Capítulo 49
La mente de Catalina quedó en blanco. Le había abierto su corazón y él le preguntaba si no tenía vergüenza.

Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras preguntaba:

—¿Entonces me besaste solo para humillarme?

Mateo se sorprendió al ver sus lágrimas.

Por supuesto que no era así, en ese momento había deseado poseerla locamente. Pero cuando ella respondió, ese breve momento de pasión se volvió inalcanzable.

Mateo recordó a su madre cayendo al suelo, sangrando profusamente, haciéndole señas para que no hiciera ruido mientras él se escondía bajo la cama.

Esos zapatos negros pateando brutalmente a su madre, que escupía sangre.

El odio y la razón disiparon cualquier compasión en los ojos de Mateo, reemplazándola con burla:

—¿O acaso crees que fue por amor?

Esta mujer era demasiado astuta, difícil de descifrar. No podía ablandarse con la hija de su enemigo. Mateo se recordaba constantemente que no debía tocarla. Se dirigió al baño, planeando apagar el fuego con agua fría.

Catalina se secó las l
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo