Esta es la misión más difícil que me han encargado hasta ahora. Llevo más de un año trabajando para Los Cazadores, la organización más famosa y mejor reconocida en lo que a caza de hombres Lobo se refiere. Más de un año desde que mi madre me confesó mis orígenes y me hizo sentir asqueada al decirme que era fruto de una relación extra matrimonial con un hombre lobo. ¡Yo! Y ese maldito cobarde que fue mi padre, que por lo que sé ya ha muerto, nunca se dignó a reconocerme, ni siquiera se planteó venir a verme, simplemente se desentendió de mi,y de mi madre. Por eso, odio a los lobos. Se aprovechan de los humanos, los usan, y los tiran y son solo piezas en su gran partida de ajedrez. Pero ahora yo he decidido darle la vuelta a la situación, ahora cazo a esos despreciables seres, y los llevo hasta el cuartel secreto de los cazadores, donde son juzgados y enjaulados, para que no utilicen a más humanos.
Pero por primera vez desde que llegué, estoy muy nerviosa, esta misión es extremadamente difícil. Soy la asistente personal del Alfa de la manada Cumbre Helada, y yo había pensado que este bastardo quería una secretaria, pero al parecer no, tengo que ser su sombra. Ni siquiera durante la noche me deja irme a mi propia casa, no, debo ocupar un cuarto en su manada, cerca de él, para ayudarlo con las tareas urgentes de primera hora.
Y lo que es peor, ese arrogante bastardo de ojos azules como el hielo y anchos hombros, me mira como si fuera capaz de leerme la mente; hay veces que llego a creer que lo ha conseguido, y sabe que mi organización de cazadores de hombres lobo me ha infliltrado en este lugar para que pueda servirles en bandeja al Alfa.
He de reconocer que tiene un físico imponente, ojos penetrantes, rostro esculpido, hombros anchos, y unos brazos que parece que pueden levantarte del suelo sin hacer esfuerzo… si no supiera que es un hombre lobo, pensaría que es un auténtico atleta de la época romana, porque ese cuerpo parece hecho para desear el pecado… pero no, yo soy Bella, la cazadora, y estoy en esta casa para cumplir la misión que se me ha encomendado: reunir información sobre el Alfa, conocer sus costumbres, y entregarlo a los cazadores en el momento justo. Esta es la misión más difícil e importante que me han encomendado hasta ahora, y no quiero liarla… no, necesito estar centrada.
Miro mi reloj de pulsera, compruebo que es la hora a la que debo llevarle el almuerzo al Alfa, y me levanto, alisando mi falda gris de tubo, y mi blusa blanca. De una nevera que hay en el enorme despacho que precede a la sala que ocupa el Alfa, saco un pequeño recipiente de cristal, vuelco su contenido en un plato y aliño la ensalada mientras pienso en como un hombre de ese tamaño es capaz de sobrevivir con una mísera ración de ensalada. Si por mi fuera… yo comería todos los días filete, o hamburguesa, pero evidentemente, sigo las indicaciones que la última asistente del Alfa me dio antes de dejar su puesto para ir a atender a sus padres enfermos en un pueblo cercano.
Me encamino hacia su despacho con el plato perfectamente preparado, los cubiertos alineados en los laterales, y abro la puerta sin llamar, ya que aparentemente le molesta que lo interrumpan cuando está trabajando. Abro, camino dos pasos, y siento como el plato se vuelca contra un duro obstáculo que se ha interpuesto en mi camino.
- Señor.- digo abriendo mucho los ojos.- lamento profundamente el incidente, no sabía que estaba usted a punto de salir.
- Bella.- dice él con esa inexcrutable voz que enciende todas las alertas de mi cuerpo.- ha sido culpa mía por no avisarla de que no me sirviera el almuerzo este mediodía.
- ¿Ah, no?.- digo mientras intento limpiar la enorme mancha de su camisa blanca.- No hay ninguna cita en la agenda.
- Eso es porque no tengo una cita profesional, Bella.- dice él sonriente.- sino personal, con mi prometida.
Y diciendo eso se da la vuelta y comienza a desabrocharse la camisa. ¡Cielo santo! Esos músculos que están quedando al descubierto al quitarse la camisa, ¿son naturales? Si parecen recreados por ordenador…
- Bella, Bella, ¿me está escuchando?
Yo vuelvo a conectar mi mente a mundo real, y dejo de observar con descaro el cuerpo de este hombre.
- Si, por supuesto.
- Le decía que llame al restaurante, y pida que avisen a mi prometida de que llegaré tarde.
- Por- por supuesto, señor.- digo con la voz temblorosa.- ¿dónde iban a comer?
- En Sant’Angelos, y no tiembles.- dice con voz amable.- ha sido un accidente, ¿no, Bella? Solo llama para que limpien la moqueta, y lleva la camisa a la tintorería.
Llamo al restaurante para dar el aviso que este hombre me ha pedido, y mientras un amable camarero coge mi comanda, escucho ciertos ruidos en el auricular. Si, la organización debe de estar escuchando mi conversación, porque sé que ese ruido es el de un micrófono al captar mis palabras. No sé cuanto va a durar esta misión, pero si que sé que estar cerca de este Alfa con cuerpo de Dios, va a ser todo un reto para mi.
Alfa Michel acaba de salir, y aún se nota en el aire el penetrante aroma de su caro perfume. Lo aspiro intentando descubrir que marca es la que lleva, pero no soy capaz de averiguarlo, a pesar de que desde niña he sido muy aficionada a adivinar las colonias con las que mis conocidos se perfuman.Escucho el sonido del teléfono, que me desconecta del aroma que ha quedado en el despacho y lo cojo aún aturdida.- Oficinas Greatmore, encantada de saludarle, ¿en qué puedo ayudarle?- ¡Bella! - responde una voz enfadada- ¿qué demonios haces aún ahí? - ¿Perdón?- Soy Beau, ¿acaso te has olvidado de que tu verdadero trabajo es vigilar a ese asqueroso lobo y estás jugando a la secretaria eficaz?Beau es el jefe de los cazadores; de hecho, es el jefe más joven conocido en toda la historia de esta organización, solo tiene veinticinco años, y sucede a su padre, que murió en un ataque a una manada de lobos. Al parecer, según cuentan los rumores que circulan por toda la sede de los Cazadores, al bu
Miro con la peor de mis miradas a Cathy, pero ella no parece darse cuenta de que la invitación que ha hecho no tiene sentido, así que, al final me siento yo también y las observo sin ningún disimulo.- Bueno, Bella, deje que le presente a mi prometida, Cathy Anders.Puedo darme cuenta del escrutinio al que mi secretaria somete a Cathy; tiene la mirada fija en su cara de porcelana, y la mira como si fuera un plato de comida en mal estado, y por algún motivo, eso me hace sentir alegre. ¿No debería parecerme grosero el comportamiento de esta nueva secretaria?Cathy no es realmente mi prometida, pero eso Bella no lo sabe, y espero que siga siendo un misterio, porque si saliera a la luz la verdadera identidad de Cathy, se encontraría en un grave peligro del que ni yo, como Alfa de mi manada podría sacarla.- Bueno Cathy, veo que ya te has presentado tú misma a nuestra recién llegada, déjame decirte que Bella no lleva mucho tiempo con nosotros, pero está muy comprometida con la empresa. La
Estoy en la sala de control de la guarida de los Cazadores, y no puedo dejar de golpear la moqueta con el zapato derecho. Es una manía que tengo, y que suele exagerarme cuando estoy nervioso, pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo.Bella debería haberse puesto en contacto hace horas, pues ya son casi las siete de la tarde, y desde la hora de comer, no sé nada de ella. Me juego mucho al haber asignado a una chica tan joven e inexperta a esa misión, pero yo sé lo que me hago, sé que Bella es nuestra mejor opción para dar caza al bastardo de Alfa Michel, y no precisamente por su inteligencia. La pobre mocosa es tan simple, que cuando la escogí para la misión dio varios saltitos en la silla, y me dio las gracias un millón de veces.Sé que es perfecta para el puesto de secretaria, ya que desde la mesa de al lado podrá oír muchas conversaciones, verá muchos correos electrónicos con información jugosa, y llegará a conocer información con la que ahora solo podemos soñar.Aún así, a pe
No puedo creer lo exigente que está siendo esta tarde Alfa Michel. Llevamos al menos cuatro horas en su despacho, con él dictándome mensajes, respasando su agenda, pidiéndome infinitas cosas que ni siquiera sé como se hacen…- Anotado.- digo cuando acabo de apuntar la última tarea en la lista.- ¿hay algo más que pueda hacer por usted ahora?- No, todo bien.- responde Alfa Michel con su sonrisa enigmática.- puedes volver a tu sitio.Me giro para salir por la puerta, pensando en que tengo que llamar urgentemente a Beau para ponerlo al tanto de la situación, y antes de que me haya dado tiempo a dar un paso, Alfa Michel vuelve a llamarme.- Bella.- dice. Con un tono mas dulce.- no es necesario que me llames de usted, ya hemos comido juntos, creo que es suficiente para romper el hielo. Puedes tutearme.Cabeceo para hacerle saber que me parece correcto, y salgo del despacho al fin. Voy al baño, me coloco un poco la ropa, el pelo, retoco mi maquillaje, y a la vuelta, con disimulo, busco el
- ¿A qué clase de mujeres te refieres Bella?- Yo no quería decir, bueno es que yo…Me estaba haciendo un lío sola, porque acababa de recordar que mi jefe es un hombre comprometido, y quizá mis comentarios anteriores han podido ofenderlo.- ¿No eres la clase de mujer que come algo antes de echarse a dormir?- ¿Qué?Me había descolocado completamente con esa pregunta, ¿qué es lo que quería decir?- Si, me refería a que pensaba invitarte a cenar para compensar tus horas extra, y ya que tu hora de salida ha pasado, supongo que tendrás la nevera vacía y pocas ganas de ir al supermercado a llenarla. Pero si te he ofendido, me disculpo, no pretendía insinuar nada inapropiado, te lo aseguro.¡Joder! La había liado con mi agresivo comentario. Al parecer Alfa Michel no tenía segundas intenciones con su invitación, y seguramente, en estos momentos, estaría pensando que soy una histérica que se cree el centro de atención.- Lo siento, yo pensaba…- No, de verdad, lo comprendo, solamente trataba
Pagué al taxista, y bajé del coche sin esperar a que me diera el cambio; estaba demasiado nerviosa, ¿y si Beau se daba cuenta de que había besado a Alfa Michel? No podía ni imaginarme su cara de decepción al descubrirlo.- Beau. No esperaba encontrarte aquí.- Oh, menos mal que llegas.- me responde él con una expresión inescrutable en sus ojos verdes.- llevo horas esperándote, ¿dónde estabas?Podría confesar la verdad, pero temo tanto que descubra que he besado a un lobo (a pesar de que ese beso haya sido el mejor de mi vida), que miento con una excusa estúpida e improvisada.- Siguiendo a la prometida del Alfa.- ¿De verdad? Vaya, vaya, muy bien, novata. No podía imaginarme que hicieras algo así por tu cuenta.- Si, si, se me ocurrió en cuanto llegué al restaurante.- Bueno, ¿y qué has descubierto?Y ahí es donde mi plan terminaba, ¿cómo podía haberme inventado una excusa tan terrible? Después de la comida en Sant’Angellos yo volví a la oficina, y Cathy comentó que tenía unas compras
Me estoy volviendo loco recordando una y otra vez el beso que acabo de compartir con mi secretaria. Bueno, Bella, porque en mi mente no es mi secretaria, sino mi futura Luna. ¿Es posible que ella se haya dado cuenta de lo que acaba de ocurrir? Bella es mi pareja destinada.Lo más frecuente es que los compañeros destinados se den cuenta de que lo son en cuanto se ven, es como un reconocimiento mutuo que les impide apartar la mirada, y les revuelve las entrañas. En el caso de los Alfas… no siempre sucede así. Es más difícil que la compañera destinada sea reconocida de una forma tan sencilla, en concreto en mi caso, acabo de darme cuenta al besarla.Reconozco que su perfume me volvía loco aunque cerrara la puerta que separa su despacho del mío, es como si se colara por debajo del quicio de la puerta y entumeciera mis sentidos… pero no sospechaba que era porque Bella es mi compañera elegida por la diosa Luna para mi.Es solo mitad loba, y hasta donde sé, no parece haberse convertido nunca
Bella, mi pequeña, ha desaparecido. Ya sé que últimamente ella y yo no hemos estado de acuerdo en muchas cosas, pero desde que se fue de casa clamando venganza contra los hombres lobo (tras descubrir que su padre era uno de ellos, pero nunca la reconoció como hija suya), nunca ha dejado de ponerse en contacto conmigo. A veces me llama y hablamos un rato largo, otras me envía un mensaje en el que pone que está muy ocupada, pero que se encuentra bien; y en ocasiones, me envía postales. A ella siempre le ha gustado enviar postales, dice que es como si estuviera de vacaciones, aunque procedan del lugar en el que lleva meses viviendo. Así que si, tengo una importante colección de postales de Ennisburgh, que es donde vive y trabaja desde hace un tiempo.Yo no estoy de acuerdo con su vida dedicada a la venganza, ni con que se una a esos desalmados de cazadores, que lo único que hacen es matar a lobos por su raza,ya sean culpables de algo o no. Pero cuando Bella me dijo que iba a unirse a los