Corroboré la historia del tonto de Charles, no me iba a quedar con la primera impresión. Hurgué con varios chicos hasta que, en efecto, sus versiones coincidieron con la que él y el cazador me habían dicho. Anne había corrido con dirección al bosque y no había sido la única, sin embargo, todos los demás regresaron a casa menos ella y eso me ponía de mal humor.
Para nadie era un secreto quiénes éramos y la historia de nuestra familia. No éramos las más amadas, la verdad era que nuestros padres habían tomado decisiones que indirectamente afectaron a todos, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que ya tenían varios años muertos, las cosas habían cambiado y les gustase o no, Anne y yo éramos miembros de la sociedad que conformaban.
Si un miembro se desaparecía, el deber de todos era buscar e investigar, lo que a la gente no le importaba en lo más mínimo. Así que fui directo al cuartel de protección y seguridad ciudadana. Me identifiqué con la placa que usábamos para pasar desapercibidos, luego me dirigí a escuadrón de control ciudadano y pedí hablar con alguno de los comisionados.
Necesitaba todos los detalles recabados de la fiesta que habían hecho y mientras esperaba, me di cuenta de que había un boletín de noticias que hablaba sobre algunas muertes violentas de gente de otras ciudades humanas que habían sido reportadas como desaparecidas.
Mi lectura se interrumpió cuando salió un hombre mayor, regordete y con una barba recortada y que tenía cara de pocos amigos. Lo seguí, le tendí mi placa y la miró con recelo, tal vez era uno de los que conocía verdaderamente su significado, pero su animadversión me importaba muy poco.
—¿Qué desea saber, señorita Valente? —dijo mi apellido sin disimular su desprecio.
—Quiero información sobre la redada que realizaron hace días en la frontera con el territorio de los hombres lobos —le respondí con absoluta seriedad—. Hay una ciudadana perdida y quiero entender por qué no se reportó y por qué no hay una búsqueda activa de ella.
El hombre frunció el ceño.
—¿Quién es la ciudadana?
—Mi hermana, Anne Valente —dije con firmeza y su ceño se frunció—. Según testigos de la fiesta, ella fue, pero nunca regresó. Así que quiero saber qué estaban haciendo, qué incautaron y cuáles fueron las condiciones de la redada.
Lógicamente hablando, yo tenía el poder para hacer esas preguntas y cuestionamientos solo con la placa, pero la realidad era que el hombre podía mandarme a la m****a enseguida. Así que traté de controlar mi temperamento para que este cooperase.
—¿Me está diciendo que su hermana lleva días perdidas y ahora es que usted vino a reportarlo? —preguntó con sarcasmo y apreté mis manos—. Nadie la había mencionado, así que para nuestros registros ella nunca estuvo en la fiesta.
Respiré hondo para no insultarlo.
—Por eso mismo vine aquí, para ustedes hagan algo al respecto —dije y miré a mi alrededor—. Se supone que son los que llevan el control de todo, así que esto demuestra que no solo no es así, sino que no tienen idea de lo que sucede. Por eso quiero los datos para consultar con gente que sepa y buscar a mi hermana.
Le había dicho las palabras mágicas, el tonto se puso rojo como un tomate y negó.
—No eres quién para venir a hacer exigencias, hacemos lo que podemos…
—Y eso es nada —lo interrumpí enseguida—. Sé que no les importa, pero hay una joven de diecisiete años perdida y necesita ayuda. Así que no me haga perder la m*****a paciencia, dígame toda la información que recopilaron de esa redada.
—Yo que usted le hago caso a la dama —dijo una voz conocida a mi espalda y cuando me giré a ver, Matt, uno de mis pocos amigos, sino que el único, entró y se paró detrás de mí—. Necesitamos toda la información completa sobre la redada y quiero saber cómo es posible que la seguridad no tenga idea alguna de lo que sucede en esta parte del territorio.
—Gobernador —dijo el delegado de control ciudadano con cierta vergüenza y me burlé del cómo estos imbéciles se cagaban en sus pantalones cuando veían a un político de alto rango—. Nosotros no sabíamos…
—No quiero excusas, quiero acciones y si usted no lo ha entendido, Anya Valente tiene una placa muy poderosa con la que fácilmente demuestra que usted debe cooperar con ella, así que no nos haga perder el tiempo. Denos la información de la redada y despliegue un maldito equipo de investigación respecto a la desaparición de Anne Valente —espetó Matt con una orden y el imbécil regordete asintió.
Salió de la oficina y nos dejó solos, así que miré a mi amigo con suspicacia.
—¿Cómo supiste que estaba aquí? —le pregunté y me respondió con una sonrisa.
Tomó asiento a mi lado y se acomodó el traje elegante que tenía consigo, luego dobló la rodilla y se comenzó a arreglar en cabello rubio lozano en un intento de encantarme con su belleza de chico guapo. Sin embargo, lo que hice fue resoplar y eso lo hizo reír tanto que sus ojos azules transmitían diversión pura.
—Había olvidado tu encanto particular —dijo con burla y me miró con algo de seriedad—. Me dijeron que tú andabas haciendo preguntas sobre tu hermana, así que no fue difícil saber que vendrías aquí por información.
—Y como siempre, a nadie de Atenas le importa lo que suceda con nosotras —espeté con veneno—. No se meten conmigo porque saben de lo que soy capaz, pero Anne es otra cosa y no sé si lo que pasó es la consecuencia de esa rabia tonta que le han tenido a mi familia por años.
—Puedo entender lo que sientes, pero para ser franco, nadie tiene nada que ganar haciéndole algo malo a Anne. Si algo sucedió, ten por seguro que lo más probable es que sea por otros.
—Y eso es lo que me asusta, he visto algo de unas desapariciones y…
En ese momento fuimos interrumpidos, el delegado regresó con una carpeta y un montón de dispositivos USB. Eso me hizo fruncir el ceño y negué ante el atraso tecnológico que aún teníamos para haber avanzado unos 100 años. Este puso todo sobre el escritorio y miró a Matt con cierta vergüenza.
—Esta es toda la información sobre la redada, incluida las cámaras, así que es lo que puedo hacer por ustedes justo ahora. Ya enviaré a un equipo a hacer las preguntas pertinentes.
Tuve todo el control del mundo para evitar una burla, así que Matt tomó todo y me sacó de ahí. Luego fuimos a casa, acompañados de sus hombres de seguridad y entramos mientras estos se quedaban afuera. Ahí revisamos toda la información y nos dimos cuenta de que antes de que los de control ciudadano llegasen ya la gente estaba corriendo y estos habían recibido una llamada anónima sobre la fiesta un par de horas después de que comenzara.
La redada fue improvisada y tuve un mal.
—Esto no es común —dijo Matt mientras yo revisaba los videos de las cámaras—. ¿Por qué harían esto durante la fiesta y no antes? Normalmente los soplones hacen que se eviten las fiestas, no que se terminen.
Eso me hizo asentir.
—Te puedo apostar que ninguno de los que asistieron a la fiesta lo hizo —dije en un murmullo—. Algo más pasó aquí.
Seguí viendo los bordes de las cámaras que estaban en los árboles de los extremos de la frontera y entonces vi ciertos movimientos del lado del territorio de los lobos.
—¿Será que los lobos fueron los que llamaron? —preguntó Matt en voz alta.
Volví a revisar las cámaras y me di cuenta de algo espeluznante.
—Mira —le enseñé a Matt—, hay gente en los bordes del territorio desde antes de la fiesta, pudieron llamar en ese momento, pero no lo hicieron. Se quedaron todo el tiempo y luego se alejan cuando todos comienzan a correr. Esto parece una cacería.
Y como si yo necesitase respaldar mi teoría, algunos encapuchados siguieron a los que estaban corriendo. No necesitaba ser un genio para entender lo que estaba ocurriendo.
—Esto es grave, pero no es algo del todo incriminatorio.
Eso bien que lo sabía, así que duramos horas analizando todo al punto que Matt dejó de lado sus obligaciones. Él quería mucho a Anne, fue el único que no nos hizo el feo cuando todo ocurrió y desde antes, siempre fue una especie de hermano protector, así que me sentí hasta cierto punto aliviada de tenerlo de mi lado. Sin embargo, a medida que terminábamos de analizar pistas, las conclusiones solo recaían en un solo punto: el territorio de lo hombres lobo.
Para el segundo día ya me había tirado de los pelos y suspiré hondo.
—Esto no está llevándome a nada, necesito encontrar la manera de entrar en el territorio de los hombres lobo —le dije con firmeza y él negó—. Ahí encontraré las respuestas que busco.
—Los hombres lobo son muy comedidos y cuidadosos sobre a quién invitan a su territorio, esto va a ser imposible y si descubren tu verdadera profesión, ten por seguro que no vas a salir viva de ahí —espetó con preocupación—. Ellos no están jugando.
—Y yo tampoco, así que si las bestias son las que tienen a mi hermana debo buscar la manera de sacarla de ahí —espeté con dureza.
Días después, Matt me entregó un archivo respecto a las desapariciones de las personas al Norte de Atenas y sus muertes. Eran a troces y tenían marcas que fácilmente pueden ser de los hombres lobo.
—El nuevo líder de Cunan, la ciudad pilar del territorio de los hombres lobo, sabe lo que pasa y ha ofrecido su ayuda. Quiere reestablecer el acuerdo de paz, así que quiere que se abra una investigación en conjunto —dijo y lo miré con sorpresa—. Aquí tienes todo sobre ello, no encaja con la forma en la que desapareció Anne, pero es un comienzo y tu boleto de entrada a Cunan. Te conseguí una placa de investigadora criminal y toda la información que tengo de ese nuevo Alfa. Por favor, trabaja de forma inteligente y encubierta, no puedes dejar que te descubran o yo me meteré en problemas. Debes partir en la mañana.
Miré a Matt con la boca abierta e hice algo que no solía hacer: lo abracé.
—Gracias, no tendré con qué pagarte esto.
—Tienes que hacer el trabajo sí o sí mientras buscas a tu hermana, sé que lo lograrás, pero me temo que tu odio sea el mayor de los obstáculos.
Matt tenía mucha razón.
AnyaManejar durante un día entero podía pasar factura, sin embargo, yo me sentía con demasiada energía para mi propio bien. Había pasado días completos sin dormir por no saber nada de mi hermana y eso era un exceso que fácilmente pudo llevar a consumirme con rapidez. Sin embargo, mis prioridades eran más importantes, ellas eran la que me tenían con ese exceso de energía y por eso respiré hondo cuando me acerqué al primer punto de control del territorio de los hombres lobos.La preparación y el control que me brindaron en el gremio de cazadores era increíble, porque había sido lo único que me había contenido de entrar a territorio de las bestias y no incendiarlo desde sus cimientos. Conté hasta diez, miré en el espejo y fingí una media sonrisa que no llegaba a mis ojos, pero que me había servido antes para sacarme de apuros. Mi cabello rojo estaba lavado, peinado y arreglado, algo a lo que normalmente no había prestado atención antes, sin embargo, seguí las instrucciones de Matt.En u
KaelLa humana que había sido enviada era increíblemente hermosa.Tenía una belleza singular de esas que poco se veían, de esas capaces de hechizarte y ella misma no parecía ser consciente de ello. Se notaba segura, un poco confiada en sí misma, pero no estaba usando del todo el potencial que seguramente tenía si hacía uso adecuado de sus sonrisas.Era magnética y ver cuánto aguantó la respiración cuando me vio me deleitó muchísimo, tanto como para que mi lobo, Bazir, se despertara de su letargo y quisiera asomarse a la superficie de mi piel para olerla. Era curioso porque el lobo jamás había mostrado interés por una mujer, había sido enfático en que solo quería a su alma gemela y podía jurar que, aunque esta pelirroja preciosa era exquisita, ella no era nuestra pareja predestinada ni por asomo. Por eso lo controlé para que ella no se asustase.—Es un gusto conocerlo, conocer a todos —dijo ella con una voz que me puso en guardia y supe que lo que decía era mentira.La diosa me había d
AnyaKael Kan era un grano en mi trasero.No había definición mejor para describir nuestra situación y eso era decir mucho, considerando que habían pasado días en los que no logramos hacer absolutamente nada de la investigación primaria debido a sus restricciones. Si no tenía el visto bueno de él, no iba a poder recorrer el territorio a mis anchas ni usar los métodos clásicos que las fuerzas de seguridad humana empleaban en los interrogatorios.—No podemos hacer lo que hacen los humanos al pie de la letra —me dijo por enésima vez al segundo día de haberle planteado mi plan—. Entiendo lo que dices y comprendo tus percepciones, pero no podemos ir y apresar a cualquiera para ser interrogado. Hay que tener indicios claros, no simples sospechas. Las leyes de Cunan son más estrictas que las del territorio humano, aquí tenemos que demostrar sí o sí que las personas son sospechosas porque hay indicios reales de que estuvieron involucrados en una situación irregular.—Es que la sospecha no acr
Kael Estaba a nada de negociar cómo serían los interrogatorios en la parte del territorio de Cunan que limitaba con la frontera noreste de Atenas cuando Jonás entró con prisa a interrumpirnos y me dejó con la palabra en la boca. —Señor, lamento molestar, pero algo sucede con los guardias que puso a cargo de la humana, no responden al enlace —dijo Jonás con preocupación. Eso me puso en guardia y miré a los delegados, estos asintieron a la solicitud muda para irme. Así que seguí a Jonás y este ya estaba en un auto con Jeremía y otros hombres. Todos estaban esperando mis órdenes, así que no me hice esperar. —Denme todo el contexto completo. —Waira fue a buscar a la humana como había acordado, la sacó de la casa a charlar y la llevó al sendero de las cataratas. Intento comunicarme con los guardias, pero estos no responden y la comunicación directa con Waira no se da —dijo Jeremía, su pareja, con cierto temor y la tensión llenó mi cuerpo. Waira era una de las lobas con telepatía más f
Kael—Llama a un consejo extraordinario de emergencia, ahora —le ordené a Jonás con prisa—. Quiero que venga un equipo de dos del centro de investigaciones a recoger el cuerpo y todo lo demás. Que tengan mucho cuidado y que lo lleven directamente a la morgue. Más nadie tiene acceso a esto, solo ellos dos, yo, la señorita Rosco, tú y Jeremía. Todos los demás tienen acceso restringido sin excepciones. Las personas entrarán solo conmigo presente.Jonás asintió con seriedad y se movió, yo no dejé de ver el símbolo con total respeto y cierto miedo. Lo que implicaba, las repercusiones que esto podría tener al mundo sobrenatural eran infinitas, y aunque podría ser una tontería, las consecuencias de un resurgimiento podrían ser devastadoras.—¿Qué demonios está pasando? —preguntó la humana y me miró con incertidumbre—. Y no trates de esquivarme, lo que sea que significa te puso tan mal que puedo jurar que tienes miedo.Yo no era el hombre más ecuánime del mundo, sin embargo, guardaba la compo
AnyaEl lobo viejo me estaba tocando los cojones.No había mejor descripción gráfica para eso que ello y me daba un poco de risa el asunto porque ellos estaban haciendo acusaciones por doquier, pero la primera persona que recibió una respuesta grosera de parte de ellos fui yo. No me gustaban, eso estaba más que claro, les tenía recelo y era evidente que se me notaría como a cualquier humano con tres dedos de frente si está cerca de las bestias, sin embargo, estaban tomando una actitud por completo pesada al respecto.Me importaban tres pimientos sus secretos, me interesaba descubrir qué demonios era ese maldito símbolo, así que solo asentí para salir del paso y complacer al muy imbécil del Sabio.El hombre no era de mi agrado y si posiblemente lo hubiese matado en un suspiro, solo por la forma en la que me estaba viendo, como si yo fuera un maldito insecto.—Hago lo que sea con tal de que podamos investigar, les guste o no, entiendan o no, hay alguien matando humanos inocentes que sol
Anya—Este símbolo no necesariamente quiere decir nada —dije con firmeza—. La víctima lo pudo tener en la mano por múltiples razones, tal vez lo consiguió de algún sitio...—Eso es imposible —dijo el Alfa de manera tajante.—¿Por qué es imposible? Yo creo que puede suceder, las casualidades existen.La frase sonó ridícula y todo el mundo me lo hizo saber con la expresión de burla sus rostros, fue como si hubiese dicho una completa estupidez.—Eso es cierto, las casualidades existen, pero ¿cómo pudo haber llegado ese símbolo a manos humanas cuando nuestra historia fue sellada con magia pura para que la humanidad no la conociera? Nadie podía saber del símbolo, así que indistintamente de cómo llegó, la verdad es que un ser sobre natural sacó la información fuera de nuestro círculo y la llevó a manos prohibidas —contestó el Sabio con firmeza.—¿Insinúas que la humanidad son manos prohibidas?El silencio en la sala fue sepulcral, pero yo no me amilané, al contrario, me erguí en toda la ext
AnyaBuscar en el territorio de las bestias era como buscar una aguja en un pajar.Me estaba cansando mucho porque no encontraba rastro alguno de mi hermana, así que tuve que hacer un extenso recorrido por los lugares cercanos al sitio donde hicieron la fiesta para intentar conseguir algo, sin embargo, había llovido y según el mismo Kael, la lluvia era capaz de borrar las huellas.—Buscar por aquí va a ser difícil —me dijo mientras yo exploraba el terreno—. Llovió y el agua tiende a arrastras todo, si había marcas de neumáticos o pisadas, no se van a ver jamás. Si algo se cayó, posiblemente esté arrastrado por el fango y eso no es fácil de oler.Eso me hizo fruncir el ceño.—¿Puedes olor objetos o cosas extrañas que desentonan del ambiente? —pregunté con algo de escepticismo.—Sí, por lo menos yo puedo hacerlo —respondió con humildad—. Los hombres lobo tenemos los sentidos mejor desarrollados que cualquiera, la verdad es que podemos percibir personas, animales y fragancias a kilómetro