Inicio / Romance / Destinada al gran Alpha / Capitulo 16: Vistazo a la verdad.
Capitulo 16: Vistazo a la verdad.

Arthur la tomo entre sus brazos al estilo nupcial antes de comenzar a correr hacía la mansión Standerwod, era increíble la velocidad sobre natural que podían poseer los hombres lobos aún en su forma humana.

Y debía confesar que sentía un poco de envidia de sus habilidades, ellos eran fuertes, rápidos e imparables mientras que ella misma solo era una niña frágil y vulnerable, odiaba sentirse de esa manera.... expuesta a la merced de aquellos que poseían mayor poder que ella.

Sus pensamientos fueron interrumpidos en el momento en que, Arthur; la estrecho un poco más entre sus brazos, quizás sintiendo su inquietud y su propio menos precio... aún le costaba creer que él pudiera saber cómo se sentía o cuando estaba en peligro, como si un hilo invisible los uniera de alguna manera... y quizás era así, quizás había una fuerza misteriosa que enredaba sus destino de alguna forma retorcida. ¿Cómo saberlo?...

Al llegar a la mansión Arthur bajo a Anette con suma delicadeza, como si temiera que esta pudiera romperse al no ser tratada con cuidado... sus miradas se entrelazaron por un instante, perdiéndose en los ojos claros del otro casi como si pudieran mantener una conversación silenciosa y quizás realmente así era.

Ella fue la primer en desviar la mirada... avergonzada por sus propios sentimientos que comenzaban a desbordarse con demasiada facilidad al estar junto a Arthur mientras que él la tomo con suavidad de la barbilla, obligándola a mirarle, una vez más; directamente a los ojos.

Sin pronunciar palabras alguna unió sus labios a los ajenos, acoplándose en un delicado beso capaz de transmitir calma a un corazón marcado por heridas del pasado.

— Todo estará bien — susurro, mientras apoyaba su frente en la de Anette y ambos cerraban los ojos, entregándose a un momento tan íntimo donde no parecía existir nadie más — estoy contigo Anette...

— ¿Hasta cuándo? — cuestionó en un susurro, mientras que colocaba su mano sobre la mano de Arthur que reposaba sobre su mejilla, dejando leves caricias. Pudo sentir el dolor plasmado en su voz, ese dolor que su corazón trataba de ocultar.

— Hasta mi último aliento — prometió él, seguro de sí mismo, de sus sentimientos... sabía que ahora que finalmente la había encontrado nunca más podría vivir sin ella.

Quería negarlo... quería ignorar aquel fuego que se extendía dentro de su pecho desde el instante en que la sostuvo entre sus brazos por primera vez... quería engañarse a sí mismo... pero era demasiado tarde, se había perdido en ella sin siquiera conocerla, sin siquiera haber observado sus ojos alguna vez... lo sabía muy bien... lo sabía desde el instante que, aún en la distancia; la había sentido clamando por su atención, por su cuidado...

Ella era esa pieza que llenaba el vacío que sentía en su interior... ella era a quien siempre había esperado, a quien su corazón deseaba encontrar con tanto anhelo.

— Arthur, esto está mal... lo sabes — aseguro ella, sintiendo como un nudo se formaba en su garganta. En el fondo de su ser sabía que esos sentimientos que ahora crecían entre ellos estaban condenados a perecer incluso antes de lograr tener la fuerza suficiente para ser demostrados al mundo.

— No me importa... prenderé fuego a la lluvia por ti... moveré montañas sobre los ríos por ti... y caminaría sobre las llamas del infierno un millón de veces... solo por ti, Anette — su corazón no dudaba; porque sabía que no quería a nadie con él más que a ella... siempre había sido ella, su motivo para regresar.

Ella se alejó... él tomo su mano unos segundos, en un roce tan leve que fue insuficiente para detenerla... observo como ella se perdía entre las sombras dentro de la mansión y su corazón se contrajo de forma dolorosa mientras una lágrima rebelde escapaba de sus ojos, resbalando silenciosa sobre sus mejillas.

¿Podría evitar que ella se escurriera como el agua entre sus dedos?, ¿podría evitar que se perdiera entre sombras que la alejarían de él?... ¿hasta cuándo podría protegerla de toda la oscuridad que los perseguía?... ¿hasta cuándo podría tenerla?.

— Es ella... — anuncio en voz baja, mientras su pecho se oprimía, mientras un nudo cerraba su garganta de forma tan dolorosa que ni siquiera pudo contener el llanto que escapaba de sus ojos reflejando el dolor que abordaba su corazón... dolor de una vieja herida del pasado, de una vida culminada sin haber obtenido un feliz final.

— Lo sé Arthur... lo sé — Zac dio unas cuantas palmadas sobre el hombro de su amigo a modo de consuelo, sabía que en el momento en que la verdad golpeara su mente esto ocurriría... sabía que cuando comprendiera que aquello que lo única a Anette era mucho más fuerte y profundo que un simple capricho humano, sus sentimientos iban a desbordar... sabía que cuando descubriera lo evidente, todo el dolor saldría a la superficie. Porque después de todo ¿cómo se puede evitar sentir con intensidad cuando el destino te regala la oportunidad de encontrar a tu amor de más de una vida?.

— Está vez.... está vez lo haré bien... esta vez no voy a perderla — juro sintiendo una nueva determinación crecer dentro de sí, si antes sentía que algo demasiado intenso lo única a Anette ahora tenía la certeza de que lo suyo era algo mucho más profundo de lo que la razón podría comprender.

A paso decidido ingreso a la mansión, ante la atenta mirada de Zac... si antes estaba dispuesto a desatar un infierno por proteger a Anette... ahora no le importaría destruir el mundo solo por ella... se encargaría de destruir a cada uno de los que se atrevieron a lastimarla... esta vez no estaba dispuesta a permitir que la arrebataran su lado... ya no, nunca más...

Zac observo... observo como aquel guerrero sediento de sangre despertaba en el interior de su amigo... observo como un ser tan frágil e insignificante como Anette era capaz de despertar al más fiero de los demonios... un demonio que no estaba dispuesto a conocer el infierno, una vez más; que dejaba el dolor de perder a un ser amado... porque está vez, ni siquiera la muerte sería capaz de separarlos...

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP