De pies, y recostada de la puerta, Legna mira al cielo con una mueca que denota lo aburrida que está. Ella deja caer los hombros y resopla, luego se dirige al baño y se ducha.Un vestido floreado y colorido en tonos veraniegos se ciñe a su cuerpo, acompañado por unas sandalias marrones y una mochila pequeña de piel.Su cabellera larga y ondulada, del color del arrebol del cielo en el atardecer, cae a los lados de sus brazos a la perfección.Ella no necesita pintarse los labios porque estos poseen un rojo carmesí natural que los resalta. Su belleza es peculiar y muy llamativa, debido a que los zollebs son hermosos y encantadores por naturaleza.—Si ya tengo un mate, no tiene sentido que me oculte, de todas formas, ya sucedió lo que el abuelo quería evitar. —Ella sonríe frente al espejo—. Dylan, serás mi problema hasta que el abuelo termine su misión y yo tenga que irme de este continente para siempre. Mientras tanto, me divertiré mucho a tu costa.» ¡Qué irónica es la vida! Tú siempre
Una sonriente Alexandra se le lanza encima a Dylan y le llena el rostro de besos, agarrándolo desprevenido. Por su parte, Alexa la reprende por su comportamiento poco prudente e inadecuado.—¡Ay, mamá! —La niña entorna los ojos—. Dylan es mi novio, por ende, le puedo dar muchos besos.La carcajada de Ryan resuena en la sala, mientras que Dylan solo le sonríe con ternura y nerviosismo.—¡Esta niña sale con cada cosa! —exclama Alexa avergonzada—. Discúlpala, Dylan, es que ella sacó los genes de su padre.Otra carcajada de parte del adolescente pone a la luna irritable.—¿Te estás burlando de mí? —Ella lo confronta muy molesta.—¿Cómo crees, mamá? Mejor vete a descansar; andas muy estresada y peleona, de seguro por eso papá se fue más temprano que de costumbre hoy.Alexa agranda los ojos y se tapa la boca con las manos cuando repara en las palabras de su hijo.—¿Tú crees? Riú nunca escaparía de mí... —Ella se abraza a sí misma porque se siente muy tensa—. ¿Sabes? Creo que le llevaré el a
El colchón se siente tan suave debajo de su espalda que él no quiere levantarse de allí. En realidad, desea quedarse todo el día durmiendo en esa cama tan cómoda.«Este aroma es muy adictivo», piensa mientras se frota contra las sábanas frescas, que emanan un perfume similar a la frambuesa.—Qué delicia... —balbucea adormilado.El olor a frambuesa se mezcla con café y jamón frito, lo que provoca que su estómago ruja por lo hambriento que está.«Es tiempo de despertar, tengo mucha hambre», piensa dentro del trance en el que se encuentra.Varias vueltas más lo ayudan a despabilarse. Después de que él se frota los ojos varias veces, logra despertarse por completo al fin.—¿Dónde diablos estoy? —Se incorpora exaltado y mira por todo su alrededor, mas no logra reconocer aquella extraña habitación con apariencia campestre—. No lo entiendo... ¡Estoy desnudo! ¿Y mi ropa? —Él agarra el cordón negro, que acompaña a las demás gargantillas que le rodean el cuello, y lo palpa confundido.Dylan sal
Legna corre en medio del bosque con una gran sonrisa que denota lo feliz que se encuentra. Verla tan libre, ser ella sin ninguna inhibición y con tanta alegría, provoca una satisfacción extraña en el pecho de Dylan.No puede negar que le parece atractiva la manera franca y atrevida de ella ser, lo poco que se complica la vida y lo independiente que se muestra.Tan diferente a…«¿Por qué siempre termino comparándolas? Soy un maldito patán», se reprende a sí mismoDylan se relame los labios y trata de seguirle el ritmo a Legna, a quien le es fácil violar la ley de gravedad y moverse a una velocidad que supera a un licántropo puro.Ella siempre ha sido inquieta, coqueta y desinhibida. Tan divertida...«Y muy hermosa...», piensa Dylan mientras la contempla corretear entre los árboles y reír por cualquier tontería.—¿Cuándo llegaremos? —inquiere él, aburrido de no ver nada más que aquel bosque casi oscuro.—¡Ya casi! ¡Deja de quejarte y disfruta de la conexión con la naturaleza! —Ella le gu
Legna se pone un pantalón licra negro y encima de este luce un vestido naranja cortito. Ese tono resalta sus ojos mieles y combina a la perfección con su cabello rojizo. Un labial rojo anaranjado termina su look, entonces ella se pone la pequeña mochila de piel encima y sale de la cabaña.Con gran agilidad salta por encima de los árboles hasta llegar al centro de la ciudad.—Necesito un transporte que me lleve a la manada Luz plateada —pide con una sonrisa cordial que pone nervioso al transportista, quien ha quedado maravillado con la belleza de la joven mujer.—El bus número tres la llevará a su destino. ¡Qué tenga buen viaje! —le dice con flirteo. Legna le agradece y se dirige al transporte que le corresponde, donde capta las miradas de los presentes cuando se sube.Hay una chispa en ella que la hace lucir un poco diferente a los demás licántropos, pero nadie sabe que es porque ella es híbrida, ya que ellos han preferido mantener el secreto para evitarse inconvenientes con los licán
En un día soleado y de clima agradable, Legna recibe regalos de parte de sus padres y hermanos, quienes la llenan de mimos en toda la mañana.—¡Feliz cumpleaños, mi amor! —exclama Alexa con algarabía. Ella le ha enseñado algunas costumbres humanas a su familia, así que poner un pastel en la mesa para comerlo después del almuerzo se ha hecho tradición entre ellos.A su vez, Riú cazó en la madrugada y asó la carne del animal, también le preparó comida oriunda de la que una vez fue su manada, ya que ese aniversario era especial.—Desde hoy eres considerada una loba apta para la cópula y la reproducción, por lo que tu celo podría llegar en cualquier momento. Por supuesto, todavía eres mi cachorra, así que no permitiré que venga un lobo intruso a...—Cariño, creo que debes sentarte y comer —lo interrumpe Alexa—. Toma, come ensalada y puré... —Ella empieza a servirle y le mete un pedazo de carne en la boca para que él no siga hablando.—¿Cómo Legna se va a aparear y a reproducir si ni siqui
Dylan agarra una gaseosa de la mesa donde yacen los alimentos, acto seguido, se sienta apartado de todos en una de las sillas que se encuentran regadas por el patio.Su mirada plateada sigue los movimientos de André y Legna con atención, entonces siente que un simple refresco no lo sacia. Él se levanta para buscar una cerveza de lata de las que se encuentra en un gran recipiente con hielo, junto al resto de bebidas alcoholizadas.—¿Estás bien? —lo aborda Clara—. Te pusiste raro de repente. —Ella lo sigue. Sin responderle, Dylan se sienta en el mismo lugar que había ocupado minutos antes y ni se molesta en mirar a Clara cuando ella se coloca en una silla que le queda al lado.Dylan reposa los codos sobre sus rodillas, baja la cabeza y extiende la mano que usa para agarrar la cerveza. Esa posición lo hace ver cabizbajo y rendido.Él tiene tanta carga emocional que siente que se desploma. Se cuestiona acerca de sus decisiones, de esos planes que no llegaron a concretarse, pero a los que
PasadoÉl le había dicho a su padre que se quedaría entrenando en el campamento de la manada, pero esa fue una excusa para regresar a Fuerza de bronce.Dado que él todavía no había tenido su transformación, le tocó regresarse corriendo. Y, aunque contaba con una velocidad impresionante, le tomó toda la noche llegar a destino.Apenas el sol se estaba dejando ver cuando él se detuvo a una distancia prudente. Había aprendido a pasar desapercibido en los entrenamientos con su padre, mas era probable que aquel alfa, asimismo el zolleb que acompañaba a la familia, pudieran descubrir su presencia; no obstante, la ingenuidad de su juventud ignoró ese detalle.Suspiró del alivio cuando creyó que no había sido descubierto, pero también porque ella no se había marchado aún.—Hasta luego, loba insoportable... —balbuceó con tono triste.En ese instante, se ocultó por completo detrás del árbol que usaba para esconderse, porque la chica de cabellera rojiza miró en su dirección como si lo hubiera esc