¡HOLA! Gracias por acompañarme en esta nueva historia, les doy la bienvenida con la esperanza que la disfruten pero... ¡Ahhh! Creo que ahora Elisa si va a creer lo que dice Alfa Braham. ¿ Quienes son los atacantes? Nuestro lobo la cuida siempre ¿ Que significan las pupilas negras? ¿Qué significa el hechizo humo del destino? ¿Le habrá pasado algo a Emmet el lobo del alfa? ¿Qué creen que miró Elisa? Lo sabremos en los próximos capitulos Saludos . Alana Aguilar.
Al momento de darse cuenta, Elisa ya estaba en un punto donde no pondría en duda nada de lo que le dijera ese hombre/lobo.En ese momento Emmet estaba sobre uno de los lobos atacantes, mordiéndole de manera precisa el cuello, del cual salía sangre de manera descontrolada.Pero sobre él se encontraba el otro lobo con una estaca de madera en su pecho, el palo tenía una especie de brillo de color azul, y detrás de todo esto se encontraba Andro, como lo había llamado el otro ser. Hincado, con sus manos en el suelo.Ella estaba impactada con lo que estaba presenciando, un instante después el lobo oscuro se transformó de nuevo en el humano que estaba hablando con ella anteriormente, el Alfa.Elisa sentía que los ojos se le iban a salir de la cara, el apático era un hombre absolutamente increíble, estaba frente a ella sin una pieza de ropa, y no pudo evitar observar que la sangre corría por su rostro prueba de la batalla encarnada.Pero al ver el camino que tenía esa sangre también notó que
Alfa Braham se mantiene en silencio desde esa declaración hasta llegar a unas pequeñas puertas que estaban al sur del castillo.— Pero ¿que se supone que haga? — Elisa se encontraba con la mirada concentrada en observar cada una de las curvas que daba el auto, debía saber cómo regresar en caso de necesitar irse.Pero… ¿Podría salir así nada más o necesitaría una pócima como la que había tomado para entrar? ¿Qué sucedería si intentaba atravesarlo por ella misma?— Dime por favor a que me estoy exponiendo, Braham….— ¡Alfa Braham!— él había intentado mantenerse en completo control, pero era tan agotadora al mantenerse hablando cada segundo que transcurría, que no pudo evitarlo.Además que le faltara al respeto y tratarlo como un igual era algo aberrante, al final había categorías y los humanos eran el último eslabón.Elisa se encogió de manera automática ante el grito, el sonido fue tan fuerte y profundo que los oídos le dolieron e instintivamente se los cubrió con las manos.— No me gri
Elisa nunca había estado recostada en una cama tan cómoda, grande y complaciente como esa.Las colchas eran como un abrazo en medio de una noche lluviosa, llena de truenos, lo cual a ella la aterraban, pero la luz que entraba por la ventana le indicaba que el sol estaba muy alto y el día ya había transcurrido más de la mitad.En medio de la inconsciencia comenzó a sentir que algo corría por su rostro.Abrió de manera rápida y consciente los ojos.No podía estar sucediendo de nuevo. No aquí.—No puede ser. —Susurró nerviosa.Se levantó de manera inmediata de la cama para no manchar la colcha y corrió hacia una puerta que se encontraba en la misma habitación, donde podría conseguir unas telas para detener la hemorragia nasal que siempre llegaba constante a su vida.No había pasado veinticuatro horas en este lugar cuando ya iba dejando rastro de sus rarezas, aunque en este momento ella sonrió.“¿Qué puede ser más raro que un hombre lobo? ¿Un castillo? ¿Brujos y magia? Un poco de sangre no
Elisa se encontraba cubierta con un vestido color plata que llegaba hasta el piso con una tela que cubría su rostro como una especie de velo.Su corazón latía de manera acelerada, sin comprender por qué, aunque de manera clara estaba relacionando esos detalles con los de una boda común de humanos, una que muy pocas veces se había atrevido a soñar.Estaba en la orilla de una plaza en la que al centro se encontraba un altar con varios lobos rodeándola, dando una especie de sensación de majestuosidad.—Lita —pregunta ella curiosa— ¿quién es el hombre que se encuentra en el centro acompañando a Bra..— se detiene— a Alfa Braham?—Él es nuestro Alfa Líder Roman —especifica Lita quien en ningún momento desde la presentación entre ellas se había alejado del lado de Elisa.La humana asiente de manera tranquila.— Él será nuestro próximo Alfa Líder.— ¿Quién?— Elisa había decidido confiar en Lita, dejarse guiar por ella y todo lo que ella sabía, para poder moverse en esta sociedad, por el mom
Momentos después de haberse quedado sola, llegó a acompañarla Beta Olam, pero ella se puso alerta, en este momento no sabía en quien confiar.Excepto Lita, ella se había mantenido siempre con la misma actitud desde el momento uno al estar con ella.— Elisa ¿verdad? —Preguntó el impresionante hombre que acababa de ayudarla con la mujer loba anterior— Yo soy Beta Olam, compañero de Alfa Braham, cualquier cosa que necesite yo puedo ayudarla.Beta Olam se inclinó un poco para saludarla, haciendo que Elisa se sintiera un poco cohibida por su caballerosidad, e impactada con el atractivo de él.Era un hombre muy alto como todos los que había visto de su raza con piel clara y cabello oscuro, pero lo más impresionante era esa aura de seguridad y superioridad que emanaba.— Disculpa pero ¿qué debo hacer?— Preguntó ella insegura.El hombre sonrió de manera tranquila y le entrego una pequeña hoja doblada por la mitad.Elisa la tomó y al abrirla miró una letra de caligrafía perfecta, en la que esta
Frente a ella se encontraba Lita pero la loba estaba llena de heridas, incluso uno de sus ojos sangraba demasiado, como si estuviera a punto de perderlo.La loba bajó la cabeza hasta el rostro de la humana para tratar de hacerla entender que la acompañara.—Lita, ¿quieres que te acompañe? — Preguntó Elisa con la garganta cerrada, todas esas heridas debían doler como el infierno, pero la loba se mantenía con postura de alerta.Lita asintió con la cabeza y después bajó su lomo para que la humana la montara pero ella comenzó a negar.— No puedo Lita estas muy herida, seguiré por donde me indiques.En ese momento Lita de manera precisa brincó para encontrarse con un lobo desertor que había intentado envestir a Elisa y morderla por la espalda.— ¡Ah!— Gritó Elisa sorprendida por el movimiento repentino.Pero afortunadamente se encontraba perfectamente bien.— Sólo guíame Lita por favor.Fue todo lo que alcanzó a decir Elisa antes de comenzar una carrera en la que no solo tenía que intentar
Emmet continuó corriendo, como si su vida dependiera de ello. Todo le daba vueltas, y los cuerpos se iban quedando atrás, al instante en que llegó a la pequeña guarida en la que sabía debía estar Elisa, su vista se encontró con Lita tirada en el suelo con la respiración entrecortada y llena de heridas sangrantes.El alfa sólo la miró, con la rápida capacidad de los lobos para recuperarse de las heridas, Lita estaría como nueva en unos minutos, en cambio Elisa no salía de su cabeza.Braham volvió a su forma humana para poder meterse con mayor facilidad a la guarida, no sin antes verificar que Lita seguía respirando cada vez con mayor fuerza, aunque ella permanecía con los ojos cerrados, y unas cuantas lágrimas se asomaban por sus parpados.Braham entró en el lugar y comenzó a buscar a Elisa, a partir de ese enlace sagrado se suponía que él podría sentir en ocasiones lo que su pareja sintiera y también ella lo que sintiera él.Pero ¿funcionaría entre lobos y humanos?Braham estaba t
Ya en la habitación de Elisa, se encontraban el brujo Andro, Alfa Braham y Omega Lita. Y los lobos se habían vestido.— Haz que ella despierte— Exige el alfa al mismo tiempo que camina de manera desesperada de un lado a otro a lo ancho de la habitación.Braham jamás había sentido esa necesidad de destruir una pared por sentirse demasiado encerrado, pero en este momento la desesperación de no poder hacer nada por solucionar el problema lo estaba quemando por dentro.¿ y si ella no despertaba y todo se quedaba así?— ¡No puedo hacer más!— Declara de manera seria Andro, no podía resistir otro grito más de parte del Alfa, debía aceptar sus limitaciones— Sé lo que debo hacer para que despierte, pero ella no lo hace, no siento herida alguna dentro de ella, mínimo sé que la magia no está inmiscuida en su inconciencia.Andro guardó para sí mismo el detalle de sentir otra especie de magia, pero por más que lo había intentado no conseguía distinguir cuál era la fuente de esa energía, cuál era s