Emma ha crecido con las historias sobre brujas y hombres lobos que le contaba su madre. Por culpa de esa obsesión, vivió recluida junto a su hermano mellizo la mayor parte de su vida. El día en que un folleto llegó a la puerta de su cabaña, Emma debió desconfiar y recordar todas las advertencias que le daba su fallecida madre. ¿Cómo pudo llegar aquel papel a su pequeño hogar alejado del mundo exterior? La idea de comenzar una nueva vida en un pueblo de Alaska junto a su hermano mellizo, era demasiado tentadora como para dejarla pasar. Sin pensarlo demasiado, ambos hermanos abandonaron todo lo conocido para embarcarse en un viaje que los llevaría a un idílico pueblo, pero apenas llegaron, se dieron cuenta de que aquel lugar no era lo que esperaban. En especial, cuando un enorme, musculoso y atractivo hombre, apareció desnudo en la puerta de su nueva casa mientras les exigía que se marcharan y, para colmo, la llamaba bruja. Su primer pensamiento fue escapar. ¿El problema? Quien entraba en Silvershade Summit nunca podría salir y Emma estaba atrapada en aquel lugar con ese loco hombre que no solo la exasperaba, también ponía todas sus hormonas a punto de ebullición. Asher llevaba ciento cincuenta años prisionero en aquel pueblo junto a su manada y todo por culpa de una bruja. El alfa odiaba a las de su clase por más que, para romper la maldición, una bruja debía llegar Silvershade Summit y unirse a él como su compañera de vida. ¡Él jamás se uniría a una bruja, aunque eso significara la liberación! Lo que Asher no esperaba, era que la mujer a la que aborrecía sin conocerla, volviera loco a su lobo y no lograra pensar en otra cosa que no fuera en poseerla.
Leer másDos años después…Tala amaba a su compañero, pero en esos momentos lo odiaba y mucho. —¡Por la diosa, esto se veía más fácil en las otras mujeres! —gritó con desesperación cuando una nueva contracción invadió su vientre y el dolor le recorrió hasta la columna. Más de un año había tardado en embarazarse y no porque Ethan y ella no pusieran empeño. Con el pasar de los meses y que no sucediera tan rápido, la hizo llegar a pensar que algo estaba mal ella, pero la sanadora de la manada le dijo una y otra vez que todo estaba bien y que no tenía problemas de fertilidad. Un grito escapó de su garganta cuando un nuevo pinchazo endureció su vientre. Nadie le avisó de que aquello dolía tanto. —Apártate, ¡le estás haciendo daño! —ordenó Ethan y empujó a la sanadora sin miramientos para colocarse en su lugar. Cuando miró entre sus piernas, el rubor a causa de los nervios que había acompañado a su compañero las horas que llevaba en la habitación, desapareció para dar a su piel un tono cetrino
A pesar de que Asher y Emma tenían que regresar a su manada, se quedaron con ellos para que su melliza pudiera ayudar a la gente que Astron había dañado. La recuperación no fue fácil; llevaban demasiado tiempo esclavizados sin sus lobos, pero eso no detuvo a su testaruda hermana. Al contrario, la motivó a seguir adelante hasta que cada uno de ellos restauró su identidad.Ellos solo pudieron quedarse una semana, pero fue suficiente para que asistieran a su ceremonia de emparejamiento dónde Ethan, por fin, reclamó a su compañera como su Luna. Ser un alfa en una manada de personas que habían sufrido demasiado no fue fácil al principio, si bien estaban deseosos de un nuevo comienzo y querían dejar el infierno vivido atrás, muchas cosas debían cambiar para que eso fuera posible. Las mujeres de la manada volvieron a tener voz y voto y eran libres de escoger a sus compañeros sin que nadie las obligara, pero la mayoría tenía miedo de recuperar sus vidas. Las uniones forzadas fueron lo más c
Ethan salió detrás de su compañera que, por la rapidez con la que se movía, tenía muchas ganas de escapar. La hubiera alcanzado si la gente de la manada, su gente ahora, no lo hubiera detenido una y otra vez para darle las gracias. Muchos se veían preocupados, él no había aceptado el cargo de ser su alfa de manera formal, pero la realidad era que no lo esperaba. Su plan había sido liberarlos y regresar. No quería tomar una decisión así y menos sin consultarla con su compañera. Pero cuanto más veía sus rostros, más se daba cuenta de lo necesitado que era allí y una parte de él supo que era su lugar.No era que la idea no le agradara, desde que su lobo había despertado sus instintos de alfa eran una parte de sí mismo que no podía suprimir y odiaba estar bajo el mando de otro. Por más que ese otro fuese su cuñado y tuviera que admitir que había llegado a caerle bien ese imbécil.Si su compañera quería regresar ahora que Asher había decidido desterrar a su familia, él la seguiría por má
Cuando salieron de la casa del alfa, Ethan llevaba la cabeza del beta en las manos como si fuera un trofeo. El silencio que había rodeado la manada cuando entraron se había convertido en gritos de alegría al verse libre. Al escuchar la lucha con los guardias, la gente salió de sus casas y se unió a la ellos en la lucha.Al fin tenían una oportunidad de ser libres y ninguno desaprovechó esa oportunidad. Ethan miró a su compañera, las dos mujeres que habían rescatado se aferraban a ella con tanta fuerza que casi no la dejaban caminar, pero Tala las mantenía a su lado y les repetía una y otra vez que eran libres y nadie volvería a hacerles daño. La mayoría de los guardias estaban muertos y los pocos que quedaban vivos sufrían los golpes que le daban las mismas personas que antes tuvieron bajo su poder. —Pensé que íbamos a intentar que no hubiera muertes innecesarias —murmuró cuando Ethan llegó junto a Asher. Su cuñado miró la cabeza que traía y elevó una ceja—. Dije innecesarias, aca
Regresar a aquel lugar no fue fácil por más que ahora lo hicieran en compañía. Incluso su familia estaba allí. Padre, madre y hermanos y lo peor, fingían que nunca la despreciaron.Se comportaban como si fueran una familia feliz porque de un día para otro ya no era la hija de la que tenían que avergonzarse. Ahora estaba emparentada con el Asher y su Luna. Su familia era despreciable.—Cariño, deja de mirarlos como si quisieras atravesarlos con una espada, cortarlos a pedacitos y esparcir sus trozos por el monte —murmuró Ethan junto a su oído y sus labios le tocaron en lóbulo de la oreja provocándole un escalofrío—. Eso puedes hacerlo después. Una vez que acabe la batalla yo te ayudaré con mucho gusto.—Es que no puedo creer que se comporten como si nunca me hubieran hecho nada y ahora se presenten voluntarios a esta lucha porque su «adorada hija» fue retenida en contra de su voluntad. —Tala dejó caer la espalda en el torso de Ethan y él la abrazó por la cintura—. Me molesta que de la
Ethan tardó en recuperarse una semana. Después de que su hermana acabara con Astron, perdió el conocimiento, pero Emma y su compañera no lo dejaron solo ni un solo segundo. Cada vez que abría los ojos una de ellas estaba a su lado. Su lobo hizo gran parte del trabajo ayudándolo a mejorar, pero saber que esa amenaza estaba erradicada y que su hermana ya no tendría de que preocuparse más por eso, hacía que no pudiera arrepentirse de lo ocurrido por más doloroso que hubiera sido. Tala y él hablaron durante horas mientras estuvo en cama y consciente. Puede que a él le hubiese gustado hacer más que hablar, estaba cansado de que lo trataran como si fuera a romperse en cualquier momento o como si su mente pudiera enloquecer por cualquier estímulo. Lo ocurrido había sido traumático y más porque había pedazos de su memoria que estaban vacíos. Tala le contó casi todo lo que ella sabía, aunque insistía mucho en dejar todo atrás y no darle ese poder a Astron. La comprendía, martirizarse por
La tierra alrededor del pentagrama comenzó a elevarse como lianas y se hicieron sólidas. Ordenó a su magia atarle los pies y las manos porque Astron debía estar en un cuerpo cuando ella recitara el conjuro. Para eso, tenía que acercarse lo suficiente y tocarlo, era la parte que más miedo le daba, pero si lo inmovilizaba él no podría hacerle daño. Cuando las lianas se enredaron en sus tobillos y muñecas, lo último que esperó fue escuchar la carcajada de su hermano. Su mirada era cruel y fría, no había nada de Ethan debajo de toda aquella maldad que levitaba a su alrededor. —Eres débil, Emma, igual que Endora. Nunca podrás vencerme como ella tampoco pudo —sus palabras la golpearon, pero se mantuvo con la vista desafiante fija en él. —Una bruja débil te engañó y te inutilizó para que quedaras atrapado, ¿qué puede decir eso de ti? —No debía entrar en su juego, la manipulaba, pero él había estado en su interior y la conocía.Sabía sus sentimientos, sus pensamientos y, por desgracia, p
Emma se sentía culpable por ocultarle lo que ocurría a su compañero, pero si no era así, él haría todo lo posible para impedírselo. Durante la noche, despertó sobresaltada y con una sensación que no la dejaba respirar. No fue una visión, fue un recordatorio de que debía estar alerta porque lo que había hecho no sería suficiente y no mantendría a Astron sin actuar. Desde que se había unido a Asher nunca le impidió usar su magia, pero nunca la usó de forma consciente con su compañero o con otros miembros de la manada a no ser que fuera por error. No lo hizo hasta esa noche que algo en su interior le decía que debía darse prisa. No le quedó otro remedio que dormir a su compañero y al resto de los guardias para salir. Selló la habitación en la que dormía su hermano para que él no pudiera escapar, pero Tala lograra hacerlo en caso de algún percance. Solo rogaba que no ocurriera nada mientras ella no estaba y el lobo de Ethan protegiera a su compañera. Sabía que el lobo lucharía con toda
Cuando Tala entró de nuevo a la habitación, las lágrimas caían con libertad por sus mejillas. Se las limpió con rabia y miró a la puerta destrozada con aprehensión. No estaba en su casa como para correr a esconderse en otra de las habitaciones y evitar que entraran, así que no le quedó otra solución que quedarse. Aunque solo de pensar que Ethan regresara para continuar diciéndole aquellas cosas horribles la ponía a temblar.Quería odiarlo por lo que acababa de decir, aferrarse al enfado que en ese momento sentía y sobrevivir a su rechazo, pero pronto cayó en la autocompasión. ¿Cómo iba a amarla nadie si ni siquiera era capaz de amarse a sí misma?Tendría que haber continuando resguardando su corazón como lo hizo cuando huyó de la manada. En aquel momento estaba enamorada de su compañero, pero ahora… Todo era diferente. Lo amaba tanto que no se veía capaz de sobrevivir a ese rechazo y tampoco quería quedarse junto a él con la absurda excusa de estar atados por el vínculo.Ella lo reali