Capítulo 5.

—Sólo tengo la próxima luna llena para tomar por pareja a mi mate, debo estar enlazado para tomar el lugar de Alfa Líder que me corresponde, aunque el Alfa Líder Roman insiste que sea una loba alfa llamada Leila, no confío en él y menos en las intenciones detrás de sus acciones. ¿Qué pasará si no tomo a nadie como mi  mate?

La voz gruesa y profunda llamó la atención de Elisa aunque no alcanzaba a reconocerla, pero decidió seguir escuchando.

—  El concejo superior ha puesto esa cláusula por una razón, después de tantos años sin una Luna en la manada Luna Prohibida, y agregando que el Alfa Líder actual no tiene ningún descendiente, se sienten obligados a garantizar que el siguiente Alfa Líder tendrá hijos, deben darle estabilidad y seguridad a la manada, y tú tienes muchos años queriendo el poder sin tomar a nadie como mate. — Era la voz de otro hombre y se encontraba a un lado de ella.

El primero continuó:

—  Ella es humana— El desprecio en su tono de voz era mordaz— nunca se ha visto que una humana sea la luna de una manada de hombres lobo, además su raza es la responsable de las desgracias de nuestra raza, no acepto que la Diosa Luna haya hecho esto para mí.

—Eso es algo que sólo podremos comprobar al llegar al castillo de la manada, aquí no podemos hacer los hechizos de reconocimiento, pero el propósito de todo esto es elegir a esa pareja que ayude en tu liderazgo, y el humo del destino fue claro, ella es.

 “¿Estoy soñando? ¿Castillos? ¿Manada?  ¿Luna? , ¿Hechizos? Definitivamente me di fuerte esta vez en la cabeza” Pensó Elisa que en algunas ocasiones estaba tan débil que llegaba a desmayarse, golpeándose al caer.

Aunque algo más llamó su atención, estaba acostada pero sentía un leve movimiento, como si estuviera en algún auto.

— Ya veremos, aunque en este punto estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguir ese lugar que me corresponde, mi tío ha sido el Alfa Líder por demasiado tiempo y si ella debe volverse mi pareja eso será.

 Elisa abrió los ojos con cuidado de no ser descubierta pero en cuanto pudo localizar  al dueño de la primera voz que había escuchado, un escalofrío la recorrió completa.

La había descubierto, los ojos de ambos quedaron indescriptiblemente enlazados.

Había olvidado como respirar definitivamente. No en el buen sentido sino todo lo contrario.

La mirada del hombre en cuestión era tan fría y dura que sentía que la misma le atravesaba el cuerpo, sin piedad alguna.

—Ya despertase, finalmente— Dice él con tono apático— Creí que no lo harías hasta que estuviéramos dentro de la capa protectora.

Elisa seguía confundida pero se negaba a dejarlo tan claro como era, así que sin más dilación se sentó de manera firme para ver que no era solo un hombre enorme y nada agradable el que estaba frente a ella, sino que a un lado de ella  se encontraba otro un poco más delgado pero muy alto y atractivo también.

Con diferencia que el apático tenía el cabello largo hasta la cintura en tono negro profundo y el otro lo tenía corto con un tono castaño.

— ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? ¿Me han secuestrado? No tengo dinero no tengo nada, sólo déjenme ir — Elisa se encontraba fuera de su hogar, que era lo último que recordaba, miró a su alrededor y notó que estaba en una especie de camioneta cerrada pero tenía algunas modificaciones con el techo levantado, ella imaginó que esos dos gigantes no estarían cómodos en  autos regulares.

Pero no recordaba por qué estaba aquí y a estos dos hombres no los conocía, tenía que irse de ahí lo más rápido posible.

— ¿Qué es lo último que recuerdas?— El hombre a su lado cuestionó de manera atenta a cada uno de sus gestos.

Ella intentó recordar cerrando los ojos, pero en cuanto todos los momentos vividos anteriormente se dieron espacio en su mente los abrió asustada.

El ataque de Alex y después el de un lobo gigante como en sus pesadillas, rematando con la alucinación del hombre desnudo frente a ella.

Era él.

De manera automática se cubrió el pecho con ambas manos, pero en lugar de encontrar su piel expuesta como recordaba, tenía una camisa negra.

— Por lo visto lo recuerda todo. — Declaró Braham, mas para Emmet quien estaba desesperado pidiendo que la despertaran por el enlace mental.

— ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? Déjenme salir de aquí. — Repitió Elisa nerviosa y desesperada al mismo tiempo.

— Tranquila Elisa, sólo queremos ayudarte. — El hombre  que tenía frente a ella se encontraba con los brazos cruzados en su pecho y una mirada asesina, provocando miedo en Elisa con solo mirarlo. — Vamos en dirección de la manada Luna Prohibida, necesitamos información que tienes, si nos ayudas te entregaré lo que desees o necesites, dinero, una casa o vivir donde lo quieras.

— ¿Ayudarme? ¿Manada? ¿Estás loco? ¿Te crees un animal o algo así?— Aunque no  estaba bien, en este momento la seriedad y el quedarse callada no era un opción, había escuchado demasiadas cosas ilógicas.

Elisa necesitaba comprender para buscar el momento oportuno para huir de ellos…

— ¡Somos lobos! — La miró con desdén y ella frunció el ceño, para imitar de manera inmediata su pose con los brazos cruzados, no se dejaría ver débil.

—Yo no sé nada, solo déjenme ir de aquí, bola de locos, lobos ¿y tú que eres? — Le preguntó a Andro mirándolo completo y al notar su rostro afilado preguntó— ¿Un gato?— Elisa comenzó a mirar por las ventanas que se encontraba rodeada de árboles y pinos por ambos lados.

Andro solo abrió los ojos de manera sorprendida pero no le dijo nada mas.

A pesar de sentir miedo a enfrentarse en soledad al bosque,  ella creía que era más peligroso estar con estos dos.

Necesitaba alejarse y perderlos de vista lo más rápido posible, ¿en qué dirección estaría el pueblo?

— El hechizo localizador me la mostró Alfa, aunque parece no tener conocimiento de mucho de nuestro mundo, por lo visto.

Elisa sin esperar respuesta abrió la puerta del auto de manera imprevista y se arrojó fuera de él, cayendo de lleno en el suelo arenoso.

— ¡Ah! — Gritó ante el golpe recibido, pero no se detuvo a observar cual era el daño.

Sin pensarlo demasiado, Elisa comenzó a correr en  una dirección cualquiera, no quería estar acompañada por ese par, a saber que planes tenían para ella, si se creían lobos.

Continuó corriendo de manera desesperada entre los árboles.

“De alguna manera tenía que protegerse de sus secuestradores” pensaba “tanto me he defendido y he luchado para venir a perderme con estos”

Unos minutos después de mantenerse corriendo de manera constante se tropezó con algo en el suelo.

 Estaba de nuevo envuelta en tierra.

A pesar de no querer aceptarlo, la sensación de ser atravesada por la mirada del primer hombre al que llamaban Alfa Braham la tenía desconcertada y eso no salía de su mente, como si estuviera ahí en alguna parte observando lo que estaba haciendo.

Elisa se volvió a levantar pero una sombra se puso frente a ella impidiendo que se moviera un paso más.

— ¿Hay algo ahí? — Preguntó Elisa llena de miedo y moviendo la pierna de manera discreta en busca de algo con lo cual defenderse si se encontraba con algún animal peligroso.

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