Capítulo 6

Kael

Estaba a nada de negociar cómo serían los interrogatorios en la parte del territorio de Cunan que limitaba con la frontera noreste de Atenas cuando Jonás entró con prisa a interrumpirnos y me dejó con la palabra en la boca.

—Señor, lamento molestar, pero algo sucede con los guardias que puso a cargo de la humana, no responden al enlace —dijo Jonás con preocupación.

Eso me puso en guardia y miré a los delegados, estos asintieron a la solicitud muda para irme. Así que seguí a Jonás y este ya estaba en un auto con Jeremía y otros hombres. Todos estaban esperando mis órdenes, así que no me hice esperar.

—Denme todo el contexto completo.

—Waira fue a buscar a la humana como había acordado, la sacó de la casa a charlar y la llevó al sendero de las cataratas. Intento comunicarme con los guardias, pero estos no responden y la comunicación directa con Waira no se da —dijo Jeremía, su pareja, con cierto temor y la tensión llenó mi cuerpo.

Waira era una de las lobas con telepatía más fuerte y el hecho de que ella no respondiera era indicativo de que algo muy malo estaba pasando. Así que fuimos lo más rápido que pudimos hasta el sendero y al bajarme, me importó muy poco lo demás, necesitaba saber qué rayos había sucedido.

Me quité la ropa y me transformé en bestia, seguí el rastro de Waira y el olor tan peculiar de la humana. Bazir gimió al sentirlo, así que intenté conectar con el enlace para que no se distrajera, pero ni los guardias ni mi hermana respondían, por lo que corrí lo más que pude y cuando me acerqué a las cataratas olí la muerte.

El olor era denso y pesado en el aire, se sentía espeso y  podrido, y eso no tenía nada que ver con el grado de descomposición de los cuerpos. Un miedo profundo se instaló dentro de mí y comencé a aullar, por lo que corrí más rápido y cuando llegué cerca de las cataratas, vi una escena perturbadora.

La humana estaba al lado de mi hermana, quien se encontraba aturdida, tenía un golpe en la cabeza del que le brotaba sangre. Bazir no se midió, me acerqué y comencé a gruñirle. Al verme, pude distinguir la sorpresa en mis ojos y entonces se alejó, por lo que no medí mis caninos y se los enseñé con saña.

—¡Basta! ¡Déjala quieta! —dijo Waira—. No me hizo nada, aunque no lo creas, ella me salvó.

Esas palabras no surtieron efecto, Bazir fue más agresivo y se acercó a Anya al grado de gruñirle en la cara. Había miedo, el temor natural que los humanos tenían ante nosotros, pero al mismo tiempo, cierto temple y orgullo se mantuvieron en ella.

—¡Basta!

Mi hermana se acercó y me empujó como pudo, entonces la vi. Waira se había levantado, con cierta fragilidad, Jeremía la tomó de los brazos y me acerqué con algo de dulzura. Ella comenzó a frotar mi pelaje blanco para calmarme y gimoteé un poco al ver que estaba bien.

—¿Qué rayos pasó aquí? —preguntó Jonás.

—No sé cómo ni por qué, pero había hombres aquí. Es como si sabían hacia dónde venía, estaban listos para llevarnos a las dos, pero Anya nos salvó. Se volvió una especie de máquina de matar y se hizo cargo de todos, es la mejor tiradora que he conocido en la vida y eso es decir mucho —dijo mi hermana y todos vimos a la humana que se estaba levantando lentamente—. Uno de ellos me inyectó algo, no sé qué es, pero me puso el cuerpo pesado y luego otro me golpeó en la cabeza mientras ella luchaba con el resto. Creo que no quería que me enlazara con nadie de la manada. Así que quienes me querían raptar, no eran ningunos tontos.

Jeremía se puso serio y Bazir gruñó en mi cabeza, así que yo cambié a mi forma humana. Miré a Anya y esta se notó sonrojada, como si les costase sostenerme la mirada, y recordé la tontería que los humanos tenían acerca de la desnudez. Jonás me lanzó un pantalón, así que me lo puse rápido y la enfrenté.

—¿Qué pasó aquí y cómo es que mataste a todos los hombres? —pregunté con voz seria, tenía demasiada incredulidad y ella se irguió como si la estuviese ofendiendo.

—No sé qué pasó, solo sé que los guardias que nos seguían dejaron de hacerlo y de la nada salieron hombres de los árboles y nos abordaron. Yo solo reaccioné como se me enseñó. Tengo entrenamiento militar, serví un tiempo en un escuadrón de seguridad y solo hice lo que tenía que hacer para sobrevivir —respondió con una convicción que me hizo dudar.

Algo de verdad había en lo que decía, pero el olor de mentira llegaba a mi nariz de forma casi imperceptible. Estaba ahí, escondida en sus medias verdades. Mis hombres esperaban una orden.

—Peinen la zona —dije sin dejar de ver a la pelirroja a los ojos—. Busquen cualquier rastro, los cuerpos llévenlos a la morgue y recopilen todas las pruebas. La señorita Rosco será llevada a la cabaña y estará custodiada. Por  seguridad, es lo menos que podemos hacer en agradecimiento por lo que hizo por Waira.

Anya sonrió con cierta ironía y se dispuso a irse con un par de hombres de los que nos habían seguido. Entonces, cuando estuvo lejos, Waira me miró con cierta molestia.

—¡La mujer me salvó la vida! —dijo mientras Jeremía le limpiaba la frente.

—Y se lo agradezco, pero ¿crees que esta matanza es normal para un militar? —pregunté y se quedó muda—. Eso supuse, así que necesitamos investigar más acerca de ella. Algo no encaja aquí y tener a alguien tan peligroso en Cunan no es bueno, es peligroso.

Jonás y jeremía asintieron.

—Si fuera tan peligrosa, pudo quedarse sin mover un maldito dedo para que me llevaran, pero hizo todo esto para salvarnos a las dos. Piénsalo detenidamente, si fuera mala, simplemente hubiese dejada que secuestraran a la hermana del Alfa y se hubiese largado —espetó con molestia y se levantó, miró a su pareja y me ignoró—. Llévame a casa.

Jeremía lo hizo enseguida, entonces me quedé a ver lo que Anya había hecho y mi sospecha creció.

—La mayoría de los cuerpos tienen un disparo entre ceja y ceja —dijo Jonás que estaba impresionado—. Solo he visto a soldados de la Élite humana hacer esto y a cazadores.

Eso era lo que más temía, así que ayudé a cargar los cuerpos y me tomé unos días para investigar a Anya. En efecto, lo que dijo era cierto, tenía entrenamiento militar de Élite. Se había quedado corta al decir que estuvo en un escuadrón de protección de clase S. Pero su vida, todo el vacío que había referente a eso no era buena señal, es como si fuera una hoja en blanco y la experiencia me había dicho mucho acerca de ello. Sin embargo, le iba a dar el beneplácito de la duda, tenía que trabajar con ella y la mejor forma de observarla era tenerla directamente a mi lado.

—Tengo todo el informe sobre los hombres que hicieron la emboscada —dijo Jeremía mientras yo revisaba los papeles sobre Anya—. No están registrados en la base de datos humana, son fantasmas y no tenían ningún teléfono o identificación. Solo seguían al grupo, sin embargo, conseguimos una jeringuilla con restos de una sustancia. Los análisis arrojaron que tiene grados pequeños de elixir de Batista.

Mis cejas se alzaron por la sorpresa.

—Saben nuestras debilidades —musité con rabia—. Waira no se enlazó porque le inyectaron eso. Conocen el efecto de la planta de Batista sobre nosotros, de alguna forma, el grupo sabe un par de cosas sobre nuestra raza.

Era preocupante, tanto que puse a todos a investigar y por un momento me olvidé de Anya, pero entonces vino un mensaje de un delegado de la frontera con el territorio humano. Encontraron un cuerpo humano dentro de mis tierras, cumplía con las mismas características de los decesos anteriores.

—Mierda —dije con cansancio y respiré hondo.

Waira tenía razón respecto a la forma de abordar el tema para incluir a Anya, pero ahora con esto yo tenía libertad de hacer las preguntas necesarias. Entonces la llamé y ella vino a mi oficina con la guardia alta. Eso sí, se veía magnífica con el cuello totalmente expuesto. Algo de eso me cautivó un poco, pero me regañé para no perder el norte.

—Encontraron otro cuerpo —le informé y ella asintió—. Dentro de mi territorio. Ahora formalmente podemos interrogar a todos los habitantes, así que necesitamos comenzar a investigar el hecho cuanto antes. Primero debemos ir a revisar el cuerpo y verificar que la persona fue reportada como desaparecida.

—Bien, ya era hora que hiciera mi maldito trabajo —dijo con seriedad—. Llévame hasta el sitio.

Eso hicimos luego de buscar equipo para recolectar pruebas, Jonás buscó un auto y fuimos hasta la tierra Sur, la que limitaba directamente con el territorio humano. Cuando llegamos, había un pequeño tumulto de personas rodeando el cuerpo. El delegado estaba al lado y me di cuenta que por respeto taparon con una sábana, lo que agradecí.

—Despeja todo cuando nos acerquemos —le indiqué a Jonás.

Lo hizo sin vacilar, luego nos acercamos al cuerpo mientras la gente se dispersaba.

—Lamento informar esto, Alfa, pero un niño encontró el cuerpo mientras jugaba. Gritó y la gente me llamó enseguida. Esto me parece terrible —dijo el delegado y asentí.

Anya no dijo nada, sacó un par de guantes de su maletín y se los puso, entonces sin ninguna ceremonia destapó el cuerpo. Era de una mujer de una veintitantos años, rubia y pequeña. Iba bien abrigada y tenía su nombre grabado en la camiseta de su uniforme, pero lo que resaltaban eran las rasgaduras en su abdomen, eran idénticas a las de las demás víctimas.

La humana comenzó a revisar el cuerpo con cierta maestría que me tenía intrigado, entonces abrió la mano de la víctima que estaba apretada con fuerza. De esta sacó un papel y me miró.

—No sé qué es, pero ella tomó esto por algo, la forma de la mano y el rigor mortis indican que ella apretó esto con fuerza antes de morir —dijo Anya con seriedad.

Jonás le tendió una bolsa a Anya y luego la tomé después de que guardase el papel, cuando lo vi me quedé petrificado al ver el símbolo que tenía.

—No puede ser —dije con incredulidad.

Jonás se acercó y al verlo abrió la boca en completo estado de shock, entonces Anya se levantó y frunció el ceño.

—¿Qué pasa? Pareciera que vieron un fantasma.

Y eso era lo que habíamos visto, el símbolo de lo que debería ser un maldito fantasma.

Maia Levone

Hola, es un gusto presentarme. Soy una nueva escritora que está emocionada de compartir sus escritos con el mundo, en especial esta historia que estaré actualizando diariamente. Gracias por leer, agradecería tus comentarios. Disfruta de la lectura.

| 26
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo