Capítulo 42
El teléfono al otro lado de la línea sonaba con un tono repetitivo. Era como una piedra que presionaba con fuerza sobre su corazón. Sonó durante un minuto, sin que nadie respondiera.

Con dedos temblorosos, Catalina volvió a marcar. Nuevamente, nadie contestó.

Sin darse por vencida, Catalina usó la nueva tarjeta SIM para enviar un mensaje a Mateo: "Mateo, contesta el teléfono, sálvame."

El teléfono de Mateo volvió a sonar.

En la oficina presidencial del grupo Jiménez...

Paula, sentada en el sofá, miró a su alrededor para asegurarse de que nadie entrara a la oficina. Luego, sacó una pequeña bolsa de papel de su cartera y se acercó rápidamente al escritorio.

Había estado al lado de Mateo durante tantos años y él se negaba a tocarla. Hoy, finalmente, convertiría el arroz crudo en arroz cocido.

Paula rompió el envoltorio de la bolsita y vertió rápidamente el polvo blanco en la tetera. Luego, la agitó. Solo cuando el polvo blanco se disolvió completamente en el agua, la dejó en su lugar.

Est
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