El amor les pegó fuerte a este par jajajaja ¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.
Aria Julia no se separa de mí después de lo ocurrido en la bañera. La pobrecita está angustiada por cualquier cosa que me pueda pasar y hasta debe venir uno de sus doctores privados para tomarle la presión y de paso revisarme a mí. Mientras que yo la tengo bastante baja, a ella se le ha subido y debe tomar una píldora para controlarlo. A decir verdad, me siento muy culpable, pero no digo nada para no complicar la situación y también porque no tengo fuerzas para hacerlo. Sigo muy asustada por esa alucinación que tuve, por lo real que fue y los sentimientos que eso despertó en mí. Pero lo más temible es que estuve a punto de morir, que si Julia no me salvaba iba a ahogarme. Mi amor por Alec Elwood me iba a matar. —La señorita ya está bien, pero debe evitar los episodios de estrés. Eso no es bueno para el embarazo —aconseja el doctor—. Debe alimentarse y descansar correctamente, además de tomar las vitaminas prenatales. —Sí, doctor, eso haremos —asiente Julia, quien está sentada a mi
Alec Mi madre y Natasha están renuentes a dejarme solo y con mis pensamientos después de la manera en la que me encontraron, pero me las arreglo para convencerlas de que me dejen descansar en la habitación de invitados. Pero no descanso, desde luego, los pensamientos con respecto a Aria y a ese hombre me atormentan y me hacen desear gritar de rabia. ¿Ella sentirá algo por él o solo se fue por la desesperación de no tener nada conmigo ante las personas? ¿Qué le pasaba por la cabeza cuando decidió abandonarme? Cada vez que trato de cerrar los ojos, la imagino entre los brazos de ese tipo, siendo besada y abusada por él. Ese hombre se está aprovechando de su vulnerabilidad, de lo desesperada que está por mi rechazo, un rechazo que ni siquiera es tal. No puedo más con mis malditos pensamientos. Tomo mi agenda, la cual Ana me ha subido, y pese a que tengo las manos vendadas, escribo todo lo que necesito para elaborar un plan que me haga recuperar rápidamente a Aria. En esa lista he escr
Jackson Cuando me levanto por la mañana, veo el rostro más hermoso de todo el mundo a mi lado. Mi osita se ve preciosa durmiendo, aunque a veces me dé la impresión de quedarse con los ojos abiertos. Esta vez no es así y parece un auténtico angelito. Le doy un beso en la frente y me levanto con cuidado. El despertador marca que todavía es temprano, así que cocinaré algo para ella y para Aria antes de que ellas…Detengo mis pensamientos cuando abro la puerta de la habitación de Aria para ver cómo está. Con tristeza recuerdo que ella se ha ido, que no tengo una hermana a la cual molestar. Aunque nunca se lo digo, siempre la he visto como algo más que mi simple hermana menor; ella es para mí como un pequeño bebé al que debo cuidar. No me importa que yo solo la supere por tres años, es como una hija para mí y me duele que se haya tenido que ir de esa forma, huyendo del idiota del señor Elwood, el cual espero que deje de buscarla pronto. Él no se merece tener a su lado a una grandiosa chic
Alec Tener contactos por todos lados nunca fue tan útil como hasta ahora. El detective Ríos no dudó ni un segundo en venir a ayudarme con mi caso y trajo consigo a Richardson, uno de sus mejores dibujantes forenses. No tengo todas mis esperanzas puestas en él y en las descripciones del hermano y cuñada de Aria, pero esto es mejor que no comenzar la búsqueda.—¿Su asistente dejó algún mensaje o nota?—Solo su carta de renuncia —contesto mirándolo a los ojos—. No me dio motivos o explicaciones, tan solo se fue. Poco antes hablamos por teléfono y se escuchaba rara. —¿Qué fue exactamente lo que le dijo, señor Elwood? En este momento lamento no tener puesta una corbata que ajustar. Sé que para dar con ella tengo que decir la verdad, pero hablar con total franqueza hará público lo que estoy haciendo, lo que tengo con ella. —Debe ser sincero, señor Elwood —me recuerda—. Debe decirme la verdad para poder entender sus motivos y así poder ir en una línea que…—Me confesó que se había enamora
Aria Me quedo congelada cuando veo el mensaje que Jackson me mandó hace algunas horas, advirtiéndome que Alec ya involucró a la policía y que no lo llame hasta que él no lo haga y sea seguro. Casi no puedo respirar al saberlo y tengo que dejar de guardar mis cosas para poder sentarme y calmarme. Julia ha salido a comprar unas cuantas cosas para nuestro viaje por carretera, incluyendo mis vitaminas y pastillas para el vómito, las cuales no sé si van a servirme para poder soportar todo este nerviosismo. Al final cedo al capricho de mi estómago y termino yendo al baño a devolver todo lo que conseguí comer por la mañana. La idea de que Alec me encuentre antes de que me pueda escapar es aterradora y no me deja respirar. —No, tú a mí no vas a encontrarme —le digo al verlo en la puerta, mirándome con ansiedad. —Por supuesto que lo haré —me contradice, aunque no hace intento alguno de acercarse—. Nos vamos a volver a ver las caras, Mills. Su imagen se esfuma cuando escucho ruidos provenie
Aria El camino hacia ese pueblo es bastante ameno, aunque en cierto momento siento un raro hormigueo en las piernas que hace que tengamos que detenernos para que salga a estirarme un poco. Julia me tiene paciencia, al igual que Kai, y esperan a que me sienta mejor para volver a la marcha. Nada ha impedido nuestra travesía, pero de todos modos me siento temerosa de que en cierto momento la policía nos detenga. Y, para variar, no dejo de pensar en Alec ni un solo instante. Las alucinaciones no han vuelto, pero siento su presencia cerca de mí, como si respirara detrás de mi nuca y me susurrara que me detenga, que no puedo irme. Intento ignorar esa sensación, esperanzada de que con el tiempo la dejaré de sentir, al igual que esas molestias en el estómago. Tengo una urgencia enorme por contactarme con mi hermano, que él me diga todo lo que pasó cuando Alec los interrogó. Sé que debo apartarme lo más posible de ese asunto, sin embargo, no me sentiré en paz hasta que lo sepa y que Jackson m
Alec No me siento capaz de ver más el dibujo que Richardson ha hecho sobre ese hombre, pero no lo necesito. La imagen la tengo muy bien grabada en el cerebro y sé que no la dejaré ir hasta que no lo elimine.En el fondo sé cuán absurda es la descripción que hicieron, pero el detective afirmó que ellos parecían completamente convencidos de lo que decían y que si bien la descripción proporcionada estaba un tanto exagerada por el entusiasmo o tal vez el desconcierto, confiaba en que esas características nos dieran una pista. Es por esto que ya he mandado a analizar la computadora y el celular de Aria en busca de aplicaciones de citas, de redes sociales que no sepa que tenga y cualquier otro dato que pueda ser de utilidad para encontrarla. Hasta ahora lo único que tengo es esa letra J en sus contactos, también el hecho de que su hermano compró un celular nuevo, pero nada en concreto. Mi mapa sigue en blanco, con datos sueltos que no se relacionan entre sí. Además de eso, ya descarté, po
Aria La casa no es menos hermosa por dentro, pero admito que me dio miedo el primer día porque el trasladarse de una zona a otra es difícil por lo grande que es. Sin embargo, llevo más de una semana aquí y me he adaptado mejor de lo que creí. También me he adaptado bastante al hecho de prácticamente estar a solas con mis pensamientos gran parte del día. Los empleados son muy buenas personas, pero todos están tan ocupados en la casa que nadie viene a hablar conmigo. Julia solo ha podido quedarse conmigo pocos días, ya que debía volver a la ciudad. Eso sí, me llama a diario y se aseguró de que antes de irse me revisara el obstetra del pueblo, el cual trajo su equipo portátil para revisarme. Mis trillizos, pese a todas mis tristezas, están saludables y creciendo como lo tienen que hacer. Por esa razón es que ya no siento que las náuseas matutinas y los mareos tan intensos que me dan por las noches a causa de la progesterona que me han recetado sean mis enemigos. He entendido que todos e