Cuando Alfa Michel centra la mirada en mi, y me llama por mi nombre, siento una inmensa gratitud hacia la diosa Luna, que me ha permitido vivir el tiempo suficiente para llegar hasta aquí. De verdad pensaba que iba a morir en este asqueroso agujero en el que el mundo no parece ser el mismo, y en el que no hay normas, ni moral; solo las leyes de Beau Anders.Me lanzo hacia Alfa Michel, y al principio me siento rara, el contacto con otro ser vivo, después de lo que he pasado en esta celda, es extraño, y no estoy segura de poder volver a sentirme segura si no tengo un cuchillo entre los dientes; después de un rato, las cosas s suavizan, y recuerdo que este lobo es mi primo, y que él siempre me ha protegido, y por tanto, no va a hacerme daño.- Vera.- repite él como si no pudiera creer que estoy ante sus ojos.- ¿has estado aquí todo este tiempo?- Si, el cerdo de Beau Anders me encontró, me drogó y me encerró en esta celda hasta que Bella consiguió sacarme de ese horrendo agujero.- Pero,
- Señor.- dice uno de mis hombres desde lo alto de la escalera.- tenemos novedades sobre el otro grupo de soldados que envió por separado.Me tenso en cuanto escucho su voz desgarrada, sé que algo no va bien, y decido que no puedo hacer pasar a estas dos mujeres por otro trauma aparte del que acaba de terminar para ellas. Ésto tengo que verlo yo solo.- Chicos.- digo señalando a los hombres que están conmigo en los calabozos.- quiero que escoltéis a Bella y a Vera fuera de este lugar, a un vehículo seguro que las lleve a mi casa en la ciudad, he blindado el edificio de tal forma, que si alguien quiere entrar, va a tener que bombardearlo.- Si, señor, como mande.- Señor.- dice otro de ellos con un gesto preocupado.- ¿qué hacemos con los cuerpos?La realidad es que me gustaría exhibir los restos de Beau Anders y gritarle a estos cazadores que acabarán como él si se interponen en el camino de mi familia, o en el de mi compañera destinada, pero no quiero echar más leña al fuego, y sé que
El sanador que trae uno de mis hombres, pertenece a los cazadores, es uno de sus médicos, y en cuanto aparece, puedo ver el destello de odio en sus ojos. ¡Maldita sea! Sé de sobra que este canalla no va a curar a Cathy, y ella está tan débil, que dudo que pueda soportar que la llevemos hasta nuestra manada, o hasta la ciudad. No, el sanador más cercano está demasiado lejos para que le sea de utilidad a Cathy.- Medicucho.- digo con la voz más amenazante que encuentro en mi garganta.- encárgate de curar a esta mujer, porque si ella muere…Me corta, antes de dejarme terminar, y con voz socarrona dice delante de mis hombres:- Déjame adivinar, si ella muere, ¿yo también?Me gustaría aplastarlo con mis propias garras, pero me contengo por Cathy, ella necesita un sanador, y éste es el más cercano con el que contamos. Me fijo en él, y veo que lleva una alianza en su dedo anular, los que indica que está casado.- No, si ella muere, tu esposa también muere. Está unos metros más allá, con mis
Esta es la misión más difícil que me han encargado hasta ahora. Llevo más de un año trabajando para Los Cazadores, la organización más famosa y mejor reconocida en lo que a caza de hombres Lobo se refiere. Más de un año desde que mi madre me confesó mis orígenes y me hizo sentir asqueada al decirme que era fruto de una relación extra matrimonial con un hombre lobo. ¡Yo! Y ese maldito cobarde que fue mi padre, que por lo que sé ya ha muerto, nunca se dignó a reconocerme, ni siquiera se planteó venir a verme, simplemente se desentendió de mi,y de mi madre. Por eso, odio a los lobos. Se aprovechan de los humanos, los usan, y los tiran y son solo piezas en su gran partida de ajedrez. Pero ahora yo he decidido darle la vuelta a la situación, ahora cazo a esos despreciables seres, y los llevo hasta el cuartel secreto de los cazadores, donde son juzgados y enjaulados, para que no utilicen a más humanos.Pero por primera vez desde que llegué, estoy muy nerviosa, esta misión es extremadamente
Alfa Michel acaba de salir, y aún se nota en el aire el penetrante aroma de su caro perfume. Lo aspiro intentando descubrir que marca es la que lleva, pero no soy capaz de averiguarlo, a pesar de que desde niña he sido muy aficionada a adivinar las colonias con las que mis conocidos se perfuman.Escucho el sonido del teléfono, que me desconecta del aroma que ha quedado en el despacho y lo cojo aún aturdida.- Oficinas Greatmore, encantada de saludarle, ¿en qué puedo ayudarle?- ¡Bella! - responde una voz enfadada- ¿qué demonios haces aún ahí? - ¿Perdón?- Soy Beau, ¿acaso te has olvidado de que tu verdadero trabajo es vigilar a ese asqueroso lobo y estás jugando a la secretaria eficaz?Beau es el jefe de los cazadores; de hecho, es el jefe más joven conocido en toda la historia de esta organización, solo tiene veinticinco años, y sucede a su padre, que murió en un ataque a una manada de lobos. Al parecer, según cuentan los rumores que circulan por toda la sede de los Cazadores, al bu
Miro con la peor de mis miradas a Cathy, pero ella no parece darse cuenta de que la invitación que ha hecho no tiene sentido, así que, al final me siento yo también y las observo sin ningún disimulo.- Bueno, Bella, deje que le presente a mi prometida, Cathy Anders.Puedo darme cuenta del escrutinio al que mi secretaria somete a Cathy; tiene la mirada fija en su cara de porcelana, y la mira como si fuera un plato de comida en mal estado, y por algún motivo, eso me hace sentir alegre. ¿No debería parecerme grosero el comportamiento de esta nueva secretaria?Cathy no es realmente mi prometida, pero eso Bella no lo sabe, y espero que siga siendo un misterio, porque si saliera a la luz la verdadera identidad de Cathy, se encontraría en un grave peligro del que ni yo, como Alfa de mi manada podría sacarla.- Bueno Cathy, veo que ya te has presentado tú misma a nuestra recién llegada, déjame decirte que Bella no lleva mucho tiempo con nosotros, pero está muy comprometida con la empresa. La
Estoy en la sala de control de la guarida de los Cazadores, y no puedo dejar de golpear la moqueta con el zapato derecho. Es una manía que tengo, y que suele exagerarme cuando estoy nervioso, pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo.Bella debería haberse puesto en contacto hace horas, pues ya son casi las siete de la tarde, y desde la hora de comer, no sé nada de ella. Me juego mucho al haber asignado a una chica tan joven e inexperta a esa misión, pero yo sé lo que me hago, sé que Bella es nuestra mejor opción para dar caza al bastardo de Alfa Michel, y no precisamente por su inteligencia. La pobre mocosa es tan simple, que cuando la escogí para la misión dio varios saltitos en la silla, y me dio las gracias un millón de veces.Sé que es perfecta para el puesto de secretaria, ya que desde la mesa de al lado podrá oír muchas conversaciones, verá muchos correos electrónicos con información jugosa, y llegará a conocer información con la que ahora solo podemos soñar.Aún así, a pe
No puedo creer lo exigente que está siendo esta tarde Alfa Michel. Llevamos al menos cuatro horas en su despacho, con él dictándome mensajes, respasando su agenda, pidiéndome infinitas cosas que ni siquiera sé como se hacen…- Anotado.- digo cuando acabo de apuntar la última tarea en la lista.- ¿hay algo más que pueda hacer por usted ahora?- No, todo bien.- responde Alfa Michel con su sonrisa enigmática.- puedes volver a tu sitio.Me giro para salir por la puerta, pensando en que tengo que llamar urgentemente a Beau para ponerlo al tanto de la situación, y antes de que me haya dado tiempo a dar un paso, Alfa Michel vuelve a llamarme.- Bella.- dice. Con un tono mas dulce.- no es necesario que me llames de usted, ya hemos comido juntos, creo que es suficiente para romper el hielo. Puedes tutearme.Cabeceo para hacerle saber que me parece correcto, y salgo del despacho al fin. Voy al baño, me coloco un poco la ropa, el pelo, retoco mi maquillaje, y a la vuelta, con disimulo, busco el