La ansiedad y el estrés era más que palpable en la mansión Standerwod, dónde su joven amo se comportaba como una fiera enjaulada, caminando de un lugar a otro y soltando leves gruñidos de vez en cuando. Estaba estresado y eso mantenía a todos al pendiente de cada una de sus acciones por muy pequeña e insignificante que parecieran.
Nadie deseaba lidiar con una bestia descontrolada y presentían que Arthur Standerwod estaba a nada de perder el control sobre su cordura. — Ella estará bien, estará con el profesor Roberts y con su madre. Anna y Andruw son fuertes y lograrán protegerla en caso de que algo malo ocurriera. ¡Que no va a ocurrir! — Zac tembló al recibir la mirada mortal por parte de su amigo, quien estaba demasiado inquieto para su propio bien. — No debí dejarla ir, ¡ella debería permanecer aquí!, conmigo, dónde yo puedo protegerla — prácticamente gritó el joven Standerwod, sin detener su andar ansioso, su inquietud se había disparado en el instante en que Anette abandono la seguridad de la mansión. ¿Por qué rayos no se había esforzado por detenerla?, o aún mejor ¿por qué no se había marchado con ella? Estaba seguro que los ataques por parte de los vampiros apenas estaban comenzando, ese impulso por llevarse a Anette no se detendría con facilidad. — Arthur — está vez fue Aurora quien se dirigió a su hermano, colocándole una mano sobre el hombro para que detuviera su andar nervioso — sé que quieres proteger a Anette pero no podrás luchar eternamente contra los vampiros, lo mejor es descubrir quien está realmente detrás de los ataques y porque necesitan a Anette. Eres fuerte pero no inmortal, es mejor actuar con inteligencia. Los ojos grises del joven se posaron sobre su hermana, contemplándola con un ceño fruncido mientras parecía debatirse entre darle la razón o seguir gruñéndole a la humanidad. Finalmente asintió con un leve movimiento de cabeza antes cruzarse de brazos y dejarse caer en la silla más cercana. — Arthur — Aurora pronunció el nombre de su hermano para que esté enfocara su mirada en ella — Anette tiene algo... no sé qué pero cuando me miró y me ordeno que fuera con Darlan, me fue casi imposible desobedecer. ¿Tiene algo que ver con que ella sea tu pareja?. El hombre asintió con un leve movimiento de cabeza — es ella... ella es la destinada a gobernar el mundo de los lobos juntos a mi... no entiendo como la han podido atacar tanto como lo han hecho, ¿cómo es que el instinto protector no surgió en todos al tenerla cerca?. — quizás se deba a la propia inseguridad de Anette, ahora que tú la respaldas es más segura de sí misma, quizás simplemente ahora es que comienza a despertar su verdadero ser — opino Zac, encogiéndose de hombros para restarle importancia al asunto — su vínculo contigo apenas comienza a tomar forma. — Tiene sentido — estuvo de acuerdo Aurora, quien de un momento a otro frunció el ceño y adoptó semblante pensativo — hay algo más... ella vio venir a los vampiros, incluso primero que yo... no entiendo como logro sentirlos con tanta facilidad... Arthur frunció el ceño, ¿cómo que Anette había sentido a los vampiros incluso antes de que Aurora, con sus instintos de lobo; lo hiciera? — ¿Qué quieres decir? — pregunto, temeroso de no estar comprendido lo que realmente quería decir su hermana. — ¡Ella me sujeto del brazo y me saco del camino de uno de los vampiros!, el mismo vampiro que termino estampando a Darlan contra la vitrina del centro comercial — informo, por más que le daba vueltas al asunto no lograba encontrar una explicación lógica para aquello — sé que puedo ser muy descuidada y no soy exactamente la mejor peleando. ¡Pero he entrenado!, soy una loba y hasta el momento en que Darlan grito, yo no había notada nada extraño y te juro que todo paso demasiado rápido cuando ella me tomo del brazo para apartarme del camino... yo, simplemente no logro entender como lo hizo. — ¿Tendrá algo que ver con su sangre de lobo?, después de todo el clan Sinclair es de los más poderosos de la reserva. No por nada ella es descendiente del alfa de la manada Claro de Luna, quizás ella tiene más habilidades de las que todos podrían imaginar — analizo Zac, aunque Anette era una renuo, una híbrido cuyo lado humano había reinado sobre el animal, no dejaba de tener sangre de lobo corriendo por sus venas ¡y de una de los clanes más poderosos que existía!, su familia eran líderes dentro de la reserva y eso no era en vano. — Bien... son cosas que averiguaremos después — Arthur se puso de pie, dispuesto a marcharse — debo atender la dichosa reunión con los ancianos del consejo... Dios, nunca había tenido tantas reuniones tan seguidas con viejos amargados como hasta ahora. ¿Quién diría que soportar a los consejeros era peor que lidiar con la junta directiva? — se froto el rostro frustrado. Esos ancianos sí que sabían cómo sacarlo de sus casillas. — bueno hermanito, nadie se perdió el espectáculo de ver a tu lobo tomando el control de tu cuerpo. ¡Eso es toda una novedad!, supongo que quieren asegurarse de que no te descontroles y nos mates a todos — hablo Aurora con una gran sonrisa plasmada en sus labios, ahora que Arthur había vuelto a la "normalidad", era mucho más fácil lidiar con él.«Ja... cómo si esos viejos geriátrico pudieran contra mí, que sigan soñando que podrán controlarme».La voz burlona de su lobo se hizo presente de inmediato. — Tu cállate, Ragnar... nos metiste en un lío tremendo. ¡Sin mencionar que aterrorizaste a Anette! — regaño. «Oh vamos Arthur. Sin mí no hubieras podido llegar a tiempo a salvarla...» — Cierra el hocico, no tomarás nunca más el control — refunfuño Arthur, ¡no dejaría que su conciencia humana volviera apagarse de la forma en que lo hizo unas horas antes!.«¿Qué pasa, mocoso?, tienes miedo de que me prefiera a mí, que a tu trasero delicado» Ese tontito burlón lo estaba sacando de quicio, así que decidió ignorar las burlas de su lobo y finalmente dirigirse a la sala de reuniones a atender al consejo, lo mejor era terminar con todo eso de una buena vez para así poder centrar toda su atención en Anette y en encontrar a quienes deseaban hacerle daño...Lejos de parecer una sala llena de respetados y sabios consejeros, la sala de reuniones parecía un campo de batallas verbales a nada de convertirse en batallas físicas, con el repentino cambio de Arthur todos estaban demasiado alterados y los miembros del consejo no eran la excepción.— ¿Acaso han olvidado lo que ocurría hace 200 años cuando la bestia tomaba control del cuerpo? — indagó Rein, de pie, apoyando las manos sobre la gran mesa del consejo — ¡el príncipe se transformaba en un monstruo sanguinario que atacaba a diestra y siniestra!. ¿Qué nos asegura que está vez será diferente?.— Tú lo has dicho, eso fue hace 200 años y no creo tener que recordarte, que el príncipe obtuvo el control una vez que encontró a su pareja. Arthur no perderá el control — intervino Humbert, parecía que siempre las discusiones las protagonizaban los alfas Sinclair y Wolfe, sin duda eran enemigos silenciosos que aprovechaban cualquier oportunidad para enfrentarse entre sí.— ¡Exacto!, se controló cuand
Desde el momento en que Anette llegó a casa fue consciente de lo física y emocionalmente cansada que se encontraba, de un momento a otro su vida se había convertido en una montaña rusa de emociones con las que no estaba segura de poder lidiar.Tres días, tan solo tres días habían sido más que suficientes para poner su fuerza y su dedicación a prueba, comenzando por la llegada de Arthur Standerwod a su vida... ¿quién iba a imaginar que la llegada del gran alfa pondría su vida de cabeza?, ¿quién iba a pensar que ese joven de hermosos ojos grises terminaría siendo parte fundamental de su día a día?.Y pensar que todo había comenzado con una fiesta, una fiesta a la que no quería asistir y a la que ni siquiera tuvo tiempo de llegar... todo había comenzado cuando ella había decidido ponerle fin a su existencia miserable...Años de abuso y tortura finalmente había hecho mella en ella, dejando una herida en su alma la cual no sabía cómo sanar. ¡Tan lejanos parecían esos días de dolor! pero no
Fue un total shock sentir los labios fríos del vampiro sobre los suyos propios, ni en sus más profundas pesadillas hubiera imaginado recibir un beso por parte de uno de esos seres fríos y mortales.Aunque el beso solo duro unos segundos y fue sumamente delicado, no pudo evitar sentirse extraña, los labios de Nicolás eran fríos al tacto y aunque no resultaba incómodo si dejaba una extraña sensación de hormigueo ante su tacto.La cercanía de Nicolás era muy diferente a todo lo que ella conocía... era como si se estuviera hundiendo en aguas tan calmadas como heladas, era una sensación extraña y más si compraba la experiencia con lo que sentía ante la cercanía de Arthur, quien a diferencia del vampiro, la hacía sentir presa entre las llamas. No pudo evitar pensar en lo diferentes que eran ambos individuos, dos polos opuesto que de alguna forma habían logrado converger entorno a ella. Dos extremos muy diferentes de un mundo de fantasía que, de alguna forma retorcía; habían terminado forma
Ni siquiera el viento helado parecía lograr perturbar la intensidad del momento que estaban compartiendo Anette y Nicolás, sus miradas se habían anclado a la del otro en un enfrentamiento reservado; rojo y azul, fuego y agua; enfrentándose con una intensidad inquietante. De cierta forma era como si la vida y la muerte se estuvieran enfrentando en un duelo silencioso.Ella, tan llena de vida y él, un ser nacido en el mismísimo infierno... solo el repentino golpeteo sobre la madera logro que ambos salieran de esa burbuja que parecían compartir, ambos dirigieron su mirada hacia las puerta cerrada de la habitación.— Anette, tienes visitas — informo la suave voz de Anna, reclamando la presencia de su hija. De inmediato Anette miro a Nicolás con preocupación, sabía muy bien que si su madre descubría la presencia del vampiro en su habitación, se desataría una pelea mortal.— Voy en un momento — respondió, rogando porque su madre no decidiera irrumpir en el lugar — debes irte — le informo al
Anette se dejó caer sobre su cama, suspirando y cubriendo sus ojos con su antebrazo; sentía que todo el cansancio acumulado la estaba golpeando con demasiada fuerza. Se sentía abrumada pero sobre todo confundida; su vida estaba cambiando con demasiada rapidez y le era casi imposible adaptarse a tantos cambios repentinos.— Eso fue simplemente genial, me encantas cuando dejas salir tu lado malvado — escucho la voz empalagosa de Nicolás, ese tono seductor era imposible de pasar desapercibido.— ¡Oye!, ¡yo no tengo un lado malvado! — argumento descubriendo sus ojos para enfrentar al vampiro, vaya fue su sorpresa al encontrarse frente a frente con esos amenazantes ojos rojos, Nicolás se había colocado sobre ella con tanta ligereza que ni siquiera lo había notado hasta que sus miradas se enfrentaron.Estaban en una posición tan íntima como comprometedora, sus mejillas ardieron al notar este hecho; Nicolás tan solo sonrió complacido ante las reacciones de Anette.— Ohh eres tan hermosa, peq
El resto del fin de semana Anette lo paso encerrada en su habitación, con el ventanal del balcón cerrado y envuelta entre las cobijas, deseando volverse invisible ante los peligros del mundo exterior. Pero lamentablemente el fin de semana no sería eterno y cuando llego el lunes en la mañana, ese momento en que debía salir de casa, su mano temblaba cuando la poso sobre el pomo de la puerta.¿Qué pasaría cuando cruzara el umbral?, ¿que se encontraría del otro lado de esa fina lámina de madera?, ¿habría lobos celosos esperando para torturarla o abrían vampiros sedientos de sangre, deseosos de llevarla consigo?. No lo sabía, no había manera de tener la certeza de que encontraría del otro lado de la puerta y estaba asustada por ello... su respiración era pesada y su corazón latía errático, respiro profundo una y otra vez; intentando reunir la valentía que requería para enfrentar su realidad.Cerro los ojos cuando abrió la puerta, sintiendo la brisa helada de la mañana; oliendo el rocío mat
Después de la conmovedora declaración de amor por parte de Arthur, ambos decidieron que era hora de regresar a sus actividades cotidianas, por lo que Arthur acompaño a Anette hasta el instituto, dónde todas las miradas estaban puestas sobre ellos.— Odio que todos nos miran — se quejó Anette mientras caminaban por los pasillos del lugar. Ahora se daba cuenta de la tremenda cantidad de lobos jóvenes que asistían a ese lugar.— Oh vamos el gran alfa acompañando a la renuo del lugar. Esto es para no perdérselo — coloco su brazo sobre los hombros de Anette de forma cariñosa mientras le dedicaba una gran sonrisa de felicidad — te aseguro que se mueren de envidia.— Por supuesto, todas desearían estar en mi lugar — expreso mientras ponía los ojos en blanco y se cruzaba de brazos, le parecía que Arthur estaba inusualmente feliz.— No lo decía por eso... ¡Por Dios!, estoy con la chica más hermosa de este lugar, más de uno quisiera ser el hombre que caminara a tu lado — le guiño el ojo de form
El silencio se había apoderado del aula, la tensión era más que palpable y los alumnos parecían estar perdidos en sus propios pensamientos; lo que provocó que el profesor Andruw Roberts suspirar con pesadez.A veces lidiar con lobos jóvenes era bastante complicado y este parecía ser uno de esos días donde cada uno de sus alumnos quería ejercer su propia voluntad sobre los demás, ¿por qué no le habían asignado un grupo con menos carácter?, quizás betas u omegas hubieran sido mucho más fáciles de lidiar que estar encerrado con un grupo de alfas y lunas que se esforzaban por ejercer su voluntad.Inconscientemente sus ojos se centraron en Anette, era por mucho la más tranquila de aquel grupo, una humana de apariencia frágil, hermosa y vulnerable, capaz de inspirar ternura... sin duda parecía ser el eslabón más débil entre todos sus compañeros... ¿quién iba a imaginar que esa criatura de apariencia delicada sería quien mayor voluntad tendría?, ¿quién podría imaginar que ella, entre todas l