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EL CEO EQUIVOCADO
EL CEO EQUIVOCADO
Por: DiegoAlmary
1| Prólogo: Atrapados.

Hanna apretó el arma con fuerza, le temblaba la mano. El hombre tras ella apoyó su mano en la muñeca de Hanna e hizo que levantara el arma apuntando hacia los dos hombres que tenía enfrente, ambos con el mismo rostro, ambos vestidos de la misma forma, indistinguibles como el reflejo de un espejo, atados y amordazados.

— Vamos, Hanna — le dijo el hombre, su voz produjo eco en el parqueadero — dispara, dispara a uno de los dos hombres que tienes enfrente, si matas a tu esposo tú y tu hijo mueren con él, Pero si matas al impostor sobrevivirán.

La mano de Hanna que sostenía el arma apuntando hacia los gemelos tembló nuevamente, los ojos se le llenaron de lágrimas.

¿Cómo podía aquel hombre pedirle algo como eso?

— Vamos Hanna, dispara, ¡dispárale! Adivina Cuál de los dos hombres que hay frente a ti es el impostor, mátalo Y así te entregaré a tu hijo. Escoge si eres capaz de distinguirlo. ¡Escoge Hanna!

A pesar del increíble y terrorífico parecido entre ambos hombres, Hanna podía distinguir perfectamente Quién era quién. No había una razón en específico, un gesto, un guiño, algo en sus cuerpos o en sus poses que sirviera para identificarlos, ella simplemente lo sabía, sabía con el alma Quién era su esposo y sabía con el alma quién era el impostor del que se había enamorado, pero solamente tenía una salida: Mataba al hombre que amaba y salvaba a su hijo, o dejar vivir al hombre que amaba, pero moriría a ella y su criatura.

No había a quién pedir ayuda, estaban solos, atrapados, acorralados, Así que Hanna respiró profundo y cuando parpadeó dos gruesas gotas de lágrimas rodaron por sus mejillas.

— ¿ya tomaste la decisión, Hanna? — le preguntó el hombre. Estaba tan cerca que su asqueroso y cálido aliento se deslizó por el cuello de la joven haciéndola estremecer — ¿ya tomaste la decisión? — preguntó nuevamente.

Uno de los hombres levantó la cabeza y en sus ojos grises Hanna entendió perfectamente lo que quería decir, era un valiente y comprensivo: “Hazlo” y Hanna asintió, así que apretó con fuerza el arma y el sonido del disparo resonó por todo el lugar...

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