AnyaBuscar en el territorio de las bestias era como buscar una aguja en un pajar.Me estaba cansando mucho porque no encontraba rastro alguno de mi hermana, así que tuve que hacer un extenso recorrido por los lugares cercanos al sitio donde hicieron la fiesta para intentar conseguir algo, sin embargo, había llovido y según el mismo Kael, la lluvia era capaz de borrar las huellas.—Buscar por aquí va a ser difícil —me dijo mientras yo exploraba el terreno—. Llovió y el agua tiende a arrastras todo, si había marcas de neumáticos o pisadas, no se van a ver jamás. Si algo se cayó, posiblemente esté arrastrado por el fango y eso no es fácil de oler.Eso me hizo fruncir el ceño.—¿Puedes olor objetos o cosas extrañas que desentonan del ambiente? —pregunté con algo de escepticismo.—Sí, por lo menos yo puedo hacerlo —respondió con humildad—. Los hombres lobo tenemos los sentidos mejor desarrollados que cualquiera, la verdad es que podemos percibir personas, animales y fragancias a kilómetro
AnyaDormir estaba sobrevalorado.Había dormido un poco por el cansancio, pero desperté en la madrugada para lograr mi objetivo. Nadie me iba a detener de intentar averiguar de forma disimulada sobre mi hermana. Desde que había llegado a Cunan no había tenido un tiempo propiamente a solas para hacerlo. Sabía bien que habían puesto ojos en todos lados, hasta revisaron mi auto en busca de algo sospechoso, lo que era de esperarse.Yo hubiese hecho lo mismo.Sin embargo, yo conocía muchas tretas para ocultar cosas, principalmente armas, así como había tenido la previsión de dejarlas en lugares estratégicos de la carretera por si necesitaba usarlas. Del mismo modo, había colado el informe del último rastro de Anne en mi maleta, cosido en un doble fondo y fue lo que saqué para analizarlo antes de hacer una búsqueda visual por Cunan.Según testigos de la fiesta, mi hermana iba con un vestido verde aguamarina de tiras, unos zapatos deportivos de color negro y una chaqueta de cuero similar. Er
KaelLa humana era una caja de sorpresas y tenía un interés grande por descubrirlas.Había algo en ella que me llamaba, no sabía qué, pero sí entendía que era lo suficientemente fuerte como para que mi lobo también estuviese interesado, lo que por sí mismo era algo atípico. Si no fuera porque estaba seguro de que Bazir no la reconocía como nuestra mate, lo hubiese pensado al instante.Ella tenía un tipo de magnetismo que no había sentido con nadie.Había una atracción tácita entre los dos que ella desconocía y que agradecía que así fuera porque la diosa sabía qué sería capaz de hacer con ella. Me di cuenta, luego de varias discusiones, que no era una mujer que se doblegase, mucho menos que se dejase llevar por lo primero que veía. Ella no se quedaba quieta, le costaba, era como si tuviese que tener un hueso que perseguir hasta roer al grado de romperlo.Mujeres como ella no abundaban y eso era refrescante para mí, aunque resultaba una molestia en mis huevos porque me hacía la vida muc
AnyaDe todas las locuras que podía escuchar en la vida, jamás pensé que las bestias pudieran reconocer las etapas del ciclo menstrual en la que estaba una mujer con solo olerla. Era escalofriante, tanto o más como el hecho de que el olor de la ovulación hacía que los machos estuvieran dispuestos, de forma natural, a querer satisfacer las necesidades de reproducción de una mujer.En mi cabeza era algo demasiado animal y me hizo replantear la manera de ver los casos de los lobos a los que cacé por ser unas asquerosos acosadores.—En las mujeres humanas esto no se percibe, solo con sutiles síntomas que muchas veces no toman en cuenta, pero cuando pasa en una mujer loba, digamos que queremos tener sexo con ganas —dijo Waira con una sonrisa de oreja a oreja y no pude evitar sonrojarme a recordar la escena que había visto de ella horas
Anya—¿Qué hace la humana aquí? —preguntó.La pregunta no me sorprendió, era obvia que la iba a hacer, así que tomé asiento al lado de Waira y Kael me vio como si yo fuera un problema. Sin embargo, con la mirada seria le dije que tenía la sartén tomada del mango y asintió.—Su trabajo, así que a partir de ahora no es a mí a quien vas a responderle las preguntas, es a ella —dijo Waira con cierto toque de diversión.—Pero ella no es parte del territorio…—Pero soy humana como la víctima, así que según el tratado que tenemos y la concesión del consejo, estoy facultada para investigar en conjunto. Dime, ¿cuándo fue exactamente que volviste? Es algo que podemos revisar en las cámaras centrales, así que s&eac
AnyaEsperaba que el Alfa fuera contundente con el hombre que usó elixir, sin embargo, no esperé que fuera brutalmente severo. La expresión de Waira era de dolor, no estaba de acuerdo con la decisión, pero no se opuso porque respetaba el sistema y eso me pareció admirable.Me gustase o no, parecía que teníamos eso en común y me hizo ver que no nos manejábamos de maneras muy diferentes.—Señor, por favor, perdóneme… No lo volveré a hacer, fue un momento de ira descontrolada y le juro por la Diosa que no se repetirán estos episodios.El lamento del hombre fue en vano, la expresión inflexible en el rostro del Alfa me dijo todo lo que tenía que aprender de ese momento: cuando identificar que la había cagado con Kael. Se notaba que no cedería un paso, lo que hacía que sus decisiones tuvieran mucho más peso y poder de resolución del que pudiese advertir. Era algo importante que tenía que registrar en mi mente, porque después de todo, la benevolencia de ese hombre era lo que separaba de que
AnyaLuego de la terrible noticia sobre el dinero, tuve un mal presentimiento.Solía pasarme cuando algo importante que se salía de mis manos iba a ocurrir. En el gremio hacían chistes al respecto, sobre todo porque decían que tal vez en mi línea familiar hubo alguna bruja, algo a lo que le sacaban el filo a más no poder, pero esa especie de casualidad cósmica me había ayudado cazar a seres terribles.Así que tenía que prepararme para la noche, porque yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Iba a recorrer otras extensiones de Cunan en busca de mi hermana y tenía que congelarse el infierno antes de que algo me detuviese.Por eso me retiré con la burda excusa de que debía descansar el cerebro para tener algo de perspectiva. Era cierto y lo había dicho de forma honesta, cuidando las palabras y los sentimientos para que el brazalete no pudiese detectar la trampa, lo que hizo que el Alfa me percibiera con cierto recelo.—Te acompaño —dijo con cuidado y todos nos quedaron viendo.Aquello
AnyaLa noticia sobre la muerte del hombre era devastadora para todos los frentes, tanto humano como sobrenatural. Su muerte significaba volver a empezar de cero y que quien sea que era el asesino, necesitaba callarlo de inmediato. Algo había cambiado en esos días y supe que ese presentimiento que tenía se debía a eso, así que maldije por no tomarlo en cuenta.—¿Cómo es que murió exactamente? —cuestioné y Waira suspiró.—Hay una carta que se encontró junto a cuerpo. La vamos a analizar para descartar que sea un suicidio —respondió ella y fruncí el ceño.—Pero me acaban de decir que murió envenenado.—Te acabamos de decir que lo encontraron envenenado, pero parece que por su propia mano —dijo ella con asombro, como si no entendiese nada—. En la carta dice que no quería matar a nadie, pero que tiene problemas de ira y se culpa de todos los crímenes, que por favor recen por su vida y que lo perdonen porque ya no podía vivir tranquilo.Ella negó como si fuera un maldito chiste y concordé