AnyaEl lobo viejo me estaba tocando los cojones.No había mejor descripción gráfica para eso que ello y me daba un poco de risa el asunto porque ellos estaban haciendo acusaciones por doquier, pero la primera persona que recibió una respuesta grosera de parte de ellos fui yo. No me gustaban, eso estaba más que claro, les tenía recelo y era evidente que se me notaría como a cualquier humano con tres dedos de frente si está cerca de las bestias, sin embargo, estaban tomando una actitud por completo pesada al respecto.Me importaban tres pimientos sus secretos, me interesaba descubrir qué demonios era ese maldito símbolo, así que solo asentí para salir del paso y complacer al muy imbécil del Sabio.El hombre no era de mi agrado y si posiblemente lo hubiese matado en un suspiro, solo por la forma en la que me estaba viendo, como si yo fuera un maldito insecto.—Hago lo que sea con tal de que podamos investigar, les guste o no, entiendan o no, hay alguien matando humanos inocentes que sol
Anya—Este símbolo no necesariamente quiere decir nada —dije con firmeza—. La víctima lo pudo tener en la mano por múltiples razones, tal vez lo consiguió de algún sitio...—Eso es imposible —dijo el Alfa de manera tajante.—¿Por qué es imposible? Yo creo que puede suceder, las casualidades existen.La frase sonó ridícula y todo el mundo me lo hizo saber con la expresión de burla sus rostros, fue como si hubiese dicho una completa estupidez.—Eso es cierto, las casualidades existen, pero ¿cómo pudo haber llegado ese símbolo a manos humanas cuando nuestra historia fue sellada con magia pura para que la humanidad no la conociera? Nadie podía saber del símbolo, así que indistintamente de cómo llegó, la verdad es que un ser sobre natural sacó la información fuera de nuestro círculo y la llevó a manos prohibidas —contestó el Sabio con firmeza.—¿Insinúas que la humanidad son manos prohibidas?El silencio en la sala fue sepulcral, pero yo no me amilané, al contrario, me erguí en toda la ext
AnyaBuscar en el territorio de las bestias era como buscar una aguja en un pajar.Me estaba cansando mucho porque no encontraba rastro alguno de mi hermana, así que tuve que hacer un extenso recorrido por los lugares cercanos al sitio donde hicieron la fiesta para intentar conseguir algo, sin embargo, había llovido y según el mismo Kael, la lluvia era capaz de borrar las huellas.—Buscar por aquí va a ser difícil —me dijo mientras yo exploraba el terreno—. Llovió y el agua tiende a arrastras todo, si había marcas de neumáticos o pisadas, no se van a ver jamás. Si algo se cayó, posiblemente esté arrastrado por el fango y eso no es fácil de oler.Eso me hizo fruncir el ceño.—¿Puedes olor objetos o cosas extrañas que desentonan del ambiente? —pregunté con algo de escepticismo.—Sí, por lo menos yo puedo hacerlo —respondió con humildad—. Los hombres lobo tenemos los sentidos mejor desarrollados que cualquiera, la verdad es que podemos percibir personas, animales y fragancias a kilómetro
AnyaDormir estaba sobrevalorado.Había dormido un poco por el cansancio, pero desperté en la madrugada para lograr mi objetivo. Nadie me iba a detener de intentar averiguar de forma disimulada sobre mi hermana. Desde que había llegado a Cunan no había tenido un tiempo propiamente a solas para hacerlo. Sabía bien que habían puesto ojos en todos lados, hasta revisaron mi auto en busca de algo sospechoso, lo que era de esperarse.Yo hubiese hecho lo mismo.Sin embargo, yo conocía muchas tretas para ocultar cosas, principalmente armas, así como había tenido la previsión de dejarlas en lugares estratégicos de la carretera por si necesitaba usarlas. Del mismo modo, había colado el informe del último rastro de Anne en mi maleta, cosido en un doble fondo y fue lo que saqué para analizarlo antes de hacer una búsqueda visual por Cunan.Según testigos de la fiesta, mi hermana iba con un vestido verde aguamarina de tiras, unos zapatos deportivos de color negro y una chaqueta de cuero similar. Er
KaelLa humana era una caja de sorpresas y tenía un interés grande por descubrirlas.Había algo en ella que me llamaba, no sabía qué, pero sí entendía que era lo suficientemente fuerte como para que mi lobo también estuviese interesado, lo que por sí mismo era algo atípico. Si no fuera porque estaba seguro de que Bazir no la reconocía como nuestra mate, lo hubiese pensado al instante.Ella tenía un tipo de magnetismo que no había sentido con nadie.Había una atracción tácita entre los dos que ella desconocía y que agradecía que así fuera porque la diosa sabía qué sería capaz de hacer con ella. Me di cuenta, luego de varias discusiones, que no era una mujer que se doblegase, mucho menos que se dejase llevar por lo primero que veía. Ella no se quedaba quieta, le costaba, era como si tuviese que tener un hueso que perseguir hasta roer al grado de romperlo.Mujeres como ella no abundaban y eso era refrescante para mí, aunque resultaba una molestia en mis huevos porque me hacía la vida muc
AnyaDe todas las locuras que podía escuchar en la vida, jamás pensé que las bestias pudieran reconocer las etapas del ciclo menstrual en la que estaba una mujer con solo olerla. Era escalofriante, tanto o más como el hecho de que el olor de la ovulación hacía que los machos estuvieran dispuestos, de forma natural, a querer satisfacer las necesidades de reproducción de una mujer.En mi cabeza era algo demasiado animal y me hizo replantear la manera de ver los casos de los lobos a los que cacé por ser unas asquerosos acosadores.—En las mujeres humanas esto no se percibe, solo con sutiles síntomas que muchas veces no toman en cuenta, pero cuando pasa en una mujer loba, digamos que queremos tener sexo con ganas —dijo Waira con una sonrisa de oreja a oreja y no pude evitar sonrojarme a recordar la escena que había visto de ella horas
Anya—¿Qué hace la humana aquí? —preguntó.La pregunta no me sorprendió, era obvia que la iba a hacer, así que tomé asiento al lado de Waira y Kael me vio como si yo fuera un problema. Sin embargo, con la mirada seria le dije que tenía la sartén tomada del mango y asintió.—Su trabajo, así que a partir de ahora no es a mí a quien vas a responderle las preguntas, es a ella —dijo Waira con cierto toque de diversión.—Pero ella no es parte del territorio…—Pero soy humana como la víctima, así que según el tratado que tenemos y la concesión del consejo, estoy facultada para investigar en conjunto. Dime, ¿cuándo fue exactamente que volviste? Es algo que podemos revisar en las cámaras centrales, así que s&eac
AnyaEsperaba que el Alfa fuera contundente con el hombre que usó elixir, sin embargo, no esperé que fuera brutalmente severo. La expresión de Waira era de dolor, no estaba de acuerdo con la decisión, pero no se opuso porque respetaba el sistema y eso me pareció admirable.Me gustase o no, parecía que teníamos eso en común y me hizo ver que no nos manejábamos de maneras muy diferentes.—Señor, por favor, perdóneme… No lo volveré a hacer, fue un momento de ira descontrolada y le juro por la Diosa que no se repetirán estos episodios.El lamento del hombre fue en vano, la expresión inflexible en el rostro del Alfa me dijo todo lo que tenía que aprender de ese momento: cuando identificar que la había cagado con Kael. Se notaba que no cedería un paso, lo que hacía que sus decisiones tuvieran mucho más peso y poder de resolución del que pudiese advertir. Era algo importante que tenía que registrar en mi mente, porque después de todo, la benevolencia de ese hombre era lo que separaba de que