Abrió sus ojos... encontrándose con el inmaculado techo en color blanco, su cuerpo se sentía flotando sobre nubes de algodón... una sensación tan extraña para ella... ¿dónde estaba?, ¿qué había pasado?.
— Por fin has despertado — escucho una voz gruesa que provocó que su corazón se contrajera de forma dolorosa, se sentó de inmediato, apoyándose de la cabecera de la cama abrazándose los rodillas mientras finas lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas, presa del pánico. ¿Dónde estaba y quién era él?; ¿Por qué la había traído a este lugar? ¿qué quería de ella?. — Por favor no — rogó... ella lo sabía, sabía que ese hombre frente a ella era un alfa... su cuerpo temblaba, invadido por el miedo a tal punto que podía sentir los latidos de su corazón haciendo eco en sus oídos — ya no más, por favor... — rogó con voz tan quebrada que Arthur sintió que algo dentro de él se hacía pedazos. — Tranquila... no te haré daño — extendió su mano hacia ella, con la intensión de tocarla se detuvo al ver cómo temblaba y los sollozos escapaban de su garganta.«Esta aterrada»Y por primera vez en siglos, su lobo no disfrutaba del miedo de alguien más... por primera vez en toda su vida, su lobo parecía quebrarse ante el sufrimiento de alguien que no conocía, incluso podía jurar que su voz era estrangulada... cómo si de alguna forma pudiera sentir su dolor sin la necesidad de enlazarse con ella.«¡Cálmala, m*****a sea!»Grito el lobo en su cabeza, agitado como si estuviera corriendo de un lugar a otro. Inquieto. Preso de la misma sensación desagradable que invadía sus sentidos... ¿Que era ese repentino sentimiento?, ¿por qué se sentía tan miserable con solo verla llorar? ¿Por qué sentía que su corazón latía acelerado como si quisiera escapar de su cavidad torácica?. — Anette... — ella lo miro con los ojos muy abiertos, sorprendida porque conocía su nombre ¿quién era este tipo? — mi nombre es Arthur... soy el gran alfa, déjame acercarme solo quiero comprobar que no estés herida... Sus ojos se encontraron enseguida, vio tanta preocupación y dolor reflejado en los ojos grises del desconocido que se sintió aún más confundida y miserable... ¿por qué?, ¿por qué la miraba de esa manera?... era una mirada que nunca nadie le había dedicado, carecía de odio; de rechazó, de superioridad... en cambio la genuina preocupación brillaba en esos ojos grises similares a un cielo cargado de nubes de tormenta... ¿Cómo unos ojos de mirada tormentosa podían desatar en ella un torbellino de sentimientos como el que estaba experimentando en ese momento?. Extendió su temblorosa mano hasta rozar sus dedos con los de la mano de Arthur, quien aún la tenía extendida hacia ella con la intensión de tocarla. Él pareció temblar ante el simple contacto... el leve roce de sus dedos fue más que sufriendo para hacerlo sentir que la electricidad recorría cada centímetro de su cuerpo. Sus dedos se entrelazaron, Arthur se apoyó sobre la cama mientras la atraía hacía él, rodeándola con sus fuertes brazos de forma protectora mientras Anette enterraba su rostro en el pecho del desconocido permitiendo por fin que los gritos de dolor desgarraran su garganta, que las lágrimas inundaran sus ojos... La sintió temblar mientras todo el dolor contenido en ella por fin brotaba... ¿cuánto habría tenido que soportar para que llorara de esa manera?, ¿cuántas cicatrices tendría manchando su alma?.«Es tan... frágil» Cerró los ojos al momento en que su lobo lo hacía... él tenía razón, se sentía tan frágil, vulnerable y rota entre sus brazos que despertaba en él un instinto protector que no sabría cómo explicar; sentía como si algo lo estuviera atrayendo hacia ella, como si fuera una simple viruta de metal atraída hacía el más fuerte de los imanes... cómo si la gravedad dejara de existir en la tierra para ser ella quien lo mantenía en pie. ¿Por qué se sentía de esta manera?, ¿por qué sus lágrimas le provocaban tanto dolor como si lo estuvieran desgarrando por dentro?.«Ella será nuestra muerte» Si quizás sí... quizás ella sería su muerte, quizás ella marcaría un principio y un final en su vida... porque en ese instante muy poco le importaba que fuera una renuo, que por sus venas corriera la sangre de un humano; que no pudiera crear un enlace con ella por no poseer su lado de lobo... ¡en ese momento nada importaba!... solo quería que ella dejara de llorar, solo quería borrar todo el dolor que estaba acabando con su alma... Sabía que todo sería un caos, cuando saliera de esas cuatro paredes que formaban su habitación... sabía que afuera tenía una pareja predestinada para él, sabía que existía una loba que esperaba que la tomara como esposa; sabía que los ancianos darían el grito en el cielo cuando supieran lo que estaba pasando...«A la m****a los ancianos... a la m****a el mundo, hazlo arder, por ella»Guiado por el instinto sus manos de deslizaron por los brazos de Anette, acariciando sus hombros, su cuello... hasta posarse sobre sus mejillas, ella levantó la mirada... permitiéndole contemplar esos maravillosos ojos azules cristalinos a causas de las lágrimas derramadas... eran zafiros brillantes capaces de iluminar la oscuridad de su corazón. Basto solo un instante para que el mundo dejara de existir, para que el tiempo dejará de correr. — Mía — susurro, perdido en la intensidad de su mirada... si sus propios ojos eran el reflejo de un cielo tormentoso, los de ella eran el reflejo de un cielo despejado donde el sol iluminaba todo a su paso, llenándolo de calidez... porque con una simple mirada estaba acabando con la frialdad de su corazón para llenarlo de una calidez que jamás pensó que podría existir.«Nuestra»Y finalmente sus labios se posaron sobre los ajenos, en un toque tan dulce y placentero que en ese momento podría morir gustoso, porque por fin estaba encontrando el verdadero sentido de su vida.Los labios de Anette se acoplaban demasiado bien a los suyos... cómo si saborear su boca fuera uno de los mayores deleites del mundo, su corazón latía desenfrenado mientras sus manos dejaban suaves caricias sobre la piel de porcelana de la mujer entre sus brazos... ¿cómo es que un simple contacto de sus labios era capaz de llevarlo a niveles inimaginable de deseo y placer?.Su cuerpo irradiaba calor, como si cada una de las caricias ajenas pudieran quemar su frágil piel... se sentía tan pequeña e indefensa entre sus brazos pero tan protegida a la vez... cómo si en ese preciso instante hubiera encontrado su lugar en el mundo...Se estaba dejando perder en su deseo, dominado por sus más bajos instintos y solo se detuvo cuando la sintió estremecerse entre sus brazos, quizás estaba llevando las cosas demasiado rápido. Se tomó un segundo para observar la imagen frente a sus ojos, no supo en qué instante la acorraló hasta recostarse de la cama... observo su cabello esparcido sobre la almoha
No podía negar que las palabras de su lobo lograron descolocarlo un poco pero decidió dejar sus preocupaciones para otra ocasión, en ese momento estaba demasiado ocupado observando a Anette, la forma en que disfrutaba de la comida; como soltaba comentarios mordaces de vez en cuando... era increíble como en un momento podía ser tan despreocupada y al siguiente agachar la cabeza avergonzada.Y su mirada... ¡Oh Dios su mirada!, estaba seguro que podía quedarse colgado de esos ojos azules de por vida... no podía evitar sonreír con solo escuchar su voz y observar su naturalidad, su inocencia.— Señor gran alfa... yo... debería irme a mi casa — hablo, dirigiendo su mirada hacía la ventana, observa la inmensidad de la noche.— Arthur... mi nombre es Arthur y quiero que lo uses — usualmente todos lo trataban con respeto y muy pocas personas pronunciaban su nombre pero quería escucharlo de ella... le gustaba la forma en que su pecho vibraba con solo escuchar salir su nombre de esos hermosos la
Sintió la molesta luz del sol sobre su rostro, se acurrucó intentando sentirse cómoda para continuar durmiendo, pero una risita de fondo comenzó a perturbar su paz. Frunció el ceño aún con los ojos cerrados ¿de dónde provenía esa risita molesta?... decidió ignorarla y seguir visitando el mundo de los sueños, la cama se sentía tan cómoda, suave y reconfortante como hace mucho no se sentía... era como estar recostada sobre las nubes y...Se sentó de golpe cuando a su mente llegaron los recuerdos de la noche anterior, estaba en la cama de Arthur, el alfa supremo del mundo de los lobos... el hombre más poderoso sobre la faz de la tierra... — Al fin despertaste — ¡oh por Dios!, sus mejillas ardieron en un feroz sonrojo... ¡ni siquiera recordaba haberse quedado dormida!, ¿en qué momento había caído rendida? — jajaja te ves adorable.— Si... seguro... aún no se si estoy medio viva o medio muerta — pestañeo unas cuantas veces, intentando que su visión fuera más clara; se estrujó el ojo como
El viaje fue extremadamente pacífico.... en el momento en que llegaron a la academia Arthur fue el primero en bajar del auto y abrir la puerta para Anette, quizás esa acción no era algo normal en pleno siglo 21 pero él era un caballero y le gustaba comportarse como tal.— Me gustaría venir por ti a la salida pero tengo que reunirme con los ancianos — hizo una mueca de claro disgusto, quería estar todo el tiempo que pudiera con Anette pero ambos debían atender sus respectivas responsabilidades.— Arthur, he vivido 18 años sin ti. Puedo arreglármelas sola por una tarde, no te preocupes — le regaló una de esas sonrisas radiantes que tanto parecían encantarle.— Está bien... aunque eso no significa que dejaré de preocuparme — se cruzó de brazos mientras se apoyaba del capo del auto. Anette dejó escapar una risita que sonaba como campanillas y era totalmente hermosa para Arthur, ¡Dios que espectáculo de mujer era Anette!.— Nos vemos pronto, Arthur — se puso de puntilla para depositar un
Las gotas de lluvia chocaban suavemente contra el cristal de la ventana mientras ella observaba con su mirada fija el exterior del aula... la mayoría de los alumnos de la academia odiaban los días lluviosos ya que, para ellos; representaba una etapa de alta vulnerabilidad.Durante los días de lluvia era mucho más difícil seguir la pista de los efluvios de los demás, los sentidos de los lobos se volvían un poco lentos y entrar en fase era una tortura debido al pelaje mojado que ralentizaba sus movimientos... si, ellos odiaban los días de lluvia pero para ella eran días de calma, días en dónde todos se veían limitados y eran iguales a la hora de enfrentarse a los imperios de la naturaleza.— Bien chicos, es todo por hoy. Nos veremos mañana — los despidió el profesor, ordenadamente todos comenzaron a abandonar el aula, había sido un día terriblemente largo para ella; todas las miradas habían estado sobre ella y sin mencionar los murmullos constantes. Aunque de cierta forma estaba acostum
Se sentía como una fiera enjaulada, y quizás realmente lo era... ¿Por qué rayos tenía que comenzar a llover justo ese día?...Esa lluvia la tenía inquieta y estaba segura de que esa molesta sensación de opresión en su pecho no significaba nada bueno. Observo la hora una vez más en su reloj de muñeca... ¡Anette debería haber llegado hace más de una hora! Estaba preocupada por su hija pero ¿qué podía hacer?.Con esa lluvia era casi imposible usar sus habilidades de lobo, sin mencionar que estás se encontraban debilitadas por los años de desuso, ¡pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados cuando su hija podía estar en peligro!.Se dirigió a la puerta y al abrirla se llevó la gran sorpresa de encontrarse con Andruw Roberts ¡Llevando a Anette inconsciente entre sus brazos!.— ¿Que carajos le hiciste a mi hija? — gruño molesta, mostrando sus caninos de forma amenazante.— ¿Puedo pasar? — Indago el hombre, Anna se hizo a un lado para dejar que ingresará a la casa y se resguardarán de la
La acalorada discusión entre los ancianos no hacía más que aumentar y aumentar con cada segundo que pasaba mientras que Arthur se sentía irremediablemente aburrido... estaba acostumbrado a presenciar largas reuniones empresariales, a discutir términos y condiciones, pero la discusión que se llevaba acabó en ese momento le parecía totalmente absurda. ¿Quién más podía tomar decisiones sobre su vida que él mismo?, ¿por qué los ancianos se sentía con el derecho de decirle que, o no; hacer?, suspiro... ¡Bendito el día en que decidió regresar a la reserva!...— ¡Deben casarse cuanto antes!, así le darán un heredero a nuestro linaje, un nuevo guardián que custodie el equilibrio de nuestro mundo — alego Rein, dando un fuerte golpe contra la mesa, exasperado. ¿Durante cuánto tiempo habían estado discutiendo sobre el mismo tema? ¡No lo sabía!.— ¡Lo dices solo porque se trata de tu hija!, ¿tuvieras el mismo afán por unirlos en matrimonio si la elegida fuera ajena a tu familia? — Contra ataco Hu
Zac Turner era un hombre realmente escéptico, muy pocas cosas podían llegar a sorprenderlo; como abogado había visto lo peor y lo mejor del mundo humano, como hombre lobo se había llegado a enfrentar a innumerables situaciones que escapaban de toda comprensión humana.Pero ver a Arthur, un hombre generalmente frío e indiferente; sostener la mano de una pequeña mujer inconsciente mientras la miraba con sus facciones colmadas de preocupación... eso sí había logrado sorprenderlo e intrigarlo.La mujer sobre la cama era pequeña y frágil, de facciones delicadas a tal punto que parecía una muñequita de porcelana que si no era tratada con cuidado podría llegar a romperse en mil pedazos... mientras que Arthur era alto, fuerte, musculoso... y aun así ella parecía tenerlo atado a su dedo meñique. ¡Y eso que aún no la había escuchado pronunciar palabra alguna!.¿Cómo un ser tan frágil como ella lograba tener a sus pies a un hombre tan poderoso como Arthur?, era una idea bastante difícil de conce