8. Amor del pasado

Anais

Apreté mi mano en puño sujetando mi vestido, mi respiración errática, lo vi por el rabillo del ojo pararse a mi lado, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, levantó su rostro observando el cielo, es entonces que me giré para poder verlo mejor, estoy tratando de que no note lo nerviosa que me pone su presencia y más el tenerlo así tan cerca de mí, incluso puedo sentir el aroma de su perfume varonil, esta recién duchado y su aroma comienza a hacer estragos en mi interior.

—Hola Dorian, exactamente así como lo dices estoy felizmente casada —respondí con firmeza, guardando tantas emociones en mi interior, el giro su rostro y bajo su mirada hasta a mi, era eso lo que desee desde que lo vi, desee que volviera clavar sus ojos en mi. Lo vi sonreír con incredulidad.

—Si es lo que dices, pero no creo que mi hermano en verdad te haga tan feliz —comentó aun sonriendo.

—Aunque no lo creas es así —el dio un par de pasos logrando acercarse mucho más a mí —Por lo que veo a ti te va muy bien —comenté con mi vista fija en sus ojos, por lo menos valió la pena todo.

—No lo puedo negar tengo todo lo que soñé, con mucho esfuerzo pero lo logre —dijo el —me dejaste para conseguir uno con más dinero ¿cierto?.

—¿Eso crees? —pregunté.

—Es por eso que estas con mi hermano ¿no? Yo no tenia nada en aquel tiempo y es por eso que me dejaste —afirmó, sonreí, sus ojos me observaban con frialdad.

—Definitivamente no sabes nada Dorian —trate de respirar con calma y forzar a mis lagrimas no salir, el no sabe nada.

—¿Qué es lo que tendría que saber? —preguntó con su voz ronca, mi cuerpo temblaba ante el, la necesidad de uno de sus abrazos invadió mi cuerpo —Creí que algún día volvería a encontrarte pero jamás me imagine esto, jamás creí que tu serias la esposa de mi hermano —comentó con cierto desagrado —Al final terminamos pagando lo que hacemos, eso te esta pasando a ti.

—¿A que te refieres? —pregunte confundida.

—El tiempo te lo dirá…

—A mi no me vengas con misterios si quieres decirme algo, dilo y no te andes con rodeos —el soltó una risita.

—Abre bien tus ojos nada más, eres una mujer muy inteligente Anais, es gusto volver a verte y una lástima que sea en estas circunstancias, todo pudo haber sido diferente ¿no lo crees?...

—Creo que todo fue como tuvo que ser, disfrutas siendo libre y yo buscaba familia, somos muy distintos —menciones, el se acercó aun más a mí, inclinó su rostro quedando frente al mío, su aliento rozó mis labios, mi corazón golpeaba mi pecho con insistencia, su mirada me hacia temblar ¿un amor del pasado puede volver a revivir? Por que yo lo estaba viendo con los mismos ojos que lo veía hace años.

—Hemos encajado perfectamente en muchas cosas —susurro cerca de mi —te veré luego —dijo esta vez alejándose como una sonrisa —por cierto, estas hermosa aun más hermosa que antes —su voz suave esta vez, mi corazón latió emocionado ante sus palabras, traicionero corazón, si el pudiera gritar lo haría delatando todo lo que sentía en este momento.

Dorian se marchó y yo solo cerré mis ojos con fuerza tratando de tranquilizar las muchas emociones en mi interior, una lágrima bajó por mi mejilla, me aleje del jardín y fui directo a mi habitación, toque mi pecho y trate de respirar con normalidad, su presencia, su olor me descontrola, soy una mujer casada, ver a otro hombre no me puede causar esto, mis ojos deben ser solo para mi marido, pero solo imagino la sonrisa de Dorian, sus labios, aunque parece un idiota lo único que quería era lanzarme a sus brazos y que me atrapara como el solía hacerlo, que quise sentir sus fuertes brazos aprisionando mi cuerpo, y eso… no debe ser así, no debo desearlo.

Es mi cuñado…

Es mi cuñado….

Me repetía, pero antes de ser mi cuñado fue mi novio, mi amor, un amor que nunca pude olvidar….

Flashback

—Dori… Dori… —decía cantando mientras el me llevaba sobre su espalda —anda camina más rápido, necesito llegar temprano.

—Cálmate muñequita, es cierto que eres pequeña pero pesas —se quejo.

—¿Acaso tus músculos no sirven? Eres un debilucho —le dije, el se detuvo, me bajo de su espalda.

—Anda corre, este debilucho no te cargara mas —cruzó los brazos sobre su pecho, su rostro estaba serio y aparentaba estar molesto.

—Vamos solo bromeaba, anda llévame —le pedí, él negó, suspire —bien, entonces no tendrás besos —comencé a correr y el corría tras de mí con una sonrisa.

—Espera ¡Anais! Eso no es justo —decía corriendo.

—Claro que lo es —corría lo mas rápido que podia, pero el logro alcanzarme y me tomó en sus brazos, enrolle mis brazos en su cuello el sonreía con su respiración agitada.

Su sonrisa me volvía loca, sus sexys labios me invitaban a besarlos.

—Te tengo, por eso merezco un beso, de esos deliciosos que tu das —dijo el.

—Solo por esta vez —acerque mi rostro al suyo y uní nuestro labios en un beso suave, sonrisas eran lo único que habían a su lado, estábamos luchando juntos por nuestros sueños…

Fin del flashback

Un sollozo escapó de mis labios, no se que le pasaba a mi corazón ahora, parecía nostálgico, creí que Dorian sería el amor para toda mi vida pero no fue así nuestras historia llego a su fin, yo le puse fin a eso, pero lo hice por el, yo quería que él fuera feliz y logrará sus sueños, no me importaba de que trabajará, no me importaba si no tenía dinero, yo lo amaba, lo amaba demasiado, pero me tocó dejarlo ir, y aunque me arrepentí fue lo mejor.

Ahora me toca vivir con eso, yo decidí seguir mi vida y debo aceptar las decisiones que tome, miro el anillo en mi mano, una alianza que me impide buscarlo, aunque es lo que mi corazón desea, debo ser fiel a mi esposo, debo vencer a mis pensamientos, Xavier no se merece que yo esté a su lado y que en mi mente aparezca otro hombre.

Solo serán unos días aquí, solo debo evita verlo, debo evitar pensar en el, eso no me traerá nada bueno, debo concentrarme en mi esposo, ni debo dudar de lo que siento por el, amo a Xavier. Lo amo, Dorian es solo mi ex, algo que quedó atrás, el es solo un amor del pasado y nada más…

«Como si pudieras creer tus propias palabras, Dorian será el mayor problema en este lugar, la más irresistible tentación y eso lo sabe tu mente, tu corazón y tu cuerpo…»

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