CXXXIV Inconclusa

—En el fondo siempre quisiste ser el jefe, admítelo.

Sentado tras el escritorio principal de la oficina, Alejandro tecleaba con la vista en la pantalla de su portátil.

—Claro que no, la primera línea no es lo mío, prefiero trabajar desde las sombras —aseguró el abogado.

Frente a la ventana, mirando cómo la estación invernal se cernía sobre la ciudad, Irum no le creyó.

—Lo has hecho muy bien todos estos años siendo el jefe. Armaste un imperio desde las cenizas y te aplaudo por eso.

—Sólo hice lo que pensé que tú querrías que hiciera. Seguí tus órdenes, espero no haberme equivocado.

—Lo hiciste, pero ya no importa —murmuró Irum.

—¿Cómo dices?

—¿Crees que vaya a nevar?

—No lo sé, no he tenido tiempo de ver el reporte del... tiempo.

Qué más daba. Si Irum quería nieve podía viajar a alguna ciudad o país donde la hubiera, podía recorrer el mundo entero persiguiendo el invierno si le daba la gana. No necesitaba esperar que la nieve llegara a él, él podía ir hacia ella.

—No ha nevado desde
Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo