Caminaba con dificultad hacia el baño, estaba seguro de que al ir a orinar se me iría a quitar el sueño más deprisa. Pero a medida que iba caminando, más sentía que el baño estaba lejos. Y con la ayuda de mis manos, acariciaba las paredes para no tropezarme con algo. Con la lentitud con la que iba caminando, mis pies se tambaleaban y yo no podía evitar desear ya llegar al baño.
—Rayos… —abrí con dificultad los ojos y observé entre la oscuridad, el interruptor de la luz y rápidamente acerqué mi mano y lo encendí.
La luz casi me ciega por completo, pero ya me había tapado los ojos para evitar que eso ocurriese. Y ahora sí podía ir al baño como tanto deseaba. Pero al llegar a éste, tropecé y caí de frente al piso, el golpe fue lo suficientemente fuerte como para despertar a Loui. Y él ya se había despertado y fue a mi rescate. Escuché con claridad cómo aceleró sus pasos y llegó hasta mí.
—¿Estás bien? ¿Qué estás haciendo ahí tirado en el piso? —preguntó preocupado mientras me ayudaba a ponerme de pie.
—Solo iba al baño a orinar… —expliqué sin dar muchos detalles y procedo a levantarme con su ayuda. —Gracias. —dije sosteniéndome del lavabo y aproveché de subir la camiseta de mi pija y veo que solo tenía un pequeño moretón en el pecho, ya que la caída me había lastimado aquella área anteriormente mencionada.
—Ya. —me acarició el cabello por un rato y luego salió del baño. —Apúrate y orina de una vez. —me dijo desde afuera.
Rápidamente hice lo que tenía que hacer y después de terminar, lavé mis manos y me miré por un rato en el espejo. Observando y contemplando algo que comenzaba a sorprenderme, ya fuera por el detalle de que estaba desarrollando un cierto atractivo el cual, hasta podía entender por qué Andrew se acercaba a mí cada vez que podía y quería que lo hiciera de nuevo.
No podía creerlo, ya me estaba ilusionado con él. Me estaba riendo en mi interior por pensar en aquello, después de todo, ¿qué tipo de posibilidades existirán de que llegara a tener una relación con alguien como él? Sólo el destino sabría hacer esas cosas, lo demás ya corría por decisión y mano propia. O eso es lo que yo estaba creyendo.
Salí del baño y Loui ya estaba a nada de posar su dedo sobre el interruptor y me hizo señas para que regresara a la cama.
Como si él fuera mi padre, y yo fuera un niño pequeño. Hice caso a esto y regresé a mi habitación para luego de aquella cómica situación, me iría a dormir. En estas habitaciones que había en los departamentos, podíamos escoger de forma libre, si dormíamos con las puertas de nuestras habitaciones cerradas o abiertas. En el caso de Loui, él dormía con su puerta entreabierta, yo la cerraba en su totalidad. Y esto es debido a que me gustaba conservar mi privacidad. La cual, Loui y yo nos respetábamos de esa forma, porque no teníamos problemas ni incomodidad alguna por aquello.
En lugar de irme a dormir directamente, me asomé por la ventana de mi habitación. El cielo estaba iluminado por la reluciente y enorme luna, y la vista daba hacia la ciudad y el interior de la universidad. Se veía hermoso, y era espectacular.
De repente, y sin saber realmente si esto ya era una especie de “sueño”, veo a dos personas caminando juntas. ¿Por qué me daba la impresión de que una de esas personas podría tratarse de Andrew? No tenía idea, sólo sé que parpadee varias veces y me llevé la sorpresa más grande y quizá preocupante de todas. Sí era Andrew, y estaba acompañado de una persona que no sabía identificar.
«¿Qué estará haciendo ahí?»
Me lo preguntaba a mí mismo.
De alguna forma u otra, la flama de la curiosidad que sentía en ese momento estaba demasiado alta como para ignorarla.
No sabía si mi curiosidad podría ocasionar alguna de mis tantas imprudencias, pero decidí seguir observando. De alguna forma podría saber de quién se trataba aquella persona que no podía visualizar bien y que, mucho menos, lograba identificar. Pero parecía ser una persona de sexo masculino, sólo que estaba con una sudadera que le cubría una parte parcial del rostro.
Estaba haciendo frío, por lo que tenía sentido el porqué llevaba dicha vestimenta.
Yo no sabía a ciencia cierta si aquella persona de la que hablaba estaba con Andrew o no. Era difícil saberlo, además, que yo sepa y tenga entendido, él no suele tener esos “hábitos nocturnos” de salir de su habitación y de su departamento para hacer esos paseos en la institución. Podría meterse en un lío por eso, ya que nuestro director una vez nos habló de aquella regla de no salir de nuestros departamentos a horas no adecuadas.
Pero que si estábamos acompañados y sólo iban a haber ocasiones mínimas en que el estudiante necesite salir del lugar para ir a comprar algunas cosas, ya fuera comida o algo relacionado a lo antes mencionado, no habría problema alguno con eso.
Entonces, volviendo a lo que anteriormente estaba ocurriendo enfrente de mis narices. ¿Por qué Andrew estaba dando paseos nocturnos? ¿Y por qué la persona con la que se encontraba también estaba haciendo lo mismo que él?
Quería alejarme de la ventana, pero no podía, algo me decía que me quedara a seguir mirando lo que pasaba. Pero el sueño me estaba ganando. Y rápidamente no dudé en dejarlo pasar, suponiendo que solo era un paseo nocturno que cualquiera podría darse para disfrutar, y ya que era nada más que un paseo, no tenía que preocuparme en sí por la situación.
Y que, quizás podría hablar de aquello con Andrew. Pero de aquello, ni siquiera estaba muy seguro.
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—¿Te enteraste? —Loui se me acercó con un plato ya servido para el desayuno. —Unos chicos me acaban de contar que vieron ayer a un chico algo parecido a Andrew estaba caminando con alguien a muy altas horas de la noche. —expresó con un gesto bastante sorprendido.
—No sabía que se podían dar paseos nocturnos por todo el plantel universitario. —fingí estar sorprendido también.
—No te vayas a asustar, pero probablemente sea cierto de que se trate de él. —me miró y yo suspiré tras saber aquello.
—Podría preguntárselo directamente, no hay necesidad de culparlo por aquello si nosotros mismos no sabíamos de aquella novedad. —tomé un bocado del desayuno y solté otro pequeño suspiro.
—Y si le sacas aquella información, probablemente también consigas hacer lo mismo que él acababa de hacer anoche. —soltó una ligera risita pícara. —Ya que tú estás tan enamorado de él, podrían salir juntos y ya sabes, te metes con él a los baños donde casi nadie visita ni suele meterse allí con frecuencia, y hacen lo que tanto les gusta. —me miró haciendo gestos casi vulgares con sus manos y haciendo un movimiento rápido con las cejas.
Ya sabía por donde iría todo aquello, no esperaba nada más ni nada menos proviniendo de Loui. Sólo había algo que debía de tomar en cuenta, y eso era a los que vigilaban y cuidaban de la institución. Ya que, por si fuera poco, la institución contaba también con vigilancia privada; así que… eso de darme la libertad de tener paseos nocturnos con Andrew a horas nocturnas no adecuadas, podría llegar a ser más un problema que una ventaja.
Si es que puedo ser honesto y realista con eso, claro.
—Voy a tener que preguntárselo directamente a él. —le dije a Loui.
—¿Y ya sabrás qué tipo de respuesta te dará? —me miró con los ojos bien abiertos.
—No, pero… —me quedé pensativo por un momento. —seguro que él me lo dirá sin tener problema o incomodidad alguna. —dije sonriendo mientras terminaba de comer.
Si sentía cierta preocupación por lo que acababa de pasar, era claro. Pero también estaba desarrollando ese pequeño temor de que probablemente él piense que lo estoy espiando.
¿Ya mencioné de que sentía temor? Sí, confieso de que si sentía un poco de eso. Pero supongo nada podía hacer, excepto tener una conversación con Andrew y averiguar aquello sin sentirme como un “acosador” o un ser meramente “metiche”.
Habían pasado algunas semanas desde que no veía a Andrew, y él parecía estar actuando de una forma un poco inusual. No conocía muchas de sus cualidades, pero en aquella ocasión ni siquiera habíamos podido comunicarnos de la forma más apropiada, seguía pensando en que la principal razón podría deberse a que ya no teníamos todo el tiempo para comunicarnos. En más de una ocasión me llegó a preguntar el por qué, pero en esa semana lo entendí. Nos habíamos distanciado por motivos que él mismo Andrew seguro me explicaría más adelante. Y así pasó, como si eso fuera una especie de conspiración que el destino realizó para hacerlo realidad ante mis ojos. Recibí un mensaje de Andrew donde decía parecía sonar un poco preocupado o asustado por alguna extraña razón que no entendía. No estaba seguro si él estaría así, ya que sé que sus emociones son muy malas y casi no suele expresarse ni con sus amigos más cercanos. Por eso, me parecía extraño notar que él esté así de asustado. 1 mensaje sin le
—Ten, esto de aquí dice que es para ti. —Loui me entregó una caja pequeña donde había una etiqueta pegada en un extremo que decía en letras grandes: "PARA GREGORY".—¿Y esto es…? —al observar la caja, Loui simplemente la analizó con vaga importancia y se encogió de hombros.—Seguro que tus padres te han enviado mucha correspondencia de la cual, ni te has dignado en leer. —bromeó sobre ello y comenzó a reírse.—No sabía que nuestros padres podían enviarnos correspondencia si tenemos teléfonos móviles. —dije de forma irónica mientras buscaba un cutter para abrir la caja y revisar que había en su interior.—Bueno, entonces… no sé de quién fue la bonita idea de regalarte dicha caja. —me miró por un rato y fijó de nuevo la mirada en su teléfono.Cuando abrí uno de los laterales de la caja, enseguida me llevé una extraña sorpresa. Habían muchos sobres, no esperaba para nada recibir demasiada correspondencia. Pero algo dentro de mí me decía que, esos sobres bien detallados y pulidos no podía
Me había despertado abruptamente al sentir el peso de algo que me impedía respirar. Pero al abrir los ojos, sólo me doy cuenta de que es una de mis almohadas. El susto y la ansiedad se mezclaron entre sí y no se sintió para nada bien. Creía que realmente alguien o algo más pesado, se había acostado encima de mí, con el fin de hacerme pasar un mal rato.—Agh… —me levanté de la cama y fui directamente a acomodar y tender la cama. —Estúpidas almohadas. —murmuré en voz baja mientras dejaba la cobija bien doblada sobre la cama y salía de la habitación.Un aroma invadió mis fosas nasales y con el asombro que tenía, fui a ver de qué se trataba. Loui había dejado la puerta abierta del departamento o es que las llaves no se las llevó consigo. Aquello lejos de preocuparme, me parecía bastante raro. Pero el aroma no se detenía en ese punto, sino que al asomarme por fuera de la puerta del departamento, el aroma todavía seguía en el aire.Como si me estuviera llamando de una manera bastante apropi
—¿Por qué estamos aquí? —le pregunté a Loui mientras continuaba tocando las paredes con las manos.—Porque necesitaba demostrar lo mucho que te aprecio. —me decía después de continuar guiándome por el pasillo y me dio un ligero empujón.Caminé un poco más deprisa y observé una bonita vista de la ciudad. Todo se veía sumamente hermoso, muy cautivador era y encima de todo, se veía espectacular. Me había sorprendido por completo, Loui conocía muy bien los gustos de los demás, pero el mío era uno de esos que no cualquier tomaría con buenos ojos. Pero de manera inmediata lo acepté de buena forma y se lo agradecí con un fuerte abrazo de amigos que él jamás olvidaría.Él correspondió a mi abrazo sabiendo que estaba agradecido por aquello, y cuando nos separamos, escuché que había mencionado a Amelia. Eso significa que…—Aquí voy a estar, Amelia también vino y… el príncipe de tus sueños, también. —me guiñó el ojo, miré entre los faroles y luces de color miel, una figura alta y vestida con un
—Andrew, —lo buscaba entre la oscuridad de la habitación. —no puedo ver nada. —intentaba sostenerme de algo para poder seguir caminando sin la necesidad de tropezarme en el intento. —Ven… —su voz entre la oscuridad intentaba guiarme pero daba igual porque me confundía y probablemente me vaya a tropezar con algo. —Me voy a caer si llego a tropezar con algo, estoy seguro. —dije mientras continuaba sosteniéndome de las paredes para no tropezar o caerme. —No te vas a caer. —decía eso como si eso fuera a ayudar a esta incómoda situación. Al escuchar su voz más de cerca, mis manos entre la oscuridad de la habitación iban directamente a su cuerpo y noté que estaba a unos pocos centímetros de mí. Afortunadamente no me había caído ni tropezado con nada. Así sentía el alivio y no sé cómo o por qué pero sentí un poco de tranquilidad al sentir la respiración de Andrew en mi cuello. Estaba en mi cuello respirando como si pidiera algo a cambio. Y eso significaba una cosa, ya que el movimiento
Al haber observado las últimas cartas que Andrew había escrito. Logré entender casi en su totalidad a qué se refería con todo lo anteriormente dicho sobre nuestro primer encuentro. Y todo fue gracias a mi torpeza, de no ser por ella estaría en un lugar diferente y con otro escenario. O a lo mejor estaría en tantos lugares que ya era momento de sentir ese alivio y ya no tendría que preocuparme de nuevo. No en este momento ni esta vez, no dejaría que pasara de nuevo. De cierta forma pude reencontrarme con Andrew y decirle que quería estar a solas con él y no desaproveché para nada aquella oportunidad. Hasta que… —Ahora mismo no tengo tiempo. —dijo de una manera que pareciera verse que estaba bastante ocupado. Por más que le pidiera verlo, él siempre me decía que tenía algunos días ocupados. Y no era mentira, sino que era totalmente cierto. Él y sus compañeros de clases tenían muchas cosas por hacer, además de que tenían que aprovechar el tiempo y usarlo a su favor. Andrew se le not
Se suponía que lo que estaba pasando durante estas vacaciones se debía a muchas cosas, entre ellas; el aburrimiento extremo que tenía y el desinterés de hacer otras cosas que no fueran las de mis gustos. Revisé mi teléfono y encontré algunos mensajes de Andrew que recientemente me había enviado. Mensajes entrantes de: Andrew D'arcy. Hola. Mensaje enviado a las 13:10 p.m. ¿Estás ocupado el día de hoy o estarás igual de aburrido que yo? Mensaje enviado a las 13:15 p.m. Al notar aquello, no pude evitar reírme un poco por eso que nos estaba ocurriendo. Era una verdadera coincidencia. Quizás podría yo armarme de valor e invitarlo a salir, pero, ¿a dónde iríamos en esa ocasión tan particular? Miles de opciones se me venían a la mente. Pero ninguna parecía convencerme. Hasta que escuché la voz de Loui desde la cocina, y el siguiente sonido que escuché fue el de mi estómago. Era claro; no podía pensar bien sin antes comer uno de los numerosos platillos que mi compañero y amigo italian
—¡Te dije que si ellos se peleaban sería una mala idea intervenir! —escuché a Amelia gritar desde la cocina. —¡Pero si yo sé lo advertí desde antes! —exclamaba Loui con la misma intensidad. —¿Qué carajos está pasando? —Arnold también había venido de visita en aquel momento y miró lo que estaba pasando. —Ay, demonios… ¡¿qué mierdas es eso?! —yo me acerqué como todo un curioso y aquello fue una mancha de la cual no supimos ninguno de nosotros identificar en el momento. Justo recordé que algo le había pasado a Andrew cuando estuvo conmigo en esa ocasión. Fue en aquella tarde cuando vino de sorpresa a visitarme y me había pedido algo. En ese momento, yo noté que tenía algo en la nariz. Le estaba saliendo sangre, y claro que no lo había notado hasta que percibo que Andrew no se sentía bien. Ni siquiera habló conmigo sobre eso, y ya con eso podría decirse que, era algo extraño. Ni sabía que Andrew presentaba problemas relacionados a su, posible, derrame nasal. Y en ese momento tan ines