— ¡¿UN EMPLEO?!— al otro lado la muchacha se alegró, luego bajó el tono de voz—. Ya dejaste de lado la idea de venganza contra tu familia biológica, ¿verdad?
— Claro que sí, eso ya lo dejé en el pasado, ya no me atormenta más —Adrián mintió.
Mentirle a su hermana le dolía, pero ella no lo aprobaría, ya todo estaba encausado.
El destino lo había puesto en el camino de la venganza que tanto había planeado así que un mes después, completamente recuperado, con un nuevo corte de cabello y un traje impecable hecho a medida, bajó del auto lujoso que lo trajo del aeropuerto directamente hacia la mansión de su familia biológica.
La prueba de ADN que Alfonso había mandado hacer había arrojado una sorprendente similitud entre ambos, indiscutiblemente eran gemelos.
Gemelos idénticos y el pobre hermano de Adrián pensó que era quien llevaba la b****a en el plan.
Adrián solo lo veía como un cachorrito patético que hizo todo lo que él necesitaba.
Cuando cruzó por las puertas de la inmensa casa tuvo un momento de envidia y resentimiento porque esos deberían haber sido sus lujos, la vida que le robaron.
Comenzó a subir por las escaleras Y entonces la encontró, a Hanna, la esposa de su hermano.
Era alta y delgada, con el cabello castaño rizado que caía en perfectas ondas hacia su cintura, venía en ropa un poco más Modesta de lo que uno imaginaría encontraría a alguien en aquella mansión.
Se detuvo en la mitad de las escaleras y lo miró de los pies a la cabeza.
— Pensé que te quedarías más tiempo, pensé que tus vacaciones se alargarían más meses. Es una tristeza que estés tan pronto en casa, esposo.
Adrián pasó saliva ante carácter agrio de de la esposa de su hermano, pero debía fingir que era él… antes de enamorarla.
Claramente su hermano le había contado sobre su esposa.
Un matrimonio por contrato fracasado.
Se odiaban y el trato de Adrián hacia ella debía ser déspota y grosero, Pero a él no le apeteció serlo.
No era parte de su plan, así recortó un poco la distancia que los separaba acercándose lentamente, arrastrando su maleta.
Cuando estuvo cerca de ella se acercó para darle un beso en la mejilla, pero la mujer le dio un paso atrás y le dio una tremenda bofetada.
— ¡¿Qué diablos se supone que estás haciendo?!
Adrián sonrió, no se enfadó y se acercó a su cuñada.
— Se supone que iba a saludar a mi esposa.
La mujer lo miró de los pies a la cabeza, por un segundo tuvo miedo de que reconociera que no era su esposo, de que era un impostor.
— ¿Has hecho ejercicio? ¿ a eso te fuiste? ¿a ponerte musculoso para que más mujeres se te acerquen y puedas meterte con ellas en nuestra cama?
Adrián abrió la boca para contestar, pero alguien aplaudió desde abajo.
— Pero mira quién decidió aparecer…
Cuando él volvió hacia las escaleras se encontró con el resto de la familia.
Todos lo odiaban y él debía odiarlos a todos, los conocía bien, sabía que hacer, sería una venganza dulce y lenta.
Mientras tanto, un hombre bajito y tembloroso entró a la oficina, le sudaban las manos y cuando habló, la voz le tembló.
— Jefe — murmuró, como si tuviera miedo de alzar la voz — mis informantes me cuentan que el joven Alfonso regresó de sus vacaciones — el hombre al otro lado miró por la ventana, pensativo.
— Mantenlo vigilado — ordenó — regresó antes de tiempo, pero él siempre ha sido un títere sin carácter, no tenemos nada de qué preocuparnos.
— Señor, mis informantes me dicen que llegó muy cambiado… ¿Qué tal si le da por investigar?
El hombre acarició al gato sobre su regazo y miró a su empleado con fiereza y luego habló con voz firme.
— Si se mete en nuestros asuntos, lo eliminaremos…
Adrián se volvió hacia toda su familia.Aunque no se habían criado juntos, aunque en el fondo él sintiera que esa era la familia de Alfonso, también era la suya, también era su padre, también era su madre, sus hermanos y sus sobrinos… Eran los que lo habían querido muerto, los que lo habían olvidado.Al parecer todos llegaron juntos, Adrián levantó la mirada y se ajustó el traje.— Sí, ya regresé — dijo con un poco de apatía. Las semanas que había pasado estudiando a su hermano notó que era un hombre extraño. Era frío y parecía que nada le impresionaba, pero también era un hombre tremendamente inseguro, las cosas que le comentó que le hacían su familia eran patéticas. — Según nos dijiste regresarías en unos cuantos meses, ¿las vacaciones que te autoimpusiste te cansaron? — dijo su padre.Era un hombre alto como ellos, aunque sus canas marcadas dejaban entrever un brillante cabello rubio que debió haber lucido orgulloso en su juventud, tenía los ojos oscuros y apagados, pero un por
— ¿De qué diablos hablas? Sabes que tenemos que dormir en la misma cama porque los empleados no deben darse cuenta de que esto es un matrimonio falso. Los medios pagarían millones por un chisme así.— Si, lo sé, solo olvídalo.— ¿Qué hiciste en ese viaje? — le preguntó Hanna — aparte de irte al gimnasio, te ves diferente.— ¿Qué? ¿tengo la nariz torcida y los ojos más grandes? — comentó él, hacer reír a una mujer era el primer paso para conquistarla. Hanna apretó el entrecejo al notar la broma.Adrián comenzó su artimaña a base de mentiras, un acto que, sin saber, lo condenaría. — Sí y ahora eres gracioso y haces chistes también. No, no me refiero a algo físico, eres diferente, como un hombre nuevo… como otro hombre… Para evitar que la mujer notara la tensión que le entró en el cuerpo, Adrián comenzó a quitarse la ropa. Aunque era un matrimonio falso, imaginó que sí se habían acostado alguna vez, la mujer debía de haberlo visto desnudo en algún momento, Así que se desnudó por com
Hanna despertó asustada, cuando abrió los ojos lo primero que vio fue la espalda ancha de su esposo sentado en el borde de la cama.A Hannah le costó un segundo reconocerlo y eso la asustó, pero otro grito aterrador proveniente de la sala hizo que aquello se le olvidara por completo.Su esposo se puso de pie y corrió hacia la puerta.— ¿Alfonso qué está pasando? — lo llamó ella pero el hombre abrió la puerta y salió corriendo sin dudarlo. Hanna se puso de pie y corrió, tenía el corazón acelerado. Cuando llegó al primer piso detrás del hombre, encontró a su cuñada con su pequeño sobrino, Marcos, en sus brazos.El niño parecía inconsciente, Alfonso llegó con ella y cargó al niño, cosa que sorprendió a Hannah, su esposo nunca había sido para nada cariñoso con sus sobrinos.— ¿Qué pasó? — preguntó el hombre con firmeza, la mujer sollozó.— Decía que le dolía el estómago, estaba en la cocina preparando un té de canela y cuando subí estaba inconsciente — comentó en medio del llanto. Hanna
— ¡Alfonso! — gritó ella emocionada.En cuanto el hombre puso sus ojos grises en ella, la miró con gesto interrogativo pero la mujer no le dio tiempo a preguntar siquiera nada, se abalanzó sobre él, lo tomó por las mejillas y le dio un profundo beso en los labios.Hanna sintió que la atravesó una fuerte corriente eléctrica.— Cariño — le dijo la enfermera — te habías desaparecido por tanto tiempo, la última vez que te vi me dejaste sola en la cama. No puedes ser tan grosero con tu futura esposa.— ¿Futura esposa? — preguntó Hanna en voz alta poniéndose de pie y caminando con rabia hacia la rubia.La enfermera facilota tomó a Alfonso de nuevo por las mejillas para intentar besarlo, pero el hombre la apartó con un poco de brusquedad. Hanna sintió rabia, pero no eran rabia de celos, ella sabía que eso era el pan de cada día con Alfonso, se acostaba con sus enfermeras, con su secretarias, con sus empleadas, con la mensajera… Era el hombre más infiel que Hanna jamás hubiera conocido, pe
— ¡¿Qué yo qué?! — preguntó sorprendido y Hanna lo empujó. — ¿Qué? ¿Ahora dirás que no te acuerdas que pagaste varios millones de dólares para que me obligaran a casarme contigo? ¿Acaso olvidas que me llamaste mercancía? ¿Que según soy tu esclava? se supone que debes conservar una imágen decente, pero te acuestas con quién se te atraviese — comentó ella dándole la espalda — sólo lo hiciste por orgullo, ¿Verdad? — pero Alfonso ya no contestó y le dio la espalda. El frío de la madrugada se espantó poco a poco con la calidez de la espalda del hombre, y aunque preocupada aún por Marcos, sabía que estaba en buenas manos. Era uno de los mejores hospitales del país, así que se quedó dormida, pero Alfonso no, o mejor dicho, Adrián.Adrián se volvió boca arriba y observó el perfecto rostro de la mujer que dormía a su lado.Era tan linda, con carácter. ¿Como su hermano podría ser un idiota con ella? ¿Cómo podría haberle sido infiel de esa forma tan descarada? ¿Cómo pudo haberla comprado c
Adrián encontró que la ropa de Alfonso que había en el armario le quedaba un poco ajustada, de hecho muy ajustada, Así que buscó en la agenda de su hermano a su modista, el hombre le había dicho que tal vez debía contratarla precisamente por eso. Optó Entonces por ponerse el traje con el que había llegado del viaje, ese estaba hecho a su medida. encendió el auto de su hermano y se fue para la oficina.La farmacéutica vital era una de las empresas más importantes de América, había tenido increíbles tratos comerciales con otra farmacéutica llamada Biogen, pero esta estuvo involucrada en Casos de corrupción y homicidios, así que Vital tuvo que hacerse su nombre por su propia cuenta, Por eso los Velazco, dueños principales de la farmacéutica, se vieron obligados a requerir a socios comerciales importantes para salir a flote sin la ayuda de Biogen, aun así le quedó la duda del Por qué eligieron a su hermano Alfonso para liderar la compañía, el hombre era bueno en las finanzas, pero imaginó
Fue un día muy pesado para Adrián, extrañamente se adecuó fácil a la oficina y al trabajo. Alfonso le había explicado muy bien cuál era su rol, Pero él Había decidido tener una participación más activa dentro de la compañía, Por eso impidió que la carga con los medicamentos caducados saliera Y ante su presencia logró agachar más de una cabeza que pensó humillarlo. Alfonso, al parecer, se dejaba humillar de cualquiera, pero él no era Alfonso Y aunque tenía que fingir que era él ya se había hecho la promesa de que se vengaría de todos, esa empresa le pertenecía por ley, pero si no era para él no sería para nadie, solo tenía que descubrir los negocios sucios que escondían y eso sería suficiente para hundirlos.A escondidas llamó a su hermana Ana María, la joven se alegró mucho al oírlo.— ¿Cómo estás, hermanita? — le preguntó Adrián. Se sintió feliz por escuchar el tono de voz alegre de su hermana, hacía muchísimo tiempo no lo escuchaba con tanta energía.— Excelente. ¿y el empleo? — E
11 Dudas.Adrián, antes de salir del gimnasio, comprobó las pastillas que Hanna le había entregado. Tenía la marca Vital, eran de la compañía y aquello le sorprendió. Alfonso en ningún momento le había comentado que tenía que tomar medicamentos, muchísimo menos que tuviera un problema cardíaco. Él estaba completamente saludable y siendo honesto consigo mismo, le atemorizó tomarse los medicamentos de Alfonso y que tal vez fuera contraproducente para su salud, Así que entró al baño de su habitación ignorando a Hanna que estaba acostada en la cama dándole la espalda a la entrada y tiró por el excusado un par de las pastillas. Tendría que hacerlo diario y tendría que fingir frente a Hannah que las tomaba, Pero esperó que no fuera difícil. Se dio una larga ducha de agua muy fría luego, cuando salió envuelto en la toalla, le entró una extraña preocupación. Había muchas cosas que Alfonso no le había comentado de su vida, cosas importantes como por ejemplo las pastillas y eso le generó inco