42.

Me ayuda con las carpetas mientras avanzamos rumbo hacia el parqueadero, me habla sobre el avance de su colaboración para que Mariana y Roberto no se separen, de que ya no se habla de divorcio, pero que se necesita más tiempo. Rápidamente cambia la conversación a que se le antojan unos wafles con helado y que Romina le recomendó un famoso restaurante cerca de la playa.

Apenas si abro la boca para soltar monosílabos.

Cuando llegamos al parqueadero, abre la puerta de su auto y saca un enorme ramo de rosas rojas y me las entrega con su enorme sonrisa. Lo recibo con impresión e intento contarlas, debe haber como unas cincuenta…

Mis flores favoritas son las rosas blancas, no las rojas. Pero finjo una sonrisa y le agradezco.

En el auto, debo ayudar a Gael a ubicarse, pues no conoce la ciudad y por momentos nos perdemos, porque no toma la ruta correcta, ni siquiera porque conduce con GPS. Me había ofrecido a manejar, pero se negó casi ofendido.

Así que no veo la hora en que lleguemos al rest
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