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CAPÍTULO 1. (PARTE 2)

Ante la idea de que fuera una pregunta para sacarme una respuesta inteligente, estaba por responder pero otros mensajes comenzaron a llegar. Claramente se trataba de alguien que posiblemente me conocía de alguna forma.

Pero al esperar un poco más, ahora entendía porque los mensajes eran como códigos.

La fiesta empezó entre las siete y ocho de la noche, todos se estaban divirtiendo en el departamento. Era un claro indicio de que todos iban a hacer lo que todo el mundo haría, yo quisiera unirmeles pero por el tema de la ansiedad social ya era un problema. Demasiado grave era, y Amelia sólo pudo hacerme compañía en las primeras dos horas. Pero en cuanto su grupo de amigos llegó, hizo lo mismo que Loui, me dejó solo.

No estaba seguro de que tan mala idea o buena iba a ser, pero de todos modos; ya estaba acostumbrado a estar solo.

Las canciones que Loui escogió para que todos bailaran eran pegajosas y muy rítmicas. Y en ese momento, como si fuera una especie de sueño lúcido, observé que ahí entre los demás chicos y chicas que bailaban en la espaciosa sala, estaba el chico con el que tropecé.

Miraba hacia la ventana y tenía la mirada de perfil, miraba hacia afuera y luego veía lo que tenía enfrente, bailaba con una chica que no dejaba de mirarlo. El gesto inexpresivo reflejaba lo contrario, tal vez no lo estaba disfrutando. Su mirada de perfil me gustaba mucho, parecía un ser intimidante. La chica bailaba y disfrutaba de estar casi pegada a él como una barra de pegamento, pero en cuanto la canción cambió, ella sólo se alejó después de acariciar su hombro de una forma un tanto extraña.

Tal vez no le gustaba ser tocado de una forma que él catalogaría como inapropiada. Pero decidí armarme de valor y acercarme, tal vez podría decirle si quería bailar conmigo y conocerlo un poco mejor.

Pero entré en pánico en cuanto sentí y pensaba que había una enorme cantidad de gente.

Y justo cuando quería dar el golpe de gracia, esto sucede. Rápidamente me alejé de la multitud. Sintiéndome completamente mal porque de forma literal no podía hacer nada.

—¿Te sientes bien? —la voz de donde provenía la interrogante me hizo abrir los ojos y levantar la cabeza.

—Si… si… —asentí y me sorprendió casi que retrocedo por el simple hecho de tenerlo a unos pocos centímetros de mí.

—¿Estás seguro? —su siguiente interrogante me hizo mover de nuevo la cabeza. —¿Y por qué estás rojo? —iba a tocar mis mejillas con sus manos y yo hice señas para que no lo intentara.

—Gregory no quiere que le toques. —hablé en tercera persona tratando de sonar coherente. —Digo… no quiero que me toques la cara, —dije un poco avergonzado. —disculpa… —me cubro con ambas manos la cara por lo avergonzado que estaba.

Pude notar como sonrió de forma que solo miré sus labios por un momento y ahí mis mejillas comenzaron a sonrojarse otra vez. Y como si las canciones que Loui había puesto para todos, no pudiera ayudarme más; la canción de Fetish de Selena Gomez comenzó a sonar, haciéndome entrar en un ambiente extraño.

Take it or leave it…

Baby take it or leave it…

But I know you won't leave it…

'Cause I know that you need it…

Look in the mirror…

When I look in the mirror…

Baby I see it clearer…

Why do you wanna be nearer?

I'm not surprised…

I sympathize, ah…

I can't deny…

Your appetite, ah…

You got a fetish for my love…

—¿Te gusta esa canción? —él asintió sonriendo sin mostrar los dientes.

I push you out and you come right back…

—Si. —lentamente dirigió su mirada hacia mí.

Don't see a point in blaming you…

—Es como lo dice la canción… no puedes negar ni ocultar que tienes un fetiche con el amor de alguien. —explicó sin quitar la mirada de la mía.

If I were you, I'd do me too… 

—Y es como si sintieras que algo te está quemando justo aquí. —acercó su mano hasta mi garganta y solo puso un dedo en ella, tocando con la yema, mi tráquea.

You got a fetish for my love…

La yema de su dedo estaba fría, posiblemente porque había bebido alcohol. No estaba tan seguro. Pero por su aliento, tal vez habría bebido uno o dos tragos. Al sentir la yema de su dedo continuar acariciando mi tráquea, no pude evitar sentir como el sudor de mi frente bajaba hasta mi mejilla, y nuestras miradas se mantenían igual, solo que yo no dejaba de parpadear. Y él tampoco dejaba de sonreír con cada gesto o expresión facial que hacía. 

¿Qué hago? ¿Debería acariciar su mano o dejarlo tocar más abajo? ¡¿Qué está haciendo?!

Unió su otro dedo con sutileza y me acarició ahora por la parte más baja de la garganta. Era extraño, ¡¿por qué me está tocando de esa forma?! ¡¿Por qué me está provocando de esta forma?!

Ya Gregory, no entres en pánico. No va a besarte sin tu consentimiento o a ser capaz de robarte la billetera.

Reaching your limit…

—¿Por qué me estás tocando de esa forma? —por fin aproveché para vencer la timidez después de hacer aquella pregunta.

—¿Te molesta? —yo negué apenas sentí que se acercaba un poco a mí y su respiración rozaba sutilmente con la mía.

—No, claro que no… —su respiración era cada vez más profunda.

Say you're reaching your limit…

—Todavía no has abierto las alas para poder contemplarte mejor. —sentía los dedos de su mano tocar y acariciar suavemente la parte baja de mi garganta, como si quisiera experimentar con ella.

Going over your limit…

But I know you can't quit it…

—Tienes que abrir tus alas para cuando te toque emprender tu vuelo. —no podía retroceder debido a que la pared era lo único que me impedía mi posible deseo de huir.

—¿Abrir mis alas? —pregunté sorprendido por aquellas palabras que decía al compás de la canción.

—Si, ábrelas para mí. —iba a poner mis brazos alrededor de su cuello, pero algo me detuvo.

Una sensación de que todavía no podía darme el “atrevimiento” de tocarlo o abrazarlo. Para no incomodarlo tal vez, o dar una mala imagen. Pero ya sabía que detrás de esa “mala imagen”, algo deseaba hacer. Pero jamás supe identificarlo a detalle, estaba pensando en tantas opciones y no todas me daban lograron darme la respuesta que de verdad necesitaba en este momento.

Something about me…

Got you hooked on my body…

—No quiero que huyas de mí. —escuché como susurraba cerca de mi oído después de que su respiración suavemente rozara con mi oreja.

Take you over and under and twisted up like origami…

—No huiré. —en ese momento, mi respiración se precipitó un poco. —No huiré. —repetí de nuevo y él lentamente se alejó de mí.

Retiró y alejó suavemente sus dedos de mi garganta. Dejándome por un momento bastante confundido, ya que no entendía que era lo que quería hacer.

I'm not surprised…

I sympathize, ah…

—Estás igual de emocionado que yo. —su mano la metió dentro del bolsillo de su pantalón después de dirigir suavemente su mirada hacia la mía.

I can't deny…

Your appetite, ah…

—No puedo negarlo, eres apetitoso. —me miró y sus ojos por un momento se iluminaron.

No podía creer que la canción la estuviera cantando justo enfrente de mí. Era difícil no mantener la concentración cuando escuchas esa voz y ahora notaba que por los ritmos de su respiración, algo más iba o estaría por pasar. Sinceramente no lo podía creer, estaba impactado y en estado de completo shock. ¿Cómo se supone que me tomaría esto? ¿De qué forma vendría a ser la más conveniente para mí?

You got a fetish for my love…

Entre aquella canción y nuestras miradas había algo que podía detectar pero no sabía identificar. No nos hablamos después de que la canción pasara a estar desapercibida por nuestros oídos, todavía no había detectado la trampa en la que él me hacía caer.

—¿Viste lo que está haciendo Gregory? —escuché la voz de Amelia acercarse hacia nosotros. 

—¡Por todos los santos y demonios! —Loui se acercó y me miró después de llevarse las manos a la cabeza. —¡¿Qué hiciste?! —se le oía algo alterado.

—¿Eh? —me agarraron por sorpresa y los miré a ambos.

—¡¿Gregory?! —Loui estaba indignado, y se cruzó de brazos. —¿Puedo saber que estabas haciendo? —su gesto expectante me estaba causando cierto miedo.

—Sólo hablaba con… —no vi al chico por ningún lado y ahí, solo pude hacer un pequeño sonido chirriante con los dientes.

—Si, ya te vimos hablar con el chico guapo y popular, —Amelia esta vez sonrió, mirándome e imitando un gesto pícaro, me miró. —con la única diferencia es que… él no es muy hablador. —mostró su sonrisa.

De cierta forma, supe disimular mi aparente y creciente nerviosismo. No era un maestro en el arte conceptual del disimulo pero al menos logré mantener un poco la calma y sonreí. Dominarlo era un poco tedioso y engorroso para mí, pero conseguí hacerlo de forma exitosa y sin que Loui ni Amelia me hicieran más preguntas al respecto.

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