Anais
Al llegar a casa comencé a empacar todo en las maletas, llame muchas veces a Rocio pero no atendió ninguna de mis llamadas, decidí enviar un mensaje. Xavier llego un par de horas después, se cambió de ropa, reviso que todo estuviera lista para irnos. —Trate de comunicarme con Rocio pero no respondió mis llamadas, así que le deje un mensaje —le informe. —Me parece bien, creí que querrías llevarla con nosotros —mencionó. —Ella está estudiando, no puedo interrumpir sus estudios, aunque supongo que le gustaría viajar. —Si ella quiere viajar el Jet estará disponible para el día que quiera ir, además creo que te sentirás mejor con ella junto a ti —comentó, agradecía que el tomará en cuenta a mi hermana pero será mejor que se quede para estudiar. —Eso no será necesario Xavier, ella sabrá entender que viajamos solo por una emergencia. —Está bien cariño, pero si quieres tenerla cerca a solo debes de decírmelo —se acercó a mí y acarició mi mejilla —Es hora de irnos —sujeto mi mano y salimos juntos de casa. El vuelo en el Jet fue tranquilo y rápido, Xavier estuvo en todo momento pendiente del movil, yo dormi un poco, pero podia escuchar como a cada momento el recibia mensajes, lo cual me parecio muy sospechoso, decidi ignorarlo, en el fondo no queria creer que eso era posble. En un par de horas ya nos encontrábamos en Francia. No me sentía muy bien aquí pero mi deber era acompañar a mi esposo, mi madre decía que a un hombre no se le podía dejar solo, que el deber de su esposa era estar al lado de su esposo. El lugar donde vivían mis suegros era muy lujoso, tienen una gran mansión con un jardín hermoso. Me encanta el lugar, mentiría si dijera que no quiero algo así, pero no puedo aceptarlo, quiero ayudar a mi esposo construir eso juntos o al menos no con el dinero de su familia. La puerta de la mansión fue abierta una de las personas de servicio, por dentro la casa parecía aun más grande, mi suegra bajaba los escalones vestida elegantemente, sonrió en cuanto vio a Xavier. —Bienvenue, mon fils (Bienvenido, hijo?) —se acercó y abrazo a Xavier de manera calurosa, ni siquiera me dirigió la mirada —C’est bon que tu sois de retour à la maison (Qué bueno que estés de regreso en casa) —ella le solía hablar únicamente en francés porque creen que yo no se el idioma, pero es algo que no pienso desmentir... —Bonjour maman. Comment va papa? (Hola madre. ¿Cómo se encuentra mi padre? — preguntó mi esposo. —Il est faible, heureusement il a montré quelques signes d’amélioration, mais son cœur peut ne pas résister plus longtemps. (Él está débil, afortunadamente ha mostrado algunos signos de mejoría, pero su corazón podría no resistir mucho más.) —respondió ella y luego dirigió su mirada hacia mi —Bonjour Anaïs. —Bonjour —salude. Xavier y su madre comenzaron a hablar sobre el tratamiento que lleva su padre. El padre de Xavier tiene problemas del corazón, esta ya es la segunda vez que se pone mal en un año, y al parecer su corazón ya no cumple su función como debería, es una lástima porque a pesar de todo mi suegro es una buena persona, mejor persona que su esposa. Mi suegro y Meredith son las únicas personas que si me toman en cuenta en esta familia. Mi suegra sabe que debe ser cordial por mi esposo. Los escucho decir que su hermano vendrá a ver a su padre después de años. No se que problemas hubo con el, pero su padre desea verlo. Xavier no suele hablar mucho de su hermano, lo único que dice es que su hermano lo envidiaba, pues al parecer Xavier recibía todo la atención de su madre. Y la verdad me sorprende que lograrán comunicarse con el ya que decían que se había alejado por completo de su familia, no tenían nada de comunicación, eso fue lo que mencionó Meredith en una ocasión. Solo espero que el no sea como su madre, y sea más como Mer y su padre. Mi suegra le pidió a una de las empleadas que me mostrará la habitación que compartiría con mi esposo, me ayudaron con las maletas. Xavier dijo que se quedaría hablando con su madre un poco más. Estando en la habitación, me quite mis zapatos y me tiré sobre la cama, esperaba que Rocio se comunicara pronto conmigo, sentí una leve brisa, me levanté y arrastre mis pies hasta el balcón, ver el jardín desde aquí era hermoso. Francia es un país hermoso, uno que siempre he querido visitar, pero más que todo era un sueño que tenia con él. Él fue quien me enseñó un poco el idioma francés y luego yo lo estudie, curioso ¿no? El también era de Francia. Siempre creí que su amor era tan grande como para volver a mi, pero eso nunca pasó, solo espero que mi decisión no fuera en vano y que el haya logrado el éxito. Cerré mis ojos dejando que la brisa rozara mi rostro, unas manos se enredaron en mi cintura, sonreí sin abrir los ojos. —Mon amour (mi amor) —susurro en mi oído, abrí mis ojos rápidamente, me giré entre sus brazos. Xavier estaba tras de mí con una sonrisa, el no solía llamarme así, mi respiración se agitó y es que por una fracción de segundo creí haber escuchado su voz, pero mi mente me traicionó. Por más que trato de mantenerlo alejado, cuando pienso que esta ahí enterrado en lo más profundo de mi mente y corazón, es cuando sus recuerdos me invaden. —¿Te asuste?. —S-si, estaba distraída —respondí. —¿Te gusta el lugar?. —Es muy hermoso, el jardín es hermoso —dije, el acarició mi mejilla, inclinó su rostro y dejo un suave beso en mis labios —Vas a dormir un poco, no dormiste casi nada durante el viaje —eso era verdad viajamos durante horas por la noche. —Es muy temprano creo que resisto hasta la noche —sonreí. —Bueno entonces vamos por algo que mi bella esposa pueda desayunar. —Lo que si me gustaría es tomar un baño —comenté. —Podemos tomarlo juntos —propuso coqueto. —¿Ya viste a tu padre? Deberías ir con el primero. —Esta bien, el baño juntos queda pendiente —beso mis labios y se alejó de mí —Por cierto, mi madre dice que mi hermano llega mañana, al parecer papá quiere verlo y lo convenció de venir, quiero que estés a mi lado en todo momento, no se en clase de persona se habrá convertido el. —Esta bien, no te preocupes. Estaré contigo en todo momento —aseguré. Salió de la habitación, seguro su hermano ha de ser una persona detestable. Bueno cuñadito al parecer por fin voy a conocerte. Me quedé observando un poco más el jardín, luego fui a tomar un baño, cambie mi ropa por algo más cómodo, espero que por lo menos Meredith se encuentre en casa. Después de aproximadamente una hora. Xavier llego por mi para poder ir al comedor. Meredith se encontraba en la mesa junto a su madre, ella sonrió en cuanto me vio y se levantó para saludarme. —Que bueno verte nuevamente, pensé que solo Xavier vendría —comentó. —¿Crees que dejaría sola a mi esposa? —cuestionó Xavier. —Pues no tendrías, es una mujer muy bella y no debes dejarla sola —escuché un bufido proveniente de la madre de Xavier. Mer rodó los ojos y me guio a la mesa. Desayunamos, pues habíamos llegado muy temprano por la mañana debido a la diferencia horaria, en casa ya es de madrugada, no se si Rocio, vio o ignoró mis mensajes pero debe estar con su amiga. La llamare por la tarde. Después de desayunar Mer me llevo a caminar por el jardín. Xavier debía de encargarse de unos asuntos de la empresa de su padre. Esta propiedad resultó ser más grande de lo que creí pues en la parte trasera había otro jardín aun más grande y con hermosas flores, algunas nunca las había visto en mi vida. Nos sentamos en una de las bancas del lugar, Mer soltó un suspiro y la vi un poco triste y preocupada. —¿Qué ocurre? —pregunté. —Tengo miedo de perder a mi padre —confesó —el es una de las personas que más me ha apoyado y me entiende, no se que pasará si el… —Tranquila todo estará bien, no pienses en eso —sujete su mano entre las mías, sus ojos se llenaron de lágrimas. —Mi madre es un poco difícil, Anais. Solo espero que si mi hermano aparece mañana por lo menos decida quedarse —mencionó. —Tu eres una mujer adulta, no debes preocuparte por tu madre, puedes hacer tu vida sin importar lo que diga —ella solto una risa amarga. —Lastimosamente soy una “niña rica” y pues no trabajo y mi carrera aun no la termino, solo puedo usar el dinero de la familia si mi madre me ño permite —comentó —te admiro a ti, tienes tu trabajo y a pesar de estar casada con Xavier, eres independiente. —Tú lo serás también, y si necesitas ayuda puedes contar conmigo —seguimos hablando un poco más, a mi suegro no lo pude ver durante el día de hoy, ya que mi suegra dijo que debía descansar mucho espero verlo el día de mañana para saludarlo. Xavier llego un poco tarde, pero yo aun no estaba dormida, logre hablar con Rocio, y me pareció que estaba un poco molesta, fue cortante conmigo. Xavier llego cansado, me abrazó y ambos nos dormimos en cuestión de segundos ya que yo estaba muy cansada debido a que no dormí en el viaje. A la mañana siguiente, me levante un poco tarde junto a Xavier, no se porque desde que desperté comencé a sentirme inquietante, mi corazón latía a un ritmo anormal. Es como si presintiera algo, y yo ignoré ese presentimiento sin saber lo que vendría a partir de ese día…Anais Bajamos a desayunar un poco tarde su madre nos dirigía una mirada reprobatoria a la que ni Xavier ni yo pusimos atención, si yo estaba en este lugar es porque es mi deber como esposa. Después de desayunar mi esposo se marchó junto a su madre y ver a su padre, su madre dijo que tenían que hablar cosas muy importantes sobre la empresa. Meredith me acompaña durante el resto del día, me pregunta por mi hermana ya que ellas compartieron un poco durante la boda. —¿Aún no has visto a papá? —me pregunto.—No, Xavier me dijo que lo vería esta tarde. Tu madre dice que se la pasa dormido la mayor parte del tiempo —ella negó.—Mi papá si necesita reposo, pero el no quiere permanecer en esa cama, si hay días en los que esta cansado y duerme la gran parte del día pero también hay días mejores para el, a veces sale a caminar por el jardín y respirar aire fresco —informa —se que le agradará verte, si quieres te llevo con el —se ofreció.—Oh no, no te preocupes iré con Xavier, estaremos mucho
Anais —Lo dudo peque, solo pasare aquí esta noche, mañana debo volver a mi hogar — contesto borrando la sonrisa del rostro de Mer y causando tristeza en mi. —Entiendo… —dijo Mer un poco triste. —Debo hablar contigo mi amor ¿me acompañas a nuestra habitación? — preguntó mi esposo. —C-claro… vamos — mi voz temblaba un poco, mi esposo tomo mi mano, mire en dirección a Dorian y Meredith, su mirada seguía siendo fría mientras observaba a su hermano y a mi — con permiso. —Anda hablamos después cuñadita —dijo Meredith. Xavier no mencionó nada y solo me guio hasta nuestra habitación, sentí su cuerpo un poco tenso y el agarre en mi mano era fuerte. —¿De qué quieres hablar? — pregunté. —Te dije que cuando mi hermano estuviera aquí te quería solo al lado mío — lo note un poco molesto y nervioso. —Pero si acaba de llegar, tu estabas con tu madre —el paso su mano sobre su cabello y luego sonrió. —Esta bien, lo bueno es que se marcha mañana —murmuró, me pareció extraño su actuar pero d
Anais Xavier fue por mi para cenar como lo dijo, tomó mi mano y ambos llegamos así, su madres observó nuestras manos entrelazas y luego le sonrió a Xavier. —Toma asiento hijo, estábamos punto de iniciar la cena —le dijo ella siempre hablando en francés, evite rodar los ojos y me senté junto a mi esposo. —Dorian… ¿no bajara a cenar? —preguntó Mer, su pregunta capto mi atención pero evite parecer interesada. —No —respondió su madre cortante.—Ya sabes como es el Meredith, le gusta hacerse el interesante nunca le ha gustado compartir tiempo en familia —dijo mi esposo, Mer lo observo molesta. —Cállate Xavier, yo no recuerdo que Dorian sea así —lo defendió ella.—Ni siquiera lo conoces tanto como yo, lleva muchos años lejos de la familia tu ni siquiera eras mayo de edad cuando el se fue de aquí —se exalto un poco mi esposo.—Meredith, respeta la hora de la cena y respeta a tu hermano por favor —le pidió su madre, Mer la miró molesta pero no reprocho nada. —Lo bueno es que se irá maña
Anais Apreté mi mano en puño sujetando mi vestido, mi respiración errática, lo vi por el rabillo del ojo pararse a mi lado, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, levantó su rostro observando el cielo, es entonces que me giré para poder verlo mejor, estoy tratando de que no note lo nerviosa que me pone su presencia y más el tenerlo así tan cerca de mí, incluso puedo sentir el aroma de su perfume varonil, esta recién duchado y su aroma comienza a hacer estragos en mi interior. —Hola Dorian, exactamente así como lo dices estoy felizmente casada —respondí con firmeza, guardando tantas emociones en mi interior, el giro su rostro y bajo su mirada hasta a mi, era eso lo que desee desde que lo vi, desee que volviera clavar sus ojos en mi. Lo vi sonreír con incredulidad. —Si es lo que dices, pero no creo que mi hermano en verdad te haga tan feliz —comentó aun sonriendo. —Aunque no lo creas es así —el dio un par de pasos logrando acercarse mucho más a mí —Por lo que veo a ti te
Anais Me quedé toda la tarde en la habitación solo viendo mi celular, me encontraba aburrida, Meredith no estaba en casa, Xavier aun no llega, y no quiero salir y toparme con Dorian, espero que mi esposo no tenga que salir mucho estos días pues así no me quedo sola, aunque tendré a Rocio conmigo. Por la ventana pude observar el coche de Xavier estacionarse y a la misma vez pude observar a Meredith entrar a la casa, salí de la habitación para ir a recibir a mi hermana, ella ya estaba saludando a Mer, tenía una hermosa sonrisa en su rostro en cuanto me vio se puso un poco seria. —Cariño —mi esposo se acerca y deja un beso en mi mejilla —como te lo prometí aquí tienes a tu hermana. —Anais, lamento mucho la forma en que me comporte contigo ¿puedes perdonarme? —pidió mi hermana. —Claro que si, eres mi hermana y creo que es normal tener este tipo de discusiones —la verdad es que Rocio y yo siempre fuimos cercanas y casi nunca nos llevábamos más, pero creo que ahora cada quien tiene sus
Anais Después de la cena Xavier dijo que iría a ver su a padre, así que me dirigí a la habitación de Rocio toque dos veces su puerta y al no tener respuesta entre, ella no estaba en su cama, pero en ese momento la vi salir del baño limpiando su rostro con una pequeña toalla. —¿Qué haces aquí? —preguntó. —Quise comprobar si te encontrabas bien, me quedé un poco preocupada por ti —respondí, ella avanzo hasta llegar a su cama y se tiro en ella. —Si lo siento, me sentí un poco mal, quizás fue la comida pero no te preocupes estoy bien —dijo —¿Conocías al hermano de Xavier?. —No, lo conocí al llegar aquí —me senté al borde de su cama. —No sabia que su hermano estaría aquí —mencionó ella. —Yo tampoco al parecer su padre le pidió que viniera, sabes que Xavier comentó que se mantenía alejado de la familia —ella asintió. —Si es verdad, bueno aun me siento un poco cansada por el viaje, te veo mañana Anais. —Claro, descansa te veo mañana —me despedí y salí de su habitación, al salir me e
Anais Las palabras de Dorian parecían estar acompañadas de un rastro de dolor un dolor que yo también sentía en mi pecho, lo pasado era una herida que no había cerrado, pero como el mismo dice, yo ahora soy prohibida, soy la esposa de su hermano y lo mejor que puedo hacer es guardar distancia con el. —Entonces yo no era para ti Dorian, el que hoy estemos aquí tan cerca es para dejarte claro que es algo que nunca será, no estamos destinados —dije sin verle. —Anais — tomó mi mano, sentí esa corriente qué solo el lograba provocar en mi, esa calidez abrazadora, el destino era tan cruel a veces —¿En verdad eres feliz con Xavier? —preguntó.—Lo soy —respondí con firmeza y una seguridad que no sentía.—Dímelo mirándome a los ojos, dime que lo amas, dime que te hace feliz en verdad, dime que te olvidaste de mi —pidió, parecía algo tan simple pero para mi era imposible, pues no he podido olvidarlo a pesar de los años, el sigue en mi corazón.—Lo amo, soy feliz, te olvide por completo Dorian
Anais Decidí quedarme en mi habitación el resto del día, guarde el vestido qué Meredith me dio. Dejarme a solas con Dorian no fue buena idea y lo mejor será que nunca más vuelva a estar a solar con el, espero y pronto podamos volver a nuestro hogar y seguir con mi vida como lo he hecho todo este tiempo. Quise ir a la habitación de Rocio pero no quería salir y toparme con Dorian así que esperaría a que Xavier llegara, siento que la forma de comportarme no es la mejor, de una u otra manera siento que le estoy fallando a mi esposo pero es que Dorian esta descontrolando todo dentro de mi, su sola presencia me hace temblar, no quiero darle el poder de verme así y que lo disfrute, siento que es lo que hace solo quiere provocarme y trae cosas del pasado, cuando el pasado debe quedar en el olvido es lo mejor, siento que Dorian oculta y sus razones para acercarse a mi tampoco me gustan. Dejo todo al destino, si claro, si el se fue más que feliz con Mónica, si así es, yo fui a aquel aeropuer