Stella cierra los ojos y recuerda algo que dijo Steve Jobs: “Saber que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las decisiones más importantes en la vida porque casi todo, todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el miedo a la vergüenza o al fracaso… Estas cosas simplemente se desvanecen frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante.”Justo en ese momento, el altavoz vuelve a retumbar sobre Stella y una risa burlona suena en todo el almacén.—¡Ja! Fracasarás espectacularmente y volarás en pedazos.James se da la vuelta y mira directamente a la cámara. Sus ojos están helados con una tormenta increíble avecinándose dentro de ellos.—No vayas a ningún lado, Thomas y obsérvanos.—Corta el cable verde, ya —le dice ella rápidamente mientras mira el cronómetro de la bomba a punto de llegar a su final.Con manos temblorosas, James corta el cable que ella le ha indicado y, de pronto, ¡El cronómetro se det
El viaje de regreso a casa es tranquilo. Cuándo James y Stella cruzan la puerta y la cierran, ella se interpone en su camino. —Stella, por favor... —comienza a decirle él, pero ella lo interrumpe. —Necesito una explicación para todo lo que sucedió en ese horrible lugar, pero ahora, necesito algo con más urgencia que eso. —Dime qué es, lo que sea, lo haré. —Mejor te lo demuestro. Ella se acerca, se para en puntillas de pies y lo besa desenfrenadamente. (Narra Stella)Para eso estoy aquí. Veo su sonrisa triunfante cuando me suelta, me coge de la mano y me conduce a través de la casa.Su dormitorio es grande. Desde los ventanales se ven los iluminados los jardines que rodean la casa. Las paredes son blancas, y los accesorios, azul claro. La enorme cama es ultramoderna, de madera maciza de color gris, con cuatro postes pero sin dosel. En la pared de la cabecera hay un impresionante paisaje marino.Estoy temblando como una hoja. Ya está. Por fin, después de tanto tiempo, voy a ha
James sigue con su lenta y sensual incursión. Mis pezones sienten sus hábiles dedos y sus labios, que encienden mis terminaciones nerviosas hasta el punto de que todo mi cuerpo gime en una dulce agonía, pero él no se detiene.—Oh… por favor —le suplico.Tiro la cabeza hacia atrás, con la boca abierta, y gimo. Siento las piernas entumecidas. Maldita sea, ¿qué está pasándome?—Déjate ir, nena —murmura.Me aprieta un pezón con los dientes, con el pulgar y el índice tira fuerte del otro, y me dejo caer en sus manos. Mi cuerpo se agita y estalla en mil pedazos. Me besa profundamente, metiéndome la lengua en la boca para absorber mis gritos.¡Dios mío! Ha sido fantástico. Me mira con una sonrisa satisfecha, aunque estoy segura de que no es más que gratitud y admiración por mí.—Eres muy receptiva, siempre lo has sido —me dice.Vuelve a besarme.Mi respiración es todavía irregular mientras me recupero del orgasmo. Desliza una mano hasta mi cintura, mis caderas, y la posa en mis part
Todavía jadeo, intento ralentizar la respiración y los latidos del corazón, y mis pensamientos se sumen en el caos. Abro los ojos. James ha apoyado su frente en la mía. Tiene los ojos cerrados y su respiración es irregular. Parpadea, abre los ojos y me lanza una mirada turbia, aunque dulce. Sigue dentro de mí. Se inclina, me besa suavemente en la frente y, muy despacio, empieza a salir de mi cuerpo.—Oooh.Es una sensación extraña, que me hace estremecer.—¿Te he hecho daño? —me pregunta James mientras se tumba a mi lado apoyándose en un codo.Me pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja. Y no puedo evitar esbozar una amplia sonrisa.—¿Estás de verdad preguntándome si me has hecho daño?—No me vengas con ironías —me dice con una sonrisa burlona—. En serio, ¿estás bien?Sus ojos son intensos, perspicaces, incluso exigentes.Me tiendo a su lado sintiendo los miembros desmadejados, con los huesos como de goma, pero estoy relajada, muy relajada. Le sonrío. No puedo dejar de
Una vez sus pulsaciones se calman y Stella es capaz de hablar, le dice:—Ahora sí que necesito esa explicación. Estabas demasiado calmado en ese almacén. Con la locura de lo que estaba sucediendo, mi miedo y el estrés no pude darme cuenta, pero sí lo hice una ve que salimos y hablaste con Thomas ¿Cómo pudiste hacerlo?James suspira, le pone una bata por encima a ella, luego otra a él y la lleva directamente a la cocina. La sienta en la isla, hace café y, una vez que está listo le dice:—Durante mucho tiempo estuve sospechando que había un infiltrado, alguien que estaba detrás del prototipo.—¿Tú tenías sospechas y no me dijiste? Incluso después de que lo habías contado todo. Quedamos en que no nos mentiríamos más, James —ella comienza a molestarse.—No es tan sencillo, por supuesto que no quería que te involucraras en algo tan peligroso.—¡Tenía una bomba atada a mí! Me parece que eso es estar bastante involucrada ¿no crees?—Ya, pero eso lo supe después. El día que te marchaste de aq
Los ojos de Stella se anegan en lágrimas, pero, a diferencia de todas las últimas veces, ahora esas lágrimas eran de alegría y gozo.Sin dudarlo ni un solo instante, ella asiente con su cabeza incapaz de hablar por el nudo que tiene en medio de su garganta.James desliza el anillo por su dedo y la rodea con los brazos para levantarla y darle vueltas en el aire.—Vamos a ser verdaderamente felices, Stell, te lo prometo. Cuando él la baja, ella se acerca de nuevo y le da un dulce beso en los labios.—Nunca dudaría de ti. Te amo, James —ella envuelve sus brazos alrededor de su cuello y vuelve a besarlo.Las manos de él se presionan en las caderas de la chica apretándose contra ella con gran entusiasmo, dejándose consumir por el gran amor que estaban sintiendo.TRES DÍAS DESPUÉSStella le ha confiado a James el prototipo de su padre. Está segura de que él hará lo correcto y terminará el proyecto.La rueda de prensa para el lanzamiento oficial comienza pronto y ella todavía no sabe qué se
Se supone que el día de su boda tendría que estar feliz, súper emocionada y un poco nerviosa, al menos creía Stella que era cómo se sentiría el día de su boda, en cambio, una sensación de temor se le estaba asentando en la boca del estómago mientras se miraba en el espejo.—¿Por qué estás sentada ahí? Apúrate, vas a llegar tarde —le dice Beth, su madrastra.—¿Estás segura que esto es necesario? —le pregunta Stella.—Tal vez no lo sea, pero…—¿En serio? —una gota de esperanza comienza a filtrarse en el interior de Stella.—Bueno, podríamos permitir que tu padre continúe sufriendo. Los derrames cerebrales no son tan malos, no es algo que necesite tratamiento —la ironía se filtra por cada tono de la voz de Beth.—Todavía no comprendo cómo no tenemos suficiente dinero para cubrir el tratamiento de mi papá.La familia de Stella no había sido millonaria, pero siempre estuvieron bien posicionados y, de un día para el otro, se encontraron con fondos insuficientes para el tratamiento de su pad
Un hombre alto le abre la puerta a Stella. No sonríe ni dice una sola palabra mientras le muestra la casa. Ella pasa por una gran sala donde se reúne una pequeña multitud, solo reconoce algunas caras: Beth, Sarah, su media hermana, y Robert.—¿Puede darme unos minutos? Tengo que hablar con alguien antes de que comience la ceremonia —le dice Stella al hombre que la estaba guiando.Ella necesitaba hablar con Robert, él le había dado la idea de casarse con su primo, pero ahora necesitaba decirle que no quería hacerlo, necesitaba cualquier excusa que la librara de casarse con alguien que ni siquiera estaba consciente.—Lo siento, pero no, los Allen tienen una agenda muy apretada.—No, lo siento yo, no tenía idea de que los deseos de la novia serían un inconveniente.EL portero se gira hacia ella serio, pero con expresión de diversión.—Cuidado señorita Miller. Hay una orden, es mejor preguntar. A la familia Allen le gusta que las cosas se hagan a su manera.—¿Qué sucede si no soy el tipo