El viaje fue extremadamente pacífico.... en el momento en que llegaron a la academia Arthur fue el primero en bajar del auto y abrir la puerta para Anette, quizás esa acción no era algo normal en pleno siglo 21 pero él era un caballero y le gustaba comportarse como tal.
— Me gustaría venir por ti a la salida pero tengo que reunirme con los ancianos — hizo una mueca de claro disgusto, quería estar todo el tiempo que pudiera con Anette pero ambos debían atender sus respectivas responsabilidades. — Arthur, he vivido 18 años sin ti. Puedo arreglármelas sola por una tarde, no te preocupes — le regaló una de esas sonrisas radiantes que tanto parecían encantarle. — Está bien... aunque eso no significa que dejaré de preocuparme — se cruzó de brazos mientras se apoyaba del capo del auto. Anette dejó escapar una risita que sonaba como campanillas y era totalmente hermosa para Arthur, ¡Dios que espectáculo de mujer era Anette!. — Nos vemos pronto, Arthur — se puso de puntilla para depositar un suave beso en la mejilla del muchacho, quien se sonrojo ante tal acción. Hizo gesto de despedida con la mano antes de apresurarse hacia la entrada de la academia. Arthur la observo mientras se alejaba, sin poder borrar aquella sonrisa tonta que se había apoderado de sus labios; con ella todo era tan ligero, tan fácil, tan natural que se le hacía imposible pensar que existiera en el mundo otra mujer destinada para él mientras todo en su ser gritaba que Anette Sinclair era todo lo que deseaba, todo lo que buscaba.«Jaja si no hubiera estado dormida cuando regresamos a la habitación anoche estoy seguro que te la hubieras comido y sin cubiertos»Ese tono burlón de su lobo lo hizo liberar un suave gruñido, aunque en el fondo sabía que tenía razón... Anette lograba hacer florecer en él sus más bajos instintos; hasta el punto de casi no poder controlarse. Suspiro, sabía que ese sería un día largo para él; ya que su mente estaría ocupada por esa niña de ojos azules que prácticamente acababa de conocer. Sonrió al ver cómo ella se giraba buscándolo con la mirada, seguramente quería asegurarse de si seguía allí o no, levantó su mano e hizo una señal de despedida de inmediato ella se sonrojo, acomodo un mechón de su cabello detrás de su oreja y con evidente timidez correspondió el gesto antes de desaparecer por los pasillos de la institución. Él no pudo evitar reír a carcajadas... ella era tan frágil, inocente y tierna... ¡Dios!, ¿cómo podía existir alguien así en el mundo?, lo creía imposible... se separó del auto dispuesto a marcharse pero la voz de su lobo lo detuvo.«Espera» Frunció el ceño, afinando su oído ¿que esperaba escuchar? ni él mismo lo sabía... Mientras que Anette caminaba rumbo a sus clases, se sentía flotando... ¡Era increíble que hubiera conocido al gran alfa!, y aún más increíble que este resultará ser alguien agradable; siempre imagino que sería alguien de mal carácter que gozaría de humillarla igual que todos los demás. ¡Qué equivocada estaba!. Iba tan distraída que no noto que había alguien más en el pasillo, hasta que casi choca con esta persona. — Pero mira que tenemos aquí, si es la pequeña y frágil Renuo — hablo Isabella clavando sus ojos verdes en Anette, mirándola de arriba abajo. — Buen día, Isabella, Wendy — saludo haciendo una leve reverencia de respeto; le gustará o no ellas tenían rangos superiores al suyo. — Hasta que la mosquita muerta aparece... ¿ahora te sientes importante por haber pasado una noche en la cama del gran alfa? — expreso con burla Wendy, mirándola con asco — no eres más que una mujerzuela. — Yo no... — No trates de negarlo... todos sabemos que pasaste la noche en la mansión, todos vimos como él te llevaba en brazos hasta su habitación — intervino Isabella, levantando su mano en señal de "alto" para hacer que Anette guardara silencio — Pero eso no importa... no importa cuántas veces te meta en su cama porque al final del día tu solo serás un pasatiempo, un capricho que se permite de vez en cuando mientras que yo voy a convertirme en su esposa, voy a ser la gran luna, ¡Seré la mujer más respetada en nuestro mundo! ¿y tú? tu siempre serás una renuo inútil que no sirve para más que dar ratos de placer — ISABELLA — la fuerte voz de mando de Arthur hizo temblar a los presentes, provocando que un escalofrío recorriera su espalda, Anette agachó la cabeza sintiéndose incapaz de enfrentarlo, Wendy hizo una reverencia manteniéndose inclinada mientras que Isabella clavo sus ojos verdes en el hombre que pronunciaba su nombre — al auto, ahora. Sin esperar respuesta de alejó de las chicas, Isabella le dedicó una sonrisa de superioridad a Anette; después de todo era a ella a quien el gran alfa había ido a buscar, no existía ninguna otra mujer digna para estar junto a Arthur Standerwod, no importaba con cuántas mujeres pudiera jugar. Al final del día ella era la elegida, nadie más. — Arthur... no sabía que vendrías — hablo una vez que estuvieron junto al auto del muchacho, Isabella intento colocar sus brazos sobres los hombros de Arthur para abrazarlo pero este la alejó sin delicadeza alguna — ¿Que está mal? — indago mirándolo con falsa inocencia. — Tú estás mal — respondió sin miramientos — ¿cómo esperas convertirte en la gran luna?, ¿presumiendo de ello para humillar a alguien más débil que tú?; ¿crees que el hecho de convertirte en mi esposa te da poder? — se acercó tanto a ella que Isabella se sintió intimidad por su altura y por el aura de poder que emanaba de él — tú no eres nada sin ese título... tú no eres nadie, aquí el poseedor de poder soy yo y si a mí me da la gana puedo humillarte, hacer tu vida miserables a tal punto que desearas jamás haberme conocido... Isabella estaba aterrada al ver cómo los ojos de Arthur brillaban en color dorado, clara señal de que su lobo estaba tomando el control; tembló... asustada de lo que él pudiera llegar a hacerle en ese momento. — Lo lamentable, Arthur... no pensé que te importara tanto... — ¿No pensaste?... pequeña niña ingenua... tú no estás aquí para pensar — la tomo del mentón para que lo mirara a los ojos — tú estás aquí para complacerme y quizás para darme crías... para nada más. La soltó sin tener delicadeza alguna, podía sentir su sangre hervir dentro de sus venas — eres la mujer que los ancianos eligieron para mí, pero yo no debo elegirte por ello, no lo olvides. Todo lo que eres y todo lo que crees merecer poseer es por mí. Tu vida y tu destino están en mis manos, sería una pena que todo eso se haga añicos por un simple error ¿verdad?. Isabella asistió con un leve movimiento de cabeza, sintiéndose incapaz de pronunciar palabras alguna — ahora lárgate, tu presencia me molesta — ordeno conteniendo un gruñido, de inmediato la muchacha se alejó de él; temiendo que si permanecía un segundo más allí, su vida pudiera correr peligro.«Correrá mucha sangre en este lugar »Oh, sí claro que sí. El que se atreviera a lastimar a Anette pagaría con su propia sangre. De eso no tenía duda.Las gotas de lluvia chocaban suavemente contra el cristal de la ventana mientras ella observaba con su mirada fija el exterior del aula... la mayoría de los alumnos de la academia odiaban los días lluviosos ya que, para ellos; representaba una etapa de alta vulnerabilidad.Durante los días de lluvia era mucho más difícil seguir la pista de los efluvios de los demás, los sentidos de los lobos se volvían un poco lentos y entrar en fase era una tortura debido al pelaje mojado que ralentizaba sus movimientos... si, ellos odiaban los días de lluvia pero para ella eran días de calma, días en dónde todos se veían limitados y eran iguales a la hora de enfrentarse a los imperios de la naturaleza.— Bien chicos, es todo por hoy. Nos veremos mañana — los despidió el profesor, ordenadamente todos comenzaron a abandonar el aula, había sido un día terriblemente largo para ella; todas las miradas habían estado sobre ella y sin mencionar los murmullos constantes. Aunque de cierta forma estaba acostum
Se sentía como una fiera enjaulada, y quizás realmente lo era... ¿Por qué rayos tenía que comenzar a llover justo ese día?...Esa lluvia la tenía inquieta y estaba segura de que esa molesta sensación de opresión en su pecho no significaba nada bueno. Observo la hora una vez más en su reloj de muñeca... ¡Anette debería haber llegado hace más de una hora! Estaba preocupada por su hija pero ¿qué podía hacer?.Con esa lluvia era casi imposible usar sus habilidades de lobo, sin mencionar que estás se encontraban debilitadas por los años de desuso, ¡pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados cuando su hija podía estar en peligro!.Se dirigió a la puerta y al abrirla se llevó la gran sorpresa de encontrarse con Andruw Roberts ¡Llevando a Anette inconsciente entre sus brazos!.— ¿Que carajos le hiciste a mi hija? — gruño molesta, mostrando sus caninos de forma amenazante.— ¿Puedo pasar? — Indago el hombre, Anna se hizo a un lado para dejar que ingresará a la casa y se resguardarán de la
La acalorada discusión entre los ancianos no hacía más que aumentar y aumentar con cada segundo que pasaba mientras que Arthur se sentía irremediablemente aburrido... estaba acostumbrado a presenciar largas reuniones empresariales, a discutir términos y condiciones, pero la discusión que se llevaba acabó en ese momento le parecía totalmente absurda. ¿Quién más podía tomar decisiones sobre su vida que él mismo?, ¿por qué los ancianos se sentía con el derecho de decirle que, o no; hacer?, suspiro... ¡Bendito el día en que decidió regresar a la reserva!...— ¡Deben casarse cuanto antes!, así le darán un heredero a nuestro linaje, un nuevo guardián que custodie el equilibrio de nuestro mundo — alego Rein, dando un fuerte golpe contra la mesa, exasperado. ¿Durante cuánto tiempo habían estado discutiendo sobre el mismo tema? ¡No lo sabía!.— ¡Lo dices solo porque se trata de tu hija!, ¿tuvieras el mismo afán por unirlos en matrimonio si la elegida fuera ajena a tu familia? — Contra ataco Hu
Zac Turner era un hombre realmente escéptico, muy pocas cosas podían llegar a sorprenderlo; como abogado había visto lo peor y lo mejor del mundo humano, como hombre lobo se había llegado a enfrentar a innumerables situaciones que escapaban de toda comprensión humana.Pero ver a Arthur, un hombre generalmente frío e indiferente; sostener la mano de una pequeña mujer inconsciente mientras la miraba con sus facciones colmadas de preocupación... eso sí había logrado sorprenderlo e intrigarlo.La mujer sobre la cama era pequeña y frágil, de facciones delicadas a tal punto que parecía una muñequita de porcelana que si no era tratada con cuidado podría llegar a romperse en mil pedazos... mientras que Arthur era alto, fuerte, musculoso... y aun así ella parecía tenerlo atado a su dedo meñique. ¡Y eso que aún no la había escuchado pronunciar palabra alguna!.¿Cómo un ser tan frágil como ella lograba tener a sus pies a un hombre tan poderoso como Arthur?, era una idea bastante difícil de conce
En su vida pensó que la hora de la cena podía llegar a ser tan incómoda como lo había sido esa noche, estar en medio de cuatro lobos alfas era una verdadera tortura... a pesar de la aparente actitud relajada de todos ella sentía el ambiente cargado de tensión, una extremadamente abrumadora que se cernía principalmente sobre ella.El aura de su madre podría ser comparada con la de una guerrera amazonas lista para saltar sobre los tres hombres alfas que las acompañaban esa noche en la mesa... la situación resultaba tan incómoda que apenas y logro ingerir bocado, sentía que su garganta se había cerrado de un momento a otro y lo único que deseaba era salir corriendo de ese lugar.¡Por Dios!, nunca imagino que se llegaría a sentir tan incómoda en su propia casa... por eso agradeció cuando la cena terminó, se apresuró a retirar los platos y a lavarlos enseguida, encerrándose en la cocina a modo de huida de la convivencia de los cuatro alfas que parecían competir por el dominio de la situaci
Arthur la tomo entre sus brazos al estilo nupcial antes de comenzar a correr hacía la mansión Standerwod, era increíble la velocidad sobre natural que podían poseer los hombres lobos aún en su forma humana.Y debía confesar que sentía un poco de envidia de sus habilidades, ellos eran fuertes, rápidos e imparables mientras que ella misma solo era una niña frágil y vulnerable, odiaba sentirse de esa manera.... expuesta a la merced de aquellos que poseían mayor poder que ella.Sus pensamientos fueron interrumpidos en el momento en que, Arthur; la estrecho un poco más entre sus brazos, quizás sintiendo su inquietud y su propio menos precio... aún le costaba creer que él pudiera saber cómo se sentía o cuando estaba en peligro, como si un hilo invisible los uniera de alguna manera... y quizás era así, quizás había una fuerza misteriosa que enredaba sus destino de alguna forma retorcida. ¿Cómo saberlo?...Al llegar a la mansión Arthur bajo a Anette con suma delicadeza, como si temiera que es
Todas las emociones que estaba experimentando en ese momento provocaban en ella un remolino de sentimientos que hacían que la confusión la abrumaba, por un momento se sentía la mujer más dichosa del mundo al estar entre los brazos de Arthur, sentía como si una fuerza invisible la arrastrara hacía él de una manera mágica y casi adictiva pero también sentía como si estuviera corriendo tras una sombra; tras de alguien a quien realmente nunca podría alcanzar y eso la confundía aún más...Era como si en el fondo de su ser supiera que estar con Arthur era totalmente imposible, sentía que entre ellos había un abismo invisible que jamás lograrían cruzar.... ¿serian solo sus propias inseguridades haciendo mella en ella? o ¿había algo más que no lograba comprender?; no estaba segura de tener la respuesta a sus interrogantes.Salió de sus pensamientos, tomándose un momento para observar todo a su alrededor, ¿Qué hacía ella allí?... era más que evidente que no encajaba en la mansión Standerwod y
Todas las emociones que estaba experimentando en ese momento provocaban en ella un remolino de sentimientos que hacían que la confusión la abrumaba, por un momento se sentía la mujer más dichosa del mundo al estar entre los brazos de Arthur, sentía como si una fuerza invisible la arrastrara hacía él de una manera mágica y casi adictiva pero también sentía como si estuviera corriendo tras una sombra; tras de alguien a quien realmente nunca podría alcanzar y eso la confundía aún más...Era como si en el fondo de su ser supiera que estar con Arthur era totalmente imposible, sentía que entre ellos había un abismo invisible que jamás lograrían cruzar.... ¿serian solo sus propias inseguridades haciendo mella en ella? o ¿había algo más que no lograba comprender?; no estaba segura de tener la respuesta a sus interrogantes.Salió de sus pensamientos, tomándose un momento para observar todo a su alrededor, ¿Qué hacía ella allí?... era más que evidente que no encajaba en la mansión Standerwod y