Una vez sus pulsaciones se calman y Stella es capaz de hablar, le dice:—Ahora sí que necesito esa explicación. Estabas demasiado calmado en ese almacén. Con la locura de lo que estaba sucediendo, mi miedo y el estrés no pude darme cuenta, pero sí lo hice una ve que salimos y hablaste con Thomas ¿Cómo pudiste hacerlo?James suspira, le pone una bata por encima a ella, luego otra a él y la lleva directamente a la cocina. La sienta en la isla, hace café y, una vez que está listo le dice:—Durante mucho tiempo estuve sospechando que había un infiltrado, alguien que estaba detrás del prototipo.—¿Tú tenías sospechas y no me dijiste? Incluso después de que lo habías contado todo. Quedamos en que no nos mentiríamos más, James —ella comienza a molestarse.—No es tan sencillo, por supuesto que no quería que te involucraras en algo tan peligroso.—¡Tenía una bomba atada a mí! Me parece que eso es estar bastante involucrada ¿no crees?—Ya, pero eso lo supe después. El día que te marchaste de aq
Los ojos de Stella se anegan en lágrimas, pero, a diferencia de todas las últimas veces, ahora esas lágrimas eran de alegría y gozo.Sin dudarlo ni un solo instante, ella asiente con su cabeza incapaz de hablar por el nudo que tiene en medio de su garganta.James desliza el anillo por su dedo y la rodea con los brazos para levantarla y darle vueltas en el aire.—Vamos a ser verdaderamente felices, Stell, te lo prometo. Cuando él la baja, ella se acerca de nuevo y le da un dulce beso en los labios.—Nunca dudaría de ti. Te amo, James —ella envuelve sus brazos alrededor de su cuello y vuelve a besarlo.Las manos de él se presionan en las caderas de la chica apretándose contra ella con gran entusiasmo, dejándose consumir por el gran amor que estaban sintiendo.TRES DÍAS DESPUÉSStella le ha confiado a James el prototipo de su padre. Está segura de que él hará lo correcto y terminará el proyecto.La rueda de prensa para el lanzamiento oficial comienza pronto y ella todavía no sabe qué se
Se supone que el día de su boda tendría que estar feliz, súper emocionada y un poco nerviosa, al menos creía Stella que era cómo se sentiría el día de su boda, en cambio, una sensación de temor se le estaba asentando en la boca del estómago mientras se miraba en el espejo.—¿Por qué estás sentada ahí? Apúrate, vas a llegar tarde —le dice Beth, su madrastra.—¿Estás segura que esto es necesario? —le pregunta Stella.—Tal vez no lo sea, pero…—¿En serio? —una gota de esperanza comienza a filtrarse en el interior de Stella.—Bueno, podríamos permitir que tu padre continúe sufriendo. Los derrames cerebrales no son tan malos, no es algo que necesite tratamiento —la ironía se filtra por cada tono de la voz de Beth.—Todavía no comprendo cómo no tenemos suficiente dinero para cubrir el tratamiento de mi papá.La familia de Stella no había sido millonaria, pero siempre estuvieron bien posicionados y, de un día para el otro, se encontraron con fondos insuficientes para el tratamiento de su pad
Un hombre alto le abre la puerta a Stella. No sonríe ni dice una sola palabra mientras le muestra la casa. Ella pasa por una gran sala donde se reúne una pequeña multitud, solo reconoce algunas caras: Beth, Sarah, su media hermana, y Robert.—¿Puede darme unos minutos? Tengo que hablar con alguien antes de que comience la ceremonia —le dice Stella al hombre que la estaba guiando.Ella necesitaba hablar con Robert, él le había dado la idea de casarse con su primo, pero ahora necesitaba decirle que no quería hacerlo, necesitaba cualquier excusa que la librara de casarse con alguien que ni siquiera estaba consciente.—Lo siento, pero no, los Allen tienen una agenda muy apretada.—No, lo siento yo, no tenía idea de que los deseos de la novia serían un inconveniente.EL portero se gira hacia ella serio, pero con expresión de diversión.—Cuidado señorita Miller. Hay una orden, es mejor preguntar. A la familia Allen le gusta que las cosas se hagan a su manera.—¿Qué sucede si no soy el tipo
Stella se gira hacia su ahora esposo quien parece dormir plácidamente.—Bueno, al menos tú serás mejor compañero que tu primo —le dice y las máquinas comienzan a emitir un pitido como si estuvieran de acuerdo con lo que ella acaba de decir— Supongo que nunca lo sabremos.Minutos después, su atención vuelve a centrarse en la puerta, Robert entra y la cierra.—Tuve que pasar por seguridad para encontrarte, pero aquí estoy, tu caballero de brillante armadura.El interior de Stella se retuerce de asco cuando lo escucha hablar. No puede comprender con qué cara se aparece ahí diciéndole esas palabras después de tirarse a su media hermana.—Bueno, la verdad es que no necesito a un caballero de brillante armadura, no necesito ser salvada, yo puedo con esto sola.Ella quería decirle que lo sabía todo, quería gritarle todo lo que tenía por dentro, decirle que era un sinvergüenza, pero no podía hacerlo, no si quería atraparlos y hacer que su plan se fuera a la mierda.—Saldremos de esta, cariño,
Después de que Stella pasó todo el resto del día organizando su equipaje y cuando justo estaba lista para descansar, unos toques en la puerta llaman su atención.—Buenas noches, soy Ava. Vine para asegurarme de que tiene todo lo que necesita y para explicarle a usted las necesidades del señor Allen —dice una de las chicas del servicio.—¿Lo que necesita? —le pregunta Stella confundida mientras mira a James cuyos ojos ya se han cerrado como si nada hubiese pasado antes— ¿Cómo qué?-El señor Allen necesita masajes todas las noches para evitar que se atrofien los músculos. Tenga —le entrega una papel en el que aparecen unas instrucciones sobre los masajes— Llámeme si necesita algo.—Gracias.La chica le da un breve asentimiento con su cabeza y se va. Stella se gira hacia James.—Con que masajes nocturnos ¿eh? Estás viviendo tu mejor vida. Supongo que al menos uno de nosotros debería tener algo de acción en la noche de boda.Se acomoda en el borde de la cama. Comienza con su brazo, sigue
Una vez Bárbara discutió con Stella todos los temas que le interesaban, la dejó libre, lo que le dio posibilidad a la chica de explorar la enorme propiedad en la que ahora vivía.Fue justo cuando paseaba por el jardín principal que vio a los guardias de seguridad prohibiéndole la entrada a Gaby, su mejor amiga. Con todo el lío del casamiento, se le había olvidado que habían quedado para que su amiga le llevara unos documentos del trabajo que su jefa le estaba exigiendo.—¿Qué está pasando aquí? —pregunta ella molesta a los guardias.—Está chica dice que la conoce.—Será porque lo hace.—Lo siento, pero no está en la lista de invitados y no la puedo dejar pasar.—¿Sabes qué? No pasa nada —dice mientras sale y se monta en el coche con su amiga, una vez dentro se gira hacia ella y le dice— Sal de aquí y deja el coche más adelante, entraremos por atrás.Las chicas comienzan a reír como dos colegialas a punto de romper alguna regla. Unos minutos después, ambas están en el dormitorio de Ste
La casa de los Allen estalla en caos cuando escuchan las palabras de Stella. Hay personas corriendo por todas partes, dando órdenes y haciendo llamadas telefónicas.Stella continúa en pie junto a James, tomándole de la mano, de pronto, Bárbara entra en la habitación y trae a varios médicos que sacan a la chica del medio.Comienzan a realizar sus pruebas y estudios en James, para cuando le permiten volver a la habitación, Bárbara sonríe como una niña pequeña.—¡No me puedo creer que mi niño esté despierto! Pensé que lo había perdido para siempre —la emoción es tanta en ella que casi se puede palpar mientras lágrimas se acumulan en sus ojos.—¡Eso es fantástico! —señala Stella.Sin que se lo espere, Bárbara se abalanza sobre ella y la estrecha en un fuerte abrazo mientras permite dejarse llevar por su emoción. Su alegría es contagiosa, lo que hace que Stella también sonría.—Tú fuiste la que logró esto. Lo sé. Tú trajiste la buena suerte a esta familia ¡Eres el amuleto de la buena suert