—Menuda locura hiciste con él, —replicó Loui después de dejar su teléfono sobre la mesa. —por el simple hecho de mirarlo y no decir nada, ya haces que piense muchas cosas sobre ti. —dijo de forma sincera.
No había hecho nada de lo que Loui dijo hacia Andrew. Estábamos profundamente dormidos y era poco probable que hiciera algo malintencionado contra mí. Pero Loui seguía desconfiado, porque no le creyó a Amelia cuando ésta le estaba explicando lo sucedido. Andrew ya estaba intentando despertar de su profundo sueño y me miró extrañado. Como si no supiera o entendiera lo que había pasado hace un par de horas. Y yo, estaba más nervioso que antes. Loui miraba la situación con un ceño ligeramente fruncido y al entender de que no tenía las manos ni la mitad del cuerpo cerca, ni siquiera lo estaba tocando, de Andrew, ya por lo menos sabía que se había tranquilizado.
Al menos, así ocurrió por un rato. Porque él todavía no me creía cuando le explicaba, mediante mis gestos, lo que estaba ocurriendo realmente.
Andrew trataba de sonar convincente cuando había explicado lo que realmente pasó y lo contó todo con lujo de detalle, aunque se acordó de que no debía decir lo que pasó entre nosotros en el baño. Por una razón que todavía no llegaba a entender, decidió no decir nada de eso. O tal vez, había sido porque no recordaba aquello. Confiaba en que no intentaba en lo más mínimo de recordarlo, y es que, según lo que él me comentó cuando estaba ahora consciente y sonaba más coherente que antes, decía que podía recordarlo todo. Pero por buenos motivos propiamente suyos, decidió no contar lo ocurrido entre él y yo. Así que decidí entenderlo y respetar lo que había dicho.
Pero iba a ser un grave error el simple hecho de querer abrir la boca y decir lo que pasó. Aunque no dijo nada, se quedó por ese día en el departamento que compartía con Loui pero ni dijo nada. Se mantuvo callado y comió un poco de la comida que le ofrecí. Tan precisa fue su memoria que recordaba que estábamos haciendo algunos actos que a más de uno lo podrían a temblar de los nervios. Pero al final, las cosas fueron escalando a algo más profundo. No podía saber si Andrew estaba coqueteando conmigo o apenas estaba descubriendo el tipo de persona que era yo.
Se podría dar el gusto de conocerme, de hablarme bonito o dirigirse a mi con un encanto natural que a seguro que me pondría de rodillas sin decir más palabras que terminarían frustrando mis intentos por no mirarlo fijamente.
—¿Te divertiste mucho? —Loui le preguntó directamente a Andrew.
—Demasiado. —respondió sonriendo sin mostrar los dientes, mientras levantaba su rostro y penetraba mi mirada con sus profundos ojos.
—Me alegra mucho, esperaba a que bailaras más pero ya te estabas cansando, ¿no? —Andrew asintió y continuó comiendo.
La mirada de Andrew provocó que yo desviara por un momento la mía. Culpable me sentía porque no quería que Loui pensara de mí una idea errónea de que estaba pasando por una pequeña tensión donde quería y deseaba que Andrew no me mirase con tanta intensidad. Pero esos ojos, ¿qué más podrían transmitir? Era una química, una poderosa e incomparable química que jamás había sentido en mi vida.
Un beso de esos, con un suave y poderoso olor a alcohol y sentía esa humedad quemar mis labios. Como una droga que se metía en mi boca y provocaba un incendio difícil de apagar. La boca de Andrew apagó rápidamente mi incendio y me tranquilizó tras ese beso con esencia dulce.
A veces podía sentir eso, pero tal vez Andrew no sentiría lo mismo. Por lo cual, yo simplemente decidí no apresurar las cosas tras ese primer beso que nos dimos y dejar que esa tal “química” hiciera su poderosa magia.
Y ahí lo sentí, era como una punzada que me golpeó en el pecho. Loui no detectó nada pero si notaba que algo me pasaba y no sabía para nada el cómo expresarlo y ayudarme. Pero finalmente, decidió darme una suave palmada en el pecho y luego en la espalda. Me ayudó a relajar mi “repentino malestar” y dejamos que todo fluyera. La química todavía se sentía, y agradecía en silencio de que no fuera notable. Andrew disimulaba con una pequeña sonrisa formada por sus labios y continuó comiendo mientras continuaba escuchando las torpes pero amables palabras de Loui. ¿Iba a detenerlo para que dejase de hablar? Para nada, estaba sirviendo de ayuda para que los silencios incómodos no nos molestasen a ninguno de los tres en lo más mínimo.
───────⊰· 🦋 ·⊱───────
Disfrutaba de estar en la soledad absoluta en mi habitación cuando descubro algo que me dejó más que con las cejas levantadas y los ojos abiertos de par en par, me sorprendió el simple hecho de que Andrew no sólo era el más popular de la clase, sino que por su porte, él no era un chico común. O bueno, no era de esta ciudad.
¿Debería alarmarme e ir a contárselo a Loui? Para nada, no sonaría bonito ni mucho menos apropiado que él lo sepa. En eso, mientras terminaba de leer lo que decían sobre él, ya que parecía una especie de biografía o Wikipedia que cualquiera podría modificar y poner muchísimas cosas tanto falsas como reales, un mensaje de texto me llegó y por fin supe que se trataba de Andrew. Reconociendo sus interesantes frases, las cuales ya comenzaba a tenerles un aprecio, porque sonaban muy bien. Como para ponerlas en una insignia emblemática para que todos pudieran ver el tipo de esfuerzo que hiciste y por qué te condecoran por ello.
Mensaje de Andrew D'arcy.
Hola, pequeño Zadkiel. ¿Me recuerdas?
Enviado a las 12:10 p.m.
Al inicio pensaba que era una especie de broma por el tipo de mensaje que escribió. ¿Cómo va a preguntarme eso? Si él fue el que se bebió casi tres, cuatro o hasta cinco vasos de un alcohol que yo ni bebo y terminó completamente ebrio pero que aún conservaba un poco de sentido común.
—Tal vez estoy exagerando, ¿sabes? —escuché cómo rápidamente la voz de Loui se trababa con cada palabra que salía por su boca.—Trata de calmarte y tomarlo con calma. —Amelia estaba a nuestro lado, apoyándonos en un momento cuanto menos, delicado.—Dios… —se llevó la mano a la frente y me miró por un momento. —Es que, imagínate que le ocurra algo así… —cubrió su boca con su otra mano.El contexto de la situación era simplemente vergonzoso, Loui no podía lidiar con la situación de que aceptar su homosexualidad haya sido un duro golpe que él mismo tuvo que darse solo. Al haberlo aceptado, de alguna manera, sufrió bastantes burlas y abucheos que, de cierta forma, comenzaron a hacer sentir mal a Loui después de que reconociera aquello. No obstante, me costaba creer que mucho antes de conocerme; le haya ocurrido semejante atrocidad.El simple hecho de ser una víctima de burlas y abucheos solo porque estás reconociendo tu orientación sexual, debe de ser una completa mierda. Ya que te insult
Demasiado había tenido que soportar para que algo así me ocurriera. Las vacaciones de verano estaban matándome y haciéndome sentir como si me estuviera pudriendo en vida. Al estar acostado en la cama y solo mirando al techo pensando en qué haría en las próximas horas que iban transcurriendo en el reloj. Al asomar mi cabeza por un rincón de la habitación, veo que estaba Loui hablando por teléfono. De nuevo, el aburrimiento se hizo presente y lo único que podía hacer era mirar al techo otra vez.Hasta que el sonido de mi teléfono me sobresaltó y de una forma algo brusca, lo tomé para saber a qué se debía.Número desconocido sin registrar.Las mariposas no viven mucho tiempo.Encuentran un lugar donde posarse para descansar, y así es como logran descansar después de haber emprendido una larga travesía.Enviado a las 11:30 a.m.Todavía me parecía inquietante y a la vez curiosa la manera en cómo me había escrito dicho mensaje, ni sabía que responder respecto a lo que me había enviado.—¿Ti
—¿Qué fue lo que hiciste? —escuché a Amelia hacerme dicha interrogante la cual no sabía ni cómo responder.—Oye, no le hables así, —dijo Loui saliendo del baño y dándole un leve empujón. —él todavía está en estado de shock y parece que todavía no ha procesado lo que le pasó. —sentí lentamente como su mano iba a mi cabeza y era acariciada por él.Cuando todo ya estaba en una situación bastante intensa, traté de descansar y recostar mi cabeza contra la pared. Necesitaba la presencia de Andrew para hablarle, y si era necesario, pedirle ayuda.El camino iba a ser largo. Pero iba a aguantar un poco más cada día sobre aquello que me estaba aquejando o molestando.En esa noche en particular, estaba asomando mi cabeza por la ventana como si fuera una especie de niño curioso que no podía evitar dejar de mirar el cielo estrellado. Y en eso, escuché a Loui hablar por teléfono. Por su tono de voz, noté que en aquella llamada telefónica se escuchaba y veía más o menos que era una situación muy int
Caminaba con dificultad hacia el baño, estaba seguro de que al ir a orinar se me iría a quitar el sueño más deprisa. Pero a medida que iba caminando, más sentía que el baño estaba lejos. Y con la ayuda de mis manos, acariciaba las paredes para no tropezarme con algo. Con la lentitud con la que iba caminando, mis pies se tambaleaban y yo no podía evitar desear ya llegar al baño.—Rayos… —abrí con dificultad los ojos y observé entre la oscuridad, el interruptor de la luz y rápidamente acerqué mi mano y lo encendí.La luz casi me ciega por completo, pero ya me había tapado los ojos para evitar que eso ocurriese. Y ahora sí podía ir al baño como tanto deseaba. Pero al llegar a éste, tropecé y caí de frente al piso, el golpe fue lo suficientemente fuerte como para despertar a Loui. Y él ya se había despertado y fue a mi rescate. Escuché con claridad cómo aceleró sus pasos y llegó hasta mí.—¿Estás bien? ¿Qué estás haciendo ahí tirado en el piso? —preguntó preocupado mientras me ayudaba a p
Habían pasado algunas semanas desde que no veía a Andrew, y él parecía estar actuando de una forma un poco inusual. No conocía muchas de sus cualidades, pero en aquella ocasión ni siquiera habíamos podido comunicarnos de la forma más apropiada, seguía pensando en que la principal razón podría deberse a que ya no teníamos todo el tiempo para comunicarnos. En más de una ocasión me llegó a preguntar el por qué, pero en esa semana lo entendí. Nos habíamos distanciado por motivos que él mismo Andrew seguro me explicaría más adelante. Y así pasó, como si eso fuera una especie de conspiración que el destino realizó para hacerlo realidad ante mis ojos. Recibí un mensaje de Andrew donde decía parecía sonar un poco preocupado o asustado por alguna extraña razón que no entendía. No estaba seguro si él estaría así, ya que sé que sus emociones son muy malas y casi no suele expresarse ni con sus amigos más cercanos. Por eso, me parecía extraño notar que él esté así de asustado. 1 mensaje sin le
—Ten, esto de aquí dice que es para ti. —Loui me entregó una caja pequeña donde había una etiqueta pegada en un extremo que decía en letras grandes: "PARA GREGORY".—¿Y esto es…? —al observar la caja, Loui simplemente la analizó con vaga importancia y se encogió de hombros.—Seguro que tus padres te han enviado mucha correspondencia de la cual, ni te has dignado en leer. —bromeó sobre ello y comenzó a reírse.—No sabía que nuestros padres podían enviarnos correspondencia si tenemos teléfonos móviles. —dije de forma irónica mientras buscaba un cutter para abrir la caja y revisar que había en su interior.—Bueno, entonces… no sé de quién fue la bonita idea de regalarte dicha caja. —me miró por un rato y fijó de nuevo la mirada en su teléfono.Cuando abrí uno de los laterales de la caja, enseguida me llevé una extraña sorpresa. Habían muchos sobres, no esperaba para nada recibir demasiada correspondencia. Pero algo dentro de mí me decía que, esos sobres bien detallados y pulidos no podía
Me había despertado abruptamente al sentir el peso de algo que me impedía respirar. Pero al abrir los ojos, sólo me doy cuenta de que es una de mis almohadas. El susto y la ansiedad se mezclaron entre sí y no se sintió para nada bien. Creía que realmente alguien o algo más pesado, se había acostado encima de mí, con el fin de hacerme pasar un mal rato.—Agh… —me levanté de la cama y fui directamente a acomodar y tender la cama. —Estúpidas almohadas. —murmuré en voz baja mientras dejaba la cobija bien doblada sobre la cama y salía de la habitación.Un aroma invadió mis fosas nasales y con el asombro que tenía, fui a ver de qué se trataba. Loui había dejado la puerta abierta del departamento o es que las llaves no se las llevó consigo. Aquello lejos de preocuparme, me parecía bastante raro. Pero el aroma no se detenía en ese punto, sino que al asomarme por fuera de la puerta del departamento, el aroma todavía seguía en el aire.Como si me estuviera llamando de una manera bastante apropi
—¿Por qué estamos aquí? —le pregunté a Loui mientras continuaba tocando las paredes con las manos.—Porque necesitaba demostrar lo mucho que te aprecio. —me decía después de continuar guiándome por el pasillo y me dio un ligero empujón.Caminé un poco más deprisa y observé una bonita vista de la ciudad. Todo se veía sumamente hermoso, muy cautivador era y encima de todo, se veía espectacular. Me había sorprendido por completo, Loui conocía muy bien los gustos de los demás, pero el mío era uno de esos que no cualquier tomaría con buenos ojos. Pero de manera inmediata lo acepté de buena forma y se lo agradecí con un fuerte abrazo de amigos que él jamás olvidaría.Él correspondió a mi abrazo sabiendo que estaba agradecido por aquello, y cuando nos separamos, escuché que había mencionado a Amelia. Eso significa que…—Aquí voy a estar, Amelia también vino y… el príncipe de tus sueños, también. —me guiñó el ojo, miré entre los faroles y luces de color miel, una figura alta y vestida con un