es mi hermana. La pequeña y simpática Bella es mi medio hermana, y encima caza hombres lobo.En fin, esta información ya la digeriré más adelante, ahora lo que debo hacer es ponerme a llamar a conocidos y hacer averiguaciones discretas.Ciertamente, Mariam tiene razón en lo que dice, si alguien se entera de la descripción de mi medio hermana, y sabe a lo que se dedica, su lindo cuello estará en un peligro aún mayor; ningún lobo siente simpatía por los cazadores, en especial de las últimas matanzas.Hace unos meses, los cazadores cogieron a un grupo de escolares que habían salido de excursión, se los llevaron, los torturaron, y al darse cuenta de que no podían aportar ningún tipo de información útil, los mataron y los dejaron en medio del bosque en pedazos. No eran más que unos críos, doce años tenía el mayor.Y así, se cuentan po
Hoy tengo que estar concentrado, aunque no me apetezca, y aunque sea difícil conseguirlo, pues desde que encontré a mi Luna hace más de un mes, y después descubrí que era una traidora que se dedicaba a espiar para los cazadores, no he sido el mismo. He dejado pasar varias oportunidades de oro que podrían haber obtenido un buen rendimiento, he olvidado algunas reuniones de trabajo, y en general, mis clientes están desconcertados por mi falta de profesionalidad.Mi nueva secretaria, una chica castaña con muy mala memoria, ha dado a todo el mundo la excusa de que me encuentro mal, y que por ese motivo falto a ciertas reuniones. No la puedo culpar, a fin de cuentas, es difícil explicar porqué no me he presentado a recibir a algunos de los clientes más importantes que tiene esta empresa. Normalmente, odiaría que se comentara por ahí que estoy enfermo, da la sensación de que soy una persona débil, y yo jamás me he puesto enfermo, pero en esta situación, lo último que quiero explicar es que
Me miro las manos, buscando algo con lo que entretenerme mientras espero a que Alfa Michel regrese de su inesperada salida. Llevo una semana entera en Ennisburgh, lejos de Cat, lejos de Esme, y aunque mi compañera me llama a diario y enciende el vídeo para que pueda ver como se encuentran,no es suficiente, necesito abrazarlas, y olerlas, saber que estoy en casa, con mi familia.Pero como Cat dice, no puedo ignorar que Bella también es ahora mi familia; puede que no haya sabido que es mi hermana hasta hace muy poco tiempo, pero no puedo olvidarlo y pasar página cuando sé que ella puede estar en peligro. Así que, aquí estoy, en Ennisburgh, el último lugar en el que Bella estuvo (o al menos eso creo) antes de desaparecer.He investigado lo suficiente como para descubrir que la inconsciente de mi medio hermana había aceptado un trabajo para la manada Cumbre Helada, es más, era la secretaria personal del CEO, con el que yo me encuentro ahora reunido, pero hace más de un mes que nadie sabe
Tras diez minutos, he conseguido que las manos dejen de temblarme, y mi cara está de nuevo visible, tras mojarme con agua fría. Me siento preparado para regresar a mi reunión de negocios. Pero en cuanto me acerco a mi despacho, me doy cuenta de que algo extraño está sucediendo.Mi invitado, Dean, ha salido de mi despacho y está ahora hablando con mi secretaria. La pobre chica nueva, que aparte de torpe es confiada, está contando todo lo que sabe sobre Bella. Y ahí es donde comienza mi desconfianza.¿Por qué una persona que viene a hacer negocios con nosotros por primera vez le estaría preguntando a una secretaria por la que estuvo antes que ella? Pero si la mayoría de mis clientes pasan por la mesa de Silvia y ni siquiera se dan cuenta de que existe, a no ser que necesiten algo, por supuesto. ¿Cómo es que este hombre sabe de la existencia de Bella?Trato de hacer memoria, quizá hayamos estado en contacto antes, es posible que él haya hablado con Bella, y yo no lo sepa. Pero hay algo e
Conduzco hasta mi apartamento de la ciudad, tomo un bocado rápido que encuentro en la nevera, y me doy una ducha que dura más de lo estrictamente necesario, pero que me ayuda a relajarme un poco después del día de perros que he tenido.Después de todo eso, vestido con ropa deportiva, salgo de mi apartamento, tomo el ascensor, y subo hasta el piso número veinticinco. Abro la puerta con una tarjeta, ya que esta planta, aunque en apariencia es idéntica a la planta en la que se encuentra mi apartamento, tiene seguridad reforzada. La puerta, de última generación solo se abre con esa tarjeta, que desbloquea las diez barras de hierros fundido que contiene. Forzarla, o incluso abrir un boquete en ella, es una misión casi imposible. Cualquiera que lo intentara tardaría horas, y mis cámaras están preparadas para avisar a mi seguridad privada en menos de diez segundos si detectan a algún desconocido en la puerta de la planta veinticinco.Entro en el apartamento, y como siempre que subo aquí, me
No comprendo qué es lo que le está pasando a mi cuerpo. No soy virgen, ni mucho menos, he estado en la cama con varios hombres, pero ésto supera cualquier otra experiencia que pudiera tener.Las manos de Alfa Michel me sostienen el trasero, y cuando le pido que no pare, emite un gruñido más animal que humano, y las utiliza para elevarme del suelo, y hacerme que rodee su cintura con mis piernas. Debe de tener una fuerza increíble, porque me ha elevado como si yo fuera una pluma, y me sostiene sin esfuerzo.Estoy tan excitada, que creo que puedo correrme simplemente con que me roce,pero parece que él lo esté evitando a propósito. Me froto contra su cuerpo, y siento como su entrepierna se abulta bajo mi contacto. Sonrío de medio lado, porque a pesar de ser una traidora, nuestra atracción no ha desaparecido y puedo excitarlo con el mero roce de mi cuerpo.- Bella, no creo que podamos llegar al dormitorio.Su voz es mitad gruñido, mitad disculpa; pero lo que él no sabe es que a mi no me im