Anfisa había aprovechado que Thomas se había integrado a un grupo de hombres y ella había ido por un poco de agua para tomar distancia de él, buscando con quien incluirse con ella pero los grupos parecían cerrados.Salió del salón principal con pasos ligeros, esquivando a los invitados que charlaban animadamente entre sí. Su vestido, largo y ajustado, rozaba el suelo con elegancia, pero ella no lo notaba. Su mente estaba atrapada en un remolino de pensamientos mientras se dirigía hacia el balcón más cercano. El aire fresco de la noche la envolvió cuando cruzó las puertas de cristal. Se apoyó en la barandilla, sus manos delicadas descansando sobre el frío metal, mientras su mirada se perdía en las luces de la ciudad. Respiró profundamente, intentando calmar el nudo de ansiedad que llevaba en el pecho desde que había llegado a la fiesta. «¿Por qué está tan distante?» pensó, su ceño frunciéndose levemente. Desde aquella noche, Thomas apenas le dirigía la palabra. Sus interacciones se
Anfisa lo escuchó salir del auto de un portazo, luego del beso, ambos habían subido al auto para irse del lugar y no habían dicho nada más, ni siquiera habían tocado el tema de la discusión y mucho menos del beso, el silencio había sido incómodo ya que él había manejado como un loco y ella solo podía pensar en rezar para que no hubiera un accidente. Cuando llegaron y él salió del auto a toda prisa, ella solo lo vio alejarse mientras Henry salía de la mansión y Thomas le entregaba las llaves. Henry inmediatamente la miró como si quisiera saber qué había hecho ahora. Ella solo salió con los tacones en la mano mientras sostenía la falda larga del vestido. Henry la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. “Señorita Anfisa, ¿está todo bien?”, preguntó con voz amable pero con una mirada penetrante al notar su aspecto desaliñado y la ausencia de Thomas. “Yo… yo realmente no lo sé…” respondió ella mientras se paraba frente a él y pensaba que decirle, ni siquiera sabía que estaba pa
Ella gimió débilmente mientras se aferraba a sus grandes brazos y pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, fue un balanceo lento pero profundo.Thomas se movió lentamente, cada embestida medida y deliberada, sus manos agarrando sus caderas con fuerza. Podía sentir sus paredes apretándose a su alrededor, su cuerpo respondiendo a su toque incluso mientras las lágrimas se filtraban por las comisuras de sus ojos. Se inclinó, presionando su frente contra la de ella, su aliento caliente contra su rostro. Se sentía tan extasiado, como si estuviera drogado, que apenas pudo resistirse.Se sentía tan jodidamente bien pero mal al mismo tiempo, estar encima de ella, sentirla aferrarse a él fuertemente era el paraíso, pero sentía que la estaba violando, quería parar pero no podía.Ella ahogó sus gemidos mientras se aferraba más fuerte a él, su peso aplastándola contra la enorme cama y las sábanas enredándose con ellas con cada movimiento, sollozaba en medio de tantas emociones y sensaciones abrumad
Pasaron un par de días y Anfisa aún no se atrevía a abrir el libro de nuevo. Lo había dejado sobre su mesita de noche, como si al hacerlo pudiera ignorar las preguntas que revoloteaban en su cabeza. Pero esa noche, con el silencio cubriendo la casa y la tenue luz de su lámpara encendida, sus dedos lo buscaron casi por inercia. Abrió las páginas y dejó que sus ojos se deslizaran por las palabras, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza mientras la historia se volvía más y más intensa. Había leído novelas románticas antes, pero esto… esto era diferente. No eran solo besos y miradas furtivas. No era la tímida exploración del amor juvenil. Eran palabras directas, describiendo deseos y sensaciones que jamás se había permitido imaginar con claridad. ¿Thomas… deseaba esto? El pensamiento la golpeó con fuerza. Su estómago se revolvió, una mezcla de curiosidad, vergüenza y algo que no sabía nombrar. Thomas no estaba en edad de romances dulces e inocentes como los que ella solía imag
Un hombre se encontraba de pie sobre un techo, mirando hacia el cielo nocturno sin estrellas. Su postura era dura y degradante, aterradora en cierto modo. Era temprano de madrugada y respiraba profundamente, aunque se sobresaltó cuando escuchó movimiento detrás de él. Sus ojos se abrieron un poco.Thomas giró bruscamente la cabeza. “¿Hola? ¿Quién anda ahí?”, dice con voz ronca y amenazante."Detective tonto", lo llamó la mujer sonriendo y levantando las manos, estaba indefensa, no era una amenaza en ese momento, por ahora.Los hombros de Thomas se relajaron un poco, aunque permaneció en guardia. "Lorena", dice en voz baja. "¿Qué estás haciendo aquí?", pregunta con los ojos entrecerrados. "¿Y dónde está Vito?", pregunta con cautela."Yo que sé, la última vez que nos vimos casi me mata." Se encogió de hombros restándole importancia, no quería hablar de eso ahora y se sentó en una banca de concreto que había allí. "Por otro lado mírate, viejo, hace años que no te veo. Los años ya habían
“Tu padre ha sido condenado a muerte por todos sus crímenes.” Dijo Thomas en medio de la comida con un tono serio y duro mientras la miraba fijamente, Anfisa sostenía los cubiertos y se había llevado un trozo de carne a la boca. Thomas quería ver su reacción ante la nueva noticia sobre su padre, para ver si sentía algo.Anfisa tragó saliva con cuidado al escuchar la abrupta noticia que Thomas le había dicho en medio del comedor y pudo sentir la mirada de todos los que servían en el comedor.Maldita sea, no se esperaba eso.Puso con cuidado sus cubiertos sobre la mesa para tomar el vaso de agua y no atragantarse con la comida.Thomas se quedó mirándola con sus ojos azules, mientras esperaba una reacción de ella. Tenía que ver si todavía había algún amor por él, o si ella también lo odiaba, y era hora de averiguarlo de una vez por todas. Tenía las manos sobre el regazo, mostrando modales perfectos.Anfisa se quedó allí quieta por unos momentos mientras dejaba el vaso sobre la enorme m
Anfisa cerró su libro mientras lo colocaba sobre sus piernas, había intentado leer pero su mente no podía concentrarse, por más que lo intentaba aún no lograba acostumbrarse a la casa de Thomas, era una casa tan grande y apenas salía de su habitación, estaba perdida en sus pensamientos cuando un golpe en la puerta la devolvió a la realidad.Thomas se quedó afuera de la puerta de su habitación, sabía que ella había estado pasando por muchas emociones y quería ver cómo estaba. Levantó la mano y golpeó suavemente la puerta, tratando de no asustarla. "Anfisa, ¿puedo pasar?" dijo Thomas, usando un tono de voz serio pero tranquilo, mientras esperaba pacientemente su respuesta detrás de la puerta.Anfisa miró hacia la puerta cerrada, al parecer la conversación en el comedor no había terminado. “Claro, adelante.” Respondió sentándome correctamente, se acomodó el cabello antes de que Thomas entrara ya que había estado acostada todo el día.Thomas abrió la puerta con cuidado, se asomó a su hab
Anfisa golpeó suavemente la puerta de su estudio.“¿Estás ocupado?”, preguntó mientras permanecía de pie en el medio de la puerta, lista para irse si él decía que sí.No quería molestarlo.Thomas estaba sentado detrás de su escritorio en su oficina cuando escuchó los suaves golpes en la puerta, lo que le hizo levantar la vista, sorprendido por su presencia. Cuando la vio parada en la puerta, dejó el expediente de ella que estaba revisando y la miró. “No, en realidad no. Adelante”, respondió con calma, haciéndole un gesto para que entrara.“¿Interrumpo algo?” preguntó al pasar. Era la primera vez que entraba al estudio de Thomas. Tenía grandes estanterías llenas de libros, y eso fue lo primero que le llamó la atención. Caminó hasta situarse a una distancia prudencial de él.Thomas la observó mientras entraba en la habitación, viéndola mirar todos los libros en los estantes, que él había reunido a lo largo de los años. Sacudió la cabeza cuando ella le preguntó si estaba interrumpien