No puedo creer lo exigente que está siendo esta tarde Alfa Michel. Llevamos al menos cuatro horas en su despacho, con él dictándome mensajes, respasando su agenda, pidiéndome infinitas cosas que ni siquiera sé como se hacen…
- Anotado.- digo cuando acabo de apuntar la última tarea en la lista.- ¿hay algo más que pueda hacer por usted ahora?
- No, todo bien.- responde Alfa Michel con su sonrisa enigmática.- puedes volver a tu sitio.
Me giro para salir por la puerta, pensando en que tengo que llamar urgentemente a Beau para ponerlo al tanto de la situación, y antes de que me haya dado tiempo a dar un paso, Alfa Michel vuelve a llamarme.
- Bella.- dice. Con un tono mas dulce.- no es necesario que me llames de usted, ya hemos comido juntos, creo que es suficiente para romper el hielo. Puedes tutearme.
Cabeceo para hacerle saber que me parece correcto, y salgo del despacho al fin. Voy al baño, me coloco un poco la ropa, el pelo, retoco mi maquillaje, y a la vuelta, con disimulo, busco el terminal que los Cazadores me entregaron para estar en contacto con ellos en todo momento.
Siempre está en un bolsillo exterior de mi bolso, pero hoy, no lo encuentro. Rebusco con más afán, perdiendo todo atisbo de sutiliza, saco algunas cosas, meto la mano hasta el fondo, pero nada, ese móvil no está en ninguna parte.
¿He podido perderlo cuando salí a comer a toda prisa? Espero que no, quizá solo lo haya puesto en alguna parte que no recuerdo, y aparecerá en cualquier momento.
- Bella.- dice Alfa Michel saliendo del despacho.- ¿Ha sucedido algo?
- ¿A qué se refiere?
- Pues al desorden de tu mesa, a que estás como alterada.
- No, es que creo que he perdido un… pintalabios.
No puedo decirle a Alfa Michel que he perdido un teléfono, porque si aparece, y alguien descubre que es un móvil que conecta con los Cazadores, sabrán inmediatamente que soy una infiltrada en esta oficina. No, he hecho bien en desviar la atención.
- Bueno, Bella, tranquila, creo que te pago suficiente como para que compres uno nuevo.
- Si, si, claro.- digo intento parecer indiferente.
Se gira para regresar a su despacho, y suspiro aliviada, cuando de pronto, vuelve a darse la vuelta.
- Y Bella.- dice él con un tono que hace que se me pongan los pelos de punto.- tutéame.
Siento como el sudor corre por mi cuerpo, y siento que he esquiavado un gran problema. Porque si mi jefe descubre que soy una espía de los Cazadores, dudo que mi castigo sea tan benevolente como el del camarero al que ha conseguido que echaran de su puesto de trabajo esta misma mañana.
Cuando al fin regresa a su despacho, me calmo, y me digo a mi misma que son nervios de principiante, ¿acaso seguiría aquí sentada con acceso a todos los documentos de la empresa si sospechara que yo tengo alguna implicación con la organización secreta que intenta exterminar a todos los hombres lobo del mundo? No, claro que no.
Las horas se me pasan volando, porque aunque sea una infiltrada, el trabajo lo tengo que realizar de verdad, o de lo contrario podría sospechar de mi, o despedirme por incompetente. Así que, si,este es un trabajo real, y me paso a tarde sin parar, elaborando informes, agendando reuniones y transcribiendo algunas de las cartas que me ha dictado Alfa Michel cuando me llamado a su despacho. Hacia las siete de la tarde, ya pasada mi hora de salida, Alfa Michel sale de nuevo de su despacho y me mira sorprendido.
- ¿Aún estás aquí, Bella?
-Si, señor, las tareas que me ha encomendado esta tarde son bastante exigentes y no me gustaría que se me acumulara el trabajo. De todas formas, no pasa nada, no tenía nada importante que hacer después de trabajar.
- ¡Vaya! Quizá esté siendo demasiado exigente contigo, ¿es posible?
No me atrevo a decirle que si, que es un persona muy mandona, y que la mayor parte del equipo le tiene miedo, pero supongo que mi mirada es más que suficiente para hacérselo saber, porque se acerca a mi mesa, y me mira con falso gesto compungido.
-¿Soy realmente tan mal jefe?
- No, por supuesto que no, en ningún momento he querido decir eso; es que soy nueva aquí, y es todo un reto ponerme al día con toda esta información.
- Eso es cierto, a fin de cuentas,llevas muy poco tiempo aquí.deja que te compense.
- ¿Perdón?
- Si, me siento mal, es tarde, y eres nueva aquí, quizá debería haberme dado cuenta de que necesitas un poco más de tiempo para adaptarte. Deja que examine esos hombros, tienes todo el aspecto de estar tensa y de que no puedes ni mantenerte recta en la silla.
Me doy cuenta de que es cierto, que tengo los hombros en tensión, y cuando Alfa Michel da la vuelta a mi escritorio y se coloca detrás de mi, invadiendo con su inmensa sombra la habitación, me encojo un poquito.
- Relájate, Bella, puedo notar tu tensión incluso antes de colocar las manos sobre tu espalda.
Y con esas simples palabras, acerca las manos a mi cuello, y evalúa el estado de los mismos.
-Ummm.- exhalo en cuanto sus manos masajean la carne dolorida, y me revuelvo en mi silla, dejando que el placer de ese contacto inesperado se extienda por mi espalda.
- Si que estabas tensa, si, estos hombros están como una piedra.
Continúa con su masaje, haciendo círculos con sus dedos en mis omóplatos, y presiona un punto que estaba torturándome. Puedo percibir ese aroma que no sé a qué perfume pertenece, y me vuelven loca esas manos grandes y fuertes que sanan mi cuerpo con su simple caricia.
- Bella.- susurra Alfa Michel.- deja que esta noche te compense un poco más.
Sus palabras me hacen volver a tensarme, ¿qué es lo que quiere decir con compensarme un poco más? Yo no estoy en venta, pero claro, debería haber imaginado que es un lobo, y como tal, su intención es usar a los que trabajan para ellos.
Alfa Michel debe de notar como los músculos de mi espalda se tensan bajo su contacto, porque detiene los movimientos circulares, y me pregunta:
- ¿He dicho algo que te resultara molesto?
- No sé a que te refieres con compensarme un poco más, pero yo no soy una de esas mujeres.
Quería gritarle que ella jamás se acostaría con su jefe lobo, para el que acababa de comenzar a trabajar, porque ella tenía otra case de principios,pero la respuesta de Alfa Michel la dejó con la boca abierta.
- ¿A qué clase de mujeres te refieres Bella?- Yo no quería decir, bueno es que yo…Me estaba haciendo un lío sola, porque acababa de recordar que mi jefe es un hombre comprometido, y quizá mis comentarios anteriores han podido ofenderlo.- ¿No eres la clase de mujer que come algo antes de echarse a dormir?- ¿Qué?Me había descolocado completamente con esa pregunta, ¿qué es lo que quería decir?- Si, me refería a que pensaba invitarte a cenar para compensar tus horas extra, y ya que tu hora de salida ha pasado, supongo que tendrás la nevera vacía y pocas ganas de ir al supermercado a llenarla. Pero si te he ofendido, me disculpo, no pretendía insinuar nada inapropiado, te lo aseguro.¡Joder! La había liado con mi agresivo comentario. Al parecer Alfa Michel no tenía segundas intenciones con su invitación, y seguramente, en estos momentos, estaría pensando que soy una histérica que se cree el centro de atención.- Lo siento, yo pensaba…- No, de verdad, lo comprendo, solamente trataba
Pagué al taxista, y bajé del coche sin esperar a que me diera el cambio; estaba demasiado nerviosa, ¿y si Beau se daba cuenta de que había besado a Alfa Michel? No podía ni imaginarme su cara de decepción al descubrirlo.- Beau. No esperaba encontrarte aquí.- Oh, menos mal que llegas.- me responde él con una expresión inescrutable en sus ojos verdes.- llevo horas esperándote, ¿dónde estabas?Podría confesar la verdad, pero temo tanto que descubra que he besado a un lobo (a pesar de que ese beso haya sido el mejor de mi vida), que miento con una excusa estúpida e improvisada.- Siguiendo a la prometida del Alfa.- ¿De verdad? Vaya, vaya, muy bien, novata. No podía imaginarme que hicieras algo así por tu cuenta.- Si, si, se me ocurrió en cuanto llegué al restaurante.- Bueno, ¿y qué has descubierto?Y ahí es donde mi plan terminaba, ¿cómo podía haberme inventado una excusa tan terrible? Después de la comida en Sant’Angellos yo volví a la oficina, y Cathy comentó que tenía unas compras
Me estoy volviendo loco recordando una y otra vez el beso que acabo de compartir con mi secretaria. Bueno, Bella, porque en mi mente no es mi secretaria, sino mi futura Luna. ¿Es posible que ella se haya dado cuenta de lo que acaba de ocurrir? Bella es mi pareja destinada.Lo más frecuente es que los compañeros destinados se den cuenta de que lo son en cuanto se ven, es como un reconocimiento mutuo que les impide apartar la mirada, y les revuelve las entrañas. En el caso de los Alfas… no siempre sucede así. Es más difícil que la compañera destinada sea reconocida de una forma tan sencilla, en concreto en mi caso, acabo de darme cuenta al besarla.Reconozco que su perfume me volvía loco aunque cerrara la puerta que separa su despacho del mío, es como si se colara por debajo del quicio de la puerta y entumeciera mis sentidos… pero no sospechaba que era porque Bella es mi compañera elegida por la diosa Luna para mi.Es solo mitad loba, y hasta donde sé, no parece haberse convertido nunca
Bella, mi pequeña, ha desaparecido. Ya sé que últimamente ella y yo no hemos estado de acuerdo en muchas cosas, pero desde que se fue de casa clamando venganza contra los hombres lobo (tras descubrir que su padre era uno de ellos, pero nunca la reconoció como hija suya), nunca ha dejado de ponerse en contacto conmigo. A veces me llama y hablamos un rato largo, otras me envía un mensaje en el que pone que está muy ocupada, pero que se encuentra bien; y en ocasiones, me envía postales. A ella siempre le ha gustado enviar postales, dice que es como si estuviera de vacaciones, aunque procedan del lugar en el que lleva meses viviendo. Así que si, tengo una importante colección de postales de Ennisburgh, que es donde vive y trabaja desde hace un tiempo.Yo no estoy de acuerdo con su vida dedicada a la venganza, ni con que se una a esos desalmados de cazadores, que lo único que hacen es matar a lobos por su raza,ya sean culpables de algo o no. Pero cuando Bella me dijo que iba a unirse a los
Mi mente sigue dando vueltas, sé que hace ya varias horas de mi conversación con la madre de Bella, pero me resulta muy difícil hacerme a la idea de que ella es mi hermana. La pequeña y simpática Bella es mi medio hermana, y encima caza hombres lobo.En fin, esta información ya la digeriré más adelante, ahora lo que debo hacer es ponerme a llamar a conocidos y hacer averiguaciones discretas.Ciertamente, Mariam tiene razón en lo que dice, si alguien se entera de la descripción de mi medio hermana, y sabe a lo que se dedica, su lindo cuello estará en un peligro aún mayor; ningún lobo siente simpatía por los cazadores, en especial de las últimas matanzas.Hace unos meses, los cazadores cogieron a un grupo de escolares que habían salido de excursión, se los llevaron, los torturaron, y al darse cuenta de que no podían aportar ningún tipo de información útil, los mataron y los dejaron en medio del bosque en pedazos. No eran más que unos críos, doce años tenía el mayor.Y así, se cuentan po
Hoy tengo que estar concentrado, aunque no me apetezca, y aunque sea difícil conseguirlo, pues desde que encontré a mi Luna hace más de un mes, y después descubrí que era una traidora que se dedicaba a espiar para los cazadores, no he sido el mismo. He dejado pasar varias oportunidades de oro que podrían haber obtenido un buen rendimiento, he olvidado algunas reuniones de trabajo, y en general, mis clientes están desconcertados por mi falta de profesionalidad.Mi nueva secretaria, una chica castaña con muy mala memoria, ha dado a todo el mundo la excusa de que me encuentro mal, y que por ese motivo falto a ciertas reuniones. No la puedo culpar, a fin de cuentas, es difícil explicar porqué no me he presentado a recibir a algunos de los clientes más importantes que tiene esta empresa. Normalmente, odiaría que se comentara por ahí que estoy enfermo, da la sensación de que soy una persona débil, y yo jamás me he puesto enfermo, pero en esta situación, lo último que quiero explicar es que
Me miro las manos, buscando algo con lo que entretenerme mientras espero a que Alfa Michel regrese de su inesperada salida. Llevo una semana entera en Ennisburgh, lejos de Cat, lejos de Esme, y aunque mi compañera me llama a diario y enciende el vídeo para que pueda ver como se encuentran,no es suficiente, necesito abrazarlas, y olerlas, saber que estoy en casa, con mi familia.Pero como Cat dice, no puedo ignorar que Bella también es ahora mi familia; puede que no haya sabido que es mi hermana hasta hace muy poco tiempo, pero no puedo olvidarlo y pasar página cuando sé que ella puede estar en peligro. Así que, aquí estoy, en Ennisburgh, el último lugar en el que Bella estuvo (o al menos eso creo) antes de desaparecer.He investigado lo suficiente como para descubrir que la inconsciente de mi medio hermana había aceptado un trabajo para la manada Cumbre Helada, es más, era la secretaria personal del CEO, con el que yo me encuentro ahora reunido, pero hace más de un mes que nadie sabe
Tras diez minutos, he conseguido que las manos dejen de temblarme, y mi cara está de nuevo visible, tras mojarme con agua fría. Me siento preparado para regresar a mi reunión de negocios. Pero en cuanto me acerco a mi despacho, me doy cuenta de que algo extraño está sucediendo.Mi invitado, Dean, ha salido de mi despacho y está ahora hablando con mi secretaria. La pobre chica nueva, que aparte de torpe es confiada, está contando todo lo que sabe sobre Bella. Y ahí es donde comienza mi desconfianza.¿Por qué una persona que viene a hacer negocios con nosotros por primera vez le estaría preguntando a una secretaria por la que estuvo antes que ella? Pero si la mayoría de mis clientes pasan por la mesa de Silvia y ni siquiera se dan cuenta de que existe, a no ser que necesiten algo, por supuesto. ¿Cómo es que este hombre sabe de la existencia de Bella?Trato de hacer memoria, quizá hayamos estado en contacto antes, es posible que él haya hablado con Bella, y yo no lo sepa. Pero hay algo e