Llantos infantiles llenaron aquel hospital, y aquella daga que estuvo a punto de ser clavada en el pecho de Ares, se había detenido. El hermoso Alfa de cabellos negros, derramo lágrimas, y abriendo sus ojos completamente, escuchó el llanto de sus hijos.Tirando aquella daga maldita, Ares abrió aquellas puertas de la sala de operación. ¿Por qué estuvo a punto de cometer aquella estupidez? Aquellos niños, eran el regalo más bello, que su hermosa Eufemia Farbauti le había dejado…y era su deber, protegerlos.Los ojos de Ares se abrieron con asombro, y las lágrimas nuevamente se resbalaron de sus ojos de zafiro al ver aquello que le había devuelto la vida y la calma a su alma y corazón. En aquella cama de hospital, yacía Eufemia despierta, con un par de cachorros en sus brazos.Un varón y una hembra.—Ares…acércate, ven a conocer a Bader y a Seirén…ellos son, los herederos del Alfa —Acercándose a su hermosa familia con las piernas temblorosas, Ares se abrazó de Eufemia.—Estás aquí…mi Euf
¿Me vas a amar por siempre?Toda la vida voy a amarte, porque tú eres la única para mí. —Debes de irte ahora mismo, porque si no lo haces, acabare contigo y con tu padre —Aquella promesa ahora solo yacía en su memoria.Soy una mestiza, ¿Aun así me amas? Si, te amo hoy y para siempre, por ello, siempre serás mía. —¡Es una mestiza! ¡No es digna de ser la Luna de un Alfa! —Aquella sangre impura por la cual la habían despreciado toda su vida, le escurría por la espalda herida.¿Vas a marcarme algún día pasa ser tu luna? Si, llevarás mi marca toda tu vida, para que así todos sepan que tu perteneces a mí, y solo a mí.Aquella marca en su espalda, la había recibido antes de tiempo y en contra de su voluntad, por el mismo hombre que le había prometido amarla por siempre, y que ahora permanecía callado tras de su padre, quien la amenazaba de muerte.—Usted no tiene derecho de tratarme así, yo no soy culpable de mi nacimiento, ni tampoco soy culpable de la marca que llevo en mi espalda, s
El aroma del café despertaba sus sentidos, el pan tostado con mantequilla le regresaba las energías. La presentación de su nuevo libro, “El conde de la abadía”, había sido todo un éxito, y esa noche se daría una elegante fiesta para celebrarlo.—Veo que te has despertado de buen humor, y no es para menos, el nuevo libro ha sido un éxito, ¿Quién diría que tus disparates te darían tanto dinero? —Eufemia se reía de los comentarios que el viejo García soltaba tan a ligera.—Vamos segundo papá, estoy segura de que tu tambien estas disfrutando de todo esto, además, ¿Cómo no soltar la imaginación si parte de mi vida la he vivido en el pueblo de las brujas? — se rio con el hombre.Había viajado hasta Salem en Estados Unidos, tal y como su desaparecido padre le había pedido hacer, y tal cual él se lo había dicho, en aquel lugar ya la estaban esperando. El viejo Noah García era un temido y reconocido ex cazador de lobos y vampiros, que en algún momento tuvo la revelación de que no todos eran m
Una suave melodía se escuchaba de fondo en aquel elegante recinto. Una torre de finas copas de cristal, capturaba la atención de los elegantes invitados que asistían a tan sofisticada reunión cargada de elegancia y distinción. Las tonalidades beige y dorado le daban al sitio un toque distintivo que evocaba a la calma y la prudencia. Los aperitivos eran adecuados, y todos hablaban del más reciente éxito de Eufemia García, mejor conocida como “Luna olvidada”, quien destacaba por su enorme potencial creativo y era una verdadera celebridad admirada y respetada.Eufemia García era una mujer hermosa, recatada e inteligente. Una pareja ideal para un respetable caballero que estuviese dispuesto a compartir el mundo con ella. Sin embargo, la escritora permanecía soltera, y, según se decía, ella se negaba a salir con alguien, incluso se rumoraba que ella gustaba de las mujeres, aunque, al final de todo, todo ello eran solo rumores.Eso era lo que Ares Fenrir había estado escuchando durante la n
Era el.Su respiración estaba agitada, y el viento le volaba el cabello dificultando su vista mientras se heria los pies descalzos con las piedrecillas del pavimento.¿Cómo había sido tan estúpida?Las lágrimas se le escapaban de los ojos grises, mientras apresuradamente se sacaba las llaves del auto buscando desesperadamente en su bolso, rogando que estuvieran allí y no se hubiesen tirado en algún sitio.Era Ares Fenrir.Aquel hombre con el que había dormido descuidadamente después de tomar la peor decisión de su vida, había resultado ser aquel que la había traicionado y olvidado, forzándola a vivir una vida distinta a todo lo que ella alguna vez había imaginado.¿Qué había hecho?Como una mala broma del destino, se había entregado a Ares sin saberlo y sin lograr reconocerlo en medio del mareo del alcohol, su marca punzaba, dolía como si fuera aquel horrible día en que fue marcada en contra de su voluntad, y condenada a vivir en el exilio alejada de su padre y de todos los que una ve
La vida es una canción de la que te enamoras.Doblando con cuidado cada prenda, la acomodaba en la maleta con un sentimiento de tristeza que lograba sobrecogerla. Acariciando cada pared en su habitación, Eufemia se despedía del sitio al que había llamado su hogar durante demasiado tiempo, sintiendo un terrible vacío dentro de ella misma, y, al mismo tiempo, creyendo que dejar todo atrás y emigrar a otras tierras, era la única manera posible de mantenerse a salvo.—Ya tengo los boletos de avión, viajaremos en primera clase, luego de llegar enviare a alguien a recoger discretamente todas tus cosas, por ahora, debemos irnos —Noah estaba tan preocupado como ella, y es que una locura de una noche y su deseo por no sucumbir ante la soledad de la marca, la había llevado a cometer el peor error de su vida.—Estoy lista, solo llevo lo necesario — respondía la hermosa mestiza cerrando aquella maleta que la acompañaría en aquella nueva travesía que debía recorrer y solo por haber sido tan estúp
La brisa nocturna se colaba entre su pelaje, mientras corría en aquellos floridos campos bañados por la luz de la luna llena que resplandecía como la plata en lo alto.Un heredero.El lobo gris aullaba con dolor hacia la luna, mientras sentía el aroma de aquel cachorro perdido, aquel que llevaba su sangre y que en sus hombros llevaría el peso de aquella manada, el mismo que el llevaba ahora mismo, y que debía de dejar en buenas manos.Una mujer.Aquel vientre femenino que guardaba celosamente aquello que el añoraba, y le miraba con desprecio. Un rostro ensombrecido de facciones difusas que no alcanzaba a apreciar, pero que aquel aroma lo hacía desearla como nunca antes había deseado nada en su vida.La marca.Aquella marca que había dejado en la única mujer que él había amado y deseado, podía divisarla completa en la espalda de la hembra que e su vientre cargaba a su cachorro, y la desesperación del lobo, corría en sus venas enloqueciéndole.Sudoroso, con el corazón palpitando tan fue
El día daba comienzo, y aquella mestiza admiraba el hermoso río que atravesaba el pueblo que la había recibido. ¿Qué era lo que ella haría a partir de ese momento? Aun cuando estaba segura en aquel lugar, y su hijo o hija tambien lo estarían, no deseaba vivir en cautiverio, temerosa de lo que Ares seria capaz de hacer…o de morir en las manos de su cruel padre por llevar en su vientre a un cachorro que, al igual que ella, seria impuro.Los lobos que se consideraban pura sangre, se volvían realmente crueles con los que eran como ella, nada más que mestizos con poca o nula habilidad por llevar en sus venas la sangre de un ser humano. Toda su temprana juventud desde su nacimiento, había sido criada como un lobo, completamente apartada del mundo humano, a quien la manada Fenrir consideraba inferiores, sin embargo, luego de ser exiliada, había aprendido que los humanos y los lobos, no eran tan diferentes entre sí.Las hojas caían de los árboles sobre el rio, que las arrastraba a su voluntad