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Asher no quiso mirar hacia atrás y ver el rostro aterrado de Emma. Se sentía furioso consigo mismo y más con su lobo. Por unos instantes, al verla suplicando, sintió compasión de ella y estuvo a punto de consolarla. Si no fuera por el intenso gruñido de su prometida, habría cometido una locura y la hubiera abrazado. ¡Abrazar a una bruja! ¡Jamás!Pero ¿y si no lo era? Asher no podía quitarse ese pensamiento de la mente. Los nuevos miembros del pueblo parecían solo dos humanos comunes y bastante asustados, pero había algo en ellos que no encajaba. Aunque eso era una apreciación personal, sería la primera vez que interactuara con un humano, quizás todos ellos tenían ese extraño aroma y él no lo sabía.La idea de que fueran inocentes y que hubiesen llegado allí por casualidad turbó sus pensamientos, pero enseguida lo desestimó. Eso no era posible, nadie podía entrar o salir de Silvershade Summit y menos un humano. En cuanto llegaran a su casa interrogaría a la bruja y saldría de dudas.Lo
Emma debería estar asustada, queriendo huir y muy preocupada por la situación que estaba viviendo, pero, en lugar de eso, estaba en aquella cálida habitación, con el hombre más atractivo que había visto en su corta vida y lo miraba como una tonta enamorada mientras él se encontraba demasiado cerca de su cuerpo.Asher estaba tan cerca que podía sentir el calor de su aliento sobre los labios. Si su hermano la estuviera viendo en ese momento le daría un golpe con la palma de la mano en la nuca con tal de hacerla reaccionar.¡Por Dios, Ethan! ¡¿Cómo se había olvidado de su hermano?! Ella debería estar dando gritos y exigiendo que la sacaran de allí y la llevaran con él, pero el lugar de hacer eso se encontraba sosteniéndose del escritorio porque sentía que le fallaban las piernas.Todo se silenció, no hubo más preguntas de Asher ni tampoco Emma logró llenar el silencio con una inagotable verborrea. En aquel momento, ella solo podía sentir el calor que emanaba del cuerpo de ese hombre que
Asher no entendía lo que había sucedido, su lobo había tomado el control de su cuerpo y no tuvo forma de detenerlo. Eso no ocurría desde que era un lycan inexperto que apenas controlaba la transformación. Daba gracias a que su beta hubiera interrumpido, si no lo hubiera hecho la habría marcado. Tenía toda la intención de morderla y hacerla suya.Lo peor y de lo que más se avergonzaba, era de que había sido muy consciente de que lo se disponía a hacer su lobo y no intentó impedirlo. Se rindió, no quería luchar contra el olor de esa mujer que parecía envolverlo hasta dejarlo sin voluntad.—¡¿Qué quieres, Alaric?! —gruñó una vez estuvo frente a la puerta y detuvo el avance de su beta.Esperaba que la bruja tuviera la perspicacia de componer su ropa y bajarse del escritorio, no deseaba que nadie supiera lo que estuvo a punto de pasar en esa habitación.Su beta entrecerró los ojos e intentó mirar en el interior de su despacho, pero Asher había colocado su cuerpo frente a él para impedírsel
Asher no podía creer lo que esa mujer acababa de decir, reconoció en voz alta, casi a gritos, que él la había acariciado y, para colmo, lo llamó pervertido.Él no había hecho nada, su único pecado fue no lograr controlar a su lobo y eso no podía reconocerlo en voz alta. Un alfa que no se controlaba a sí mismo sería una vergüenza para toda su manada.¿En qué lugar lo dejaría eso? Si Emma era una bruja o no, poco importaba, estaba muy claro que la llegada de esa mujer solo le traería problemas y no estaba dispuesto a consentirlo.Alaric miró primero a Emma y después a él con un gesto de asombro. Asher frunció los labios con la intención de silenciarlo, pero cuando la mueca de su beta cambió del asombro al horror al mirar hacia su espalda, se tensó en el acto.—¡¿Qué ha querido decir esa mujer, Asher?! —la voz de su prometida resonó detrás de él y le provocó un escalofrío. En esa ocasión no fue de placer.—¡Está loca! —gritó hasta llevarse toda la atención y esa pérdida de control le cos
—¿Emma estás bien? —Ethan le echó el brazo sobre los hombros y la atrajo hacia él de forma protectora.Acababan de salir de aquella casa, les permitieron marcharse así sin más. Bueno, quizá no fue así sin más porque Alaric, junto a otro hombre que era igual de grande que él y con una expresión en su rostro menos alentadora, los acompañaban hacia la cabaña.«La cabaña de Endora», a Emma ese nombre le resultaba conocido, pero no conseguía recordar de qué.Asher dijo que esos hombres los acompañarían para asegurarse de que no se perdieran y encontraran el camino a casa. Aunque ella creía que eso no era cierto y que la realidad era que los seguían vigilando.—Depende a lo que te refieras con estar bien —le susurró a su hermano para que los hombres no la escucharan—. Si te refieres a si sufrí algún daño físico, no fue así y tú, ¿estás bien? —Emma ojeó a su hermano y a simple vista tampoco se veía golpeado.Ethan asintió con la cabeza e intentó esbozar una sonrisa tranquilizadora que habría
Para sorpresa de Emma, el resto del día y la noche, transcurrió con excesiva calma. Cuando llegaron a la cabaña, ella comenzó a explicarle a su hermano, sin demasiados datos, lo que había pasado con Asher.Omitió los detalles íntimos porque esos eran suyos y no creía que fueran necesarios para mejorar su situación. Ethan también le explicó que le habían hecho las mismas preguntas, pero cuando quiso continuar con aquella conversación, Emma prefirió detenerlo.Al parecer estaban atrapados allí, ambos estaban muertos de hambre y muy cansados. Continuar elucubrando en lo que sucedía cuando ninguno de ellos tenía la mente clara no los ayudaría en nada.Con aprehensión, buscaron en la cocina algo para poder comer y, sin separarse uno del otro, prepararon algo sencillo. Antes de que pudieran darse cuenta, el cálido ambiente y la falsa seguridad que aquel lugar comenzó a trasmitirles, provocó que se sintieran con la suficiente confianza como para dormir.A la mañana siguiente, lo primero que
Una hora después, estaban caminando mientras se acercaban a la zona concurrida del pueblo. Su cabaña estaba alejada del resto y no creía que eso fuese casualidad.Emma miró a su hermano y sintió frío solo con solo verlo. Daba gracias a que no iba desnudo como había visto que hacían algunas de las personas de ese lugar, pero apenas llevaba una camiseta de veraniega y se había alzado las mangas hasta los hombros porque quería mostrar sus nuevos músculos.—¿No tienes frío? Yo siento que me estoy congelando —murmuró Emma para intentar ocupar su mente con una conversación y no echarse a correr de nuevo hacia la cabaña cuando la gente comenzó a mirarlos con aprensión—. Quizá no fue buena idea venir, regresemos.Ethan frunció el ceño y comenzó a negar con la cabeza.—Tendrán que acostumbrarse a nuestra presencia aquí y no pienso marcharme sin averiguar dónde venden un buen chuletón. No sé qué me está pasando, pero estoy muerto de hambre —murmuró su hermano y observó a su alrededor hasta que
Asher había sentido la presencia de Emma antes de que pudiera visualizarla. Uno de los espías que tenía vigilando a los hermanos, lo avisó en cuanto Emma y Ethan salieron de la cabaña de la bruja y se dirigieron al centro del pueblo. Se dijo a sí mismo que dejaba todo lo que estaba haciendo para salir y verla porque necesitaba saber qué tramaban.Asher llegó en el justo momento en que Ethan golpeó a Emma. Al verlo, no pudo controlar la furia y solo la preocupación de verla tirada en el suelo, sufriendo, evitó que saltara sobre ese malnacido y le arrancara la cabeza en ese mismo instante.No entendía qué le ocurría con esa mujer, pero no podía mantenerse alejado de ella.Cuando la sintió a salvo entre sus brazos, la furia fue disminuyendo y se aseguró de que no estaba herida. Después, una sospecha se instaló en su mente y las palabras de Emma resonaron en su cabeza.«Mi hermano nunca me haría daño, él no puede controlar su fuerza», la información comenzó a hacer un recorrido en su ment