Anya—Despierta, niña —dijo una mujer que no conocía y fruncí el ceño.Lo levanté y me di cuenta de que estaba en una especie de oasis, justamente dentro del agua, y una mujer alta, con el cabello blanco, estaba de espaldas a mí.—¿Quién eres? —pregunté con miedo.La mujer se giró y miré el rostro más hermoso que alguna vez había visto.Ella era la belleza hegemónica encarnada en la tierra; sin embargo, algo en esta mujer no era humano ni común. Se sentía como un sobrenatural y eso me puso en estado de alerta.—Tus trucos de cazadora no van a funcionar conmigo —dijo la mujer—. Y es triste que el sello ni siquiera te haya permitido acercarte a la verdad. No tienes idea de quién soy yo.Negué porque era verdad.No sabía quién era esa mujer ni dónde estaba yo.—¿Dónde estoy? —le pregunté de forma directa y ella sonrió.—Estás en mi oasis, en el lugar donde hago los bautismos especiales a las criaturas más increíbles que alguna vez he creado —dijo ella y yo fruncí el ceño.Miré el agua, el
Anya Las alas que colgaban de mi espalda se sentían muy pesadas.No las pude levantar, sino que las arrastré con dolor y fue difícil para mí levantarme del suelo, por eso miré a Kael preguntándome qué era lo que me estaba sucediendo.—Sí es un hada, mira sus hermosas alas —dijo la niña y mi cerebro tuvo un colapso.Caí inconsciente y cuando desperté, no tenía alas, pero estaba acostada sobre una calma de hospital. Todo se veía blanco, antiséptico y lo único a lo que me aferraba con fuerza era a la mano de Kael.—Gracias a la Diosa que ya despertaste, Anya.—¿Tuve otro sueño? —le pregunté y él negó.—No, lo que sucedió fue muy real. No sabemos cómo es que puedes controlar tus alas, ni…—¿Me estás diciendo que yo soy un hada? —le pregunté con incredulidad y en ese momento entró Waira junto a una mujer elegante que tenía un porte fuerte.—No solo era un hada, eres un hada sagrada —dijo la mujer y me acercó un libro ilustrado que se veía viejo, pero bien conservado—. Estuvimos indagando
Anya—¿Qué te puso así? —preguntó Waira sin entender mi reacción y yo la miré con desconcierto—. ¿Es por la leyenda?Asentí con dificultad y ella me vio con sorpresa.—Soñé con la Diosa, o eso es lo que creo… Una mujer de extraordinaria belleza me dijo un par de cosas sobre mi poder, sobre las criaturas que ella había creado. Siento que ahora mismo estoy dentro de la pesadilla de la pesadilla de un sueño —admití luego de limpiarme la boca.—Si algo he aprendido sobre el destino, es que la Diosa nunca revela sus cartas a menos que sea necesario —dijo Waira con seriedad—. Si la Diosa te dio una bendición, debes descubrir qué clases de poderes tienes para que puedas explorarlo. Yo tengo la corazonada de que la serie de muertes va a ir en escala y, si nuestras sospechas son ciertas y están involucrados los elfos oscuros, nuestro mundo va a sufrir mucho. El hecho de que un hada sagrada esté ahora entre nosotros no es casualidad.—Yo no pedí ser un hada sagrada —dije a la defensiva.—No, te
KaelSaber que Anya era mi mate me había sacudido hasta los cimientos.Se sentía como una bendición propiamente dicha y por ello siempre le agradecería a la Diosa; sin embargo, el hecho de saber que era un hada sagrada se sentía como algo irreal, pero tener la certeza de que ella era capaz de robar magia y poder de cualquier sobrenatural era aterrador.No sabía cómo explicarlo y ella sintió ese miedo.Anya me vio con el ceño fruncido, confundida ante mi expresión desoladora.Yo tragué saliva por las implicaciones que eso conllevaba.—¿Me tienes miedo? —preguntó Anya con la voz entrecortada.—No —dije de inmediato—. No te tengo miedo a ti o a lo que eres, temo es por lo que pueda generar en los demás… Los despojadores son seres que todos temen. Me da miedo lo que otros puedan hacer con esa información.Mi admisión la hizo suspirar.—La Diosa me dotó con el conocimiento necesario para entender que mi poder es muy peligroso y que debo usarlo sabiamente —dijo Anya como si no creyese lo que
AnyaLa mirada de Kael era de temor.Sabía que me estaba ocultando algo, pero no entendía cuál era su miedo.Yo conocía los pormenores del apareamiento de los hombres lobo, pero tal vez lo que yo conocía como lo habitual no era la verdad.—Sé sincero conmigo —le dije con calma y él sacudió la cabeza.—Es complicado y no es el momento para…—Deja de decir tonterías —dije de inmediato para que no terminase la frase que estaba a punto de decir—. Kael, tienes que ser honesto conmigo. El sexo no es un tabú para mí, creo que en este punto lo sabes. Si hay algo extraño en el apareamiento de mates, solo debes decirlo para yo estar preparada.Kael suspiró y luego asintió.—En las noches de luna llena, cuando un lobo siente a su mate cerca, de inmediato siente un llamado de atracción muy fuerte, tan fuerte que sufre un frenesí de reclamo —dijo Kael y yo alcé las cejas—. El deseo de marcar a la pareja se vuelve la primera necesidad de un lobo… Es instintivo.Abrí y cerré la boca varias veces.Sa
AnyaEl viento frío se colaba dentro de mis huesos mientras limpiaba las armas con las que había asesinado a las bestias. La sangre espesa y seca era un incordio de limpiar de las flechas de ballesta, sin embargo, era una tarea que estaba impresa en mis músculos como una actividad mecánica que podía hacer con los ojos cerrados.Era tedioso, pero necesario para no desperdiciar nada.Para cuando terminé, acomodé todo dentro de mi auto y miré por última vez la tumba que había hecho en medio del bosque norte para ocultar los cuerpos. Asentí complacida con el resultado. Mi trabajo estaba hecho, así que podía sentirme tranquila de saber que había eliminado dos amenazas para la humanidad.Ser cazadora de seres sobrenaturales no era lo que había imaginado para mi futuro, pero en un mundo donde los seres humanos éramos la raza débil, se necesitaba poder eliminar a todo lo que representaba un riesgo y para mí, matar a un par de hombres lobo a los que gustaba abusar de chicas humanas indefensas,
AnyaCorroboré la historia del tonto de Charles, no me iba a quedar con la primera impresión. Hurgué con varios chicos hasta que, en efecto, sus versiones coincidieron con la que él y el cazador me habían dicho. Anne había corrido con dirección al bosque y no había sido la única, sin embargo, todos los demás regresaron a casa menos ella y eso me ponía de mal humor.Para nadie era un secreto quiénes éramos y la historia de nuestra familia. No éramos las más amadas, la verdad era que nuestros padres habían tomado decisiones que indirectamente afectaron a todos, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que ya tenían varios años muertos, las cosas habían cambiado y les gustase o no, Anne y yo éramos miembros de la sociedad que conformaban.Si un miembro se desaparecía, el deber de todos era buscar e investigar, lo que a la gente no le importaba en lo más mínimo. Así que fui directo al cuartel de protección y seguridad ciudadana. Me identifiqué con la placa que usábamos para pasar desaperci
AnyaManejar durante un día entero podía pasar factura, sin embargo, yo me sentía con demasiada energía para mi propio bien. Había pasado días completos sin dormir por no saber nada de mi hermana y eso era un exceso que fácilmente pudo llevar a consumirme con rapidez. Sin embargo, mis prioridades eran más importantes, ellas eran la que me tenían con ese exceso de energía y por eso respiré hondo cuando me acerqué al primer punto de control del territorio de los hombres lobos.La preparación y el control que me brindaron en el gremio de cazadores era increíble, porque había sido lo único que me había contenido de entrar a territorio de las bestias y no incendiarlo desde sus cimientos. Conté hasta diez, miré en el espejo y fingí una media sonrisa que no llegaba a mis ojos, pero que me había servido antes para sacarme de apuros. Mi cabello rojo estaba lavado, peinado y arreglado, algo a lo que normalmente no había prestado atención antes, sin embargo, seguí las instrucciones de Matt.En u