15 años después
— La huérfana está llamando la atención de nuevo— La voz llena de asco que decía estas palabras era la de Amelia, una chica hermosa, rubia y usualmente prepotente que siempre creía tener la razón.
En este caso Elisa estaba en el lavabo en un intento por detener la sangre que corría de manera incansable por su nariz.
Cada veintiocho días, su sangre brotaba y por más doctores a los que había recurrido ninguno había dado con una solución real a su problema. Este mismo problema era el responsable, según sus varios padres adoptivos de cancelar las adopciones y regresarla a los servicios de adopción.
Sí… la regresaban como mercancía defectuosa.
“Lo siento pero es muy complicado”
“Lamento todo esto pero seguro encontraras a las personas correctas”
“La verdad no es justo estarme desvelando si ya estás grandecita”
“Además de no ser de nosotros de sangre, no podemos cargar con tu enfermedad misteriosa”
Desde que tenía uso de razón Elisa había estado en servicios de gobierno, toda su infancia y parte de su adolescencia, deseó ser parte de una familia y estar rodeada de amor y cariño, cosa que en el lugar donde había crecido escaseaba.
Cada pareja de adoptantes había seguido el mismo patrón, se comportaban amables y cariñosos hasta que se la llevaban a su “nuevo hogar”.
Donde al estar en las noches siempre nerviosa por las pesadillas de varios lobos gigantes luchando entre ellos, además de otras donde estaban buscándola en medio del bosque, cada mes se enfrentaban al sangrado sin razón de su parte.
Al principio se mostraban atentos cariñosos incluso comprensivos, pero tener a una pequeña o una joven que cada noche llora y grita por las pesadillas con una enfermedad no identificada, llega a ser desgastante, y así era como tomaban la decisión de regresarla.
Sin miramientos, sin justificaciones.
— Ella seguro quiere causar lástima, aunque no entiendo para que lo hace, si lastima ya da, solo mírala existir. — Respondió Tamara una joven, alta de piel oscura y llamativos ojos negros, era como ver el rostro de la inocencia, pero ocultaba dentro de ella un ser vil y horrible que nadie conocía solo…Elisa.
“No les respondas” Pensaba Elisa “Recuerda las cuentas que pagar y este es el último restaurante en el que puedo intentar comenzar de nuevo” se decía al saber que por su forma de estar siempre a la defensiva, la tachaban de problemática y por ello había perdido varios trabajos antes.
— Solo… quiero… mantenerme…— Elisa no terminó de explicarse cuando siente las manos de alguien más en su hombro.
— No quiero que estés con tu carita de inocente rondando a mis clientes— El susurro de Amelia era una amenaza clara— No quiero tener que repetirlo.
Al terminar de decir esto la rubia, jala papeles que estaba utilizando Elisa para contener el sangrado, provocando que la hemorragia llegara directamente a su camisa.
— ¡Demonios!— Grita Elisa preocupada por no tener otro uniforme más que ese.
Después de pasar un rato en el baño quitando la mancha de sangre, termina su turno sin inconvenientes para encontrarse con Alex, su novio desde unos meses atrás.
Elisa estaba emocionada ya que él había sido el único en mucho tiempo que la trataba como persona normal y no como una paria.
— Espero que hoy te haya ido mejor. — Le comenta su novio al momento de ver a Elisa subir a la camioneta.
Todos los días él iba a dejarla en el cuartito que era su hogar, lo único que alcanzaba a pagar con todos los gastos que tenía al desear saber ¿por qué ella y solamente ella era la que sangraba?
Elisa estaba ensimismada en sus pensamientos, sin alcanzar a notar cual era el camino que seguía Alex, hasta que al sentir que el motor se apagaba y levantar la vista nota que no está en su hogar, sino en…
— Alex, ¿qué hacemos aquí?— Pregunta ella con la voz temblorosa al ver por el cristal el bosque, ese que era el escenario de todas y cada una de sus pesadillas.
Su respiración comienza a agitarse y ella no puede tranquilizarla por más que lo intente.
— Sabes que… no puedo… no pudo… estar aquí, menos de noche…— Entre los sollozos que su desesperación le exigían ella intentaba explicarse.
Pero a pesar de su estado su acompañante no prestaba atención a eso.
— Hace meses que me he comportado bien contigo Elisa— comenzó a decir Alex— Todos los días he ignorado cada una de tus locuras, pero ¿esto? ¡ja!— Se ríe de manera burlona—Pero esta tontería de las malditas pesadillas… — Guarda silencio un momento y continúa— Es una estupidez, ya no eres una niña para estar llorando por los lugares oscuros como este.
Y apunta al horizonte donde es poco lo que puede verse excepto arboles cerrando el paso.
— Alex… de verdad, llévame…— Elisa estaba horrorizada por el comportamiento y sobre todo actitud de su novio, siempre se había comportado amable y comprensivo pero ahora…
— ¡No!— Alex se abalanza sobre ella, haciéndola gritar por lo inesperado de la acción, su mirada ya no era la de un hombre enamorado sino de algo más — Ya he cumplido con el tiempo, es hora que seas buena conmigo y me des un poco de atención.
Sin esperar a que Elisa procesara sus palabras o llegara a entender a qué se refería. Él tomó la blusa con sus manos y desgarró cada uno de los botones que la mantenían cerrada.
— Perfecto — Susurra el ignorando los lloros y suplicas de Elisa por que se detenga, colocando sus manos en los pechos de ella.
En un ataque de adrenalina, Elisa alcanza a tener la fuerza necesaria para apartarlo un poco y abrir la puerta de la camioneta.
El olor a pino, brisa fresca y un poco de tierra húmeda la inundó, era la combinación olores que recordaba perfectamente.
— ¡Aléjate!— Grita ella al momento de darle un puñetazo directamente en el ojo.
El dolor del impacto hace que el hombre se retire de ella, permitiéndole escapar de esa camioneta, al tener poco control de su cuerpo Elisa cae de frente en la tierra, pero eso no le impide avanzar en la dirección que la aleje de su agresor lo más rápido posible.
Y corre… corre llena de miedo, llena de dudas, pero solo tiene una seguridad, siempre se mantendrá luchando por sobrevivir.
Hasta que se encuentra con un claro entre tanto árbol, por fin un lugar para estar rodeada de la luz de la luna, la cual la hacía sentir segura.
Elisa al llegar ahí levanta la cara al cielo y con los ojos cerrados suspira profundamente.
“Finalmente estoy a salvo” Piensa para tranquilizarse un poco.
Semanas después.Elisa se encuentra mirando por la ventana ya que esta por oscurecer, al encontrarse con ese fondo del bosque absorbiendo de manera innegable el tono cobrizo del cielo, convirtiéndolo en uno oscuro no puede evitar pensar en los ojos tan similares y fríos del atractivo pero misterioso hombre se había infiltrado en sus sueños de manera repentina. “¿Quién era él? ¿Por qué aparece ahí en medio de la noche?” Elisa sonríe, porque en ocasiones hasta sentía que lo tenía presente en su pequeña habitación o que la observaba a la distancia.Él también podría hacerle esas mismas preguntas sobre ella pero…“¿Quién era ella? ¿Qué hacía ahí? Y ¿Cuál era su destino?” pensó, la sonrisa se esfumó de sus labios, ni ella misma lo sabía cómo para responderlo a alguien más.Al momento de abrir la puerta de su pequeño hogar ella se encuentra con el hombre que menos hubiera imaginado… Alex.— Finalmente… te… veo. — Le dice Alex con la vista borrosa por el alcohol además de tener la cara r
Mientras tanto el lobo gigante, estaba lleno de rabia con una sola meta en su mente, eliminar de la existencia a este humano repugnante.~ ¡EMMET DETENTE!~ Gritaba Braham en un intento por detener a su lobo de cometer un error.~ ¿Detenerme?~ Preguntaba el lobo lleno de rabia~ Jamás.En un intento por detenerlo, Braham apeló al sentimiento de culpa.~Mírala Emmet, ella está aterrada, no puedes presentarte ante ella como un salvaje si queremos que nos acepte después, la necesitamos, tiene que ser ella.~La lucha interior del lobo con Alfa Braham no era la única que estaba llevándose a cabo en ese momento, Elisa por su parte estaba recordando todas las pesadillas en las que los lobos, iguales al que tenía frente a ella estaban a la caza de su presa… Ella.Cada noche era lo mismo, sentir que en cualquier momento podría perseguirla un lobo gigante, y ella tenía que luchar manteniéndose corriendo en medio del bosque, el sentimiento tan conocido la invadía, desesperación, necesidad de esca
—Sólo tengo la próxima luna llena para tomar por pareja a mi mate, debo estar enlazado para tomar el lugar de Alfa Líder que me corresponde, aunque el Alfa Líder Roman insiste que sea una loba alfa llamada Leila, no confío en él y menos en las intenciones detrás de sus acciones. ¿Qué pasará si no tomo a nadie como mi mate?La voz gruesa y profunda llamó la atención de Elisa aunque no alcanzaba a reconocerla, pero decidió seguir escuchando.— El concejo superior ha puesto esa cláusula por una razón, después de tantos años sin una Luna en la manada Luna Prohibida, y agregando que el Alfa Líder actual no tiene ningún descendiente, se sienten obligados a garantizar que el siguiente Alfa Líder tendrá hijos, deben darle estabilidad y seguridad a la manada, y tú tienes muchos años queriendo el poder sin tomar a nadie como mate. — Era la voz de otro hombre y se encontraba a un lado de ella.El primero continuó:— Ella es humana— El desprecio en su tono de voz era mordaz— nunca se ha visto
— Por lo visto, no te gusta que te hablen de manera civilizada. — La voz de Alfa Braham era inconfundible, fuerte decidida y sin dejar espacio a replicas.Y Elisa la reconoció en el momento de escucharla, aunque ella estaba sofocada de tanto esfuerzo al correr, la voz de él contrariamente se escuchaba tranquila y controlada, como si aún estuvieran sentados en el auto como minutos antes.— ¿Qué quieres? — Pregunto ella, con gran esfuerzo.— ¿Yo?— continua el con un tono de diversión en la voz— ¿Qué quieres tu Elisa? ¿Quieres regresar a ese pueblo en el que todos te odian? — Cuestiona sin piedad.Ella da un paso hacia atrás para amortiguar un poco el impacto que siente con la última frase, ella lo sabía pero seguía siendo difícil escucharlo de los labios de alguien más.Se mantuvo sorpresivamente en silencio, un nudo en la garganta le impedía hablar.Braham se acercó un paso más, solo para que ella pudiera verlo.— ¿Quieres seguir sufriendo agresiones de parte de todos los que te rodean?
Al momento de darse cuenta, Elisa ya estaba en un punto donde no pondría en duda nada de lo que le dijera ese hombre/lobo.En ese momento Emmet estaba sobre uno de los lobos atacantes, mordiéndole de manera precisa el cuello, del cual salía sangre de manera descontrolada.Pero sobre él se encontraba el otro lobo con una estaca de madera en su pecho, el palo tenía una especie de brillo de color azul, y detrás de todo esto se encontraba Andro, como lo había llamado el otro ser. Hincado, con sus manos en el suelo.Ella estaba impactada con lo que estaba presenciando, un instante después el lobo oscuro se transformó de nuevo en el humano que estaba hablando con ella anteriormente, el Alfa.Elisa sentía que los ojos se le iban a salir de la cara, el apático era un hombre absolutamente increíble, estaba frente a ella sin una pieza de ropa, y no pudo evitar observar que la sangre corría por su rostro prueba de la batalla encarnada.Pero al ver el camino que tenía esa sangre también notó que
Alfa Braham se mantiene en silencio desde esa declaración hasta llegar a unas pequeñas puertas que estaban al sur del castillo.— Pero ¿que se supone que haga? — Elisa se encontraba con la mirada concentrada en observar cada una de las curvas que daba el auto, debía saber cómo regresar en caso de necesitar irse.Pero… ¿Podría salir así nada más o necesitaría una pócima como la que había tomado para entrar? ¿Qué sucedería si intentaba atravesarlo por ella misma?— Dime por favor a que me estoy exponiendo, Braham….— ¡Alfa Braham!— él había intentado mantenerse en completo control, pero era tan agotadora al mantenerse hablando cada segundo que transcurría, que no pudo evitarlo.Además que le faltara al respeto y tratarlo como un igual era algo aberrante, al final había categorías y los humanos eran el último eslabón.Elisa se encogió de manera automática ante el grito, el sonido fue tan fuerte y profundo que los oídos le dolieron e instintivamente se los cubrió con las manos.— No me gri
Elisa nunca había estado recostada en una cama tan cómoda, grande y complaciente como esa.Las colchas eran como un abrazo en medio de una noche lluviosa, llena de truenos, lo cual a ella la aterraban, pero la luz que entraba por la ventana le indicaba que el sol estaba muy alto y el día ya había transcurrido más de la mitad.En medio de la inconsciencia comenzó a sentir que algo corría por su rostro.Abrió de manera rápida y consciente los ojos.No podía estar sucediendo de nuevo. No aquí.—No puede ser. —Susurró nerviosa.Se levantó de manera inmediata de la cama para no manchar la colcha y corrió hacia una puerta que se encontraba en la misma habitación, donde podría conseguir unas telas para detener la hemorragia nasal que siempre llegaba constante a su vida.No había pasado veinticuatro horas en este lugar cuando ya iba dejando rastro de sus rarezas, aunque en este momento ella sonrió.“¿Qué puede ser más raro que un hombre lobo? ¿Un castillo? ¿Brujos y magia? Un poco de sangre no
Elisa se encontraba cubierta con un vestido color plata que llegaba hasta el piso con una tela que cubría su rostro como una especie de velo.Su corazón latía de manera acelerada, sin comprender por qué, aunque de manera clara estaba relacionando esos detalles con los de una boda común de humanos, una que muy pocas veces se había atrevido a soñar.Estaba en la orilla de una plaza en la que al centro se encontraba un altar con varios lobos rodeándola, dando una especie de sensación de majestuosidad.—Lita —pregunta ella curiosa— ¿quién es el hombre que se encuentra en el centro acompañando a Bra..— se detiene— a Alfa Braham?—Él es nuestro Alfa Líder Roman —especifica Lita quien en ningún momento desde la presentación entre ellas se había alejado del lado de Elisa.La humana asiente de manera tranquila.— Él será nuestro próximo Alfa Líder.— ¿Quién?— Elisa había decidido confiar en Lita, dejarse guiar por ella y todo lo que ella sabía, para poder moverse en esta sociedad, por el mom