37.

No vi a Penélope después de ese día, no fue a clases por una semana. Jairo me dijo que no se levantaba de la cama.

Me encargué de llevarle todos los temas que había dado su clase, pues al estar en el mismo grado, eran los mismos temas. Ella aceptó estudiar conmigo en silencio. No decía nunca ni una sola palabra. No había rastro de quien fue alguna vez.

Y nuestra fiesta de quince años (porque nuestros padres decidieron celebrarlas en conjunto) ella se veía hermosamente triste. ¿Cómo su familia no se daba cuenta que estaba sufriendo? Tal vez y sí lo hacían, pero preferían ignorarlo. Sus padres eran personas que querían mostrarse como la familia perfecta ante la sociedad y ciertamente no es que les prestaran mucha atención a sus hijos.

Esa noche Penélope estuvo todo el tiempo a mi lado. Yo me mostraba alegre y creo que así ella fingía estar igual. Bailamos el vals y todos nos elogiaron como la pareja perfecta. Nuestros padres se veían orgullosos y mi mamá me dijo:

—Seguro y serán una lin
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