Capítulo 2 —Viaje
Anais Un año ha pasado desde nuestra boda, todo va bien entre nosotros, al menos eso es lo que yo creo, ya que a veces tenemos pequeños desacuerdos. Xavier y yo decidimos vivir en una pequeña casa, nos mudamos hace algunos meses ya que ahorramos el dinero necesario para poder comprarla. La familia de Xavier es muy adinerada pero no quise que el comprara nuestra casa, no estoy con el por su dinero y no es eso lo que quiero aparentar, se que su madre no me quiere por que piensa que yo estoy con el por su dinero. Los padres de Xavier tienen un empresa aquí en Estados Unidos y una en Francia. Su padre se hace cargo de la de Francia y Xavier de la que está aquí. Desde que salí de la universidad trabajo en una tienda de ropa. Xavier me ha ofrecido trabajo en su empresa pero no he aceptado, no quiero ver a mi suegra reclamar que yo esté metida en su empresa. Este día me toco cenar a mi sola. Xavier dijo que tenía una reunión y vendría muy tarde y mi hermana me dijo que estaría con sus amigas y posiblemente duerma con ellas. Agradezco mucho que mi esposo aceptará que mi hermana viviera con nosotros ellos se llevan muy bien y eso me alegra mucho pues nos hace tener una mejor convivencia, aunque en muchas ocasiones Xavier y yo discutimos pues el todo lo quiere solucionar con dinero, cosas de ricos… Me dirijo a mi habitación para poder acostarme y dormir, creo que mi esposo llegara más tarde de lo esperado, no me gusta entrometerme en los asuntos de mi esposo. Antes de dormir decido tomar un baño, así me relajo mejor, me quitó mi ropa quedando completamente desnuda, el agua caliente cae por mi cuerpo, cierro mis ojos relajándome, solo deje que el agua cayera por mi cuerpo por un par de minutos, después de eso salí de la ducha, mi mente se estaba llenando de pensamientos no muy buenos y lo trato de evitar todo el tiempo. Voy hacia el tocador y solo me veo en el espejo, mis mejillas se tornan rojizas. «Amo como te sonrojas, amo todo de ti Anais, absolutamente todo» Su voz ronca resonó en mi mente, trayendo a mi fabulosos recuerdos. —No, esto no esta bien —me regaño —No debes pensar mas en el Anais, él debe estar feliz, debe tener una familia, tu eres una mujer casada —me recordé. Dije que lo dejaría atrás y así debe ser, pero me resulta tan difícil, creo que jamás podré olvidarlo. Me pongo mi camisón, decido no usar ropa interior, me tiró sobre la cama, me quedo viendo al techo esperando que el suelo llegue a mi. Se supone que con Xavier formaría una familia, pero el dice no sentirse listo, espero que pronto cambie de idea, llevo años cuidándome que tengo miedo de que él día que yo quiera salir embarazada no pueda, él cansancio me invade y cierro mis ojos quedándome dormida. El ruido me despierta, no se que horas es, pero ya es muy noche, Xavier cierra la puerta de la habitación, no abro mis ojos y finjo seguir durmiendo ni siquiera sé por que lo hago. Minutos después siento como el colchón se hunde a mi lado. Xavier me abraza y me atrae hasta su cuerpo, mi rostro reposa sobre su pecho desnudo, un aroma diferente al de el llega a mi nariz, inhalo con más fuerza pero no logro distinguir el aroma solo se que no es su perfume. Siento como mi esposo deja un beso en mi cabeza y minutos después se queda dormido, sigilosamente me separo de el, me levanto y voy hasta donde esta su ropa, recojo su camisa y la acerco a mi nariz, inhalo el aroma y es… perfume de mujer… con manos temblorosas suelto la camisa dejándola caer al piso. Observó el lugar donde mi marido duerme con tranquilidad, sonrió y niego. Debo de estar equivocada, debe de haber sido que alguna de sus socias no se, lo abrazo y su perfume quedo en su camisa, si debe ser eso. Xavier me ama, estoy segura de eso, yo… también lo amo, jamás lo traicionaría y el tampoco a mi, decido volver a la cama, aun con dudas en mi cabeza... ¿Y si me estoy equivocando y Xavier me es infiel?. …. Me levanté muy temprano para hacer el desayuno de mi esposo, lo veo llegar a mi lado arreglando su corbata. —Buenos días cariño —saluda dejando un beso en mi mejilla, le sonrió. —Buenos días amor ¿Cómo te fue en la reunión? —pregunté, él se acerca a la mesa y toma asiento. —Me fue muy bien, tomé un poco por que celebramos la firma de un contrato — colocó su plato en la mesa y el comienza a desayunar. —Me alegro mucho por ti, ahora entiendo por que llegaste tan noche —comenté. —¿Escuchaste cuando llegue? ¿Estabas despierta aún? —No, solo sentí cuando llegaste a mi lado y me abrazaste —dije con una sonrisa —¿Hubieron mujeres anoche, entre las personas que llegaron a la reunión? —él me observó extrañado por mi pregunta. —Por supuesto, estaba mi asistente y también la esposa del nuevo socio —asentí, el desayuno con tranquilidad en ningún momento pareció nervioso. Debía alejar estos pensamientos de mi mente, no debo dudar de él, pero siento que me estoy engañado. Además debo dejar de pensar yo también en el pasado pues cuando recuerdo a la persona que amé, siento que lo estoy traicionando también. Mi esposo me llevo hasta la tienda donde trabajo, me despedí de él con un beso. Los días siguientes mis dudas se fueron, pues mi esposo siempre llegaba muy temprano a casa y compartimos tiempo juntos, no volví a sentir ese aroma en su ropa, todo siguió mejor entre nosotros. Me encontraba a su lado, ambos desnudos después de tener sexo. —Xavier —lo llame mientras acariciaba su pecho. —Mmm —él mantenía sus ojos cerrados, no sabía si era buen momento para decir esto pero debemos hablarlo. —¿No crees que es momento de tener un hijo? Tenemos más de un año de casados, podríamos empezar a buscar un bebé y… —No Anais, no me siento listo aún —dijo con firmeza, su ceño se frunció levemente, cada vez que yo mencionaba algo parecido su expresión cambiaba. —Es mi deseo Xavier y tu lo sabias, quiero ser madre pero… —¡Basta Anais! no quiero discutir contigo por eso, aun eres joven piénsalo, un bebé solo arruinaría nuestra vida por ahora —dijo visiblemente molesto. Me quedé paralizada por sus palabras ¿un bebé arruinaría mi vida?. —Pero Xavier, somos un matrimonio, yo si me siento lista, se supone que me case contigo para formar una familia —mi voz sonó firme, no cambiaría mi idea de ser madre solo por el. Todo el tiempo me pondrá la estúpida excusa de que no esta listo. —Cariño, lo sé, pero aun tenemos una vida por delante, no me siento listo —Y ahi estaba la estupida excusa es —tal vez en uno o dos años más —suspiré y asentí, era mejor parar esto, no tenemos mucho tiempo de casados y siento que nuestra relación empieza a derrumbarse —No te sientas triste Anais. Te sigues cuidando ¿verdad?. —Si no te preocupes por eso —el dejo un beso en mi cabeza y me abrazo, minutos después se quedo dormido, cerré mis ojos para así poder dormir también… Habían actitudes de Xavier qué me hacían dudar sobre mi decisión de empezar una vida junto a él, me hacia sospechar aun mas de una infidelidad, quizas esos son sus motivos para no querer un hijo o solo soy yo pensando mucho, pero últimamente ha cambiado un poco, espero y solo sea mi imaginación, a veces creo que debí esperar más para ser su esposa, debí pensarlo más pero solo quise olvidarme de un amor que es inolvidable.Anais A la mañana siguiente, desperté un poco cansada y me dirigí a la cocina, mi hermana ya se encontraba ahí. Xavier había salido muy temprano ya que dijo que tendría una reunión. —¿Hoy no trabajas? —preguntó ella. —No, tengo que ir a mi chequeo de rutina —tome una taza y me serví un poco de café —Despertaste muy temprano —mencione pues ya había preparado café y estaba terminando de desayunar. —Si, sentí un poco de hambre y bueno… decidí prepararme algo. —¿Cómo te va en la universidad? —pregunté. —Bien, no puedo decir que soy la mejor pero me esfuerzo —se levanto y llevo sus platos a lavar, me hice unas tostadas. —Me alegra mucho escuchar eso, lo importante es que te esfuerzas mucho —ella sonrió. —Gracias, creo que no vendré a dormir, Moni y yo debemos entregar un proyecto muy pronto y me quedaré a dormir con ella —note que no me dirigió la mirada. —¿Segura es eso? Te noto un poco extraña ¿acaso estas saliendo con alguien? Recuerda que… —¿Qué? Lo que mi mad
Anais Al llegar a casa comencé a empacar todo en las maletas, llame muchas veces a Rocio pero no atendió ninguna de mis llamadas, decidí enviar un mensaje. Xavier llego un par de horas después, se cambió de ropa, reviso que todo estuviera lista para irnos. —Trate de comunicarme con Rocio pero no respondió mis llamadas, así que le deje un mensaje —le informe. —Me parece bien, creí que querrías llevarla con nosotros —mencionó. —Ella está estudiando, no puedo interrumpir sus estudios, aunque supongo que le gustaría viajar. —Si ella quiere viajar el Jet estará disponible para el día que quiera ir, además creo que te sentirás mejor con ella junto a ti —comentó, agradecía que el tomará en cuenta a mi hermana pero será mejor que se quede para estudiar. —Eso no será necesario Xavier, ella sabrá entender que viajamos solo por una emergencia. —Está bien cariño, pero si quieres tenerla cerca a solo debes de decírmelo —se acercó a mí y acarició mi mejilla —Es hora de irnos —sujeto
Anais Bajamos a desayunar un poco tarde su madre nos dirigía una mirada reprobatoria a la que ni Xavier ni yo pusimos atención, si yo estaba en este lugar es porque es mi deber como esposa. Después de desayunar mi esposo se marchó junto a su madre y ver a su padre, su madre dijo que tenían que hablar cosas muy importantes sobre la empresa. Meredith me acompaña durante el resto del día, me pregunta por mi hermana ya que ellas compartieron un poco durante la boda. —¿Aún no has visto a papá? —me pregunto.—No, Xavier me dijo que lo vería esta tarde. Tu madre dice que se la pasa dormido la mayor parte del tiempo —ella negó.—Mi papá si necesita reposo, pero el no quiere permanecer en esa cama, si hay días en los que esta cansado y duerme la gran parte del día pero también hay días mejores para el, a veces sale a caminar por el jardín y respirar aire fresco —informa —se que le agradará verte, si quieres te llevo con el —se ofreció.—Oh no, no te preocupes iré con Xavier, estaremos mucho
Anais —Lo dudo peque, solo pasare aquí esta noche, mañana debo volver a mi hogar — contesto borrando la sonrisa del rostro de Mer y causando tristeza en mi. —Entiendo… —dijo Mer un poco triste. —Debo hablar contigo mi amor ¿me acompañas a nuestra habitación? — preguntó mi esposo. —C-claro… vamos — mi voz temblaba un poco, mi esposo tomo mi mano, mire en dirección a Dorian y Meredith, su mirada seguía siendo fría mientras observaba a su hermano y a mi — con permiso. —Anda hablamos después cuñadita —dijo Meredith. Xavier no mencionó nada y solo me guio hasta nuestra habitación, sentí su cuerpo un poco tenso y el agarre en mi mano era fuerte. —¿De qué quieres hablar? — pregunté. —Te dije que cuando mi hermano estuviera aquí te quería solo al lado mío — lo note un poco molesto y nervioso. —Pero si acaba de llegar, tu estabas con tu madre —el paso su mano sobre su cabello y luego sonrió. —Esta bien, lo bueno es que se marcha mañana —murmuró, me pareció extraño su actuar pero d
Anais Xavier fue por mi para cenar como lo dijo, tomó mi mano y ambos llegamos así, su madres observó nuestras manos entrelazas y luego le sonrió a Xavier. —Toma asiento hijo, estábamos punto de iniciar la cena —le dijo ella siempre hablando en francés, evite rodar los ojos y me senté junto a mi esposo. —Dorian… ¿no bajara a cenar? —preguntó Mer, su pregunta capto mi atención pero evite parecer interesada. —No —respondió su madre cortante.—Ya sabes como es el Meredith, le gusta hacerse el interesante nunca le ha gustado compartir tiempo en familia —dijo mi esposo, Mer lo observo molesta. —Cállate Xavier, yo no recuerdo que Dorian sea así —lo defendió ella.—Ni siquiera lo conoces tanto como yo, lleva muchos años lejos de la familia tu ni siquiera eras mayo de edad cuando el se fue de aquí —se exalto un poco mi esposo.—Meredith, respeta la hora de la cena y respeta a tu hermano por favor —le pidió su madre, Mer la miró molesta pero no reprocho nada. —Lo bueno es que se irá maña
Anais Apreté mi mano en puño sujetando mi vestido, mi respiración errática, lo vi por el rabillo del ojo pararse a mi lado, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, levantó su rostro observando el cielo, es entonces que me giré para poder verlo mejor, estoy tratando de que no note lo nerviosa que me pone su presencia y más el tenerlo así tan cerca de mí, incluso puedo sentir el aroma de su perfume varonil, esta recién duchado y su aroma comienza a hacer estragos en mi interior. —Hola Dorian, exactamente así como lo dices estoy felizmente casada —respondí con firmeza, guardando tantas emociones en mi interior, el giro su rostro y bajo su mirada hasta a mi, era eso lo que desee desde que lo vi, desee que volviera clavar sus ojos en mi. Lo vi sonreír con incredulidad. —Si es lo que dices, pero no creo que mi hermano en verdad te haga tan feliz —comentó aun sonriendo. —Aunque no lo creas es así —el dio un par de pasos logrando acercarse mucho más a mí —Por lo que veo a ti te
Anais Me quedé toda la tarde en la habitación solo viendo mi celular, me encontraba aburrida, Meredith no estaba en casa, Xavier aun no llega, y no quiero salir y toparme con Dorian, espero que mi esposo no tenga que salir mucho estos días pues así no me quedo sola, aunque tendré a Rocio conmigo. Por la ventana pude observar el coche de Xavier estacionarse y a la misma vez pude observar a Meredith entrar a la casa, salí de la habitación para ir a recibir a mi hermana, ella ya estaba saludando a Mer, tenía una hermosa sonrisa en su rostro en cuanto me vio se puso un poco seria. —Cariño —mi esposo se acerca y deja un beso en mi mejilla —como te lo prometí aquí tienes a tu hermana. —Anais, lamento mucho la forma en que me comporte contigo ¿puedes perdonarme? —pidió mi hermana. —Claro que si, eres mi hermana y creo que es normal tener este tipo de discusiones —la verdad es que Rocio y yo siempre fuimos cercanas y casi nunca nos llevábamos más, pero creo que ahora cada quien tiene sus
Anais Después de la cena Xavier dijo que iría a ver su a padre, así que me dirigí a la habitación de Rocio toque dos veces su puerta y al no tener respuesta entre, ella no estaba en su cama, pero en ese momento la vi salir del baño limpiando su rostro con una pequeña toalla. —¿Qué haces aquí? —preguntó. —Quise comprobar si te encontrabas bien, me quedé un poco preocupada por ti —respondí, ella avanzo hasta llegar a su cama y se tiro en ella. —Si lo siento, me sentí un poco mal, quizás fue la comida pero no te preocupes estoy bien —dijo —¿Conocías al hermano de Xavier?. —No, lo conocí al llegar aquí —me senté al borde de su cama. —No sabia que su hermano estaría aquí —mencionó ella. —Yo tampoco al parecer su padre le pidió que viniera, sabes que Xavier comentó que se mantenía alejado de la familia —ella asintió. —Si es verdad, bueno aun me siento un poco cansada por el viaje, te veo mañana Anais. —Claro, descansa te veo mañana —me despedí y salí de su habitación, al salir me e