Dylan es el hijo primogénito del alfa Tron, de la manada Rayo dorado. Desde niño se ha llevado mal con Legna, hija del alfa de la manada Fuerza de bronce y mejor amigo de su padre. Para él Legna es una loba insoportable, demasiado intrépida para su gusto y muy confrontativa. Legna se muda al territorio zolleb por cuatro años, donde lleva a cabo un entrenamiento intensivo junto al rey para mejorar sus habilidades. Cumplido el tiempo pautado por su abuelo, ella regresa al territorio licántropo y se reencuentra con Dylan. Esa noche, Dylan espera encontrar a su mate para rechazarla y así poder unirse a su amiga Clara, a quien le prometió que la convertiría en su pareja; no obstante, él descubre que Legna es su mate y ella es una criatura superior, por lo tanto, ella debe aceptar el rechazo para que su lazo pueda romperse. ¿Qué sucederá cuando la naturaleza vaya en contra del orgullo? ¿Aceptarán Dylan y Legna el vínculo, aunque no se soportan? ¿O será el rechazo la mejor solución? *Historia sobre los hijos de los protagonistas de Embarazada del Alfa.
Leer másTres meses después...Riú abre el sobre grande y negro, de sello dorado, mientras el resto espera impaciente frente a él.Otsana, quien está embarazada de dos meses, se refugia nerviosa en el cuerpo de Tron. Miha es la que más tranquila luce, y decide repartir dulces, pero es ignorada, pues todos están enfocados en el contenido de aquel sobre que decidirá el futuro de los híbridos.Las tres familias —la de Riú, Tron y Arel, excluyendo a Clara— se han reunido en la casa de Riú y Alexa para leer el veredicto del nuevo consejo, cuyo líder es Raj, junto a los testigos y los alfas de las manadas más influyentes del continente licántropo.Riú lee los saludos, el reporte de las pruebas recopiladas, los beneficios y posibles riesgos de integrar a los híbridos en el territorio licántropo, y hace una pausa antes de leer el veredicto:—«Dado que los híbridos han sido encontrados inocentes de todas las acusaciones que se les imputaron, queremos ofrecer una disculpa por parte de todos los involucra
Legna, de forma impulsiva, deja de emanar fuego y está lista para ir tras Dylan, pero Tron lo atrapa antes de que él choque contra el suelo.Un suspiro de alivio escapa de los labios de Legna. Mira el domo con culpabilidad y retoma su tarea.Cuando la herida de Dylan se cura, este se levanta confundido y mira hacia arriba. Sus ojos empiezan a cambiar de rojo a gris repetidamente, como si ambos colores lucharan entre sí.Dylan se pone las manos en la cabeza y cae de rodillas, gritando.—Hijo, tú puedes vencer a esa bruja —alienta Tron, mientras él lucha contra la fuerza oscura que lo domina—. ¡Eres el hijo de alfa Tron! ¡Eres lo suficientemente fuerte para vencer el control mental de esa maldita bruja! ¡Tú puedes, Dylan! ¡Demuéstrale a esa zorra quién manda!Los gritos de Dylan se tornan más fuertes y desgarradores. Su cabeza se encuentra cerca del suelo, pues su cuerpo no soporta el peso de la maldad que lo domina.Tron sigue alentándolo. Azucena, que observa la escena con satisfacció
Legna se remueve en la cama con inquietud. La sábana que la cubre empieza a humedecerse debido a su sudor. Sus brazos y piernas se mueven de un lado a otro mientras suelta algunos quejidos incómodos.Dylan, quien ha regresado de una reunión con los líderes principales de Luna de Hierro que sobrevivieron, sale del baño envuelto en una toalla, con el cuerpo y el cabello aún mojados.Observa a Legna con preocupación al percibir su incomodidad y se acerca a ella.—Lobita traviesa... —susurra, pasándole la mano por la frente—. Estás sudorosa...Su mirada se fija en el acondicionador, por si su percepción de la temperatura estuviera errada, pero parece estar funcionando con normalidad.—¿Será la incomodidad del embarazo...?Dylan no termina de hablar porque siente un dolor de cabeza punzante, y un pitido estalla en sus oídos, lo que provoca que se encorve sobre la cama y suelte un quejido de dolor.Varios susurros se escuchan en su mente: diferentes voces y zumbidos que hablan al mismo tiem
La lucha entre los guerreros de Riú y los invasores se lleva a cabo en un territorio algo alejado de la manada Fuerza de Bronce, pero que conduce hacia allí de forma directa.Gracias a que fueron informados a tiempo, y gracias también a la habilidad de Alexa y los zollebs que la acompañan, han logrado interceptarlos con éxito e impedir que ataquen a la manada.El fuego de los zollebs arrasa con gran parte de los guerreros enemigos. Los alaridos y gritos se mezclan con los golpes, los estruendos y el impacto de las espadas al chocar.Alexa cierra los ojos y, con las manos extendidas hacia el frente, aprieta los puños con fuerza mientras tensa su cuerpo. Un grito de batalla sale de su boca y se sincroniza con el rugido de la tierra, que se levanta debajo de los pies de sus enemigos y se los traga.Mientras tanto, en las manadas de todas las regiones se envían pruebas de que no fueron los zollebs quienes provocaron la plaga, sino que todo fue una trampa de la usurpadora. Las pruebas adju
Uno de los líderes que también iba a ser ajusticiado toma la palabra. Su presencia capta la atención de todos, pues es respetado en la manada:—Estos chicos, junto a sus acompañantes, han liberado a Luna de Hierro de una de las brujas que nos aprisionaron. Lamentablemente, no pudieron salvar al beta porque ya había sido asesinado cuando ellos vinieron a nuestro rescate, pero nos salvaron a todos nosotros, y ahora somos libres.» Para los que estuvimos bajo el mando de Tron décadas atrás, es obvio quién es este chico, pues es la viva imagen de su padre. Él es el verdadero heredero de Luna de Hierro, el hijo del alfa que nos puso en la cima entre todas las demás manadas, pero que fue exiliado porque le tendieron una trampa, además de los prejuicios contra su mate.—¿Eres el hijo del alfa Tron? —lo aborda una mujer, observándolo sorprendida. Su mirada lo recorre de arriba a abajo, como si buscara alguna pista en su figura.—Sí, soy el primogénito del alfa Tron, y ella —rodea el hombro de
Junto a los guerreros de Tron, Dylan y Legna llegan a la casa principal de la manada. Los hombres, convertidos todos en lobos, la rodean de forma estratégica y cautelosa, buscando una brecha para acceder a ella.Mientras tanto, Legna, suspendida en el aire, revisa la protección. Ella informa a Dylan, por medio del vínculo, cuántos guerreros hay en cada entrada que pudieron ocupar, su ubicación exacta y el tipo de armas que portan.Ella le guiña un ojo, y el lobo asiente con complicidad. Legna extiende sus manos en dirección al primer grupo que hace guardia, de donde salen descargas eléctricas que impactan contra ellos.Dylan da la señal a los guerreros que están en esa área, y ellos entran cuando el portón cede gracias a la habilidad de Legna. Ella repite la acción en diferentes puntos estratégicos, dándole entrada a los demás guerreros.Los ojos de Legna brillan y, tras tensionar su cuerpo por unos minutos, la puerta principal se rompe en pedazos frente a Dylan. Él no pierde ni un se
Liah, junto a los demás, aparece en la plaza de Luna de Hierro. El tumulto que había dejado sigue tal cual, ocasionando un caos por doquier.El cielo, como si presagiara que algo oscuro está sucediendo, acompaña al momento caótico con un tono completamente gris y un viento gélido que denota mortandad y melancolía.Dylan observa los edificios gigantes y en mal estado, y una sensación extraña le recorre la piel. Él nunca antes había estado en la manada donde su padre y madre lo procrearon, pues Otsana huyó de allí cuando estaba embarazada de él.Se siente extraño estar justo ahí, en el lugar donde la historia de amor de sus padres empezó, pero que también estuvo a punto de culminar de la peor manera.—Llamaré a Tron y a los guerreros por medio de telepatía —les avisa Liah, sacando a Dylan de su trance.—Bien... —masculla Legna mientras mira a su alrededor, curiosa—. ¿Qué pasó aquí? —inquiere con asombro.—Me pregunto lo mismo —responde Liah—. Espero que los guerreros tengan información
Liah, acompañado de Tron y unos diez guerreros experimentados en batalla, aparece en la sede principal de Luna de Hierro, en uno de los tantos pasillos que conectan las oficinas y pisos de aquel inmenso edificio.Avanzan con sigilo, concentrados en su objetivo: encontrar a la intrusa que ha tomado el mando, haciéndose pasar por un miembro de la familia de Tron.—Esto está muy mal... —masculla Tron, mirando a su alrededor con evidente alerta.—Si el rey de los zollebs decide desenmascarar a esa usurpadora, entonces está bien. Yo soy el justiciero aquí —se excusa Liah con una tranquilidad irritante.—¡Con un demonio, Liah! —estalla Tron—. Estamos irrumpiendo en una manada ajena. ¿Qué parte de esto puede estar bien?Sin inmutarse, Liah abre la puerta de la oficina principal, sorprendido por el absoluto silencio que reina en los alrededores. Ni un alma a la vista. Ningún guerrero aparece para detenerlos. Todo es tan extraño que sus sospechas crecen aún más.—No hay nadie aquí... —balbucea
Raj da un paso al frente, pero los guerreros desenfundan sus armas y lo bloquean de inmediato.—¡Sandeces! —exclama Raj, indignado—. No pueden destituirnos sin un juicio justo. Esto es un acto de tiranía. Iré yo mismo a hablar con el alfa para demostrar que todo esto no es más que un malentendido.—Tenemos órdenes de llevarlos al calabozo —replica el cabecilla con una mirada gélida y amenazante.En ese momento, una multitud comienza a congregarse alrededor. Los gritos y abucheos se alzan como una ola:—¡Fuera los híbridos! ¡Fuera los híbridos!Legna y Dylan se miran con inquietud, sus ojos reflejan la creciente tensión de la situación.—Dyl, esto es una trampa —susurra Legna, llevándose la mano al vientre de manera instintiva—. Si uso mi poder contra ellos, lo usarán como prueba de que los híbridos somos peligrosos.Dylan, entendiendo el peligro latente, asiente en silencio y, con un expresión alerta y desafiante, escanea su alrededor como si analizara el escenario en el que se encuen