Anais
Apreté mi mano en puño sujetando mi vestido, mi respiración errática, lo vi por el rabillo del ojo pararse a mi lado, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, levantó su rostro observando el cielo, es entonces que me giré para poder verlo mejor, estoy tratando de que no note lo nerviosa que me pone su presencia y más el tenerlo así tan cerca de mí, incluso puedo sentir el aroma de su perfume varonil, esta recién duchado y su aroma comienza a hacer estragos en mi interior. —Hola Dorian, exactamente así como lo dices estoy felizmente casada —respondí con firmeza, guardando tantas emociones en mi interior, el giro su rostro y bajo su mirada hasta a mi, era eso lo que desee desde que lo vi, desee que volviera clavar sus ojos en mi. Lo vi sonreír con incredulidad. —Si es lo que dices, pero no creo que mi hermano en verdad te haga tan feliz —comentó aun sonriendo. —Aunque no lo creas es así —el dio un par de pasos logrando acercarse mucho más a mí —Por lo que veo a ti te va muy bien —comenté con mi vista fija en sus ojos, por lo menos valió la pena todo. —No lo puedo negar tengo todo lo que soñé, con mucho esfuerzo pero lo logre —dijo el —me dejaste para conseguir uno con más dinero ¿cierto?. —¿Eso crees? —pregunté. —Es por eso que estas con mi hermano ¿no? Yo no tenia nada en aquel tiempo y es por eso que me dejaste —afirmó, sonreí, sus ojos me observaban con frialdad. —Definitivamente no sabes nada Dorian —trate de respirar con calma y forzar a mis lagrimas no salir, el no sabe nada. —¿Qué es lo que tendría que saber? —preguntó con su voz ronca, mi cuerpo temblaba ante el, la necesidad de uno de sus abrazos invadió mi cuerpo —Creí que algún día volvería a encontrarte pero jamás me imagine esto, jamás creí que tu serias la esposa de mi hermano —comentó con cierto desagrado —Al final terminamos pagando lo que hacemos, eso te esta pasando a ti. —¿A que te refieres? —pregunte confundida. —El tiempo te lo dirá… —A mi no me vengas con misterios si quieres decirme algo, dilo y no te andes con rodeos —el soltó una risita. —Abre bien tus ojos nada más, eres una mujer muy inteligente Anais, es gusto volver a verte y una lástima que sea en estas circunstancias, todo pudo haber sido diferente ¿no lo crees?... —Creo que todo fue como tuvo que ser, disfrutas siendo libre y yo buscaba familia, somos muy distintos —menciones, el se acercó aun más a mí, inclinó su rostro quedando frente al mío, su aliento rozó mis labios, mi corazón golpeaba mi pecho con insistencia, su mirada me hacia temblar ¿un amor del pasado puede volver a revivir? Por que yo lo estaba viendo con los mismos ojos que lo veía hace años. —Hemos encajado perfectamente en muchas cosas —susurro cerca de mi —te veré luego —dijo esta vez alejándose como una sonrisa —por cierto, estas hermosa aun más hermosa que antes —su voz suave esta vez, mi corazón latió emocionado ante sus palabras, traicionero corazón, si el pudiera gritar lo haría delatando todo lo que sentía en este momento. Dorian se marchó y yo solo cerré mis ojos con fuerza tratando de tranquilizar las muchas emociones en mi interior, una lágrima bajó por mi mejilla, me aleje del jardín y fui directo a mi habitación, toque mi pecho y trate de respirar con normalidad, su presencia, su olor me descontrola, soy una mujer casada, ver a otro hombre no me puede causar esto, mis ojos deben ser solo para mi marido, pero solo imagino la sonrisa de Dorian, sus labios, aunque parece un idiota lo único que quería era lanzarme a sus brazos y que me atrapara como el solía hacerlo, que quise sentir sus fuertes brazos aprisionando mi cuerpo, y eso… no debe ser así, no debo desearlo. Es mi cuñado… Es mi cuñado…. Me repetía, pero antes de ser mi cuñado fue mi novio, mi amor, un amor que nunca pude olvidar…. Flashback —Dori… Dori… —decía cantando mientras el me llevaba sobre su espalda —anda camina más rápido, necesito llegar temprano. —Cálmate muñequita, es cierto que eres pequeña pero pesas —se quejo. —¿Acaso tus músculos no sirven? Eres un debilucho —le dije, el se detuvo, me bajo de su espalda. —Anda corre, este debilucho no te cargara mas —cruzó los brazos sobre su pecho, su rostro estaba serio y aparentaba estar molesto. —Vamos solo bromeaba, anda llévame —le pedí, él negó, suspire —bien, entonces no tendrás besos —comencé a correr y el corría tras de mí con una sonrisa. —Espera ¡Anais! Eso no es justo —decía corriendo. —Claro que lo es —corría lo mas rápido que podia, pero el logro alcanzarme y me tomó en sus brazos, enrolle mis brazos en su cuello el sonreía con su respiración agitada. Su sonrisa me volvía loca, sus sexys labios me invitaban a besarlos. —Te tengo, por eso merezco un beso, de esos deliciosos que tu das —dijo el. —Solo por esta vez —acerque mi rostro al suyo y uní nuestro labios en un beso suave, sonrisas eran lo único que habían a su lado, estábamos luchando juntos por nuestros sueños… Fin del flashback Un sollozo escapó de mis labios, no se que le pasaba a mi corazón ahora, parecía nostálgico, creí que Dorian sería el amor para toda mi vida pero no fue así nuestras historia llego a su fin, yo le puse fin a eso, pero lo hice por el, yo quería que él fuera feliz y logrará sus sueños, no me importaba de que trabajará, no me importaba si no tenía dinero, yo lo amaba, lo amaba demasiado, pero me tocó dejarlo ir, y aunque me arrepentí fue lo mejor. Ahora me toca vivir con eso, yo decidí seguir mi vida y debo aceptar las decisiones que tome, miro el anillo en mi mano, una alianza que me impide buscarlo, aunque es lo que mi corazón desea, debo ser fiel a mi esposo, debo vencer a mis pensamientos, Xavier no se merece que yo esté a su lado y que en mi mente aparezca otro hombre. Solo serán unos días aquí, solo debo evita verlo, debo evitar pensar en el, eso no me traerá nada bueno, debo concentrarme en mi esposo, ni debo dudar de lo que siento por el, amo a Xavier. Lo amo, Dorian es solo mi ex, algo que quedó atrás, el es solo un amor del pasado y nada más… «Como si pudieras creer tus propias palabras, Dorian será el mayor problema en este lugar, la más irresistible tentación y eso lo sabe tu mente, tu corazón y tu cuerpo…»Anais Me quedé toda la tarde en la habitación solo viendo mi celular, me encontraba aburrida, Meredith no estaba en casa, Xavier aun no llega, y no quiero salir y toparme con Dorian, espero que mi esposo no tenga que salir mucho estos días pues así no me quedo sola, aunque tendré a Rocio conmigo. Por la ventana pude observar el coche de Xavier estacionarse y a la misma vez pude observar a Meredith entrar a la casa, salí de la habitación para ir a recibir a mi hermana, ella ya estaba saludando a Mer, tenía una hermosa sonrisa en su rostro en cuanto me vio se puso un poco seria. —Cariño —mi esposo se acerca y deja un beso en mi mejilla —como te lo prometí aquí tienes a tu hermana. —Anais, lamento mucho la forma en que me comporte contigo ¿puedes perdonarme? —pidió mi hermana. —Claro que si, eres mi hermana y creo que es normal tener este tipo de discusiones —la verdad es que Rocio y yo siempre fuimos cercanas y casi nunca nos llevábamos más, pero creo que ahora cada quien tiene sus
Anais Después de la cena Xavier dijo que iría a ver su a padre, así que me dirigí a la habitación de Rocio toque dos veces su puerta y al no tener respuesta entre, ella no estaba en su cama, pero en ese momento la vi salir del baño limpiando su rostro con una pequeña toalla. —¿Qué haces aquí? —preguntó. —Quise comprobar si te encontrabas bien, me quedé un poco preocupada por ti —respondí, ella avanzo hasta llegar a su cama y se tiro en ella. —Si lo siento, me sentí un poco mal, quizás fue la comida pero no te preocupes estoy bien —dijo —¿Conocías al hermano de Xavier?. —No, lo conocí al llegar aquí —me senté al borde de su cama. —No sabia que su hermano estaría aquí —mencionó ella. —Yo tampoco al parecer su padre le pidió que viniera, sabes que Xavier comentó que se mantenía alejado de la familia —ella asintió. —Si es verdad, bueno aun me siento un poco cansada por el viaje, te veo mañana Anais. —Claro, descansa te veo mañana —me despedí y salí de su habitación, al salir me e
Anais Las palabras de Dorian parecían estar acompañadas de un rastro de dolor un dolor que yo también sentía en mi pecho, lo pasado era una herida que no había cerrado, pero como el mismo dice, yo ahora soy prohibida, soy la esposa de su hermano y lo mejor que puedo hacer es guardar distancia con el. —Entonces yo no era para ti Dorian, el que hoy estemos aquí tan cerca es para dejarte claro que es algo que nunca será, no estamos destinados —dije sin verle. —Anais — tomó mi mano, sentí esa corriente qué solo el lograba provocar en mi, esa calidez abrazadora, el destino era tan cruel a veces —¿En verdad eres feliz con Xavier? —preguntó.—Lo soy —respondí con firmeza y una seguridad que no sentía.—Dímelo mirándome a los ojos, dime que lo amas, dime que te hace feliz en verdad, dime que te olvidaste de mi —pidió, parecía algo tan simple pero para mi era imposible, pues no he podido olvidarlo a pesar de los años, el sigue en mi corazón.—Lo amo, soy feliz, te olvide por completo Dorian
Anais Decidí quedarme en mi habitación el resto del día, guarde el vestido qué Meredith me dio. Dejarme a solas con Dorian no fue buena idea y lo mejor será que nunca más vuelva a estar a solar con el, espero y pronto podamos volver a nuestro hogar y seguir con mi vida como lo he hecho todo este tiempo. Quise ir a la habitación de Rocio pero no quería salir y toparme con Dorian así que esperaría a que Xavier llegara, siento que la forma de comportarme no es la mejor, de una u otra manera siento que le estoy fallando a mi esposo pero es que Dorian esta descontrolando todo dentro de mi, su sola presencia me hace temblar, no quiero darle el poder de verme así y que lo disfrute, siento que es lo que hace solo quiere provocarme y trae cosas del pasado, cuando el pasado debe quedar en el olvido es lo mejor, siento que Dorian oculta y sus razones para acercarse a mi tampoco me gustan. Dejo todo al destino, si claro, si el se fue más que feliz con Mónica, si así es, yo fui a aquel aeropuer
Anais Lo que sucedió durante la cena había quedado rondando en mi cabeza, Dorian sabe muy bien que entiendo el idioma el es quien me enseñó muchas cosas, pero Xavier no lo sabe, la razón por la que nunca le dije nada es porque no quería que advirtiera a su madre sobre eso, aunque se que aunque ella supiera que se Francés siempre hablaría así de mi. Xavier nunca me ha defendido de su madre siempre se queda en silencio y la reacción de Dorian me sorprendió mucho, internamente le agradecía por eso, pero quien debía pedir respeto por mi persona no era nadie más que mi esposo. —Maldito desgraciado ¿Quién se cree que es para hablarme de esa forma —Xavier entro furioso a la habitación. —Tú hermano —respondí, me encontraba en el tocador cepillando mi cabello, sentí la mirada de mi esposo sobre mi pero seguí cepillando mi cabello. —¿Qué has dicho? —preguntó furioso, en un par de pasos el ya estaba cerca de mi. —Dije que es tu hermano y mayor por eso te habla así. ¿Qué fue lo que dijo tu m
Anais La cercanía de Dorian me hacía ver que yo no era tan fuerte como lo creía, aunque mi mente gritara que estaba mal, mi corazón me decía que era lo que él deseaba. Dorian me pedía un beso y aunque yo lo anhelara también no era correcto, tenía temor de faltar a mi matrimonio, pero… ¿De donde saco fuerzas para alejarlo?. —Nena por favor —pidió —Dime que si, déjame probar tus labios nuevamente solo lo haré si tu lo quieres, yo se que lo deseas pero necesito escucharlo de tus labios —susurraba cerca de mis labios. —Dorian, no hagas esto —le pedí aun con mis ojos cerrados, sus dedos se movían ligeramente en mi cintura produciendo un cosquilleo en esa zona, me hacía querer sentir más su toque. —Lo siento hermosa, pero lo necesito, desde que volví a verte solo tengo esta necesidad de ti —una de sus manos subió para acariciar mi mejilla —Bésame, Anais, bésame por favor, bésame para sentirte como antes, quítame estos malditos celos con un beso, déjame claro que me perteneces, yo lo sé
Anais Regrese a la cama, no podía dejar de pensar en el beso de Dorian, estaba siendo tan difícil conciliar el sueño, miraba a mi esposo a mi lado durmiendo tan tranquilo ajeno a todos mis pensamientos, si el supiera que su esposa fue capaz de besar a otro hombre estoy segura que le dolería, el me quiere, a su manera pero lo hace, aunque a veces me decepciona su actitud cuando esta con su madre pero también así lo quiero. Al menos eso creo, en este momento me siento tan confundida. Después de pensar tanto por fin el sueño llega a mi…Sentía sus besos mojados en mis muslos, sus manos me acariciaban con posesividad, una corriente recorría mi cuerpo, quiero más, necesito más de su toque, sus besos suben hasta mi vientre, besa con tanta delicadeza haciéndome soltar un gemido, abre mis piernas levanta su vista y ahí estaba ese par de ojos qué me invitan a perderme en el placer que solo el puede provocarme, su mirada es una clara advertencia de lo que está a punto de pasar, mi delirio por
Dorian Ella me miró con una sonrisa ¿Acaso ella no tenía vergüenza? Esta mujer está loca, es lo que veo en sus ojos. —No soy su amante —dijo sonriente —ya te dije, malinterpretaste todo —presione mi agarre en su brazo. —Se lo que vi, no seas hipócrita Rocio, ten un poco de respeto por tu hermana, ella no te haría daño a ti —dije furioso, ella me miró con curiosidad. —¿Por qué hablas como si la conocieras? No te metas en lo que no te incumbe… —Ella no se merece lo que ustedes le hacen… —No hacemos nada —dijo furiosa —así que no se te ocurra decir nada. —A mi no me hables así, no me conoces, ella se va a enterar de una u otra forma, no mereces a tu hermana así como Xavier tampoco la merece como mujer, cuida lo que haces —le advertí y me dirigí al comedor donde ya deben estar todos reunidos. Hace meses viaje y en uno de esos viaje visite un centro comercial, en ese lugar vi a Xavier acompañado de Rocio, ella iba tomada de su brazo sonreía al lado de el, esa no es una relación de